Por GERARDO TAGLIAFERRO
Hace unos años, la sub 17 de Uruguay quedó eliminada en la primera fase de un sudamericano juvenil, aunque en el último partido le ganó a Bolivia 6 a 0. Casi todos los goles fueron en el segundo tiempo y uno más le daba a Uruguay la clasificación, pero ése, justo ése, nunca llegó. La estrella de aquel equipo era el "Pelusa" Magallanes, que hoy no se sabe por dónde anda, pero en el segundo tiempo de ese último juego saltó a la cancha un flaco altísimo, que lideró el ataque celeste en la goleada que no alcanzó. Al final del partido, los periodistas de la cadena Caracol, de Colombia, le pusieron un micrófono y le preguntaron entre otras cosas a qué selección veía como candidata, ahora que la suya había quedado afuera. El flaco no titubeó: "Colombia", y justificó: "los brasileros son pizarreros y Argentina se caga en las finales".
O lo recuerda, o acertó: era el Loco Abreu. Parece que siempre fue así: encarador, desfachatado, impredecible... distinto. Años después jugó en Argentina y hoy es ídolo en Brasil, pero en esos países se ve que nadie lo asocia con aquel pibe de lengua suelta. O no les importa, pueden más sus goles o sus locuras lindas.
En julio de 2010 el mundo entero quedó de boca abierta cuando, después de caminar 50 metros como quien va a comprar fruta, acomodó la pelota en el punto del penal y luego la acarició de una forma casi obscena, para dejarla dormida a espaldas del arquero ghanés y darle a Uruguay su mejor figuración en un mundial en 40 años. Ese día Washington Sebastián Abreu entró definitivamente en la galería de los grandes chiflados del fútbol mundial, esos que trasmutan las piedras en diamantes y las locuras en proezas, y para quienes lo imposible apenas cuesta un poco más.
Cerca de cumplir 36 años no piensa retirarse: quiere jugar en Brasil 2014. Tal vez haya un arquero preparándose para enfrentarlo, quedarse parado en la mitad del arco y arruinarle la fiesta. Aunque es probable también que para entonces él haya pensado alguna otra inesperada, infartante y bienvenida locura.
Ahora está en el Complejo Celeste, en la previa del partido por Eliminatorias contra Perú. Afuera hace un frío de morirse. Adentro los periodistas se apiñan en torno a los pocos jugadores que se arrimaron. Algunos aprovechan, cholulos ellos, para cazar autógrafos o fotos ("para mi hija"). El Loco atiende a todos, incluso a una jovencita rubia que, micrófono en mano, sonríe eternamente y le implora que la acompañe a grabar para un programa, cosa que finalmente logra. Pero antes, toca el turno a un servidor. Nos metemos en una pieza, detrás de una puerta de vidrio, donde hay un escritorio y poca cosa más. Cada tanto se arrima alguien que se queda un rato mirando a ese flaco largo que, ahí sentado, habla con bastante más fluidez que el promedio de los futbolistas uruguayos. Ese flaco cuya magia -que no se sustenta en destrezas técnicas ni en bondades físicas- le puede devolver satisfacciones tan exóticas como muros pintados con su imagen en Río, ucranianos expresándole su amor en Kiev o paseos en andas en el aeropuerto de Tel Aviv.
1) ¿Te cansa la fama?
Yo no lo tomo como fama, para mí es reconocimiento y en base a él siento alegría de que me analicen y me tomen de esa manera por lo que uno humildemente hace que es poder pegarle de forma diferente al balón. Famosas son las personalidades de Hollywood. Creo que yo soy una persona reconocida por estar dentro de un deporte popular, y en un país en el que el fútbol es todo.
2) ¿De chico soñabas con esto que estás viviendo?
No, me imaginaba llegar a ser profesional, pero todo lo que me ha sucedido, pese a que uno pone mentalidad positiva siempre, ha superado todo tipo de expectativas.
3) ¿De qué tenés que privarte por ser una persona conocida?
No sé si en el Uruguay hoy, pero en otros lugares puede pasar que vayas a tomar algo a un lugar público y que al otro día salgan tergiversando lo que sucedió y generen una polémica de un situación que no existe y te hacen pasar un momento malo por la impotencia que te da. No tanto ahora, porque uno se ha ganado con los años un respeto que lleva a que también te respeten. Pero cuando te iniciás y tenés 20 o 21 años por ahí tenés la necesidad, porque no sos un extraterrestre, de ir a un restaurante o tomar una cerveza o un vino y que te modifiquen el horario: en vez de ser a las 11 de la noche dicen que fue a las 3 de la mañana. Si esa mentira se instala dentro de la sociedad te puede evitar poder pasar un momento agradable con amigos o con tu familia.
4) Eso te pasó.
Me pasó y le ha pasado a otros muchachos. No digo que las cosas no se puedan decir, pero dentro de la verdad y la ética. Si por querer vender o tener trascendencia mentís, me parece que no está bien. En lo personal, con el tiempo aprendí a sentarme a hablar con las personas que uno interpreta que se lo merecen.
5) ¿Qué te pasa en la calle?
Cariño. Impresionante demostración de afecto, apoyo constante.
6) ¿Podés andar tranquilo, ir a un cine o un supermercado?
Tranquilo voy, lo que pasa es que en lugar de demorar treinta minutos en un supermercado, demoro una hora. Si vas al shopping a hacer un mandado rápido que normalmente demoraría quince minutos yo demoro cuarenta, pero lo tomo bien. Peor sería ser jugador de selección y ser ignorado. Y lo más lindo es que lo puedo compartir con mis hijos, que el día de mañana lo van a compartir con los suyos: el tata o el abuelo hizo esto y esto en el fútbol. Eso es muy lindo.
7) ¿Cuál ha sido el lugar más insólito donde te reconocieron?
Lo que pasa es que jugué en tantos lugares... en Israel, en Grecia, en España, en Centroamérica... Ahora cuando fuimos con la selección a Ucrania me encontré con un fan mío. No hablaba español ni inglés, apareció con una camiseta que en el idioma de ellos decía "amo al Loco Abreu". Un fan en Ucrania, eso fue una sorpresa, lo más cerca que había estado jugando fue en Grecia. Le regalé una camiseta y medio que se me emocionó, empezó a lagrimear.
"Mientras caminaba para patear el penal pensaba: ‘tanto lo esperaste, lo soñaste... y bueno, se te dio, se cumple'"
8) ¿Te acordás de un pibe de una sub 17 de Uruguay, que hace unos años dijo en televisión que los brasileros eran pizarreros y los argentinos arrugaban?
Hablaba de los que habían pasado a las finales (del Sudamericano sub 17). Me preguntaron a quién veía favorito y dije que el favorito era Colombia, que los brasileros son muy pizarreros y Argentina se caga (se ríe). Hablé como si estuviera en el café con los amigos y obviamente la forma no fue la correcta. Pequé de ingenuo y de falta de experiencia, venía de Minas y fui directo a la selección y al Sudamericano. Estaba con el discurso del bar Cuqui de Minas, que era donde parábamos y siempre se hablaba de eso. Increíblemente donde más se recuerda ese hecho es acá en Uruguay. En Argentina y en Brasil nadie se acordó de nada.
9) ¿Te sacaron de una selección juvenil de básquetbol porque te escapaste una noche de la concentración?
Preselección. Timoteo Carrasco era el entrenador y nos fuimos al bar de la esquina con un compañero y llegamos pasada la hora tope. Al otro día el entrenador, acertadamente dentro de las posibilidades que tenía, me dejó fuera de la lista final. Me dejó solo a mí porque el otro, con 16 años, medía 2,02 creo. Pagué los platos rotos yo. Yo soy muy creyente y esas son cosas que el de arriba determina y a veces un momento malo trae uno bueno. Si me hubiera ido a jugar ese sudamericano, cuando me llegó la carta para la selección uruguaya sub 17 pero de fútbol, no me hubiera podido presentar. Con eso que pasó me quedé en Minas y a los seis días estaba entrenando con la selección de fútbol y pasó todo lo que pasó.
10) ¿Sos practicante de alguna religión?
A ver, con todo respeto: no creo en la palabra del cura, sí creo en la palabra del Señor. Y no preciso al cura para que me trasmita la palabra del Señor.
11) ¿Rezás?
Sí, todas las noches, pero siempre pidiendo salud. Nunca voy a caer en la hipocresía de pedir para ganar, porque creo que el Señor está para cuidarnos, para protegernos, pero cada uno se hace su camino.
12) ¿No le pediste a Dios que te dijera para dónde se iba a tirar el golero de Ghana?
No, ahí sinceramente traté de hacer un análisis rápido de la situación y buscar la mejor opción para engañarlo.
13) ¿Qué cosas pasaron por tu cabeza en el trayecto desde la mitad de la cancha hasta el área, en aquel penal decisivo del mundial 2010?
Me hice una película: lo que soñaba de niño, a los 8 o 9 años, que lo relataba con los muñequitos y los arquitos. Aparte son cosas que no es que la sanateés ahora, sino que mi madre lo contaba: "no puede ser que con 8 o 9 años estaba viendo su futuro, porque todo lo que decía se le está dando". Entonces, cuando vino ese penal veía la película y me decía: te llegó el momento, es ahora, disfrutalo, aprovechalo. Y en esa caminata iba reforzando la parte psicológica: tanto lo esperaste, lo soñaste... y bueno, se te dio, se cumple.
14) ¿No te pasó por la cabeza que si el arquero se quedaba parado y la agarraba, te iban a matar?
No, he aprendido que el pensamiento negativo trasmite negatividad. Todo tiene que ser positivo, pensar qué pasa si errás no soluciona nada. Lo mío es: te llegó el momento, disfrutalo, pateá convencido y lo vas a hacer, es para vos.
15) ¿Cuál es el secreto de esta selección?
Respeto y credibilidad en lo que es un proceso y una identidad. Creemos mucho en este proceso, independientemente de quién juegue, sin egocentrismos.
16) ¿Es tan importante el grupo humano como se dice?
Es un plus. Vos podés salir campeón y generar equipos ganadores y no estar todo bien. Pero el grupo es un plus para la convivencia en el día a día, un plus para los viajes, para cuando un jugador importante no está jugando en su club, y como hay un compañerismo y una identidad hay caras positivas, no ves caras de amargura, no ves grupos. Todo eso es un plus, obviamente, pero no es esencial. Marca una diferencia y hace a la convivencia, que es importante.
17) ¿Este grupo es diferente al de otras selecciones que has integrado?
No me gusta comparar porque estuve en todas. Disfruté todas las etapas, ésta obviamente es diferente, se está disfrutando más que las anteriores.
18) En el mundial de Corea y Japón 2002, ¿estabas peleado con Recoba?
Ahí es donde entramos a lo que hablamos anteriormente, que por no pasar una pelota, que es una circunstancia de un partido, terminó generándose que estábamos peleados. Algo totalmente absurdo y sin fundamento, de un periodismo amarillista que el tiempo pone en su lugar.
"Soy ‘el loquito' desde el año 96 cuando llegué a San Lorenzo, y hasta el día de hoy estoy con ese nombre artístico"
Foto: Manuel Lino
19) ¿Cómo se ve en el exterior al fútbol y al futbolista uruguayo?
Y, ha cambiado mucho hoy, a partir de este proceso, porque es una selección fuerte: campeón de América, segunda en el mundo, cuarta en el mundial. Obviamente no hay muchos argumentos negativos. Sí se marcan las diferencias: una cosa es la selección, y la valoran, y otra cosa es cuando hablan del fútbol uruguayo y sus equipos. Ahí sí están muy desvalorizados.
20) ¿Te consta que antes nos veían como los matones, que pegaban patadas?
Sí. Por ahí queríamos ganar imponiendo fuerza y garra, queriendo llevar a los rivales por delante y no tanto con fútbol. Y hoy me parece que eso se ha modificado y la prueba son los premios fair play que la selección ha ganado en diferentes competiciones.
21) ¿Desde cuándo sos "el Loco"?
"El loquito" soy desde el año 96 cuando llegué a San Lorenzo, porque soy un tipo alegre, positivo, siempre haciendo bromas. Y hasta el día de hoy estoy con ese nombre artístico.
22) ¿Es cierto que cuando te presentaste en tu primera práctica en San Lorenzo, el entonces capitán Oscar Ruggeri preguntó: "y éste nos vino a salvar"?
Claro, porque San Lorenzo estaba en un mal momento y se había comentado que llegaba un centrodelantero de Uruguay y... llegué yo, mucho más flaco, tenía 19 años, de alpargatas, bermudas y musculosa y ellos esperaban otro tipo de imagen. Más en un momento difícil, esperaban un hombre que llegara e impusiera presencia y llegué yo que era todo lo contrario. Y entonces Ruggeri dijo eso, lo que me sirvió a mí también para romper el hielo: "pa, Cabezón, no seas malo, no me podés matar así" y todos se mataron de la risa.
23) ¿Cuál fue el mejor equipo en el que jugaste?
Esta selección está dentro de ese selectivo. Pero hay equipos que te marcan: el Nacional del 2001, el Nacional del 2003, el River del 2008... el San Lorenzo del 2001, lo que me pasa ahora en Botagogo. Pero sinceramente, por un tema sentimental, lo que está pasando ahora con la selección está por encima de todo.
24) ¿Te pesa jugar poco en esta selección?
No, me pesaría si pensara que los tres de adelante no tienen un mejor nivel que el mío, pero cuando ves que ellos tienen un nivel mejor y tienen un entendimiento que está siendo productivo para nuestras necesidades, se acepta. Pasa a ser un orgullo: soy suplente de Cavani, Forlán y Suárez, no soy suplente de cualquiera. Soy parte de un grupo en el que estoy detrás de gente que está entre los diez o quince mejores delanteros del mundo. Lo veo y lo disfruto por ese lado.
25) ¿Éste es tu mejor momento profesional?
Si ves una nota que me hicieron hace siete u ocho años: decía que ese era mi mejor momento. Y pasa el tiempo y sigo sintiendo lo mismo, porque estoy vigente, estoy bárbaro física y mentalmente, estoy en una liga super competitiva, equipo grande, siendo capitán, me mantengo en la selección. No pienso en el retiro, voy a seguir.
"Ser suplente en la selección pasa a ser un orgullo: estoy detrás de gente que está entre los diez o quince mejores delanteros del mundo" |
26) ¿Tenés el objetivo de llegar al mundial de 2014?
Y... si estoy acá y faltan dos años. Lo tenía cuando terminó el mundial de Sudáfrica... imaginate que ya pasó la mitad del tiempo y sigo acá, indudablemente que se mantiene esa ilusión.
27) ¿Depende exclusivamente de vos?
De mí sí, de mí. Porque después que te ganás un respeto, si vos sos celoso y lo cuidás es difícil que te cambien, por lo que ha sido este proceso.
28) Cuando te retires pensás ser entrenador. En ese rol ¿podés seguir siendo el Loco Abreu?
No. No podés tener una afinidad tan próxima a los jugadores como cuando jugabas, porque estás en otra etapa. Pero obviamente la cordialidad, las bromas en su debido momento van a estar. Va a estar el buen trato, el respeto, y sobre todo voy a ser cristalino, no voy a andar con doble discurso. Hay una línea que aprendí con algunos entrenadores: por más que la noticia que le del al jugador no sea la que quiere escuchar, que sea el primero en escucharla de mi propia voz, porque eso a lo largo del tiempo gana respeto.
29) ¿Alguna vez viste arreglar partidos?
Para perder no. Sí me ha tocado recibir un incentivo por ganar, porque eso beneficia a otro, pero por eso no dejás de hacer lo que tenés que hacer. Lo otro no lo permitiría.
30) ¿Has vivido arreglos entre los futbolistas de dos equipos para empatar porque les sirve a ambos?
Sí: "Loco, ¿para qué nos vamos a hacer el harakiri? Un empate y pasamos los dos".
31) ¿Podés decir en qué oportunidad se dio ese arreglo?
No. Fue una vez que empatando pasábamos los dos a la siguiente fase de un torneo.
32) ¿Fue un partido de la selección?
No, de un club.
33) ¿Uruguayo?
(Se ríe) No puedo decir más.
"He vivido arreglos entre los futbolistas de dos equipos para empatar porque les sirve a ambos: ‘Loco, ¿para qué nos vamos a hacer el harakiri? Un empate y pasamos los dos'" |
34) ¿Has estado en clubes donde le dieran a los jugadores alguna sustancia para rendir más?
Sí. Está en cada uno aceptar o no, yo no acepté. Te dicen: "mirá, tomá esta vitamina que te da no sé qué", y uno que estudia y se prepara y le gusta todo lo que son complementos nutritivos, vio que no era algo que viniera por derecha como se dice habitualmente
35) ¿Qué fue lo peor que te han dicho en una cancha?
Que venía a robar la plata a la selección. Fue una situación muy fea que nos tocó en Perú cuando perdimos 1 a 0 en la última eliminatoria y parecía que estábamos eliminados. Fue un uruguayo que estaba con la camiseta de Racing, que es profesor y eso es lo que más te daba bronca porque uno piensa que es una persona que tiene que hacer docencia. Había viajado desde Uruguay y estaba con esa camiseta contra el alambrado: "dejen de robar la plata, mercenarios". Y eso duele, porque todo el mundo sabe que en la selección no ganás plata, y muchas veces perdés. Uno viene acá por orgullo, gloria, prestigio, por amor, por ilusión, pero por plata no. Podés ganar plata si hacés un campañón, como salir cuarto en un mundial o por ser camepón de América, pero en lo global no ganás. Muchas veces te lesionás y llegás a tu club y después al final de la temporada no te renuevan contrato por la secuela que dejó esa citación a la selección. Entonces que te digan eso te duele porque es como que te lo dijeran justamente para lastimarte, sabiendo que no es así.
36) Uno tiene la sensación de que, en anteriores procesos, era un peso venir a la selección para muchos jugadores que estaban en el exterior.
No es que fuera un peso, era una responsabilidad que se tomaba sabiendo que las cosas eran muy difíciles. Entonces tenías que venir muy preparado en todo aspecto para poder afrontarlo. A veces sentías que se te venía el Estadio abajo, pero bueno, era el momento que tocaba vivir y la única manera de afrontarlo era estar. A nosotros, en este proceso, nos tocó: la eliminatoria pasada fue durísima y vivimos también esa sensación.
37) ¿Sos una persona exitosa?
Soy exitoso porque conseguí hacer lo que quería. Desde ese punto de vista sí. Trato de mantener cierta humildad, no creerme más de lo que me corresponde, eso lo dejo para los que analizan desde afuera.
Foto: Manuel Lino"¿Lo peor que me dijeron en una cancha? ‘Dejen de robar la plata, mercenarios'. Me dolió porque todo el mundo sabe que en la selección no ganás plata"
38) Contame un fracaso.
No tengo fracasos, porque fracaso es vivir pendiente del "hubiera". Y yo no pienso en el "hubiera". Prefiero asumir cien veces que me equivoqué que vivir con el "hubiera", porque el pensamiento "qué hubiera pasado si" es el peor remordimiento que uno puede tener. Cuando tomo una decisión, si me equivoco no lo tomo como un fracaso, lo tomo como una experiencia de vida negativa que te sirve para la próxima vez.
39) ¿Vas a volver a Minas?
¿A vivir? Difícil, porque si quiero seguir como entrenador no puedo, y la carrera como entrenador te permite, con 70 o 75 años, si estás en plenitud física y mental, estar dirigiendo. Entonces no veo el momento de volver a Minas. Sigo en contacto constante, tengo casa allá, está mi familia, eso no lo dejo de lado nunca, pero volver a instalarme para vivir allá, por el momento no lo veo.
40) Perdiste a un amigo en un accidente de tránsito en el que ibas manejando. ¿Qué cambió de tu vida ese hecho?
Disfruto más la vida, no me hago mala sangre por situaciones mínimas. Por ejemplo: ayer me robaron y ya lo tomo de otra manera. Me robaron, son cosas materiales, qué cagada, vamos a ver si lo podemos recuperar, pero no hay drama. En eso me cambió muchísimo. Antes por ejemplo erraba un gol y estaba tres o cuatro días que no podía dormir. Hoy lo vivo de otra manera: vamos a entrenar más, a mejorar. ¿Me robaron? Bueno, me robaron, qué vas a hacer, pasa, buscaremos la forma de recuperarlo y si no se puede, mala suerte. Trato de trasmitirle esto a mis hijos y principalmente en el fútbol, con la locura que hoy se vive en que parece que todo es de vida o muerte, me ha ayudado a mantener un perfil casi igual en el triunfo o en la derrota. ¿Se ganó? Se consiguió lo que se quería, la vida continúa. ¿Se perdió? Bueno, hay que seguir mejorando, la vida continúa también.
Gerardo Tagliaferro / Montevideo Portal
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