El cantautor dijo que no podía opinar de la música porque no la había escuchado, pero sí estaba al tanto de que "hay un drama muy grande porque un baterista perdió el puesto": "Lo sé porque está en los medios".
Para conocer el fenómeno por dentro -incluyendo #elerrordelbateristadeRombai- quisimos entrevistar a la cantante de una de las bandas del momento.
Un miércoles por la tarde, Camila Rajchman esperaba en su Mini Cooper terracota la llegada de su representante, Quique Quinteros, para entrar a Barba Roja, el restorán del que es propietario. Él le hizo un guiño de lejos y ella entendió que debía entrar. Quinteros ya había avisado que él estaría presente en la entrevista: "No va a ningún lado sin nosotros". Ella se despidió de su novio por teléfono y se dispuso a mostrar toda su autenticidad.
El sitio se abrió especialmente para la nota con Cami, una joven que en dos semanas cumplirá 21 años y es la fémina por excelencia del género musical del momento: la "cumbia cheta" o "cumbia pop", como sus cantantes prefieren llamarla.
Fresca y natural -sin pose alguna-, Camila hablará de cómo Rombai le cambió la vida. De cómo, ahora, Rombai ES su vida. Tanto que varios días a la semana los pasa recorriendo otros países de Latinoamérica -especialmente Argentina- y a su regreso, atesora momentos como almorzar con amigas, ir al gimnasio o meter muchas horas en clases de canto y ensayos de la banda.
Se la transformó tanto que ahora trabaja de noche y duerme de día, dejó dos carreras en la Universidad ORT y hasta fanatizó a su padre con las canciones del latiguillo "Rombai... ¡De fiesta!". La joven habló de cómo le afectan las bromas ácidas, de los fans incondicionales que llevan su cara en las remeras, de los prejuicios, de las ganas de mejorar en una banda que con sólo seis temas propios el sábado 14 junto a Márama llenará un Velódromo municipal, para envidia de tantos rockeros del palo.
-¿Cómo nació Rombai?
-Nace en diciembre de 2014 cuando Fernando (Vázquez) me propone grabar una canción en joda. Era un videoclip re casero, para verlo entre amigos. Le dije que ni en pedo me iba a poner a cantar en un escenario. Nunca imaginamos esa repercusión que tuvo... Era algo bizarro, íbamos a hacer Los Pimpinella, en cumbia. El día que lo íbamos a grabar me escribe diciéndome que había escrito una canción especialmente para grabarla ese día. Le dije: "¡No la conozco, no sé cómo es!" Y ahí fuimos y grabamos "Locuras contigo". Yo le dije: "Esto es horrible. Esta canción no la canta ni mi madre. Es espantosa". La empezamos a mostrar y a la gente le gustaba. Fuimos a grabarla y no sabíamos quiénes eran los músicos. Pero tuvo tanta repercusión que tuvimos que armar una banda.
-¿Y ahí la subieron a Youtube?
-Sí, fue el 27 de diciembre. Hace 10 meses. El bajo y la guitarra se grabaron en el momento y Fernando se encargó del teclado, el resto de la música fue computarizada. Y hasta ese momento no se sabía quién era quién...
-¿Cuántas reproducciones tiene ese tema al día de hoy?
-Uff... unas 10 millones. Pero nos eliminaron nuestra cuenta de Youtube con el segundo tema. Decían que era por copyright, pero fue alguien que lo denunció porque éramos competencia. Ahí perdimos un montón de reproducciones, que no las contabilizó. Entonces esos otros canales fueron sumando... Pero si no la hubiesen interrumpido, tendría unas 18 millones de reproducciones, más o menos.
-En El Observador TV contaste que el nombre Rombai nace por un juego de mano con palabras raras de tu bisabuelo... Contámelo.
-Mi bisabuelo, en Polonia, salía a caminar y cantaba una canción. Inventó un juego de manos y se lo enseñó a mi familia. Eso pasó de generación en generación, también en la llegada a Uruguay. A mí me lo enseñaron mis padres. Rombai no significa nada, era la primera palabra de ese juego de palabras. Yo juego a eso desde que tengo memoria, incluso lo juego desde chica con mi prima Nata (Rubinstein), la chica que toca el güiro en la banda. Con Nata, Fernando y otros de los músicos somos del mismo grupo de amigos de la facultad. Los demás nos veían jugando y mencionar esa palabra.
"Fernando me propone grabar una canción en joda. Era un videoclip re casero, para verlo entre amigos. Le dije que ni en pedo me iba a poner a cantar en un escenario"
-De aquel videoclip en broma, ¿cómo nace una banda?
-Cuando nos fuimos a Punta del Este a filmar el videoclip, que era en joda, dijimos: "Por las dudas, vos tocás el bajo, vos la batería, vos el güiro, yo canto, él canta", pero nadie hacía nada de eso. Fernando sí cantaba, a mí me gustaba cantar, Nata nunca había tocado el güiro... Hasta el momento del primer toque en serio, nunca pensamos que eso iba a ser verdad. Y después el tecladista nunca pudo tocar porque no se aprendió su parte, y tuvimos que traer uno que supiera tocar el teclado. Y así fue como se fue armando una banda en serio, más musical.
-¿Y lo de "¡De fiesta!" cómo nace?
-La canción no decía "Rombai, ¡de fiesta!", pero cuando volvimos y supimos que íbamos a sacar una banda, empezaron a decir que tenía que llamarse "Rombai" y yo les dije: "Nadie va a entender", pero insistieron. Y "de fiesta" fue una mezcla entre Fernando y yo. Yo quería decir "La fiesta la hace Rombai", pero era muy largo y quedó "de fiesta".
-Al género musical de ustedes se lo conoce como "cumbia cheta". ¿Qué opinás?
-No me cae ni mal ni bien. Entiendo que lo llamen así. Para mí es una cumbia pop o cumbia popular, agradable para mucha gente y no sólo para el que escucha cumbia. Es una música que suena en la radio y vas y subís el volumen, ¿entendés?
-Tu compañero Fernando Vázquez también ha dicho que prefiere llamarlo "cumbia pop". ¿Es estratégico, para quitarse el estigma de "cheto", de clase social alta?
-No sé cuál es el concepto de cheto... si es, quizás, por haber ido a un colegio privado en algún momento. Pero si es por el tipo de vida es medio patético. Todos los integrantes de la banda vivimos de un modo distinto. Está muy estigmatizado, me parece. Pero aparte, ahora todas las bandas de cumbia que nacen dicen que son "cumbia cheta". Para mí se generó un cambio en la cumbia que es agradable y a todas les dicen que son de cumbia cheta. Pero no se entiende muy bien por qué.
-¿No se entiende? Veamos... ¿El yate es de uno de ustedes, no? ¿De quién?
-No importa de quién. Pero sí, es de uno de nosotros.
-Bueno: el primer videoclip lo hacen en un yate en Punta del Este, estudiaste en colegio y universidad privada... Cualquiera puede decir que das con el perfil.
(Interrumpe su representante, Quique Quinteros: "Lo que pasa es que conceptualmente hay dos cosas. Hay que ver si lo dicen porque su música le gusta a los chetos o que ellos son chetos. Ellos llegaron a una franja con la cumbia a la que no se llega nunca". Le agradezco el aporte, pero le pido que no influencie las respuestas de Camila. Ella continúa).
-Es verdad, puede ser cheto por las personas a las que llega, o cheto por quienes componemos la banda. Nuestro sonidista o nuestros utileros trabajaron en Marka Akme o con la cumbia villera más típica, y trabajan igual con nosotros. Para mí se está haciendo más popular este tipo de cumbia a la que llaman cheta. Si quieren decir que la banda es cheta porque yo fui a una escuela privada, bueno... puede ser. No me molesta.
-Cuando en un asado se pusieron a pensar en hacer una banda, con varios compañeros de facultad, ¿qué se imaginaban que podía venir después?
-Yo me acuerdo que después que grabamos el primer corte y sacamos el primer "Rombai, ¡de fiesta!" yo me acuerdo que le dije a Fernando: "Por ahora tenemos pocas reproducciones, pero si algún día llegamos a tener muchas y nos llegan a llamar para ir a boliches, yo te pido que un fin de semana al mes me lo des libre". Fernando me decía: "Sí, sí". Mi hermano escuchó eso y me dijo: "Sos una ridícula, ¡mirá si vas a tener que pedir un fin de semana libre! No vas a tener que tocar nunca en tu vida". Y ahora para tener libre es una pelea y hay que pedirlo con meses de anticipación para no cancelar y no quedar mal con nadie. Me desconcertó todo lo que pasó... Yo estaba haciendo dos carreras en la Universidad ORT: Licenciatura en Comunicación y Tecnicatura en Audiovisual.
"Se generó un cambio en la cumbia que es agradable. Pero no se entiende muy bien por qué 'cumbia cheta'. Si quieren decir que la banda es cheta porque yo fui a una escuela privada, bueno..."
-Y dejaste las dos carreras. ¿Por qué?
-Primero dejé Comunicación porque ya no me gustaba, se me hacía súper pesado. Dejé en tercer semestre (segundo año) y después dejé, cuando Rombai ya existía, este año, en agosto. Es que ahora mi vida es Rombai las 24 horas, y cuando estoy en Uruguay y tengo tiempo libre, tengo una vida social que no quiero dejar de lado: mi familia, mis amigos, dedicarme a mí, ir al gimnasio.
-Decís "cuando estoy en Uruguay", ¿porque están viajando mucho?
-Muchísimo. Casi todas las semanas estamos tocando en Argentina, en Buenos Aires y en provincias, Chaco, Mendoza, Entre Ríos.
-Llenaron tres Gran Rex y ahora van a hacer un Velódromo en Montevideo...
-Esa experiencia fue única e irrepetible. Se nos viene el Velódromo, pero va a ser un show totalmente distinto. El Gran Rex es un teatro cerrado, con 3.000 personas por show. ¡Yo no lo podía creer! Yo crecí yendo al Gran Rex a ver a mis ídolos: vi a Casi Ángeles, a Floricienta, a Bandana, a Ricardo Arjona. Los veía y lloraba... y alguna vez conseguí ir al backstage. Y el otro día, cuando tocamos ahí, pensaba: "Tengo mi camarín. ¡Qué nervios que tengo! ¡Qué momento más lindo!".
-¿Y el Velódromo qué significa para vos? Hay artistas o bandas con décadas de trayectoria y les ha costado mucho hacer un Velódromo. Ustedes con un año en Rombai ya lo van a hacer.
(Quinteros, su representante, asiente con la cabeza, pero no agrega ninguna palabra. Ella contesta).
-Creo que nos mandamos confiados, que es lo bueno que tiene Rombai: que nos damos para adelante entre todos. El equipo que nos rodea confía en nosotros, y eso te da ganas de crecer. Nos dijeron: "Nos surgió la posibilidad de ir al Velódromo" y dijimos; "¡Re!". Le dimos para adelante. Va a ser un show totalmente distinto a los que damos en los boliches. Por el espectáculo de luces y de pantallas que vamos a tener, vamos a tener bailarinas, el vestuario... No hay una sola canción de Rombai o Márama que no sea furor. No dejamos de priorizar lo musical, que es lo que la gente compra.
-¿Cuántas canciones propias tiene Rombai?
-Seis.
-¿Y da para hacer un Velódromo con seis canciones?
-Bueno... Márama tiene ocho, y sacó un CD. Entre los dos tendremos unas 18 canciones.
-Después de Márama y Rombai empezaron a nacer bandas similares de abajo de un hongo... ¿Por qué creés que pegó tanto este género musical en los jóvenes y adolescentes?
(Quinteros se sale de la vaina por opinar y dar su versión. Le advierto que sé que él tiene su teoría, pero quiero escuchar la de ella. Lo toma bien y se sonríe. Y opina Camila).
-Yo creo que cambió el género de la cumbia, es agradable a los oídos, es más pop, más bailable. La escucharías en la ducha, en el auto o donde sea. Ahora "Noche Loca" que es el hit de Márama y Rombai es más electrónica, y Rombai me parece que va a agarrar para ese lado. Es alegre, no es pervertida.
-¿Lo decís por la cumbia villera?
-Claro. Yo me acuerdo que cuando tenía 15 y bailaba, eran canciones que hablaban de "la tanga" y "la raya" y otras cosas, y yo no me daba cuenta... Ahora está todo más cuidado, y estamos generando una imagen de banda que al público le genera un interés: se interesaban por saber qué nos pasa, qué tuiteamos, qué ropa usamos. Yo antes diseñaba zapatos y Fer me dice que la gente pregunta si mis zapatos los diseñé yo, porque quieren tener los mismos.
-Bueno, eso puede reforzar la idea de que son un producto comercial, para vender, más allá del gusto por la música...
-Yo no trabajo para nadie más que para Rombai, no tengo que vender por nada, hago y me presento tal como soy. Uso lo que me gusta y si les agrada cómo me visto es por mí, no porque trabajo para no sé quién, entonces tengo que vender tal ropa. Si te gusta, genial, porque significa que soy más aceptada.
-Antes de Rombai, ¿qué música escuchabas en tu casa, en el auto, en el Ipod?
-¡Me encanta la cumbia! Y el reggaetón, hasta fui a clase para aprender reggaetón. Soy medio paloma para la música: escucho Arjona, Ricardo Montaner, Abel Pintos. Ponía la 88.3 para escuchar cumbia.
"Yo no trabajo para nadie más que para Rombai, no tengo que vender por nada, me presento tal como soy. Si les agrada cómo me visto, es por mí, no porque trabajo para no sé quién"
-Pero nunca te copaste con Karibe con K, Borinquen o La Cumana...
-No, no... Pero sí con otras bandas que siguen sonando y me re enfiesto en el auto cuando voy manejando.
-¿Cómo te lleva la fama? ¿Qué cosas dejaste de hacer o qué rutinas cambiaste?
-La rutina y el horario fue lo primero que cambió, porque ahora trabajo de noche y duermo de día. Los lunes no me pongo actividades, a no ser que sea algo urgente, porque quiero descansar. Y si no me recupero, no llego bien al fin de semana. De martes a jueves voy al gimnasio, me junto con mis amigas a almorzar o cenar, me hago unos masajes para relajarme, porque me tenso pila por dormir más en las camionetas. Tengo pila de reuniones por diseños de zapatos. Y si no tengo nada para hacer, no me molesta en absoluto. Porque además, ensayamos mucho.
-¿Cuánto?
-Cuatro veces por semana, tres horas por día.
-¿Hacés cosas de "la cole"? ¿Seguís tradiciones judías?
-Ninguna. Solo hay un día en el año que respeto a morir que es el Día del Perdón. Y me junto a cenar con mi familia por Rosh Hashana, que es el año nuevo judío, pero para mí el año nuevo es el 1 de enero.
-Cuando estudiabas Comunicación, ¿cuál era tu vocación?
-Siempre quise ser productora, siempre quise hacer audiovisual. Quería ser la que gestiona todo... Y aparte me encanta la tele, por eso quería estudiar para estar detrás de cámaras. Después me encantó la publicidad y quise seguir eso.
-Pero antes me dijiste que en determinado momento Comunicación te dejó de gustar...
-Porque empezaron a venir otra materias como Historia, Cultura, ¡Cualitativa! Y como igual de ninguna manera me iba a recibir de productora y siempre aspiré a irme a estudiar a Buenos Aires, yo quería tener una base y después irme para terminarla en Argentina. Entonces pensé: "No quiero sufrir cuatro años con esta carrera". Dejo ahora y después retomo. Mi idea es tener el título en Buenos Aires, pero ahora no puedo. Ahora no es mi prioridad.
-¿Estudiás canto?
-Sí. Empecé después de la primera vez que fui a la tele, porque fue un fracaso... ¡Fue un fiasco! Nos criticó todo el mundo... Tocamos en Día Perfecto. Fuimos porque llevábamos un mes de estar sonando en la radio y empezaron a pedirnos en la tele. Tocamos con un tecladista que a nuestro parecer nos falló, yo le erré a las notas y los nervios nos jugaron en contra. Fue un papelón. Ese día salí de ahí, llamé a un profesor de canto y le dije: "Marcame de hoy a fin de año todos los días que tengas".
-El Gucci me confesó para este espacio que él sabe que no canta bien, que no sabe afinar, que no da un tono. Vos, veo, tenés una preocupación por aprender. Pero, al día de hoy, ¿creés que sabés cantar?
-Yo creo que lo que me pasó a mí no le pasa a mucha gente. Empecé a ir a clases de canto cuando ya estaba en el mambo: era cantar o cantar. No era que tenía tiempo de aprender a respirar y ver si afinaba o no. Yo a veces le digo al profe de canto: "No me sale la voz por el micrófono, no me escuchan porque me concentro tanto en ser perfectita y estar bien parada" y él me dice: "Es lo que menos importa. Ahora salí y que se te escuche la voz, intentá cantar bien". Yo ahora intento mechar las cosas; voy a gimnasia y me dicen: "Saltá la cuerda cantando una canción, a ver si no perdés el aire". Todos los que me rodean me ayudan a mejorar. Creo que hubo un avance... No digo que soy cantante, no me la creo, pero voy por el buen camino.
-¿Sentís los prejuicios de mucha gente? Que te señalen que sos rubia, bonita, judía...
-¿Qué querés que te diga? Yo ya nací rubia, nací judía. No elegí ser quién soy ni me transformé. No soy ni teñida: si hubiese sido morocha y me tiñera, ok... pero soy así.
-¿Cómo te tomás las bromas y las críticas, sobre todo en redes sociales y que se viralizan por WhatsApp? Hay algunas muy maliciosas... ¿Te afectan?
-No me ofenden para nada, me causan gracia. Hoy leía una falsa noticia que decía que me había muerto. Entrabas a la noticia y decía que era por comer pascualina. Terminé llorando de la risa, pero me llamó mucha gente para saber si estaba bien, si me había pasado algo. Intento ser positiva y mirar para adelante, pero sí escucho las críticas constructivas.
"La primera vez que fuimos a la tele fue un fracaso... Nos criticó todo el mundo... Ese día salí de ahí, llamé a un profesor de canto y le dije: 'Marcame de hoy a fin de año todos los días que tengas'".
-¿Nunca te afectaron o al principio sí y aprendiste a dominar la situación?
-La primera vez que me ofendí fue cuando me boludeó un cheto. Me dijo: "¿Vos sos la de nosequé?". Él sabía muy bien quién soy, porque lo conozco. Ponele que bautizó al grupo Mawi, entonces dijo: "¿Vos sos la de Mawi? ¡Ay, sacate una foto conmigo, cantame una canción de Mawi!", y yo tuve ganas de pegarle una piña. ¡Un cheto! O sea, de lo que me acusan a mí. Si a mí me dicen cheta no me importa. Yo hago esto para que a la gente le guste.
-La pregunta del millón: ¿Por qué echaron al baterista de Rombai?
-Yo ahí no tengo mucho que ver. Soy amiga de Tomy (Narbondo), me llevo re bien con él. Hablé después de la expulsión, pero no nos llegamos a juntar. Estoy feliz porque sé que tiene proyectos, lo recontra quiero y le deseo lo mejor.
-Él le confesó a Pablo Cayafa en Sábado Show que no sabía tocar la batería y aprendió para integrar la banda. Fue más lejos: dijo que su pasión no es la música. ¿Tu pasión sí es la música?
-Yo no sé si es lo que me apasiona o lo que hubiera elegido para mi vida, pero hoy es mi prioridad. Hoy Rombai es mi vida. Me cambió la vida. Es un estilo de vida... Si yo estoy en un restorán y me vienen a pedir una foto, tengo que decir que sí y sonreír. Si me llaman para hacer una nota, tengo que ir. Me encanta, me apasiona.
-Económicamente, ¿has hecho dinero con Rombai? Tomás Narbondo contaba que se pudo comprar un TV plasma, un playstation y ahorrar para viajar.
-Yo pedí que me den el dinero siempre a fin de mes, para estar más organizada y no estar siempre con plata encima. Y de momento no sé qué hacer con la plata. Nos están pagando súper bien, estamos ganando súper bien, yo nunca imaginé a los 20 años tener mi propia plata. No te voy a decir que me quiero comprar un plasma porque es mentira.
-Entraste acá despidiéndote de tu novio por teléfono. ¿Cómo le afectó a tu pareja (o a tus relaciones) el hecho de ser la cantante de Rombai?
-No te voy a contestar.
-Se especuló con que tenías una relación con Fernando Vázquez... ¿Son "movidas" que suman para que, en definitiva, se hable de la banda? ¿Tenés algo con él?
-Tengo amistad, tengo trabajo y tengo muchas cosas más con Fer. Pero no es mi novio.
-¿Son una moda pasajera o creés que el género y la banda llegaron para quedarse en Uruguay?
-Creo que el género llegó para quedarse. Rombai no sé cuánto va a durar, depende del público. Nosotros lo hacemos con pasión, pero depende si nos siguen aceptando o no. Ahora se nos están abriendo puertas buenísimas. Por ejemplo, por primera vez vamos a tocar en Paraguay, en el Personal Fest, que el año pasado llevó 60.000 personas. Nos escriben de Chile, de Perú, de Bolivia, de Estados Unidos. Yo estuve hace poco en Francia, unos argentinos me reconocieron y pusieron Rombai en el boliche. Yo casi lloro...
-¿Te sentís una artista?
-Me encanta que me hagas esa pregunta, pero tengo que pensar para contestártela, para no errarle al concepto. Pila de veces me pregunto, ponele: "Araceli González, ¿sentirá lo mismo que nosotros? ¿Hará lo mismo que nosotros? ¿Hace vida normal? ¿Es así como la mía la vida de un famoso?". Y no sabemos. Hay gente que tiene remeras con mi cara, hacen carteles... Y yo pienso: "Es increíble que me pase a mí". Pero no sé si es lo mismo que le pasa a los famosos, los que para mí son famosos.
-Te entiendo. Pero no te pregunté si te sentías famosa, sino si te sentís una artista.
-(Piensa) Yo me siento la misma persona que hace 10 meses. Siento que soy... la integrante de Rombai. Es muy raro lo que me estás preguntando.
"No sé si es lo que me apasiona o lo que hubiera elegido para mi vida, pero hoy es mi prioridad. Hoy Rombai es mi vida. Me cambió la vida. Es un estilo de vida".
-¿Pero cómo te definís? ¿Artista? ¿Cantante?
-Una cantante no me siento. Si me preguntás de qué trabajás, no te contesto "cantante". Te digo: "Trabajo en Rombai".
-¿Qué será de "la rubia de Rombai" dentro 10 años? ¿Cómo te imaginás?
-Me imagino totalmente formada a nivel personal. Me imagino casada, con hijos. Re feliz... Corriendo a las criaturas por todos lados. Voy a tener 30, espero no tener tantos hijos a esa altura.
-¿Quién es tu cable a tierra?
-Mi familia. Mi papá está re obsesionado con Rombai... Al Rex se llevó una vincha que decía: "Soy el fan número 1". Pasa escuchando Rombai.
-¿Y qué escuchaba tu viejo antes de Rombai?
-Le gustan mucho los Beatles. Con mis hermanas le hicimos un pendrive con muchos oldies, también le gusta Serrat, Sabina. Pero Quique (Quinteros) le grabó un CD con las canciones de Rombai y lo vive escuchando.
-¿Sos feliz?
-Soy muy feliz, inmensamente feliz.
Montevideo Portal | César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López