El diputado colorado Fernando Amado alude -en la expresión que da el título a esta entrevista- a un tuit de Leandro Pauletti, asesor en comunicación de Pedro Bordaberry, donde lo acusaba de haber filtrado una grabación de una reunión de Vamos Uruguay en Flores, en la que el ex presidenciable reclamó lealtad y criticó a dirigentes por "cobardes" en momentos en que miraba a Amado a los ojos. "Esto es peor que House of Cards", pensó Amado luego de leer ese tuit, en alusión a la serie de Netflix que escenifica lo peor del mundo político y sus lobbies inmorales tras bambalinas de la Casa Blanca.
El "virulento" episodio de la reunión del sector en Trinidad fue lo peor que le ha tocado vivir a Amado en su carrera política, afirma. Pero en este Seré Curioso dice más: asegura que el Partido Colorado ya no representa a los más débiles, que siente afinidad con muchas cosas del FA, elogia al "seductor" presidente electo Tabaré Vázquez, pero se reivindica colorado como sangre de toro.
Entiéndalo más después de leer este mano a mano.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
-¿Ya hiciste el duelo?
-Todavía lo sigo haciendo. Es que tuve un duelo adelantado... hace mucho que yo venía tragando cosas que no me gustaban, que me hacían sentir incómodo. Igual las decía, se las decía a Pedro, me refiero a decisiones estratégicas de Vamos Uruguay (VU), incorporaciones, pero es que los partidos entran en un embudo un año antes de las elecciones en donde no queda margen para planteos públicos. Hubo varios episodios que precipitaron mi alejamiento. Pero hubo una aceleración impresionante a partir del 27 de octubre que no tuvo nada que ver con el resultado electoral. Todos los días teníamos un nuevo revés, un nuevo obstáculo. El peor de todos fue el de junio, cuando se confirmó que Lacalle Pou era el candidato del Partido Nacional. ¿Por qué? Porque una de las estrategias políticas -con la que yo no estuve de acuerdo, pero me pareció racional- era que a partir del 1° de junio [iba a ser] Pedro vs. Larrañaga. Pedro tenía chances de ganarle por su perfil por una serie de cosas, arrastrando el voto de votantes blancos que no iban a votar a Larrañaga, votantes herreristas que iban a votar a Pedro. Se elaboró una estrategia como un pleno en el casino, con todas las fichas a eso, y cuando Lacalle gana su interna, se cayó toda nuestra estrategia. Igual, Pedro y [Germán] Coutinho afrontaron con mucho coraje y energía una campaña que se había transformado en imposible.
-¿El sector te puede pedir la banca, considerando que hiciste tu campaña por Vamos Uruguay y con la figura de Bordaberry?
-Legalmente no, sí políticamente. Algún compañero [NdeR: se refiere al diputado Fitzgerald Cantero] ha dicho que yo tendría que ver qué voy a hacer con la banca, y unos días después dijo que en realidad era un tema personal. Ese es el criterio de la Corte Electoral: la banca es de la persona que la ganó, no de los sectores. En la interna yo hice toda mi campaña y mi estrategia fue personalista, en mi grupo y mi persona, para -justamente- hacerme cargo de los pocos o muchos votos que yo sacara. Al otro día de la elección yo podía decir que esas personas votaron a Fernando Amado y no me habían votado equivocado. Mi lista no tenía nada que ver con la estética de Vamos Uruguay: tenía una foto chica de Pedro y una gran foto mía en el medio de la lista...
"La banca es de la persona, no de los sectores. Mi estrategia fue personalista, centrado en mi grupo y mi persona, para hacerme cargo de los pocos o muchos votos que yo sacara"
-¿Ese tipo de cosas no sembraron el camino de discordias? Digo, alguien del sector te pudo haber recriminado que hiciste la personal y te despegaste de la agrupación. "Te cortaste solo"...
-Lo que pasa es que siempre creí que es muy bueno que dentro de los sectores hubiera talantes y perfiles distintos. Y más dentro de Vamos Uruguay, porque se transformó en un sector hegemónico del partido, formado por ex-lista 15, ex-pachequistas, ex-Foro Batllista, todos atrás de Pedro. Con el diario del lunes lo confirmo: Vamos Uruguay debió haber dejado en libertad a sus integrantes para que cada dirigente marcara hasta corrientes a nivel nacional desde Vamos Uruguay. Creo que haber marcado un perfil propio en el sector debería ser agradecido por Vamos Uruguay, en el sentido de que yo no me colgué de la figura de Pedro, no le "mejicanee" ningún voto. La otra era changar con su figura: ponía su foto enorme, decía que era la lista oficial de Pedro y me colgaba de él. Esos votos hubieran sido de él; estos que logré son míos. Además, tiene sentido, porque yo había tenido enfrentamientos por posturas con Pedro y la mayoría de Vamos Uruguay: la despenalización del aborto, la despenalización del autocultivo de cannabis, el tema del Partido de la Concertación. Entonces, por eso yo también quería marcar mi perfil.
-¿Cuánta gente te sigue? Cuando hablás de "mi grupo", ¿cuántos son?
-Hoy no lo sé...
-Me dijiste: "Me votaron a mí, y nos fue bien". ¿Qué es "bien"? El diputado Guillermo Faccello (Amigos de Oscar Magurno) votó mejor que vos, por ejemplo.
-Sí. Sacó 3.800 y algo de votos y yo saqué 3.646... Faccello jugó a una estrategia legítima que fue pegarse a Pedro: escondieron los candidatos, no los promocionaron y jugaron a todos los claims de la campaña de Pedro pegado a la 102000, como la lista oficial de Pedro. Nosotros no queríamos ser la lista oficial de Pedro, queríamos ser nuestra lista. En la interna uno puede decir: "Esto es lo que yo peso". En octubre, la 10 obtuvo 70.000 votos y sacó cuatro diputados: Faccello en el uno, el dos era yo, el tres lo tuvo Valentina Rapela y el cuatro, Ope Pasquet. Algunos compañeros decidieron quedarse en Vamos Uruguay, pero otros, una vez sabido que yo me iba, quieren arrimarse a mi grupo, no sólo de Montevideo sino del interior. Yo antes tenía un perfil más bien montevideano y ahora se me van a sumar -ya me lo anunciaron- muchos dirigentes del interior. Seguro que me voy a sentir más cómodo.
-Desde Vamos Uruguay se te acusó de traidor, y vos contestaste que fuiste leal a Pedro Bordaberry. ¿Cuáles serían esas demostraciones de lealtad?
-Hay demostraciones desde 2007 hasta que me voy de Vamos Uruguay. Por ejemplo, decirle y advertirle siempre cosas que yo pensaba y discrepaba, avisarle antes que iba a salir a decir cuál era mi postura. Lo que pasa es que el sector tuvo una carencia enorme: no tenía ninguna orgánica. Entonces, al carecer de orgánica, quedó todo librado a las relaciones directas del líder con sus dirigentes. Yo tuve una cantidad inmensa de conversaciones personales y otras por e-mail -Pedro se maneja mucho por el mail-, entonces cada cosa que yo pensaba que no era buena para Vamos Uruguay, o que podía ser buena para el Partido o para él como líder, se lo decía. O cosas con las que yo no estaba de acuerdo y se las decía a él antes.
-Es curioso eso, porque El País publicó que en una reunión ampliada de Vamos Uruguay en Trinidad Bordaberry reclamó "lealtad" y no una actitud "cobarde" -y al decir esto, según el colega Daniel Isgleas, te miró a vos-, y se quejó de que esos dirigentes digan una cosa en la interna y otra en los medios. ¿No es de recibo esta acusación de deslealtad?
-No es de recibo. Yo no voy a entrar en querer generar una situación de mayor enfrentamiento que el que ya tengo con Bordaberry, porque no hablaría bien de mí. Estuve caminando junto a Pedro siete años y pico, y, como en los matrimonios, la relación se fue desgastando. La opinión pública y mis compañeros de sector saben el 30 % de lo que fueron mis conversaciones con Pedro o los intercambios de correo con él. ¡Está todo escrito! Entonces, yo sé que no fui desleal ni cobarde y Pedro sabe que no lo fui.
-Hay quienes entienden que la tuya fue una jugada estratégica al despegarte de la derrota y bajarte de un barco que se estaba hundiendo.
-Yo estoy arriba del barco de la derrota. Soy responsable de la misma, por supuesto que no tengo el mismo grado de responsabilidad que Pedro. Sobre todo porque he intentado -muchas veces sin éxito- advertir algunas cosas que para mí iban en el camino equivocado. Y la lealtad fue ser funcional a la estrategia que él entendió que era la mejor rumbo al 2014. Y bancar eso, aunque había incomodidad.
"La opinión pública y mis compañeros saben el 30% de lo que fueron mis conversaciones con Pedro, o los intercambios de correo con él. ¡Está todo escrito!"
-Inclusive votar por disciplina partidaria determinadas leyes con las que vos tenías otras posturas, distintas a las asumidas por el sector.
-Eso ni que hablar... y también había incomodidad en cuanto a la estrategia esa de abonar el terreno para que algunos blancos que no quisieran a Larrañaga [quien se creía iba a ganar las internas blancas] nos iban a votar a nosotros; yo lo entendía correcto, pero era a costilla de vaciarse de contenidos genuinamente colorados y batllistas para ser más parecido al herrerismo. O sea: no sólo no polemizar con el Partido Nacional -que sería lo más natural del mundo, porque somos dos partidos diferentes- sino, de vez en cuando, tirarle una guiñada al Partido Nacional y a sus sectores más conservadores como el herrerismo para después pasar el rastrillo electoral, de cara a la primera vuelta. Pero para contestar tu pregunta: yo no abandoné el barco, porque soy corresponsable de la derrota. Lo advertí, pero donde manda capitán, no manda marinero. Y ojo, que lo que precipita mi ida de Vamos Uruguay no es el resultado electoral. Es que al otro día fui a una entrevista y ante una pregunta dije que no estaba de acuerdo con que Pedro haya ido a visitar a Lacalle Pou en la misma noche de las elecciones y que a mí no me representaba. Y ahí arranca un caldo de cultivo con una gran intolerancia desde Vamos Uruguay... Se interpretó como que le pegué en el piso a Pedro.
-Pero vos sabías que al decir eso, o unos días después acudir a la entrevista con Tabaré Vázquez, también estabas abonando el terreno para un conflicto interno.
-Yo sabía que la reunión con Vázquez iba a generar chisporroteo, seguro... pero sentí que era una oportunidad que no podía dejar de usar, para bien del Partido. Indirectamente para bien mío, sí, no lo voy a negar. Pero creo que el Partido Colorado está muerto si no logra generar una serie de gestos políticos, que logre reconciliar en el imaginario popular al Partido Colorado como partido "no facho", como partido tolerante, como progresista, y bajarle la guardia a las mayorías que hoy cuando alguien dice "Partido Colorado" se tapan los oídos. Pues no, que no se tapen los oídos, y para eso hay que generar gestos para que después nos escuchen y podamos convencerlos.
-En una entrevista con semanario Crónicas, el viernes pasado, decías que fuiste visto como "el Che Guevara dentro del Partido Colorado". Ahora, ya que te considerás la izquierda dentro del partido, ¿por qué no evaluar una alianza con Manuel Flores Silva, que se considera "izquierda republicana", o con José Amorín Batlle, de Batllistas de Ley?
-Estoy convencido que hay que ir rumbo a la generación de un espacio dentro del Partido Colorado que nuclee a todos quienes se sientan de centroizquierda, izquierda republicana, socialdemócratas, y ahí pueden entrar Flores Silva, Amorín, quien sea... pero hay que generar ese espacio. Hasta hoy, lo que hay en el Partido no ha logrado transmitir nada de centroizquierda hacia la opinión pública, nada de sensibilidad ni representación. Una cosa es decirse de izquierda o batllista, otra es demostrarlo, hacer cosas en ese sentido, y que la gente te interprete así, se sienta representada.
-¿Descartás sumarte a movimientos ya creados? ¿Tenés definido que vas a formar tu agrupación propia?
-Descarto sumarme a agrupaciones ya consolidadas, sí. Creo que es bueno y saludable que sigan esas agrupaciones y gocen de buena salud, tanto Vamos Uruguay como Batllistas de Ley, pero hay que generar algo que no le cierre las puertas a ningún colorado, pero que sobre todo apunte a la gente que hoy no está en el Partido Colorado y que queremos reconquistar: esto es, gente que votaba al Partido y ya no, y gente nueva, que vota por primera vez. No basta con decirse batllista, sino que las actitudes en todo un quinquenio demuestren que esa etiqueta está bien ganada.
-En tu carta de renuncia a Vamos Uruguay dijiste que había ya una "expulsión de facto" y que Bordaberry hacía tiempo que tenía ganas de echarte, pero que "no quería pagar el costo político" de hacerlo para que no tildaran de "autoritario". ¿Entiendo bien si leo en esta frase que lo llamaste autoritario?
-Para mí hubo un Bordaberry que yo desconocía a partir del 27 de octubre. Quizás tuvo mucho que ver el revés electoral... Fue un revés muy grande y él tiene la mayor cuota de responsabilidad. En la reunión en Flores, cerrada a la prensa, con ciento y pico de dirigentes de todo el país, él la terminó con un discurso muy violento, muy fuerte, fue una actitud muy alterada... yo me di por aludido porque era evidente. Fue la situación política más violenta que viví en mi vida. No hubo golpes, pero hubo violencia verbal y gestual, hubo tensión en el ambiente, fuera de los cánones civilizados.
-Pero quiero saber si lo tildaste de autoritario en tu carta de renuncia...
-Pedro no fue un buen administrador de las diferencias ni concilió visiones distintas. Se entendió que lealtad era decirle todo que sí y a las cosas que él planteaba. El hecho de que en muchas oportunidades yo discrepara y lo dijera se entendió como traición. Y yo interpreto que eso es lealtad.
-Has asegurado que no te vas a ir del Partido Colorado y, para mayor elocuencia, tu foto en el WhatsApp es la bandera del Partido. Si hoy o mañana en otro partido te dan las condiciones que exigís para hacer política, te invitan y seducen, ¿no te irías?
-No. Ni lo pensaría. Mi trinchera política es el Partido Colorado.
"Creo que el partido está muerto si no logra generar una serie de gestos políticos, que lo logre reconciliar en el imaginario popular como partido no facho, tolerante, progresista"
-¿Resistís el archivo? Porque si de acá a unos meses te vas a otro partido, te voy a llamar y recordar esta entrevista...
-Resisto el archivo. Tanto lo resisto que en una entrevista con Alfredo García para Voces el 28 de febrero de 2008 [dije] todas las cosas que me han traído problemas por pensar distinto, esto es, que estaba a favor de la despenalización del aborto, que estaba a favor del autocultivo del cannabis, que yo sentía que mi misión en el Partido Colorado y en un recién nacido Vamos Uruguay era ambientar espacios socialdemócratas en esa nueva ingeniería que empezaba el sector. Y también dejaba recontra clara mi postura con relación al Partido Nacional. Desde 2008 está negro sobre blanco mi rechazo a las familias ideológicas, ya que debemos crecer a costillas del Frente Amplio y no del Partido Nacional. Tenemos que volver a representar una cantidad de cosas que hoy representa mejor el FA. Ya no somos el escudo de los débiles, no somos el partido laico, no somos la socialdemocracia, no somos los que estamos del lado de los trabajadores, no somos... no somos... No es así, no es percibido así y está bien que no sea percibido así.
-Te preguntaba lo anterior porque se te nota en sintonía con el FA...
-La tengo...
-Incluso fue muy comentado un tuit tuyo felicitando al FA por la victoria y destacando que "el pueblo habló fuerte y claro", a lo que se le suma tu reunión privada con Vázquez, antes del balotaje. ¿Qué les decís a los que creen que ponés el señalero a la derecha, pero vas a doblar a la izquierda?
-Hay una realidad: el Partido Colorado ha quedado preso -hace unas tres décadas- de un progresivo corrimiento a la derecha. Y ese corrimiento se fue también blindando, asentado en un discurso antifrentista. Cualquier cosa que pareciera de izquierda, y que en un Partido Colorado común seguro alguien iba a recoger esas banderas, pasó a ser: "No, no, dejá esa bandera, que es de bolche. Eso es de comunista, es del FA". Desde una idea hasta participar en cosas: murgas, sindicatos, gremios estudiantiles o participación en empresas estatales. Fue jugar al achique y no tener más vínculos con la sociedad en términos generales, porque el FA había logrado la aspiración gramsciana de meterse en todos lados, y si había gente del FA, nosotros teníamos que irnos porque no podíamos compartir ideas con ellos.
-Pero me reconociste afinidades varias con el FA...
-La hay, esa sintonía está. Dentro del FA hay muchas cosas. Hay una visión republicana en algunos sectores, y vos podés estar en sintonía con ellos, como hay afinidad con el Partido Nacional. El problema del FA es que tiene también expresiones políticas -que a veces ganan las pulseadas- que se van del republicanismo al populismo. Entonces, ¿hay diferencias con el FA? Claro que las hay. ¿Hay afinidades? También. Tanto las hay que estoy diciendo que hay un montón de banderas que las tomaron prestadas del Partido Colorado y las flamean con más voluntad y energía... Tuvimos que votar en el Parlamento sobre las trabajadoras domésticas, y yo me preguntaba: "¿Cómo es que no lo presentó el Partido Colorado? ¿Cómo no lo presentamos nosotros?". O el tema del trabajador nocturno: lo votamos, pero me costó convencer a mis compañeros. O, ¿cómo no presentamos nosotros lo de las horas para el trabajador rural? Esas cosas eran típicas del Partido Colorado en otra época... Yo estoy en la comisión de Legislación de Trabajo desde 2012. Por ahí pasan todos los problemas laborales y recibimos muchos sindicatos y empresarios. Si te dijera que algún correligionario me llamó para que yo intercediera en algún conflicto apoyando a los trabajadores, te mentiría. Y si te dijera que en tres años no recibí muchísimos llamados para tirar para el lado del empresariado, también te mentiría... Eso habla de la crisis de identidad por la que está pasando el Partido Colorado.
-¿Qué hablaron con Vázquez en esa reunión del 11 de noviembre?
-Fue un hecho político, una cosa muy pícara de Vázquez. Hasta que no fui no me enteré si era sólo una picardía o era algo más profundo. Cuando fui me encontré con un tipo muy seductor, esa soberbia que muchas veces le vemos en el mano a mano tiene un manejo muy bueno de la cosa, donde te hace sentir un igual y podés tener una conversación donde maneja muy bien las relaciones humanas.
"Tenemos que volver a representar una serie de cosas que hoy representa mejor el FA. Ya no somos el escudo de los débiles, no somos el partido laico, no estamos del lado de los trabajadores"
-¿Pero de qué hablaron?
-De infraestructura vial. Para él es muy importante. Admitió el déficit que hay en ese tema y la necesidad de que en ese sentido un proyecto de ley tuviera un apoyo multipartidario. Yo, a su vez, le dije algunos temas que me preocupaban: le dije que no le diera la espalda al tema seguridad, porque más de un millón de personas de distintos partidos votaron el "Sí" a bajar la edad de imputabilidad. Le dije que era importante que no le diera la espalda a quienes están preocupados por la seguridad. Me dijo que era prioridad, pero que esperaba que empezaran a dar resultados positivos una cantidad de políticas del Ministerio del Interior, como las cámaras de videovigilancia, por ejemplo. También hablamos de políticas sociales, de innovación: le dije que soy hincha del Plan Ceibal, y haber tenido el coraje político de embarcarse en algo que al principio parecía una fantasía. Le dije que aspiraba a que siguiera apostando en esa línea.
-¿Hablaron de masonería? Él es masón y vos sos el principal investigador del tema...
-No salió para nada el tema. Yo tampoco lo mencioné. Él fue claro en las razones por las cuales quería hablar conmigo. Me dijo que le interesaba estrechar lazos políticos con personas a las que respetaba por el coraje, y que además había seguido de cerca lo que había pasado después del 26 de octubre en el sector y que me entendía porque en su peripecia política había vivido cosas parecidas, que le habían pegado mucho, pero insistió con que el pueblo uruguayo es muy sabio y premia con el tiempo a quien en un inicio fue castigado injustamente.
-Para un informe de Santo y Seña sobre los legisladores y el funcionamiento del Parlamento, a principios de este año, el diputado colorado Faccello dijo que él no tenía tiempo de escribir libros y no usaba la fotocopiadora del Palacio Legislativo para eso. ¿Te sentiste aludido? ¿Usás la fotocopiadora del Palacio?
-Nunca usé la fotocopiadora del Palacio. No sé ni cómo funciona. Ni saben mis colaboradores del despacho.
-Un colega una vez me dijo que pensaba preguntarte si escribís e investigás para tus libros en los tiempos en los que deberías actuar como legislador, tarea para la que todos te pagamos el sueldo. ¿Qué le contestarías?
-Es bastante notorio que soy full time en política. Los hechos hablan por sí solos, más allá de la visibilidad en los medios, eh... Yo no paro de pensar en política, soy político full time, y nunca estoy en reposo. Esto es así en el Parlamento, en el Partido, en lo que era mi sector, en mi trabajo de comisión, en todas las áreas de trabajo legislativas y de representación, en la calle. Siempre estoy en acción.
-¿Y en qué momentos escribís o investigás? ¿Cuándo te concentrás para eso?
-Me concentro en la noche para escribir, pero vos bien sabés que escribir es lo último. En mis libros hay muchas entrevistas y las agendo en días que no tengo algo muy relevante en el Parlamento. Me las fijo en días que sé que puedo salir una hora, hacerla y volver al Palacio. Ahora, yo soy un tipo que a las once de la noche estoy activo en política.
-En ese informe para Santo y Seña que cité me dijiste que los legisladores cobraban un suculento salario y si cobraran un poco menos, también estaría bien. Criticaste que algunas prebendas, como un sueldo extra con el nombre de "gastos de representación" o una partida para diarios, en realidad no siempre se compran. ¿Pensás dar ese debate en la próxima legislatura?
-El corporativismo es feroz... pero tengo expectativa en este año que viene que tendrá al Pacha [Alejandro] Sánchez, del MPP, como presidente de la Cámara de Diputados. Somos casi de la misma generación y en estos temas compartimos una visión... y me voy a animar a planteárselo. En realidad, ya lo hablé con él... Me refiero a purificar nuestra labor y a transparentar, y si hay que tener una partida de tal cosa, que sea claramente para eso. La democracia tiene un costo y está bien que haya partidas, pero si es para prensa, que se compren diarios, no otra cosa. Soy optimista en poner estas cosas sobre la mesa. El hecho de que se discutan ya sería un gran avance porque, por lo general, el corporativismo funciona antes.
"Vázquez me dijo que me entendía e insistió con que el pueblo uruguayo es muy sabio y premia con el tiempo a quien en un inicio fue castigado injustamente"
-¿Cuánto sufrió tu familia los episodios políticos que viviste las últimas semanas?
-Mucho. Lo sufren mucho más que yo. Te hablo de mi viejo y mis hermanas. Yo tengo el cuero curtido, pero mi viejo [NdeR: el militar retirado Fernán Amado] lo vive desde una lógica castrense; no entiende la lógica política y él actuaría diferente a un político. Acá no hay Tribunal de Honor a quien pedirle para que zanje los dilemas. Yo sufrí muchísimo también... la gota que rebasó el vaso y me afectó mucho porque sentí que estaba ante mercenarios de la política fue cuando el jueves 13 de noviembre salió en Búsqueda y El País varios fragmentos de la reunión de Trinidad -cerrada a la prensa-, donde Bordaberry me acusa de desleal y habla de cobardía mirándome a los ojos. Yo sabía que un señor que es funcionario del diputado Juan Ángel Vázquez es aficionado a la filmación. Filmó toda la reunión y la subió a Facebook. Esa reunión fue un linchamiento público. En Búsqueda, el mismo periodista dice que sacó frases de lo que se había hablado en esa reunión de la filmación que esa persona había subido a Facebook... Yo esa mañana de jueves tuve entrevista con Emiliano Cotelo en El Espectador. Al salir de la entrevista, reviso Twitter y veo un tuit de quien le maneja la prensa a Pedro Bordaberry, Leandro Pauletti, que decía: "Es tan desleal Amado que grabó el discurso de Bordaberry y se lo llevó a las redacciones de Búsqueda y El País" [NdeR: el tuit original de @Lpauletti decía: "Colaborador de @fernando_amado llevó grabación clandestina a Búsqueda y El País de la sesión de la mesa nacional de VU en Trinidad"]. Cuando yo vi eso, dije: "Esto es una mierda. Esto es peor que House of Cards". Nunca viví en política algo así. Vi que se había montado una operación política en base a la mentira.
-¿Fue un "travesti de la mentira"?
-Mirá... lo que sentí ahí es que se había ido todo al carajo.
-¿Sos feliz?
-En este momento... no lo tengo claro. Hace tiempo que no lo tengo claro. La felicidad es cuando tenés un equilibrio total, como una mesa: todas las patas en el piso. En la parte profesional soy muy feliz, en los libros soy muy feliz, en lo familiar disfruto mucho a mi viejo, a mis hermanas... pero hay patas que todavía faltan. La pata de administrar mejor los tiempos para vida interior o hobbies que me desconecten de todo... Y como estoy soltero, en algún momento, dado que tengo 32 años, encontrar una nueva relación estable.
Montevideo Portal / César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López
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