Fernando Vilar está preocupado por la preparación de la nueva camada de periodistas jóvenes: porque no leen, porque sucumbieron al atajo de Google y porque pueden llegar a confundir "lectivo" con "electivo". También le preocupa la Ley de Medios, que tiene una sana intención de ser, pero -cree él- está "horrendamente" redactada.
A Vilar, el informativista varón con más años al frente de un canal desde que se fue Jorge Traverso de Canal 10, le divierte hablar de periodismo y dice que ya no tiene tan claro si el mejor noticiero es el que "vende" lo que la gente quiere comprar o el que hace el mejor periodismo, a costas del rating.
Ya recuperado de un quebranto de salud que el año pasado lo alejó un mes de los medios, suspira aliviado por haber zafado de un ano contra natura. Y confiesa que algunas derrotas clásicas lo dejaron sin poder conciliar el sueño.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
-¿Cuántos años en Telenoche?
-Estoy desde el 91. Hasta hace cinco o seis años de coordinador, después subgerente y después esas dos tareas y conductor. Ahora soy solo conductor, más allá de que por el peso específico de los años acá adentro participo de todas las decisiones y evaluaciones. Como conductor estoy desde el 23 de mayo de 1993.
-Cuando Jorge Traverso dejó la conducción de Subrayado, dijiste que te gustaría ostentar el récord del hombre con más años al frente de un noticiero...
-Es como un juego, porque cuando se retiró Traverso, dije que era el único hombre que podía pasar su cantidad de años al frente de un informativo. Blanca [Rodríguez] me va a ganar siempre, porque está hace más años en esto.
-Veintidós años. Nada mal para alguien que arrancó su vida laboral como empleado de un supermercado y guarda de Cutcsa, trabajo del que te vanagloriás.
-Sí... En realidad el ingreso a Cutcsa fue casi por descarte. Yo estaba haciendo Facultad de Derecho, iba a entrar a la facultad en realidad y con el golpe de Estado se cerró la Universidad por un año. Mi viejo me dijo que si no estudiaba, que fuera a trabajar. Yo era el mayor de cuatro hermanos. Mi viejo me hizo llenar una solicitud de ingreso a Cutcsa y la llené pensando que se iba a encajonar, y a la semana me llamaron para trabajar de guarda. Ese empleo fue lo peor y lo mejor que me pasó en la vida. Lo peor porque lo detesté toda la vida, no me gustaba ni de chofer ni de guarda. Encontrás gente muy mala, muy grosera, muy vil, y encontrás un médico que se le rompió el auto y va en el ómnibus. Entonces, encontrás de todo, pero me ponían mal todos los gestos de mala educación. Eso fue desde el 73 al 81. Eso hizo que yo trabajara por obligación. Pero con el paso de los años me di cuenta de que fue un laburo que me dio boliche, calle, mostrador... me hizo psicólogo a los golpes. Hoy veo una persona venir y ya sé si es un jodedor o me va a madrugar. Yo la odiaba a Cutcsa, me daba vergüenza decir que trabajaba en Cutcsa, y con el tiempo la aprendí a querer. Hoy por hoy se ha modernizado como empresa.
-Volvamos al periodismo: ¿te importa el rating?
-Me importa una vez cada tanto para saber cómo estamos parados, pero siempre sostuve que es la mentira más respetada del medio. A veces es antojadizo, a veces manipulado. Yo no gano en función del rating, gano un sueldo fijo, y el rating sirve para saber si la gente te está queriendo o no. Pero me despego de eso, porque si no, te volvés loco.
-¿Y cuál es el rival a vencer en términos de rating: Telemundo o Subrayado?
-Según la época del año... estamos los tres muy parejos. Según qué medidora y época del año. Yo crecí en esa competencia. Cuando entré al Canal estaba Equipos Consultores y te daba tres meses arriba cada canal. ¿Sabés qué pienso? Nadie mira un solo informativo. No hay fidelidad, porque el control remoto desmarcó a la gente de dejarlo en un canal.
-¿Cómo se dan las noticias? ¿Cuánto te importa la redacción de las noticias, el respeto a la sintaxis, el tono y la inflexión de la voz, el no mezclar la información con la opinión?
-A mí me importa mucho. Y me hace mal que me importe, porque me encuentro con gente joven que escribe muy mal, que le importa tres rábanos escribir bien, que no habla bien, que no le importa hablar bien o hablar mal. Y me desvivo por eso: porque escriban bien, redacten bien (y bien para televisión, porque el lenguaje televisivo es distinto al radial o al de diario). Los periodistas de ahora tienen el defecto de sentarse a escribir y pensar que van a hacer una obra literaria y eso es contraproducente para este medio, porque la persona está sentada en su casa y no puede leer dos o tres veces lo que el periodista escribió. Necesita un mensaje claro y sencillo, que le llegue a todo el mundo. Hoy tenemos el defecto de que escriben frases rebuscadas, que tengo que leerlas yo dos veces para entenderlas, así que calculo que la gente en la casa no lo entiende. Y ahora te voy a contestar lo de la opinión: yo sé que no hay que opinar.
-Pero vos opinás...
-Sí, pero hoy trato de opinar menos. Durante mucho tiempo, como soy muy visceral, se me escapaban los comentarios al aire, y he tenido mil problemas, adentro y afuera. Ahora opino cada vez menos. Solo en temas demasiado gruesos, que reúnan unanimidad... Un día opiné contra los presos de [la cárcel de] Libertad y me llamaron mil familiares de presos, que me querían matar. Otra vez, cuando murió Pinochet, y antes, cuando lo procesaron con prisión no sé cuántos años, dije: "Acá no sé si cabe la frase 'La justicia tarda, pero llega' o 'Llega, pero tarda'"... Cuando lo del preso, resulta que me enteré al aire que era el asesino de su propia sobrina. La había descuartizado y en ese momento lo estaban llevando a prisión. Yo dije: "Este tipo dentro de unos meses va a reclamar que no tienen colchones como la gente y allá vamos a ir nosotros a poner el micrófono". Con el paso de los años me di cuenta que me sentía héroe por cinco minutos y entendí que no era saludable.
"El rating es la mentira más respetada del medio. A veces es antojadizo, a veces manipulado. Yo no gano en función del rating, gano un sueldo fijo, y el rating sirve para saber si la gente te está queriendo o no"
-Vuelvo a los estudiantes de periodismo: ¿entendés, entonces, que no están preparados para tanta responsabilidad?
-Creo que no, pero no por culpa de ellos. Tengo gente de buena madera acá, pero fallan por las universidades. Los cursos son muy teóricos, y cuando son prácticos, son dentro de una ortodoxia que no es lo que se practica en Uruguay. Vos llegás a un turno de Telenoche y tenés que hacer tres o cuatro notas distintas: una de salud, una policial, una de política legislativa y una de política de Estado. En la teoría te preparan para investigar, redactar la noticia, contextualizar, preparar un cuestionario... y en la práctica no es así; el pibe corre para un lado y para el otro. Creo que las universidades adolecen de práctica realista, no práctica de los libros.
-¿Leen? ¿Leen los diarios, leen libros?
-No. Pero ojo: creo que la falta de lectura la tenemos todos. Los jóvenes y los veteranos. Ahora ponés Google, copiás, pegás, disfrazás y ya está. Y entonces te encontrás con periodistas que te confunden "lectivo" con "electivo". Y la colocan donde quieren y vos decís: "Upa, ¿qué es esto?". Estoy hablando de cosas reales.
-El 30 de noviembre, cuando Tabaré Vázquez comenzó a hablar como presidente electo, se te escuchó decir una frase por un micrófono que quedó abierto. ¿Qué pasó? ¿Te salió la gran Batlle o Mujica?
-Sí, fue una broma a un productor y estaba el micrófono abierto. Me dijo, en broma: "Ahora está hablando Vázquez, pero yo voy a cortar cuando esté listo Bordaberry para hablar". Y yo le dije: "Si llegás a hacer eso... llamá a tu mujer y decile que vaya a tu velorio, porque me levanto y te mato". Esto último faltó, no lo dije, pero esa era la idea. Hubo gente que me atacó porque entendió que yo le había dicho eso a Vázquez. Otros pensaron que iba dirigido a Daniel Castro... ¡Fue una broma!
-En setiembre saltó a la luz el diferendo empresarial entre Tenfield y Monte Carlo TV, cuando dejaron de ceder los goles. El diario El País publicó que Pedro Abuchalja había condicionado la cesión de los goles al despido de Mario Bardanca y al cese del vínculo comercial con Fox Sports. Vos esto lo desmentiste. . .
-Es que nunca nadie me lo pidió. Debe haber habido un malentendido a varias puntas. De hecho, Bardanca sigue trabajando y nunca estuvo en tela de juicio su continuidad en Telenoche. La empresa, cuando decidió contratarlo, ya sabía que él era crítico de Tenfield...
-En Radiocero dijiste "exacerbadamente crítico".
-Claro, porque no le dejaba pasar una. Y yo comparto. Yo soy hincha de Mario Bardanca. Si Mario Bardanca un día comete un exceso, es problema de él. A mí me encanta su estilo crítico y también el comunicacional. El tipo hace unos editoriales con claridad, seguridad y brevedad. Yo lo admiro por eso.
-¿Tenés línea directa con la dirección del Canal?
-Tengo.
"Los periodistas de ahora tienen el defecto de sentarse a escribir y pensar que van a hacer una obra literaria y eso es contraproducente para este medio, porque la persona no puede leer dos o tres veces lo que el periodista escribió"
-¿Te sentás con ellos a tomar decisiones respecto a cuestiones del Canal?
-Me siento con ellos a discutir la marcha del país en varios rubros. Cosas del Canal o el noticiero no, porque una de las cosas por las que me gané el lugar que me gané es porque no me meto donde no me llaman. Si me piden una opinión sobre la Ley de Medios o sobre la actitud de Vázquez, Sanguinetti o Lacalle, doy mi opinión. Si me lo preguntan -y dos por tres me lo preguntan- ahí sí doy mi opinión, y pasa a ser un consejo más. Y en Telenoche sólo tomamos decisiones en conjunto con la dirección del Canal cuando se trata de decisiones empresariales. Por ejemplo: ¿acompañamos a Vázquez en un viaje a China? Ellos dicen: "Cuesta 12.000 dólares". Bueno, evaluémoslo. La decisión de Telenoche puede ser: "Tenemos que ir con el presidente". La del Canal es: "No, cuesta muchísimo dinero por tres noticias". O: "No tenemos más corresponsal en Salto y Paysandú". ¿Qué hacemos? Termina decidiendo lo empresarial, pero en el contenido periodístico casi nunca el directorio de la empresa se mete y decide algo antes. Sí después, si nos comimos algo... Pero en materia estrictamente periodística, la empresa no tiene injerencia. ¿Y sabés por qué? Porque los Gobiernos nacionales desde hace muchos años ya no tienen injerencia en la dirección de los medios como para que los medios bajen línea a los periodistas.
-Te preguntaba esto porque desde afuera se te ve como un funcionario poderoso en el Canal.
-Tengo esa fama. Es que todos me piden una manito, una gestión, una gauchada. Y yo quiero cumplir con todos. No le sé decir que no a nadie. Vivo haciendo lobby para todo el mundo acá, pero no para mí. Para mí me cuesta, porque soy muy tímido y me da vergüenza.
-Ya que la mencionaste: ¿qué pensás de la Ley de Medios?
-He hablado con muchos que participaron y yo mismo participé, designado por Andebu, porque querían poner a alguien que tuviera criterio periodístico. Así que estuve tres meses discutiéndolo en Torre Ejecutiva. A ver... el espíritu es bueno. La redacción es horrenda. En esas conversaciones escuché a periodistas de este medio decir que hay que eliminar el Día de Reyes porque hay padres que no pueden comprarle nada a sus hijos, o que si se asocia a un alfajor con la felicidad se está discriminando a los que no pueden comprar ese alfajor, entonces hay que eliminar la publicidad de alfajores. Me parece que es una mezcla entre cosas de la Edad Media y cosa hitleriana... Te obligan a algunas cosas que no te tendrían que obligar. Porque, en definitiva, la gente con su control remoto te compra o no te compra, dependiendo de si quiere o no quiere. ¿De qué me sirve poner en el noticiero todo lo que querés que ponga, si después no me ve nadie? ¿De qué sirve que todos los canales tengan determinado porcentaje de productos nacionales, si después la gente ve cable? Me parece que es una gran trampa al solitario, que no está buena y estuvo muy bien Vázquez en mandar frenar esto.
"El espíritu (de la Ley de Medios) es bueno. La redacción es horrenda. Es una mezcla entre cosas de la Edad Media y cosa hitleriana.. En definitiva, la gente con su control remoto te compra o no te compra"
-En 2009 hubo un episodio que te marcó y te puso en el debate del mundillo periodístico. En un encuentro con estudiantes de Comunicación en Flores, te preguntaron por qué ponían "musiquita climática" en las noticias policiales y vos contestaste: "La musiquita gusta, entonces queda". Alguien repreguntó y agregaste: "Un supermercado está para hacer plata, mi programa hace lo mismo". Casi seis años después, ¿seguís pensando igual?
-Yo ya tenía claro lo que me gustaba y lo que quería. Pero desde entonces tengo un gran problema... Para nosotros, desde el punto de vista ortodoxo, el mejor periodismo -desde el contenido, la forma de presentarlo, cómo interactuamos con la gente- fue el noticiero que dirigió Carina Novarese. Pero fue históricamente el noticiero de Telenoche que tuvo el menor rating. Yo miraba ese noticiero y decía "qué bien": noticias más profundas, más análisis, columnas de economía y de política. Esto era la BBC de Londres, pero no tenía rating. Hubo que cambiar rápido: se pusieron más noticias policiales, con música y más truculencia, y el noticiero pasó a quedar primero. Entonces, cuando a Vilar le preguntan, ¿qué contesto? ¿El mejor periodismo, con impronta profesional y europea, pero un noticiero que la gente no quiere ver? ¿O lo que la gente quiere ver, aunque me rechine? De verdad, no lo sé. Mi respuesta a los estudiantes fue: "Muchachos, esto funciona, es la realidad". En un supermercado, el café que no se vende se saca de la góndola. Entonces: si no tenés rating, no vendés; si no vendés, no te pagan un sueldo; si no me pagan un sueldo, me tengo que ir. Telefé puso de 19 a 20 a Los Simpsons. Si acá el canal pone a Los Simpsons a esa hora, Vilar tiene que ir a buscar laburo.
-Con la llegada de Claudio Romanoff a la gerencia de Telenoche se sacó la música climática en las policiales...
-Exacto. Hoy, que sacamos la música, que bajamos la cantidad de noticias policiales, tenemos menos rating, pero quizás ganamos en un mejor contenido. Fue por unanimidad. Pienso que fue una buena decisión... si me pongo en defensor del pueblo, no tendrían que haber sacado la música ni bajar la cantidad de noticias policiales. Si pienso en periodismo ortodoxo, estoy de acuerdo en sacar la música, de hecho lo apoyé y nunca la quise. ¿Qué es lo que hay que hacer? No lo sé. Y si vos fueras gerente de Telenoche, tampoco sabrías. Aquel noticiero truculento lentamente nos iba a terminar matando la marca, porque se estaba convirtiendo en un folleto... ¡que la gente quería y veía! ¿Cuál es el camino del medio? Todos los días probar, todos los días un tubo de ensayo.
"Creo que Tabaré Vázquez está enojado con los canales de televisión, porque no fue a ninguno de los tres canales. No sé si es una estrategia nunca reconocida o un enojo nunca admitido"
-Conduciendo un noticiero en horario central supongo que tendrás muchos dilemas éticos. ¿Cómo lidiás con ellos?
-Hoy por hoy prima el respeto por la inteligencia o sensibilidad del que mira. En aras de esta nueva política, imágenes fuertes ya no pasamos, gente llorando tampoco (excepto si ellos nos piden hablar), no mostramos sangre. Decidimos mostrar las noticias sin trucos.
-¿Por qué Tabaré Vázquez no aceptó la invitación de Uruguay Decide, el periodístico que conducías con Daniel Castro?
-Creo que Tabaré Vázquez está enojado con los canales de televisión, porque no fue a ninguno de los tres canales. Sólo grabó para Todo el mundo tiene de Canal 10, un programa de variedades. Yo tengo buena relación con él desde que era presidente de Progreso y ayudó a muchos niños con comedores. Lo invitamos varias veces... Para la segunda vuelta estuvo a punto de venir, pero no vino. No sé si es una estrategia nunca reconocida o un enojo nunca admitido.
-En 2011, tu hermano José Correia falleció en un accidente de tránsito. Dos años después, al entrevistar a una niña en el programa de Teletón, te quebraste. ¿Desde 2011 te afecta dar noticias de accidentes de tránsito?
-Sí, sobre todo si son muchachos que mueren en moto. Mi hermano había comprado la moto tres años antes. Yo siempre le tuve miedo y asco a las motos. En cada reunión familiar yo le decía siempre lo mismo: "Vendé la moto" o "¿Por qué no vendés la moto?". Tiempo antes de morir, me dijo: "Te hice caso. Vendí la moto... compré una más grande". Y yo le decía: "¿Por qué no la vendés y te comprás un auto?". Me sentí culpable porque no pude convencerlo. Desde ese momento me jode dar accidentes de motos, sobre todo si son fatales y sobre todo si son muchachos jóvenes. De golpe se le terminaron todos los proyectos. Destruyó a la familia.
-¿Cuánto te importa Peñarol?
-He tenido todo tipo de momentos... Ahora está en un segundo o tercer plano, pero nunca baja de esos lugares. Y ha estado en mi primer lugar: he dejado familia y amigos por Peñarol; no por ir, sino que he pasado noches sin dormir, sin pegar un ojo, porque nos dieron vuelta un clásico en la hora... No se lo cuento a nadie, pero me pasa. El año pasado y el 2013 trabajé en las divisiones formativas, y no voy más porque ya no tengo tiempo. Yo iba a Las Acacias, a Los Aromos, al CAR... No podría concebir la vida sin Peñarol.
-Sos el conductor institucional de eventos del club, y, como decías, el año pasado trabajaste en las formativas y hasta integraste la lista oficialista. ¿Te interesa ser presidente de Peñarol en algún momento?
-No. Lo de presidente es un sueño, pero por una semana, cuando salís campeón. El resto del año te lo regalo. Tenés que tener plata, paciencia, tolerancia e inteligencia. En las anteriores elecciones, Damiani me invitó a integrar su lista. Yo no lo podía creer... A medida que me fui metiendo en el tema y vi mi nombre en las listas, me empezó a pesar y pensaba: "Por Dios, que no entre"... y cuando el día de las elecciones dijeron que no había entrado, respiré aliviado. Prefiero seguir en la Olímpica.
"He dejado familia y amigos por Peñarol, no por ir, sino que he pasado noches sin dormir, sin pegar un ojo, porque nos dieron vuelta un clásico en la hora... No se lo cuento a nadie, pero me pasa"
-El año pasado padeciste una grave enfermedad que se dijo era "un problema diverticular". Hasta se especuló con que tenías cáncer...
-Tengo divertículos, que son unas inflexiones que tiene el intestino; en ese lugar donde están los globitos se hace más fina la pared y, como se afina, quedan huecos y ahí se aloja toda aquella alimentación que no se digiere. Las cosas que no digiero se alojan en esas bolsitas. Al principio me inflaman, después me pueden infectar y finalmente me pueden perforar. Los tres o cuatro episodios graves fueron porque estuve a punto de perforar la pared. El próximo paso es operarme, me van a cortar un pedazo del intestino. Está previsto, pero sin fecha. Lo suspendí por las elecciones nacionales, después por las fiestas, después por el verano...
-Estuviste ausente de Radiocero y del Canal de agosto a setiembre del año pasado, y volviste con varios kilos menos. ¿Corrió riesgo tu vida?
-No, no... Me dijeron que si hubiera sido un poquito más grave, me hubieran tenido que poner un ano contra natura. Si pasaba eso, iba a correr riesgo mi calidad de vida. Me recuperé, pero me dijeron que no habría próxima vez. Si me opero en frío, cuando estoy bien, todo eso se evita. Igual le tengo miedo a la operación.
-¿Sos feliz?
-Sí, soy. Sería mucho más si estuviera en Honolulu, debajo de una palmera, tomando un daiquiri y con cuatro o cinco que me abanicaran. Pero si miro para el costado, tengo todo para ser feliz. Y, a pesar de tener 61 años, a veces me siento como de 40.