Por César Bianchi
@Chechobianchi
Hace rato que Diego Muñoz dejó de ser "el hijo de". Lo conocimos cuando tenía 18 y junto a Joel Rosenberg conformaban una dupla prometedora de periodistas deportivos. El hijo del relator Carlos Muñoz acompañó a la generación del 97 en el Mundial Sub 20 de Malasia y de a poco fue recorriendo un camino propio. Por convicción personal se enfrentó a Tenfield y cuestionó una y otra vez el exagerado poder de Francisco Casal y sus socios, así como la complicidad de Eugenio Figueredo -entonces al frente de la AUF- en su conducta entreguista.
De regreso desde Buenos Aires, a donde viaja todas las semanas para grabar Hablemos de fútbol en la cadena ESPN, Diego deja una mochila en una silla, textea a su esposa para preguntarle si hay comida en la casa, me muestra el fondo de pantalla de su celular con sus dos hijas pequeñas y pide una coca y algunos cubos de hielo. Sigue luciendo joven y, sabemos, con 41 años en Uruguay, todavía se es joven. Ya no es una promesa. Se ha encargado de hacer periodismo de investigación en la política del fútbol, algo que escasea por impericia y conveniencia, según corresponda.
Después de Hecho en Uruguay, historias de emprendedores exitosos en el país, de 2013, la excusa para esta charla es su segundo libro, con la editorial Penguin Random House. Acaba de publicar Figueredo. A la sombra del poder, en coautoría con Emiliano Zecca, periodista de No Toquen Nada, en Océano FM, con quien trabaja en 180. El libro repasa la trepadora carrera de un vendedor de autos del Buceo que se creía el más vivo de todos y llegó a la cúpula de la Confederación Sudamericana de Fútbol y la FIFA. La investigación de la fiscal general estadounidense Lorreta Lynch generó un cisma en la poderosa multinacional del fútbol y así se precipitó el ocaso de Eugenio Figueredo, hoy en prisión domiciliaria procesado por fraude y conspiración para el lavado de activos.
De Figueredo, Casal, Damiani y de un periodismo deportivo que entiende "nauseabundo" trata este Seré Curioso con Diego Muñoz.
-¿Qué hacía Figueredo con los 16 dólares diarios que le daban mientras estuvo en prisión en Suiza?
-Ni idea. En la prisión de Suiza él tenía todo pago, lo que le cambió fue la vida. Alquilaba una tele para la celda y no tenía mucho para hacer. Creo que etiquetaba cartas. y así pasó sus días. Era una prisión común y corriente, dentro de lo que debería ser una prisión (terminamos malentendiendo qué debe ser una prisión). Él no estaba cumpliendo una condena, además, porque todavía se decía inocente. La que se quedó con nada fue la señora de él, que quedó varada en Suiza: le congelaron las cuentas y le sacaron las tarjetas de crédito.
-¿Podés estimar con cuánto dinero se enriqueció de forma ilícita?
-Ricardo Gil, asesor de Presidencia de la República en lavado de activos, -entrevistado para el libro- dice que no todo lo que dio Figueredo es todo lo que tiene. También lo reconoce el fiscal Juan Gómez. Estos tipos no entregan todo lo que tienen, así que parten de la base que hay más por ahí, sumale lo que había sobornos, coimas... Figueredo dice que puso entre uno y tres millones en el majestuoso hotel Hyatt. Estamos hablando de un tipo multimillonario.
"La gente se le acercaba y le pasaban la mano por el lomo: ''¡Eugenio!, '¡petiso!' o 'este petiso es flor de tipo. Eso también habla de la hipocresía del uruguayo"
-Su primera compra con dinero mal habido es un apartamento en la rambla, ¿no es cierto?
-Sí, el primer gran hecho sería la compra del apartamento en la rambla de Pocitos... En mayo del '98 se estaba por hacer la asamblea de clubes que le vendió los derechos televisivos a Tenfield y él se reúne en el Expreso Pocitos con integrantes de Tenfield. No se sabe qué pasó en esa reunión, pero sí se sabe que a partir de ahí Figueredo empezó a jugar para (Francisco) Casal, sí se sabe que el día de la asamblea había un montón de gente que de forma sensata se preguntaba por qué aceptar una oferta de 50 millones de dólares, si había otra de 82 millones. Sí se sabe que en plena asamblea intempestivamente interrumpieron Casal, Francescoli y Gutiérrez a señalarle a los dirigentes que le debían favores. Sí se sabe que después de que gana la oferta de 50 contra la de 82, tres meses después, Figueredo compra un apartamento por 375 mil dólares, cuando hacía cinco años que no tenía ninguna actividad laboral. En noviembre se firma el contrato y 10 días después se jubila, con una jubilación de 2.000 pesos y algo de ese momento, hoy unos 8.000 y algo. Ya era vicepresidente de la Conmebol, pero no tenía el peso que después tuvo.
-¿De cuánto habla el Departamento de Estado de Estados Unidos?
-Estiman unos 120 millones de dólares en coimas, que le atribuyen a todos. Extrañamente, después que (Alejandro) Burzaco (NdeR. empresario argentino, principal de Torneos y Competencias) declara, ya no se habla más de cifras. Algunas fuentes me dicen a mí que no es esa plata, que eso es una exageración absoluta. Pero sí digo que después que Burzaco declara y coopera, esa cifra es quitada, se habla de "millones de dólares" en sobornos, pero ya no se especifica el monto. Por eso me parece temerario arriesgar cuánto puede haber embolsado Figueredo en sobornos y coimas.
-¿Y cuánto de ese dinero mal habido recuperó la Justicia?
-Está por recuperar 10 millones de dólares. Es mucho más de lo que la Justicia ha podido recuperar en otros casos. Eso es resultado de un acuerdo de cooperación con la Justicia. Pero sí te puedo decir -como te decía, lo reconocen Gil y Gómez- que seguro ganó más que esos 10 millones... Gil dice que cuando se habla de lavado de activos, nadie pone arriba de la mesa todo, porque aparte en el entramado de offshores, empresas generadas en distintos lugares, no se sabe dónde pueden estar su plata. Se sabe dónde están los apartamentos embargados, pero qué tiene por otro lado no se sabe.
-¿En algún momento se dedicó al negocio de las piedras decorativas, que fue lo que alegó como medio de vida en Estados Unidos?
-No, fue una fachada. Se dice que su señora tendría un negocio de piedras preciosas. La mentira más grande fue haber declarado estar mal de la cabeza para entrar en Estados Unidos, por eso no le hacen la prueba de inglés. Para tener su residencia estadounidense alega demencia en 2005...Él iba seguido a Estados Unidos, porque formó parte del comité organizador del Mundial del 94, y ahí conoció a su mujer, que es boliviana y vivía allá. Y él también acompañó en algunos viajes a Homero Bagnulo, un dirigente de Nacional que tenía problemas de vista, él lo acompañaba a Estados Unidos para que no fuera solo. Cuando Bagnulo llega a neutral, él tiene un poco de peso en la AUF.
-Lo de las piedras decorativas, entonces, fue sanata.
-Sanata fue todo lo que hizo Figueredo. Él siempre fue igual. Lo que está claro es que todos los que estaban al lado de Figueredo sabían que era un chanta. Gustavo Bordes fue su abogado, hasta que una diferencia en la estrategia del caso lo llevaron a renunciar, y Bordes cuenta en el libro que aún denunciado en 2013, él iba a comer y la gente se le acercaba y le pasaban la mano por el lomo: "¡Eugenio!", "¡petiso!" o "este petiso es flor de tipo". Eso también habla de la hipocresía general del uruguayo que sabía que era un chanta, podía no saber que tenía siete empresas panameñas o que era coimero, pero cualquiera sabía que era un chanta.
-Pero para esa altura, él ya era un alto dirigente de la FIFA. ¿Estados Unidos no se dio cuenta de eso antes de darle la residencia y creerle su supuesta precaria salud mental?
-Para entrar a EE.UU., para lograr la visa, él alegó demencia. Eso fue en 2005 y alegó no tener trabajo hacía cinco años. Esa se la comió el Departamento de Estado de Estados Unidos. Era jubilado desde el 98, había dejado de tener un empleo formal en 1992. Pero pasaba viajando, no tenía vida de demente, claramente.
"No usó la labia para seducir mujeres, la usó para meterse adentro de un lugar donde no era nadie, lograr un estatus que no le pertenecía"
-¿Qué tan sano está de la cabeza?
-Creo que está sano de la cabeza, que es un malabarista, una persona que utilizó su viveza para los peores fines. Pero está bien de la cabeza, no tiene ningún problema mental, sabe lo que dice y lo que hace. Creo que llegó a Uruguay sabiendo a quién tenía que incriminar y a quién no. Contó con la benevolencia de que no se quiso ir más a fondo respecto de su accionar como presidente de la AUF, y a partir de la posibilidad cierta que le da la ley de estar en prisión domiciliaria, está impedido de salir de su casa y nada más.
-Claramente, tenía una gran visión inmobiliaria. Se tomó muy a pecho aquel consejo de invertir en ladrillos.
-¡Una torta de ladrillos! Tiene el 11,11% en el Hyatt, después tuvo dos apartamentos de la rambla, que ahora están embargados. Y tenía dos apartamentos más en Punta del Este. Y (la revista) Sudestada publicó que tenía seis propiedades en Estados Unidos, nosotros no nos metimos en eso. Hoy está por verse si tuvo algo que ver (Daniel) Weiss en la cuestión. Él quiere involucrarlo en la cosa, a Weiss... (Daniel) Weiss era uno de los más beneficiados con la plata que giraba Figueredo. Él podrá decir que no sabe cómo hacía ese dinero Figueredo, lo tendrá que estudiar la Justicia.
-Varios ex allegados a él que lo conocieron en sus años mozos, cuando era dirigente de Huracán Buceo, destacan que es un tipo hábil, de labia, entrador, "vivo"... ¿Eso le alcanzó para trepar en el escalafón de autoridades de FIFA?
-Eso le alcanzó para rodearse de gente poderosa. Cuando Figueredo llega a la presidencia de la Conmebol, en circunstancia poco claras, con una maniobra, cuando todavía estaba Hugo Batalla como presidente de la AUF. Él tenía oposición cierta de la cúpula de la Conmebol. Le pide al dirigente Héctor Olmos que le haga una carta que dijera que si cae el presidente de la Conmebol, el vicepresidente terminaba su mandato, porque él enfrentaba una feroz interna porque querían que si se iba el presidente, cayera Figueredo también. No querían a Figueredo de presidente. Mientras Olmos redacta la carta, que tenía que ser aprobada, Figueredo se queda en la puerta de una parrillada en Asunción esperando al brasileño Ricardo Texeira (NdeR: titular de la Confederación Brasileña de Fútbol). Figueredo había escuchado a (Eduardo) Rocca Couture decir: "Cuando no sepas qué votar, votá lo que voten los brasileños, porque ellos tienen el poder". Y él esperó a Texeira, le come la oreja y lo convence para que avale el cambio estatutario. Entrador sí, pero hay que ver con quién se rodea a partir de su labia. No usó la labia para seducir mujeres, usó la labia para meterse adentro de un lugar donde no era nadie, lograr un estatus que no le pertenecía... En la AUF se rodeó de Casal, generó el cogobierno con Tenfield y armó el desastre que armó... Y en la Conmebol se rodeó de tipos que al principio probadamente no lo querían y se metió adentro. Lo que pasa es que cuando llega a presidente de la Conmebol, (Julio) Grondona muere, Leoz ya estaba retirado y denunciado hasta las manos y Casal ya estaba enemistado con él. Por eso su andar en la presidencia de la Conmebol es mínimo.
-Él siempre se jactó de haber crecido como dirigente del fútbol sin padrinos. Pero ustedes dejan claro que sí tuvo un padrino que le dio su respaldo...
-Es Abilio D'Almeida, el encargado del Arbitraje en la Conmebol, mano derecha de (Nicolás) Leoz. Murió en el '91 con 89 años. Era un tipo muy influyente en la Conmebol. Cuando (Joao) Havelange llega a la FIFA se volvió asesor de él. Figueredo estaba tan cercano a D'Álmeida que le decían "el enfermero" de D'Almeida. Es quien lo apaña, lo fue llevando primero a veedor, después cerca de la vicepresidencia, y cuando la AUF está buscando un presidente -después de Batalla vienen tres presidentes provisorios seguidos- y ahí llama Leoz a la AUF y dice que vería con buenos ojos que Figueredo fuera presidente de la AUF. Padrinos tuvo y pesados.
"Yo fiscal hubiera tratado de ver qué hizo Figueredo durante su periplo al frente de la AUF. Era una divina oportunidad de transparentar el fútbol uruguayo"
-Por el libro desfilan todos los pesos pesados corruptos del fútbol sudamericano (Leoz, Grondona, Figueredo, José María Marín) pero también quedan mal parados empresarios argentinos, como Alejandro Burzaco de Torneos y Competencias, o Hugo y Mariano Jinkis de Full Play. Hugo Jinkis les dio una entrevista donde grita su inocencia. Dijo: "nunca tuve ni una multa de tránsito". ¿Le creíste?
-Hay que separar: por un lado, está lo del Departamento de Estado de Estados Unidos que denuncia a Datisa, que está compuesta por Full Play, Torneos y Traffic. Por otro lado, está la denuncia que le hace la Mutual de Jugadores a Full Play en Uruguay. Esta segunda denuncia es un mandado de Casal, absoluto, queda evidente en el libro. Full Play no tiene los derechos ni de la Copa Libertadores ni de la Copa Sudamericana. Y es por esos derechos que la Mutual y los clubes hacen un juicio: ellos dicen que no recibieron la plata que les correspondía por los derechos de Copa Libertadores y la Sudamericana. Y Full Play no participa en ningún momento de eso. Involucrar a Full Play es un mandado absoluto, entre otras cosas porque no se mete a Leoz en esto, cuando fue el encargado de todos los sobornos en todos estos años. Lo otro es lo que dice el departamento de Estado de Estados Unidos: que Datisa pagó sobornos, entre ellos, a Figueredo, y Figueredo lo reconoce en la Justicia. Lo que dice Jinkis es que Datisa tenía los roles bien definidos: Full Play tenía como rol vender los derechos de televisación a los países (adquirir y vender derechos), Traffic se encargaba de la publicidad estática y Torneos se encargaba de la gestión con la Conmebol y con los dirigentes. En ese sentido, Jinkis asegura que desde Full Play no salió ni un peso para sobornos. A mí me pareció convincente en la entrevista que tuve cara a cara con él. Por lo que hablé con él me quedó la sensación de que a Full Play lo metieron en un juicio en Uruguay, porque estaba enemistado con Tenfield y con Casal. Pero si tuvo responsabilidad lo deberá investigar la Justicia. Tanto Mariano como Hugo Jinkis son los únicos que se dicen inocentes.
-Hubo co-conspiradores, como Chuck Blazer, dirigente de Concacaf, y José Hawilla (Traffic Group) que reconocieron su culpabilidad, que en la jerga callejera se pueden tildar de "buchones". Y en la misma categoría está Figueredo. ¿Le perdonarán en el barrio a Figueredo la delación? Porque se presume que, para reducir su pena, "mandó en cana" a otros corruptos...
-¡No le importa nada! En este momento de su vida lo único que quiere es que le reduzcan la pena.
-¿Hizo bien el fiscal Juan Gómez en acordar el pacto de cooperación con Figueredo, para recuperar algo del dinero mal habido, a cambio de información valiosa? ¿Lo compartís?
-El argumento es serio, nunca antes se recuperó tanto dinero (NdeR: Ir tras la "ruta del dinero" del delito va al Fondo de Bienes Decomisados de la Junta Nacional de Drogas, y en caso de haber condena se destina a la lucha contra el narcotráfico, y el tratamiento y prevención del abuso de drogas). Yo fiscal hubiera tratado de ver qué hizo Figueredo durante su periplo al frente de la AUF. Y no tiene que ver con incriminarlo más a él y a otras personas. Era una divina oportunidad de transparentar el fútbol uruguayo. Todos estamos convencidos que hay cosas que están muy mal, los que estamos en el fútbol y los de afuera que dicen "que es toda una joda". Yo pregunto: si el modus operandi de Figueredo en la Conmebol era el que conocemos, ¿no habría actuado igual en la AUF? Eso sí, creo que Gómez está convencido de que el pacto que hizo con Fgueredo estuvo bien.
-"Yo trato de estar una jugada adelantada del problema que me venga", solía ufanarse Figueredo. ¿Acá quedó en offside?
-Lo agarraron durmiendo... No se la vio venir. Tanto Figueredo como todos estos tipos de la Conmebol eran impunes. La gozaban, ostentaban su impunidad. El día que se hizo el lanzamiento del Hyatt, Figueredo estaba en primera fila en Presidencia de la República. Ostentaba su poder, estaba seguro que no le iba a pasar nada. La Conmebol tenía rango de embajada, no se podía entrar a ver qué pasaba. Estaba tan blindado y eran tan impunes, que no se la vio venir.
-"Nunca tuve problemas para abrir una cuenta", dijo Figueredo. ¿No es llamativo que nunca le hicieran drama para abrir cuentas, donde depositaba el dinero non-sancto? Ricardo Gil, experto en lavado de activos, te decía que los funcionarios del banco suelen dejarse deslumbrar por los famosos y poderosos...
-Eso demuestra la diferencia de trato que hay, porque cualquiera quiere hacer una transferencia grande de dinero en un banco y tiene que presentar avales, tiene que demostrar que ese dinero es bien habido. Y bienvenido que así sea. Pero Figueredo con su plata se beneficiaba y beneficiaba un montón de actores externos al fútbol que iban prendidos a la plata que él agarraba de coimas y sobornos.
-Figueredo le compró un apartamento a Capital Class, una empresa fantasma del ejecutivo inmobiliario Atijas Weiss, en 2012. La compra fue realizada a través de la empresa Remstar Assets, que según la Justicia pertenece a Figueredo, y la investigación Panamá Papers reveló que fue creada por el estudio jurídico de Juan Pedro Damiani. El presidente de Peñarol negó cualquier vinculación con empresas de Figueredo. ¿Le crees?
-Me hubiera encantado haber podido entrevistarlo a Damiani, para verle la cara cuando responde.
"Casal hacía y deshacía. Y en la vinculación con Figueredo hay un círculo que es Casal-Figueredo socios, codo con codo en la AUF en el 98, contrato, cogobierno, Passarella...."
-Damiani te contestó con evasivas cada vez que quisiste entrevistarlo para el libro, ¿no es cierto?
-Media docena de veces estuvimos a punto de agendar la entrevista. Tengo guardados los mensajes. Terminé recurriendo a Álvaro Amoretti, de la agencia Quatromanos, explicándole la situación. Era importante para nosotros poder preguntarle cosas. Peñarol es quien por pedido de Casal se embandera con la denuncia contra Figueredo y la Conmebol, y él era el que le administraba las offshores... era una cosa extraña. Él lo niega, pero salió a la luz en los Panamá Papers. Figueredo lo incrimina, dice que la plata era casi siempre en efectivo y que las empresas se abrían donde le recomendaba Juan Pedro. De hecho, la empresa que compra con 375.000 dólares en el lapso este en que se firma el contrato con Tenfield y él cae de la nada con esa plata para comprar el apartamento, lo compra con una empresa panameña que le abre Mossack Fonseca, que tiene su sede con dirección en la casa de su hermana y lo administra el estudio de Damiani. En ese año de la compra, Figueredo era presidente de la AUF y Damiani era el vice. No hay que perder de vista el contexto.
-¿Qué rol juega en toda esta novela de corrupción "Paco" Casal?
-Paco Casal es el tipo más poderoso del Uruguay. A Figueredo no lo entenderíamos en sus años de la AUF sin entender a Casal. Me causa gracia cuando hay periodistas avezados que saben de la influencia de Casal cuando te tratan de loco porque decís que Casal es influyente...
-¿Quién niega la influencia de Casal?
-Hace un tiempo, unos años, tuve un intercambio en Twitter con un periodista que respeto como Gabriel Pereyra, que decía que era una persecución mía decir que a (Sebastián) Bauzá lo sacó Casal. Y en el libro, (Héctor) Lescano, que dejó de ser ministro de Deporte por pedido de Casal, reconoce la influencia del gobierno en la salida de Bauzá. Solo alguien que está bajo un árbol que da esa sombra puede negar la importancia e influencia que tiene Casal. Casal hizo de la AUF una sede de Tenfield. Al punto que cuando se va Figueredo y viene (José Luis) Corbo al frente de la AUF vio que al lado de la oficina del presidente había otra oficina para que usara Edward Yern. Lo dice Corbo en el libro. Casal hacía y deshacía. Y en la vinculación con Figueredo hay un círculo que es Casal-Figueredo socios, codo con codo en la AUF en el año 98, contrato, cogobierno, Passarella, 600.000 dólares anuales del salario de Passarella lo pagaba Tenfield, chárters, todo divino... y en la salida de Figueredo de la AUF, simultáneamente empieza a tocar la puerta de la Conmebol para hacer oferta con Global Sports, Casal se pelea con Figueredo, denuncia reconocida -ya no hay discusión- de Casal en la Conmebol, y en la caída (de Figueredo): clemencia para los vencidos, impunidad para los poderosos.
-¿Te hubiera gustado entrevistarlo a Eugenio Figueredo, tras su detención? ¿Lo intentaste o ni te lo propusiste?
-Y sí. Lo intenté... Hablamos con Karen Pintos, su abogada, y nos dijo que no había posibilidad ninguna. Le propusimos que hablara ella en representación de Figueredo. Primero nos dijo que sí, después nos dejó de atender el teléfono.
-¿Cuál hubiese sido tu pregunta clave, la más picante?
-Lo que pasa que a un tipo como él... es difícil. Una enseñanza que me dejó Figueredo fue que yo había publicado un artículo en el suplemento Qué Pasa de El País donde (el ex juez Gustavo) Gallesio confesaba que desde la autoridad del fútbol lo habían llamado para que Colombia y Chile empataran en Santiago y así se beneficiaba Uruguay (en unas Eliminatorias). Ese artículo enojó mucho a Figueredo y al domingo siguiente fue a Deporte Total en canal 10. Y mi primera pregunta fue: "¿Usted cree que es creíble el fútbol uruguayo?". Fue una pregunta mal formulada... Generé con ella que él se calentara y empezara a gritar. Me dijo que yo me creía el Robin Hood del periodismo deportivo, y que me faltaba boliche. Yo me calenté y seguí a los gritos. Y en realidad desperdicié la chance divina de preguntarle cosas buenas, por la ingenuidad de entrar en su juego de tirar una chicana y no hablar de nada de fondo. Seguramente hoy le haría preguntas sin opinar, tratando de ser imparcial. Me interesa mucho más qué hizo en sus años de AUF que lo que hizo en la Conmebol, porque ahí es todo sabido...
-A vos te costaría ser imparcial en este tema, porque tu postura es sabida.
-Bueno, pero le preguntaría cosas con fundamento, con la información en la mano, para que él las responda. Pero no tuvimos la chance.
-¿Cuántos años estimás que puede estar preso Figueredo? Porque de acá debe volver a Estados Unidos.
-Nosotros hablamos con dos abogados de peso que nos dijeron que creen que no va a dejar de estar preso nunca en Uruguay, porque no le conviene. Lo que más le conviene a él es estar en prisión domiciliaria hoy en Uruguay, en su casa. Por eso vino, por eso contrató una abogada que tiene vínculos laborales con Víctor Della Valle. Pintos y Della Valle trabajan juntos, ellos lo negaron, pero en el libro queda claro que 20 días antes del procesamiento de Figueredo los tiene trabajando juntos. Una vez que cumpla la sentencia debería volver a Estados Unidos, de eso se trata la extradición. Todo hace pensar que va a terminar su vida en Uruguay.< p/>
"Hay una extrema obsecuencia hacia Casal y la hubo hacia Figueredo. Los canales privados, hasta que Bardanca entró a canal 4, impusieron la censura"
-En los agradecimientos te acordás de Mario Bardanca, Enrique Yanuzzi, Leonardo Haberkorn "y todos quienes siempre fueron capaces de mostrar un camino de coherencia e independencia en un ambiente cooptado y nauseabundo". ¿Por qué calificás el ambiente del periodismo uruguayo de esa forma?
-Hablo del periodismo deportivo. Hay una extrema obsecuencia hacia Casal y la hubo hacia Figueredo. Los canales privados, hasta que Bardanca entró a canal 4, hubo censura explícita en todos los canales. Los periodistas, para hablar de Casal piden permiso. No sé si es autocensura o desde arriba no los dejan, en cualquier caso, es un ambiente nauseabundo y cooptado. En El País salió una nota sin preguntas con (Nelson) Gutiérrez pegándole al ministro Lescano.
-¿Es feliz Figueredo?
-No lo sé... Creo que está hoy donde se merecía estar: preso. Y no creo que haya gente que esté presa y sea muy feliz. Pero, claro, está mejor de lo que pensaba cuando dijo en Suiza: "Yo voy a morir en la cárcel". El escenario que tiene es ideal para su caso: está preso en su casa, en un apartamento hermoso frente a la rambla, con su familia y en el país que quería estar. Estuvo menos de un año en la cárcel y ahora está en su casa. Hay otro tema: cuando las miradas de complacencia pasan a ser miradas inquisidoras, cuando el apellido queda manchado, cuando murmuran a tus espaldas que sos una persona de la peor calaña... Si alguien está en sus cabales no puede estar feliz en esa situación.
Montevideo Portal | César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López
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