El mismo sábado en que empezó la ofensiva de Hamás contra Israel, el kibutz Mefalsim, ubicado cerca de la Franja de Gaza, fue invadido por los terroristas islamistas. Un miembro del equipo de emergencia fue llamado a asistir al lugar y gracias a tener un automóvil Tesla pudo sobrevivir a un brutal ataque.
“Los terroristas me reconocieron a una distancia de 10 metros. Además de sus fusiles Kalasnikov, tenían una ametralladora que disparaba balas de mayor calibre”, comenzó relatando el hombre al medio israelí Walla. “No se dieron cuenta de que era un vehículo eléctrico, por lo que dispararon al frente, con la esperanza de golpear el motor que no estaba. Luego fueron por detrás, tratando de prender fuego al tanque de combustible. Por supuesto, tampoco había tanque de combustible. Me dispararon a las llantas. Apreté el acelerador y comenzaron a perseguirme”, agregó quien al momento de la conversación se encontraba hospitalizado después de una serie de cirugías de cabeza y manos.
El relato habla de unos 15 terroristas que lo persiguieron mientras él se encontraba herido y a unos cientos de metros de su casa. Los atacantes viajaban en una camioneta Toyota diésel, mientras que el hombre iba en su Tesla Modelo 3, que cuenta con una berlina eléctrica de más de 530 caballos de vapor y doble propulsión.
“Me dispararon a los neumáticos, pero la aceleración del Tesla es asombrosa incluso en esta situación, y la tracción dual logró mantenerme en la carretera. Rápidamente me escapé de ellos, pero me di cuenta de que tenía que ir al hospital tan pronto como fuera posible”, continuó. Incluso con las ruedas pinchadas el auto pudo alcanzar una velocidad de 180 kilómetros por hora.
“Los neumáticos comenzaron a desmoronarse, pero la tracción dual equilibró las ruedas, algunas de las cuales ya estaban en las llantas”, contó. Finalmente llegó al Centro Médico Barzilai en la ciudad de Ascalón, donde fue atendido por un equipo médico que tuvo que romper las ventanas para sacarlo del vehículo; después fue trasladado al Hospital Sheba en Tel Aviv.
Según la nota de Walla, el auto recibió alrededor de 100 impactos de bala y la ventana delantera permaneció completamente quebrada pero no se desintegró.
“Las balas me alcanzaron las piernas y la mano, incluso una alcanzó mi cráneo. Pero mi cabeza funciona y la motivación me mantuvo en la carretera e incluso ahora en el hospital”, expresó el protagonista del relato, quien dijo que el coche siguió andando. “La batería no se calentó, pero sufrió muchos daños. No hay ninguna pieza que no haya recibido una bala. Aún funciona si presionás el pedal, pero me parece que ya debería estar pensando en mi próximo Tesla”.
La historia fue compartida por el economista y exmiembro del Consejo Asesor Económico del ministro de Finanzas de Israel, Gilad Alper, a través de la plataforma X (ex Twitter), donde cosechó miles de reacciones y compartidas.