Julio María Sanguinetti, dos veces presidente de la República y hasta hace días secretario general del Partido Colorado, publicó un nuevo artículo en el hebdomadario partidario Correo de los Viernes.
En su columna, se ocupó de la polémica suscitada en torno a las acciones de un colectivo minoritario dentro de la reciente marcha por el Día Internacional de Mujer.
“Unos jovencitos integrantes de un conocido grupo militante marcharon por 18 de Julio con un muñeco gigante, una cabeza monstruosa aparentemente de mujer, con la estrella de David en su frente, atravesada por una lanza”, describe el político.
“El tema ahora es gravísimo porque se inscribe en una avalancha antijudía que, desde la agresión de Hamás a Israel, el 7 de octubre, reitera actos típicamente racistas, penados como delitos por la ley que en su momento proyectó nuestro amigo el diputado batllista Nahum Bergstein, que libró una larga lucha para que quedara clara la configuración del ilícito”, añade.
Texto adelante, Sanguinetti se congratula de que “el Senado aprobó una moción que repudia ‘toda expresión, de cualquier tipo, basada en el odio, la discriminación y el antisemitismo’. También se dice que, siendo delito todo acto de incitaciones al odio debe ser ‘perseguido y condenado una vez conocido’”.
Sin embargo, lamenta que el Frente Amplio no votará ese último párrafo, “por considerar que invade la jurisdicción judicial cuando simplemente reitera lo que dice la ley: que estos actos deben ser perseguidos y condenados. Ni siquiera es una referencia al episodio del 8 de marzo, sino una expresión genérica que es el corolario natural de la existencia del delito”.
“No nos llama la atención. Al Frente le cuesta mucho todo lo que refiere a Israel o al terrorismo. Es más, su primera declaración cuando la agresión de Hamás a la población civil israelí, inédita por su crueldad, el 7 de octubre, no hacía mención a la organización terrorista. Ante las críticas, a regañadientes, lo hizo, pero a partir de allí se alineó sistemáticamente en contra de Israel”, y también “consideró ‘irresponsable’ la abstención de Uruguay ante resoluciones de Naciones Unidas que reclamaban treguas o ceses de fuego, sin hacer referencia a la agresión que inició el enfrentamiento”, expresa.