Por allá por el 2001, cuando el virus de la fiebre aftosa le dio un gran dolor de cabeza al presidente Jorge Batlle y la crisis económico-financiera lo hizo tambalear en el gobierno y salir corriendo a pedirle favores a Mr. Bush, había una canción que oficiaba de extraña banda sonora del país y se expandía por el mundo con la fuerza con la que hoy se viralizan los goles de Suárez. El hit era el buque insignia del género conocido como plena en Uruguay -mal llamado cumbia- y que en el continente se bautizó como "pop latino". Se llamaba "Mayonesa", la banda que lo interpretaba era Chocolate y tenía la voz cantante de Charly Sosa.
Quince años después, Sosa, un ex futbolista amante de Queen, los Beatles y los Rolling Stones, sigue siendo una figura indiscutida de la música tropical uruguaya y está celebrando 10 años como solista. Y como a los héroes de la música te los podés cruzar en 18, Charly hoy lleva sus discos a la casa de quien los quiera comprar y, cuando sale de gira los fines de semana para tocar, maneja su camioneta con toda la banda atrás.
De traiciones por plata a una casa sin compañera, de cómo vio la coreo de "Mayonesa" bailada por japoneses o rubiecitos nórdicos hasta qué pudo haber sido si seguía en la Cooperativa Bancaria o la Antimurga BCG, un mano a mano con el ex puntero izquierdo de River Plate y La Luz devenido en ícono de la plena criolla.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
-Estás celebrando 10 años en tu carrera solista. ¿Te costó salir a mostrarte y hacer un nombre como cantante después de integrar Chocolate?
-Por un lado fue fácil, porque tenía una carta de presentación que era la canción "Mayonesa" y un éxito posterior, del grupo Chocolate, que fue "Agachadita". Por un lado, me recibían acá y en el exterior por ser el cantante de esos dos temas. Pero fue difícil en el sentido de plasmar algo totalmente distinto. No te olvides que tanto en Chocolate como en Mayonesa (el grupo) éramos cinco cantantes, hacíamos coreografías, el baile era muy importante. Y yo pasé a hacer otra cosa: yo solo frente al escenario, haciendo un repertorio más melódico, y con canciones con algo más de contenido. Yo apunté a un tema que se llamó "Me levantó la mano" que hablaba de la violencia doméstica. Entonces, a partir del 26 de enero 2006 me costó algo más imponer mi estilo propio. Ese día lancé mi banda para todos los empresarios de la música. En aquel momento era "Carlos Sosa y su banda".
-¿Carlos Sosa no tenía marketing? ¿Alguien te dijo: "Mejor ponete Charly, que pega más"?
-Yo usé mi nombre y pensé que con eso ya estaba, así era conocido en la música tropical. Al poco tiempo los medios empezaron a usar Carlos "Charly" Sosa y la gente adoptó el "Charly", ya nadie me decía Carlos, pasé a ser Charly para un lado y para el otro, también en la calle. Había dejado de ser Carlos Sosa, ya era Charly. Así que fue la gente la que se lo apropió.
-Chocolate fue una de las bandas que aprovechó muy bien aquel boom de la música tropical a principios de siglo. ¿Por qué se dio aquel momento tan especial de ese género, también conocido como "pop latino"?
-Se da por lo mismo que se da hoy lo de Márama y Rombai. Son cambios generacionales que existen. Pero también creo que, cada equis años, la música tropical se estanca, cantamos los mismos temas, nos quedamos quietos en el tiempo, y siempre viene algo distinto. En aquel momento fueron Los Fatales. Creo que Los Fatales abrieron la puerta y atrás vinimos Chocolate, Monterrojo, Nietos del Futuro, La Roca, Azul, Quién, todos pasamos por esa puerta. ¿Cómo logró la ruptura Los Fatales? Con un cambio musical: fusionando la plena con el candombe. Eso, en el oído de la gente, pegó tanto que todo lo que estaba quieto, salió eso nuevo, pegó y mató.
"Los Fatales abrieron la puerta y atrás vinimos Chocolate, Monterrojo, Nietos del Futuro, La Roca, Azul, Quién... ¿Cómo lograron la ruptura? Fusionando la plena con el candombe"
-Pero ese auge duró un par de añitos y dio paso al boom del rock nacional, con los Pilsen Rock.
-Exactamente. Porque ya estábamos haciendo todos lo mismo, y la gente se había aburrido. Al día de hoy pasa lo mismo. Si bien Márama y Rombai es una música que ya existía, ellos la tocan más modernita, con un léxico más acompasado a cómo se habla hoy. Entonces, otra vez se da un golpe musical, que a la gente le gusta. Creo que se da cada siete años, más o menos. Pasó con Karibe con K, que fue un boom. Y ponele que cada siete u ocho años buscan otro sonido.
-Por otra parte, con "Mayonesa" construyeron un hit de proporciones mundiales. De hecho, se llegó a escuchar en Europa, como lo fue "Macarena" de Los del Río. ¿Qué fue lo más loco que te enteraste de la repercusión de esa canción?
-Estar en un aeropuerto y que vinieran uruguayos que nos decían que venían de Japón o China y que allá escucharon "Mayonesa" en todos lados. Recuerdo que siempre teníamos escala en San Pablo y ahí nos encontrábamos con uruguayos que venían de otros países, ¡y todos habían escuchado "Mayonesa"... en Alemania o en Japón! Después empezamos a viajar como banda y cantamos en Suiza, Italia, Holanda, Alemania. Veíamos a los japoneses hacer la coreografía y cantar "ma-yo-ne-sa" y no lo podíamos creer. ¿Por qué si a mí me gustan los Beatles y puedo cantar "She loves you, yeah, yeah", ellos no pueden cantar "ma-yo-ne-sa"?
-Pero es que el inglés es el idioma universal, el español no.
-Por eso mismo iba: "Mayonesa" rompió estructuras de fronteras, musicales, de idioma y sociales. No creo que supieran qué decía la letra, ojo. Yo estaba en Suiza y veía rubiecitos de ojos claros cantándola. Creo que unieron muy bien el estribillo con la coreografía. Hace cuatro años fui a Australia, al recital latino de la canción, en la bahía de Sidney, en un escenario flotante. Hice el cierre del festival. Eran todos australianos y algunos latinos, y es un país cosmopolita, con muchos asiáticos. Yo tengo fotos desde arriba del escenario y vos ves la foto y no sabés en qué país estás. Lo mismo pasaba con "Agachadita", la sabían.
-En los 90, cuando yo iba al liceo, escuchar cumbia era de "terraja". ¿Se vencieron esos prejuicios?
-No se vencieron. En muchos lugares no. Hay mucha gente hipócrita, porque sí la consumen, pero en ciertos ámbitos dicen "qué grasa" o "qué terraja". Me ha pasado de ver una persona en cierto ámbito y me abraza a los gritos de "¡vamo' el Charly, papá!" y lo veo en otro ámbito y me saluda de lejos, apenas. Creo que quedan coletazos de aquellos prejuicios. Quizás hoy es más aceptado y más comprendido. Antes no se entendía que a alguien le gustara Charly Sosa, que hace pop latino.
-No muchos saben que te iniciaste en un casting para entrar a la Antimurga BCG de Jorge Esmoris...
-Es verdad. Y no muchos saben que me descubrió Rafael Antognazza, cantando en la ducha de la Cooperativa Bancaria. Yo jugaba al fútbol, fracasé por distintas circunstancias y dejé el fútbol.
-¿Dónde jugaste?
-Había jugado en River Plate con la generación de (Fernando) "Petete" Correa, (Edgardo) Adinolfi, Osvaldo Canobbio, todos esos fenómenos. El último año, 1993, jugué en La Luz. Yo quería quedar libre, porque había pasado una prueba en Defensor Sporting. Pero me querían retener en el club y, como no quise jugar, me declararon en rebeldía. Eso fue por el '92 o '93. Entonces por dos años no podía jugar en ningún lado. Tenía que arrancar a laburar. Por intermedio de mi papá (en realidad es mi padrastro, pero es como si fuera mi viejo) logré anotarme en una prueba para ir a laburar a la Cooperativa Bancaria. Nos presentamos 500 pero quedamos sólo dos. Salí segundo e ingresé a la cooperativa, donde trabajaba Antognazza. Un día estaba cantando una canción de Luis Miguel en la ducha -me encantaba Luis Miguel- y me escuchó el Rafa y preguntó quién estaba cantando, le contesté que yo. Cuando salí, estaba en mi casillero del vestuario y me dice: "Che, qué buen timbre de voz que tenés, qué buen registro. Hay un casting para la Antimurga BCG. Dale, venite". Le contesté que estaba loco, que lo mío era el fútbol y, como estaba declarado en rebeldía por dos años, iba a laburar por dos años y después volvía a jugar al fútbol. Le empezó a contar a mis compañeros y me empezaron a manijear. Había unos cuantos vinculados al arte y a la música ahí adentro. Era solo ese día el casting, y me dieron tanta manija que fui. Y quedé.
"Estaba en Suiza y veía rubiecitos de ojos claros cantándola. No creo que supieran qué decía la letra. Tengo fotos de un concierto en Australia, desde arriba del escenario: ves la foto y no sabés en qué país estás. Todos la cantaban"
-¿En qué año debutaste en la Antimurga BCG?
-En el '94 y fue solo ese año. Ahí cantaba.
-Y en un tablado te vio Eduardo Rivero, ya sé, pero no te llevó a Karibe con K. ¿Te quedaste con ganas de haber integrado esa banda mítica en el género?
-Me llevó a Imágenes, algo así como el semillero de Karibe. Éramos los que íbamos a ocupar el lugar de Karibe cuando terminara. No llegué a Karibe porque a los tres meses me salió de pasar a NG La Banda, donde estaban dos integrantes de Karibe con K. Era la competencia de Karibe.
-¿Pero te quedó esa espina?
-¿Vos sabés que no? Porque tuve la suerte de cantar con Yesty Prieto, uno de los fundadores de Karibe con K. Él me apadrinó, me aconsejó mucho. Hay dos pilares en Karibe con K: Yesty Prieto y Gerardo Nieto. Después viene el Fata (Delgado) con su parte, "Pinocho" Sosa y Miguel Cuffau. Pero Yesty y Gerardo fueron los dos cofundadores de la sonora Karibe, antes de que llegara Rivero y los levantara. Pero en NG La Banda fui apadrinado por Yesty Prieto y al poco tiempo llegó Gerardo Nieto. Entonces, no me quedé con las ganas de llegar a Karibe.
-¿Por qué se separa Chocolate como integración?
-Por diferencia con nuestro manager (Juan Carlos Cáceres) en la parte económica. El almacén se había transformado en supermercado y nosotros seguíamos cobrando como si laburáramos en un almacén. Nosotros habíamos llegado a México y nos fueron a buscar en una camioneta impresionante. Y le digo al chofer lo linda que estaba la camioneta y él me preguntó por qué no me compraba una como esa, que cuántos coches de alta gama tenía. Y yo le dije: "Mirá, tengo un Ford Escort del 94 y lo estoy pagando en cuotas". Me dice: "Guey, entonces eres fanático de las mansiones, de las propiedades". Le digo: "No, mirá, tengo un apartamentito que saqué por el Banco Hipotecario y lo voy a pagar en 25 años". Entonces él me mira y me dice: "¿Tú no sabés cuánto dinero vas a ganar en esta gira?". Y le dije: "Mirá, yo sé cuánto voy a cobrar yo. A mí me van a pagar 500 dólares". Y él me dijo cuánto le iban a pagar a la banda por la gira mexicana y era 300% más... Agregale como cinco ceros a lo que yo iba a ganar, jaja. Había una diferencia monstruosa. Ahí empecé a averiguar y comparé cuánto cobraba yo, que era el líder de la banda, y cuánto cobraría el manager. (En Uruguay, el artista es empleado del manager, pero en el resto del mundo es al revés). Creo que ganábamos un 5% de lo que el manager ganaba. Yo le advertí dos veces que me pagara más o me iba, y a la tercera, donde no me hizo caso, me fui.
-Es gracioso que dejaran de ser Chocolate para pasar a ser Mayonesa, como banda. Y cantaban en un género primo de la salsa... ¿Era una especie de chiste interno hecho en voz alta lo de apelar a dulces o condimentos?
-Eso fue la gente. Nos asociaban con "los de Mayonesa", por la canción. Entonces, para que nos asocien con aquella canción, nos rebautizamos Mayonesa como banda. En el exterior, todo ese tipo de cosas llama la atención, tipo "hay que ir a verlos para ver qué es". ¡Me han sugerido que me llamara Charly Sosa y su Mostaza"!
-¿Qué desafíos profesionales implicaron comenzar tu carrera solista?
-Yo pasé de ser un empleado a ser patrón. Arriba del escenario me cambió porque la tensión que tenés que lograr es bien distinta. Antes éramos cinco cantantes y bailarines, pasé a ser yo solo para mantener la atención durante 40' o en el interior, quizás, toda la noche. Y tener canciones de todo tipo: románticas, alegres, con contenido, bailables. Eso me hizo crecer como artista. Pero además pasé a ser el que pagaba los sueldos y toda la responsabilidad de llegar en hora, responsable por la conducta de mis músicos, de tener a todos en caja.
"Me descubrió Rafael Antognazza, cantando en la ducha de la Cooperativa Bancaria. Yo, hasta ahí, jugaba al fútbol. Me invitó a un casting ese día para la Antimurga BCG, me dio tanta manija que fui. Y quedé".
-Por cierto, te vi llegar a un boliche en una camioneta blanca con la banda, y vos manejabas... ¿Sos el líder de la banda y manejás vos cuando hacen ruta?
-Sí, la manejo yo. Y cuando tenemos que hacer cientos de kilómetros para ir al interior también. He puesto choferes y no son responsables. Una vez puse un chofer, íbamos todos durmiendo plácidamente y cuando me desperté, el tipo se había dormido y se estaba pasando para el carril contrario. Iba manejando dormido. Agarré el volante y lo pasé para nuestro carril. Eso me hizo razonar: yo soy responsable por la banda. Si a mí me da sueño, paro la camioneta y dormimos. Me han dicho: "Bo, piojo, pagá un chofer", pero no es eso. Yo ahora no presto el volante. Es mi banda y llevo vidas humanas, es responsabilidad mía.
-Vos componés muchas de las canciones que cantás. ¿Qué te inspira?
-Muchas sí. Otras las componemos entre el pianista Gustavo Gómez, el guitarrista Claudio Rodríguez y yo, en coautoría. ¿Qué me inspira? Historias de la gente. "Me levantó la mano" fue porque vine sorprendido por la violencia de género en España. País del primer mundo y allá era cosa cotidiana en los noticieros: recuerdo la noticia de un español que había cortado a su mujer en pedazos y la tenía en parte en el baúl del auto. Acá todavía no se hablaba con fuerza de la violencia doméstica. Era 2007, llegué a Uruguay y le conté a Robert Pintos que quería hacer un tema sobre eso. Llegó el caso que tuvo tal suceso que Presidencia de la República tomó el tema como propio para la campaña contra la violencia doméstica. Y respecto a otros temas, está el momento sentimental del artista cuando compone. "Bendito amor", la primera canción que compuse, fue porque llegué al apartamento y noté que tenía todo bien: estaba bien económicamente, me iba re bien en lo mío, pero no estaba en pareja. Y pensé: "Qué lindo sería llegar a mi casa y que me estuvieran esperando" y ahí nació la canción.
-¿Cómo ves la irrupción de algunos advenedizos a la música tropical, como el Lolo Estoyanoff en dupla con Majo La del 13 o Julio Ríos cantando junto a El Reja? ¿Lo tomás bien o -con la mano en el corazón- te molesta un poco a vos que la venís peleando hace años?
-No sé si el Lolo o Julio Ríos van a facturar con esto. Los principales ganadores en esto son los artistas que los llamaron a ellos, en este caso Majo y El Reja. Le suma al artista a la hora de la cantidad de reproducciones en Youtube, por la cholulez (de la gente). Pero no me jode. Soy de los que cree que la música tropical para que exista tiene que tener a alguien tirando del carro. El tema con el Lolo tuvo suceso por ser un ex jugador de Peñarol, la pelea de Majo con Vanesa Britos y la parodia de The Party Band, todo sumó. Yo lo pienso así: se sigue hablando de un género en el que yo participo. Genera que más gente que no consume esta música entró a escuchar, a ver qué era esto de la música tropical. Así que suma.
-He notado que en tu género todos los artistas se nombran a sí mismos en las canciones: El Gucci, El Reja, Vanesa Britos, vos mismo decís "¡La de Charly, papá!"... ¿Por qué eso de "darse para adelante" en plena canción? Es algo que no pasa en el rock ni en el pop.
-Eso pasaba antes también con Monterrojo ("Mon-te-rrojo"), Los Nietos ("Nietos, nietos, aguante Nietos") y Los Fatales ("¡Estos son Los Fatales!). Quizás vos escuchás a la Trostky o a No Te Va Gustar y los identificás fácilmente. En el caso de la música tropical, los parámetros de la plena son muy similares, entonces tenemos que usar esos latiguillos, autonombrarnos, como para decir: "Este tema lo canto yo, no te confundas, es mío".
-¿Me querés decir que cantan todos igual y se nombran para que quede claro quién es quién?
-En realidad, si lo analizás, dentro del género música tropical, yo escucho al Gucci y sé que es él, pero de repente alguien de afuera no analiza las variaciones rítmicas o las estructuras musicales y no nota la diferencia. Capaz que dicen "todos suenan a plena", pero todos tocamos la plena de forma distinta, entonces queremos distinguirnos de los demás.
"Que canten el Lolo o Julio Ríos no me jode. Genera que más gente que no consume esta música ahora la empiece a escuchar, a ver qué era esto de la música tropical. Así que suma"
-Leía en tu Facebook que anunciabas que habían llegado nuevas unidades de tu último disco El amor de mi vida o el DVD del show del Metro 20 años de música. Decías ahí que te lo pidieran por privado que vos se lo llevabas a domicilio en Montevideo, o al interior lo enviabas con un poster firmado. Todo casi artesanal, pueblerino: el artista en contacto directo con el público, sin intermediarios. ¿Es así para evitar costos y luchar contra la tajada de las disquerías?
-Esto arrancó en mi primer disco solista, cuando no estuve de acuerdo en la liquidación que se me hizo a la hora de las regalías. Yo consideraba que si yo pagaba todos los músicos en el estudio, yo pagaba el máster, yo pagaba todo, ¿por qué sólo me tenían que dar un dólar o dólar y medio por cada disco vendido? Al siguiente disco, pensé en sacarlo yo directamente. Podría vendérselo a la gente mucho más barato y evitaba la piratería. ¿Por qué tengo que venderlo al precio de la disquería, cuando se llevan un porcentaje la disquería y la disquera? Entonces, lo puse más barato y a la casa de la gente llega un disco original y no tiene que ir a comprarlo a la feria pirateado. Y después pensé: ¿y por qué no llevarlo yo? Recuerdo que lo puse en Facebook y en una semana vendí 100 discos. Hoy por hoy, ya no lo hago ni por el aspecto económico. Lo hago por el ida y vuelta con la gente: llevo 22 años en la música y 10 de solista, y es un mimo al que me sigue. Y lo he llevado a una casa en Carrasco o un ranchito en el Borro, y en todos los casos lo llevo yo, se lo firmo y me saco fotos con el que me lo compra.
-Estás soltero. ¿Cómo hacés para lidiar con las chicas en los boliches, cuando vas a cantar?
-Es llevadero, jaja... Es lindo.
-Si una chica te gusta, ¿sólo le pasás tu número y la seguís después? ¿O puede pasar que esa noche no duermas solo?
-Doy gracias a Dios que existe Facebook, Twitter y Whatsapp. Es tan fácil encontrarte hoy por hoy... Yo dentro del baile no marco, me debo a todo el público por igual, desde la más linda hasta la más fea. Me bajo del escenario y me saco fotos con todas, y me puedo estar muriendo por una que vi, pero no hago distinciones. Si me acercara a pasarle el teléfono a una que me gustó y me ve una que no es tan linda, siento que la estoy traicionando. Y si ésta me lo pide, también se lo tengo que dar. Busco decirle: "¿Cómo andás? Buscame en Facebook y charlamos".
-¿Has pensado en cortarte el pelo?
-Pensé. Cuando empecé como solista, mi primer contrato internacional fue en España. Te hablo del 2006, tuve una reunión con un empresario, le llevé el disco y yo quería cambiar el perfil, lo que incluía cortarme el pelo. Le dije "este es mi producto, estas son las canciones y me quiero cortar el pelo". Agarró el contrato y lo puso en un cajón y me dijo: "Hostia, tío, si te cortas el pelo, no te conoce ni tu madre". Y me dijo: "Tu imagen acá en España se conoce por la canción de 'Mayonesa', si te cortas el pelo hoy, te será dificilísimo imponerte como artista. Aprovecha lo que tienes". Yo ahora voy a Australia, y me reconocen por el pelo largo.
-¿Pero al día de hoy por qué lo harías?
-Por aburrimiento, porque me tiene cansado. Es un cuidado extremo. Al bañarme tengo que ponerme varios productos, es complicado llevarlo.
"Un empresario español agarró el contrato y lo puso en un cajón y me dijo: 'Hostia, tío, si te cortas el pelo, no te conoce ni tu madre. Tu imagen se conoce por la 'Mayonesa'; si te cortas el pelo, te será dificilísimo imponerte. Aprovecha lo que tienes'".
-¿Qué música solés escuchar en tu casa o tu camioneta?
-Soy fanático de Queen. Freddie Mercury es, para mí, el cantante más completo de la historia. En una canción como "Bohemian Rapsody" te puede cantar como balada, terminar en un rock pesado, pasa por matices vocales. También me gustan The Doors, Creedence, los Beatles, los Rolling. Yo en mi casa no escucho cumbia... Me gusta mucho No Te Va Gustar. Fui a ver a Paul McCartney y a los Rolling cuando vinieron. Los escuchás cuando grabaron en mono y ahora lo ponés y suena en estéreo.
-¿Y nunca se te dio por cantar rock? No digo ahora, sino antes...
-No, no... Y tuve posibilidades, porque Rafael Antognazza, cuando me llevó a la Antimurga BCG, él tenía una banda de rock y alguna vez me habló de ir, pero la vida me llevó por el lado de la música tropical.
-¿Tenés pensado volver al carnaval? Tengo entendido que te han tentado para el año que viene...
-Tengo tres propuestas. Prefiero no decir cuáles son, pero son una en murga y dos en parodistas. Lo estoy pensando, pero me destruye hacer carnaval, porque yo no paro la orquesta. Y no me reditúa parar de cantar con mi banda. Entonces, para hacerlo mal, prefiero no hacerlo, porque no hago bien ninguna de las dos cosas. El público se merece que yo, vocalmente, llegue enterito.
-¿Ves a tu hijos todo lo que quisieras?
-No. Al ser separado es distinto, y aparte con los viajes los extraño horrores. La tecnología me acerca más cuando estoy lejos. Los fines de semana no los veo, porque vivo al revés: cuando ellos están despiertos, yo estoy durmiendo y viceversa. El domingo, que podría ir a buscarlos para llevarlos al cine o a pasear, estoy molido, porque el cuerpo te pasa factura. El grande (Marcos, de 17) estudia y trabaja; al chico (Santino, de 5) lo paso a buscar, lo llevo a la práctica, de fútbol, lo traigo para casa, duerme y al otro día lo llevo al jardín. Todas las horas que otro padre disfruta a su hijo, yo no las tengo. Eso lo extraño.
-¿Sos feliz?
-(Piensa) Eeeh... sí, puedo decir que soy un tipo feliz. Capaz que no completamente feliz porque no tengo una compañera o una familia armada. Eso es lo único que me faltaría.
Montevideo Portal | César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López
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