El expresidente Julio María Sanguinetti dedicó su nueva columna en la publicación partidaria Correo de los viernes a analizar el contexto y el modo en el que se produjo la renuncia de la ex ministra de Vivienda, Irene Moreira.
Tras divulgarse la noticia de que había adjudicado de forma directa un inmueble a una militante de su partido (Cabildo Abierto), el presidente Lacalle Pou le solicitó la renuncia. Esta situación generó fuerte malestar en filas cabildantes y fue criticada duramente por su líder, Guido Manini Ríos, esposo de la funcionaria cesada.
En los días siguientes, la tensión estuvo a punto de romper la coalición de gobierno. Finalmente, Manini Ríos anunció la continuidad de su partido en la alianza, pero no se ahorró críticas al mandatario y a los otros partidos coaligados.
Este viernes, Sanguinetti analizó lo ocurrido y consideró que, acto seguido a la solicitud de renuncia, “ocurrió algo inédito: una conferencia de prensa del líder de Cabildo desconociendo la decisión presidencial y reclamando una revisión, seguida luego de otra conferencia de prensa de la Ministra ratificándose rotundamente en sus hechos”.
Sobre el asunto, el secretario General del Partido Colorado recordó que los ministerios son cargos de confianza designados por el presidente, los que “otorga o retira” y “no está obligado siquiera a dar explicaciones” al respecto. En el caso de Moreira, “esto fue abiertamente cuestionado de un modo inusualmente agresivo, impugnando la solicitud de renuncia”, criticó.
Luego, y tras estar al filo de la ruptura con la coalición, Manini Ríos decidió la permanencia de su partido, “anunciada en una larga declaración cuyos considerandos parecían fundamentar lo contrario”.
Según Sanguinetti, durante los días en los que se desarrolló esa tormenta política, desde cabildo Abierto se pronunciaron cuestionamientos impropios al presidente, y “hubo también agravios para los socios de la coalición”.
“En lo que al Partido Colorado respecta, no puede Cabildo Abierto alegar nada que no sea un espíritu de cooperación, aun en aspectos personales referidos al senador Manini Ríos, como fue el caso de su eventual desafuero y el referido a su condición de colono en el Instituto respectivo”, escribió.
“Es también rechinante que se proclame monopolista del interés general, atribuyendo intenciones espurias a todos quienes opinan diferente”, fustigó Sanguinetti, quien consideró a continuación que “el general Manini cae y recae en esa atribución de malignas intenciones a quienes piensan distinto. Debiera saber que ello en ocasiones hasta agravia en lo personal y que si no se le ha contestado como pudiera haber ocurrido, es nada más que como un sacrificio más a la marcha del gobierno”.
“Ni el Partido Colorado, ni el Partido Nacional, ni el Partido Independiente son dóciles ante presiones de grupos de interés y hay una historia detrás que lo avala”, sostuvo.
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