Cuando tenía 20 años Agustín viajaba de Cordón a Ciudad de la Costa para trabajar en la cerrajería, estudiaba computación en la UTU y los fines de semana iba con su madre a trabajar como animador de fiestas infantiles. Para eso, se vestía de Bob Esponja o Barney, el dinosaurio violeta. Soñaba, porque los sueños son gratis, con cantar algún día al lado de Marcelo Tinelli o seducir chicas enamoradizas con su voz. Para eso, con algunos ahorros, se compró una consola y un micrófono.
Con 22, Agustín Casanova dejó de hacer llaves Star para ser una estrella de la cumbia pop. A él -como a los productores de Márama y Rombai- no le gusta hablar de "cumbia cheta", y en este caso está claro: Agustín tiene de cheto lo que Gamalho o Murillo de habilidosos.
En un alto de su ensayo de danza en un gimnasio de Pocitos -practica con su partenaire para el debut en Bailando por un sueño la semana que viene-, Agustín toma un mate ya lavado, se sienta con las piernas cruzadas y me hace algunas confesiones. Hace algunos años, cuando la crisis de 2002, un día fue hasta la panadería de su barrio y vio en la plaza a su padre llorando, aguantando la vergüenza. El papá, tallerista de electrónica automotriz, le dijo que lamentaba no poder darle a él y a sus hermanas lo que ellos necesitaban. Agus se juramentó ser alguien, algún día, para poder ayudar a sus padres. Hoy que es ídolo teen en toda Latinoamérica casi no ve a sus padres y sus amigos porque pasa más en aviones, hoteles y escenarios, pero se dio el gusto de poder ayudarlos económicamente.
En este "Seré Curioso" revelador y desprejuiciado, la crónica de un (ex) cerrajero que tiene una misión: hacer feliz a cuanta más gente pueda.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
-De bolichitos a estadios, de estadios a un reality con Marcelo Tinelli. ¿Quién eras vos hace dos años?
-Hace dos años trabajaba en un salón de fiestas, también trabajaba en una cerrajería y también estudiaba informática. A las 8 de la mañana me iba a trabajar a la cerrajería en Ciudad de la Costa y llegaba a la seis de la tarde a Montevideo. Y de las seis de la tarde a la medianoche estudiaba. Los fines de semana trabajaba como animador, o sea cuidaba a los niños, hacía juegos, me disfrazaba de Bob Esponja o de Barney...
-Estudiabas informática en la UTU. ¿Tenías ganas de seguir una carrera?
-Me plantee hacer ingeniería de sistemas, porque me gustaba, iba más por el lado de la programación. No me veía en otra cosa.
-¿Tampoco te veías en la música?
-No, era un sueño, pero de esos que decís "no va a pasar".
-¿Hiciste algo para que eso pasara? ¿Estudiaste canto, por ejemplo?
-No, no estudié canto. Empecé a estudiar después, cuando empezó a formarse esto. Pero sí hice algo: con la plata que había ahorrado como animador y en la cerrajería, me había comprado una consola con un micrófono, grababa videos en Youtube y los subía. Y soñaba con todo esto... lo tenía todo planeado, debería decir imaginado o soñado. Todo lo soñé así.
-¿Película, Tinelli, eso lo soñaste?
-Una película no, pero Tinelli sí. Cuando lo miraba, pensaba "qué raro sería poder estar ahí". Yo pensaba: si pienso que puedo lograr, lo voy a lograr. Yo fui desde cosas chiquitas a más grandes, y veía que las chiquitas se lograban. Apenas se formó Márama, colgué un cartel en mi casa -que seguía estando- que decía "Éxito en Márama", y cuando mi padre me preguntó a qué me refería con "éxito" le dije: "Un millón de reproducciones de una canción". Y él me dijo: "Mmm... capaz que es mucho, empezá por algo más chico" y mi madre le contestó: "Dejalo, si él quiere llegar a un millón, que sueñe con eso". Hoy "Nena" tiene 65 millones de reproducciones, y "Noche loca" 70 millones... Se descontroló todo.
"Dejé los estudios y mis trabajos. Les dije: 'Papá, mamá: me quiero dedicar a la música', y me dijeron que si fallaba me iban a apoyar... Iba a tener que volver a la cerrajería"
-En una entrevista dijiste: "Abandonamos todo por lo que queríamos". ¿Qué dejaste vos para este presente con Márama?
-Sacrifiqué mis amigos y mi familia, a un punto de no verlos. Pero no de dejarlos. Vivimos de gira y en un hotel. Mis amigos se juntan a un asado o salen a bailar, y yo no voy. Mis padres van a un cumple familiar, y yo no puedo ir. Mi cumpleaños lo pasé solo, en el cuarto de un hotel. Ni siquiera estuve con mis compañeros de Márama, porque ellos estaban cansados y se quedaron durmiendo. Yo me quedé mirando tele.
-También sacrificaste los estudios...
-Claro, dejé los estudios y mis trabajos. Les dije: "Papá, mamá: me quiero dedicar a la música", y me dijeron que estaba todo bien y que si fallaba, ellos me iban a apoyar...
-¡Ibas a volver a la cerrajería!
-Y sí... Cosa que tampoco me desagradaba, porque siempre fui de dar todo en cualquier trabajo. En la cerrajería yo no tenía que hacer llaves, me dedicaba más a la parte de sistemas, pero el querer tirar para adelante y aprender hizo que aprendiera a hacer llaves y arreglar cerraduras. Me involucré en eso y terminé siendo un cerrajero.
-Cuando Márama empezó a tomar otro cariz y explotó, ¿alguien de la cerrajería te escribió para decirte algo?
-Sí, mi jefe (de la cerrajería). Yo le decía: "Vas a ver que me voy a dedicar a la música y no voy a venir a trabajar más", y él me decía: "¿Qué vas a ser? Andá a laburar, mejor"... "Ya vas a ver, voy a ser cantante", le decía yo. Y un día lo llamé: "Andrés, ¿cómo estás? ¿Te acordás de mí?" y me reía... "Bo, sin palabras lo tuyo", me dijo...
-¿Pensás retomar los estudios en algún momento o la idea es dedicarte enteramente a la música?
-Lo que pasa que con la música descubrí felicidad, sentirme vivo de verdad. Lo de informática o ingeniería de sistemas lo pensaba hacer porque era bueno en eso, pero no era lo que amaba. Yo sabía que era bueno en eso, iba y programaba. Y pensaba que con ingeniería de sistemas podía ganar plata. Era el pensamiento de la sociedad común: que sabés que como ingeniero de sistemas se gana muy bien. Pero priorizo ser feliz: prefiero vivir humildemente, pero ser feliz con lo que hago.
-¿De acá a 15 años te imaginás en la música?
-Sí... Me imagino solista, en algún estudio o produciendo alguna banda. Cuando se termine Márama, que en algún momento va a pasar... lo veo como una puerta a otra cosa, no como un final. Muchos periodistas me preguntan qué voy a hacer cuando esto se termine.
"No por cuánta plata tengas es lo que tengas que escuchar. Un cheto puede escuchar la cumbia más villera, y una persona humilde puede escuchar pop internacional"
-Los que lo ven como una modita pasajera, decís vos...
-Sí, hace dos años estamos tocando y desde los tres meses me dicen que esto se termina en cualquier momento. Al año me lo dijeron más: "Mirá que esto se les termina ahora" y ahora vamos dos años... Si es una moda pasajera voy a estar más contento por haberlo vivido, que triste porque ya terminó. Es una forma de ver la vida. Yo lo veo como una puerta a otra cosa, no como una derrota, si se llega a terminar.
-Para Camila Rachjman, la ex cantante de Rombai, ya se terminó.
-Sí, pero fue una puerta a otra cosa. Ahora está en la tele (NdeR: es jurado de Gran Hermano en Argentina).
-¿Qué música escuchabas vos, hace dos años, cuando eras cerrajero?
-Escuchaba mucho pop, mucho rock también, algo de cumbia (nunca fui muy cumbiero) y baladas, por disfrutar la técnica vocal de quien cantaba. Te hablo de Sin Bandera, Abel Pintos, Luciano Pereyra. Me gustaban y cuando los veía en el escenario, me imaginaba haciendo algo parecido. Y rock me gustaba Blink 182, Catupecu Machu, Green Day y mucho rock nacional: No Te Va Gustar, La Vela... Me acuerdo cuando chiquito de estar en el tablado de Defensor, y se sentó el "Enano" (Sebastián Teysera) al lado mío, yo quedé duro y le pedí un autógrafo... ¡Todavía lo tengo! Nunca se lo pude decir. Hace poco lo vi y no me animé a saludarlo, me genera mucho respeto el tipo...
-¿No te sentís colega de él, o de Emiliano Brancciari?
-En cierto modo, sí... pero les tengo tanto respeto, que no me veo al nivel de ellos. Quizás me esté tirando para abajo, pero te soy sincero: lo veo como quienes escuché en mi infancia, los veo como artistas importantes para mí.
-Tus viejos escuchaban folklore...
-Sí, son del folklore: El Sabalero, Los Olimareños, Pablo Estramín, Larbanois-Carrero. En los viajes largos, tipo al Chuy, mi viejo ponía folklore todo el viaje.
-¿Por qué no te gusta que al género que ustedes interpretan lo llamen "cumbia cheta"?
-No es que no me guste, yo no lo definiría así, capaz. Si dicen "cumbia cheta" es como que la música que hacemos es para chetos o que los que la hacemos somos chetos. Y creo que la música no se define por clases sociales. No por cuánta plata vos tengas es lo que tengas que escuchar. Un super cheto puede escuchar la cumbia más villera, y una persona humilde puede escuchar pop internacional. Prefiero hablar de cumbia pop, porque tiene sonidos y melodías pop, pero ritmo de cumbia.
-Eso de que tanto los integrantes de Rombai y Márama digan que es "cumbia pop" y no "cumbia cheta" no me parece casual. Creo que desde la producción de ambas bandas se definió ese concepto y se bajó línea. ¿Es así?
-No es por ese lado. Todos entendemos lo mismo que te acabo de explicar. No es que tengamos algo contra que se le diga cumbia cheta. Esto venía más de Argentina, no es que sea malo. Si un periodista me habla de "cumbia cheta", no lo corrijo. Algunos hasta escucharon el güiro y creen que es "cumbia villera"...
-Igual, por lo que veo de tu historia de vida, ningún compañero de clase tuyo en la UTU podría decir que sos cheto...
-No, claramente no... Siempre fui de clase media. Tampoco veo nada malo en serlo.
-¿Vos nunca tuviste prejuicio contra los "chetos", antes de llegar a Márama?
-No, no... con nadie. Sí tuve rechazo a personas desagradables, pero no por "cheto" o "plancha". Pero si es buena persona, no me cambia si es "cheto" o "plancha".
-¿Te molesta que se cuestione musicalmente a la banda?
-Lo entiendo, porque cuando yo empecé con esto, hasta yo me lo planteé: "¿Yo en el género cumbia?" Después me di cuenta que hacer cumbia no es tan fácil. Sobre todo, hacer una música que le guste a la gente. Lo que esta música intenta hacer es transmitir emociones, entonces intentamos transmitir alegría y cuando miramos desde el escenario para abajo, vemos alegría. La música es como un libro: hay libros que están hechos para pensar, otros para expresar cuestiones sociales, y otros para divertir. En este caso, lo nuestro es música para divertir. Hay música para expresar sentimientos y capaz que Calle 13 es música con conciencia social. Creo que fue el bajista de Hereford (NdeR: se refiere a Frankie Lampariello) estaba en contra de la "cumbia cheta" o "cumbia pop" y -según escuché- un día entró a su casa y vio a su hija bailando Márama, y ahí entendió que nuestra música lo que intentaba transmitir era amor, diversión, y si a ella le hacía bien, para él ya estaba.
-Hace unas semanas te sacaste la foto promocional del Bailando. ¿Con quién te colgaste a hablar, a quién le pediste una foto?
-Había mucha gente super conocida y muy profesional. Le pedí una selfie a Ángela Torres, que la sigo hace tiempo. Es la sobrina de Diego Torres, actriz, tiene 17. Después, a nadie más. No soy muy cholulo. Capaz que hasta por vergüenza. Pero sí me pidieron a mí (y a Fer Vázquez, de Rombai). Nos sacamos con Peter Alfonso, con Flor Vigna, Ángel de Brito y alguno más...
"Tinelli es un tipo diferente. Apenas conozco a alguien intento interpretar la energía que tiene con el primer saludo. Su primer abrazo fue diferente a los normales"
-Participaste de la apertura de Showmatch junto a Fer Vázquez de una versión jazzera de "Noche loca". ¿Qué impresión te llevaste del primer programa de Showmatch y esa gran apertura?
-La versión en jazz fue una idea de la producción (Ideas del Sur) y nosotros lo vimos bien. Después, respecto a esa jornada de apertura, es todo super perfecto, todo está muy ensayado y planificado. Tuvimos que estar a las tres de la tarde y el programa arrancó 22.30. En las horas previas no tenía nervios, pero cuando estaba por empezar sí... me puse muy nervioso, tuve adrenalina, de todo. En todas esas horas hubo muchos ensayos, nos maquillaron, peluquería, prueba de vestuario, y tuvimos pruebas varias. Al ser tan larga la apertura, tenía que estar todo perfecto y concatenado. Marcelo llegó sobre la hora, cuando estaba por empezar el programa.
-¿Hubieras deseado cantar en vivo en vez de hacer playback?
-Sí, me hubiera encantado. De hecho, yo lo propuse. Al principio me dijeron que sí, sobre el final me dijeron que no iba a ser posible. Yo no lo pude disfrutar tanto como lo hubiera disfrutado si hubiera podido cantar. Yo sabía que nos iban a criticar por eso.
-A Tinelli lo conocés hace varios meses, porque incluso los contrató para fiestas privadas en Punta del Este y les da para adelante en Twitter. ¿Qué impresión tenés de él? ¿Te intimidó en algún momento hablar con él?
-Es un tipo diferente. Apenas conozco a alguien intento interpretar la energía que tiene con el primer saludo. Esa energía puede cambiar, obviamente, cuando más lo conocés. Me acuerdo que el primer abrazo de Marcelo fue diferente a los normales. Fue muy cálido... pero especial. Me dejó pensando en qué tipo de persona era. Yo lo vi auténtico. Y cuando estuvimos en su casa, me pareció humilde, respetuoso y divertido, en un plan desestresado del trabajo.
-¿Qué te dijo esa primera vez que lo viste?
-Me dijo que estaba trabajando muy bien, que siguiera así, y en un momento dado me tiró lo de ir al Bailando. Hablamos de unos cuatriciclos, porque lo habían frenado en la playa y se le había armado quilombo. El hijo, Francisco, me pareció super respetuoso, una de sus hijas lo mismo. En el primer abrazo me di cuenta que era un buen tipo. La energía me dijo eso.
-¿Qué presiones sentís por estar dónde estás?
-La principal es intentar no defraudar. Tenés la gente dándote para adelante siempre, los que te intentan bajar y los indiferentes que están esperando que los convenzas. Pero me preocupa más defraudar a los que ya nos siguen, a los fans. También tenés la presión de tus amigos y familia, que si dicen algo de vos, ellos no se pongan tristes. Yo me fui endureciendo un poco más, pero mi familia es más sensible de lo que puedan decir de mí. Y lo otro es la banda: tengo muchos músicos y gente trabajando atrás y si cancelo un show, tengo músicos, sonidistas y representantes que también se quedan sin show.
-¿Y vos podés cancelar un show?
-Puedo. Si no tengo ganas o no me siento bien, no lo hago. Pero no está bueno cancelar un show porque dejás a la gente colgada, porque no trabaja nadie, y además a mí me hace bien cantar, me gusta. Y capaz que si cancelás un show, te perdés de un momento super especial, que no lo vas a vivir de nuevo.
"Mi familia es más comprometida políticamente que yo... yo intenté alejarme de eso. Tengo ideología propia, pero no sé si es por iniciativa propia o estoy influenciado"
-En el trailer de la película El viaje, que se está haciendo sobre ustedes, decís: "O lo entendés o te vas". ¿A qué te referís: qué es lo que tenés que entender o te vas?
-Nosotros en Márama tenemos una muy buena relación. Aprendimos a convivir y a respetarnos entre todos, de una manera casi perfecta. Sabemos que si alguno está de mal humor, no hay que hacer bromas, hay que dejarlo tranquilo. Es un compañerismo fuerte. Pero si a alguien se le llega a subir los humos o se llega a desubicar o no entiende nuestra forma de trabajar, se va a tener que ir. Yo no puedo aceptar que alguien se agrande, porque yo no soy así. Como líder de la banda no acepto que se la crea, que sea soberbio. No vamos por ese lado. Tenemos que tirar todos para el mismo lado, ir de la mano para pensar en el éxito. Si alguno está tirando para atrás, se tiene que ir.
-Al diario cordobés La Voz del Interior le dijiste que te negabas a ver esto como un trabajo, como una empresa. Que cuando se transforme en eso, te ibas. Pero vos mismo has hablado de los constantes viajes, la presión, las agendas apretadas, los compromisos que tenés que asumir con notas, conciertos y viajes. ¿Ahí no parece una empresa y un trabajo?
-¿Dije eso? Fa... estoy sorprendido. Claro que es una empresa. Seguro me equivoqué, pero quizás... lo que intenté expresar es que en el momento que vea que tengo que hacer esto por plata y no lo disfrute, ya no puedo seguir haciéndolo. Creo que quise decir eso.
-¿Para el Bailando por un Sueño te tenés fe? ¿Querés ganar?
-Pensaba que era peor... pero tengo buenas expectativas. Voy a hacerle publicidad a la banda, voy a divertirme y si toca ganar, genial. Soy competitivo, pero no quiero que se convierta esto en un estrés porque si ya la mano viene difícil y recién empezó...
-¿Estás dispuesto a entrar en el chusmerío que es parte del show de Tinelli, sobre todo en las previas?
-No, ni loco... No hay chance. Al primero que me pegue un palo, me voy a reír. Solo que se metan con mi familia, si no no. Tengo claro que me pueden inventar romances, que van a criticarme y a buscarme. Ya me dieron una charla, tanto mis representantes como en la producción del Bailando, donde nos dijeron que podía salir algún tema, que podían tirarme alguna y tenía que estar preparado para contestar. Hay gente que justamente va a ir a buscar eso. Pero yo tranquilo, no voy a entrar.
-¿Te están costando los ensayos para bailar?
-Pah, un montón. Venimos ensayando todos los días, además. Es cansador. Y son ensayos de tres o cuatro horas. Quedo muerto... de acá (del gimnasio) me voy a hacer reiki.
-¿Te hace bien?
-Voy a clases de reiki, para hacerle yo reiki a otras personas, para estabilizarle la energía. Lo espiritual fue algo muy fuerte en lo psicológico, que me ayudó. Yo venía cayendo, por la presión, empecé a tener dudas existenciales, dudas por todas partes, me sentía perdido y la parte espiritual como que me levantó y empecé a aclarar un montón de cosas. Mis padres están en un nivel espiritual, yo nunca les di bola, pero un día me picó el bichito de la curiosidad y cuando lo descubrí, me di cuenta que mis padres la tienen muy clara.
-Y está ayudando...
-¡Me ayuda mucho! Toda esta fama que estoy teniendo la quiero canalizar para que la gente se guíe por ser buena persona, de estar felices, sin necesitar lo material (aunque a todos nos gustan los lujos) y tratar de despertar. La vida no es tan fácil, es un poco más compleja. No somos un pedazo de carne, hay algo más atrás. Esa sería mi misión: intentar "despertar" a la mayor cantidad de personas. Lo siento como una misión (que la mayor cantidad posible de gente que me vea, esté feliz), no como el trabajo de cantar. Y que esas personas puedan lograr sus sueños, como los estoy logrando yo. Es como intentar mi fama para hacer un bien.
-¿Mirás el noticiero, leés el diario? ¿Te gusta estar informado?
-Más o menos, no soy muy de eso. Veo que mucho periodismo se va por el lado del drama o lo agresivo. Tipo "hay cinco muertos"... Si bien está bueno estar informado, hay noticias que quizás no las veo muy útiles. Hay algunas que, lamentablemente, son necesarias.
"Me siento un artista pero me costó... Pero le he metido tanto amor, trabajo y esfuerzo, que en determinado momento me miré al espejo y dije: 'ta, tengo que reconocerme como artista'".
-¿Te interesa la política?
-Mi familia es más comprometida que yo, y como siempre hablan de política, yo intenté alejarme de eso.
-¿A quiénes votan tus viejos?
-Son del Frente Amplio.
-¿Y vos te considerás oficialista como ellos?
-Comparto su ideología, pero calculo que me tiro por ese lado, por influencia de ellos. Quizás si ellos fueran blancos o colorados, hoy yo me sentiría blanco o colorado. Tengo una ideología propia, pero no sé si es por iniciativa propia o estoy influenciado por ellos, todavía no lo logré descubrir. Los veo tan compenetrados, que quizás me metieron el chip.
-¿Sacaste los cálculos de cuánto te va a afectar los aumentos impositivos que anunció el gobierno? Es decir, de acuerdo a la franja en la que estás, ¿sabés cuánto tendrás que aportar por IRPF?
-Estoy al tanto, sí, pero no lo calculé. Es una mirada muy complicada el aumento de impuestos, ya de por sí. Quizás encuentres gente que te diga que le parece bien, porque si el gobierno lo hace, está bien y es por algo, y otros te dirán que les están metiendo la mano en el bolsillo. Yo lo pienso más como "no hay más remedio", lo veo más por ese lado. Intento ver el lado positivo.
-Hablando de plata, ¿qué has hecho con el dinero que has ganado en Márama?
-Intento ahorrar... ayudo a mi familia para que esté más tranquila, les paso plata. Siempre quise ganar plata para ayudar a mi familia. La única vez que vi a mi padre llorar fue cuando yo tenía 12 años, él estaba sentado frente a una panadería que estaba cerca de mi casa, en Cordón: yo me acerqué y le pregunté por qué lloraba y él me dijo que sentía que no nos podía dar todo lo que queríamos o necesitábamos. Entonces, desde ahí, yo quise tener plata para ayudarlos a ellos, para que tengan una casa afuera con pasto lindo, o puedan irse de vacaciones. Y estoy pudiendo hacerlo. Me fui a vivir solo, aunque no compré, alquilo. Pero ta, le compré a mi hermana una especie de horno para hacer quesadillas (trabaja de eso), a mi otra hermana le compré ropa, y llevé a mis amigos de viaje. Les pagué un viaje a Brasil, a todos, para que disfruten, porque no los veía hace mucho. Terminamos los Luna Park y nos fuimos con la barra.
-Hace unos días se viralizó que festejaste un gol de Boca contra Nacional, por lo que después pediste disculpas. ¿Te pasa que a veces no medís el impacto de tu popularidad?
-Lo mido, pero es muy difícil. Tenés que estar todos los días cuidándote. En ese video que se vio... a ver: yo soy hincha de Peñarol, o simpatizante, pero Pablo, nuestro baterista, es hincha a muerte de Nacional. Estábamos ahí (en La Bombonera) y Catriel, uno de los representantes, dijo "vamos a grabar un video para joderlo a Pablo" y ahí pusimos: "Es una broma, pero no la pasen...". Fuimos precavidos, pero igual se viralizó, porque el otro baterista (Agustín Duarte) no hizo caso y se la pasó a un amigo, ese amigo a un grupo de fútbol, ese grupo a un grupo de facultad y ahí todo se fue al demonio. Pero no quise ofender a la gente de Nacional, porque de entrada mi padre es de Nacional (y de Cerrito), a mí me gustan Cerrito -por él- y Peñarol.
-¿Te sentís un artista?
-Sí, pero me costó... Pero le he metido tanto amor, trabajo y esfuerzo, que en determinado momento me miré al espejo y dije: "Ta, tengo que reconocerme como artista". Llegué a replantearme qué es ser artista. Hasta que entendí que el que está en la calle haciendo música, también es un artista.
-¿Qué miedos tenés en esta etapa de tu vida?
-Mmmm... (Piensa) Un miedo era que pasara algo como lo que pasó con el video desde La Bombonera: decepcionar a mucha gente. Le tuve que pedir perdón a muchos hinchas de Nacional. Hasta llamé al Gucci a pedirle disculpas, lo mismo con Iván Alonso (NdeR: futbolista y productor de la película El Viaje).
-¿Y miedo a traicionar tu esencia y creértela?
-No, no... no podría, no me sale. Desde un principio me planteé: "Soy un personaje o soy como soy, y veo si la gente me quiere". Y desde el principio me mostré como soy, y me aceptaron así. Por eso, en cierto modo, me va tan bien, porque todo me sale de corazón.
-¿Sos feliz?
-Sí. Me costó entenderlo, porque te preguntás qué es la felicidad. No hay que confundir momentos de alegría con felicidad. Antes de entrar al Luna Park sentí mil emociones juntas, y me pregunté si eso era la felicidad. Pero si me replanteo la vida, veo que soy feliz porque soy agradecido. Soy agradecido al universo o a la vida. Primero aprendí a quererme y entenderme a mí mismo, después a comportarme bien con el prójimo, y cuando sos bueno con los otros, la vida te lo devuelve. Y te empieza a ir bien. Pero todo empieza por uno mismo.
Montevideo Portal | César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López
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