El exmandatario Julio María Sanguinetti se expresó una vez más en su habitual columna en la publicación partidaria Correo de los viernes.
En la entrega de esta semana, el veterano político hizo mención a la conmemoración el pasado 18 de julio de un nuevo aniversario de la Jura de la Constitución, con un acto cívico que “desde 2006 no se celebraba el 18 de julio, en la Plaza Constitución” debida a “una infortunada desvalorización que los gobiernos frentistas hicieron de un calendario cívico que es de enorme valor en la cultura ciudadana”.
Para Sanguinetti, dicha desvalorización “coincide con una enseñanza de la historia que se ha sobrecargado de historia reciente” y que “ha desvanecido el proceso constitutivo de la República y la conquista progresiva de su estructura democrática y sus valores más relevantes”.
El secretario general del Partido Colorado entiende que esa deriva en el abordaje de la historia no es un hecho casual, sino que obedece a la intención de “instalar un relato falacioso sobre el proceso de la caída en la dictadura”.
En dicho relato “se disminuye el papel central del MLN con su irrupción violenta en una sociedad uruguaya que luego de años de paz, con sorpresa fue invadida por un mundo de secuestros, asesinatos y revuelta que, bajo la inspiración de la mística revolucionaria de Cuba, pretendía inscribirnos en esa utopía de triste final”.
“Sin la guerrilla nadie puede históricamente explicar de modo válido la irrupción militar. Nada disminuye la responsabilidad de los mandos militares que nos llevaron al golpe de Estado, pero tampoco se entiende su avance sobre los poderes públicos sin el protagonismo que le atribuyeron los movimientos guerrilleros. Ellos sacaron de los cuarteles a una fuerza militar que desde hacía un largo medio siglo acompañaba en orden la vida institucional republicana. No fue su propósito, naturalmente, abrirles esa oportunidad, pero el hecho es que alfombraron el camino a los golpistas”, considera Sanguinetti.
Para el articulista, esa visión de la historia pretende escamotear de la vista pública “el apoyo del Frente Amplio al golpe en febrero de 1973”.
“Las celebraciones patrias no son mera retórica”, subraya más adelante, señalando que se trata de “ocasiones obligadas para que todo el sistema educativo las analice y sirvan de lección sobre los valores republicanos”
“Nuestra caída en 1973 y las claudicaciones que a derecha e izquierda se vivieron nos imponen una renovada docencia cívica hacia las nuevas generaciones”, asevera.