El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, se vacunó contra la COVID-19, primer día en que pudieron inocularse las personas que tienen entre 55 y 59 años, luego de una primera semana en la que solo pudieron hacerlo los trabajadores de la educación, del Inau, los policías, los militares y los bomberos, además de algunos funcionarios aduaneros.
Salinas se dio la primera dosis de Sinovac, actualmente la única vacuna que hay en Uruguay. A partir del miércoles llegarán las primeras dosis de Pfizer-BioNtech, que se aplicará entre los trabajadores de la salud y las personas mayores.
Tras vacunarse, Salinas aseguró que hasta ahora se inocularon 72.000 personas y se agendaron otras 70.000, por lo que aún sobran dosis de Sinovac. La intención del gobierno es aplicar el resto de las 192.000 adquiridas en esta semana, así que, de no agotarse los cupos, se avanzará con la inoculación a otras franjas etarias.
En rueda de prensa, Salinas emitió una alerta: "Quiero ser absolutamente claro con esto y sincero con la ciudadanía: "Hay un problema severísimo en Brasil. ¿Está claro?".
"Hay una cepa que viene mutando", advirtió sobre la variante amazónica conocida como P1, que en territorio brasileño provoca estragos en el sistema sanitario.
"La rapidez con la que vacunemos va a ser fundamental para que el virus deje de mutar en nuestro país", apuntó y aseguró que en Uruguay "estamos amenazados por la situación epidemiológica brasileña".
Salinas afirmó que una vez vacunada una gran parte de la población se logrará reducir las internaciones en cuidados moderados y en cuidados intensivos, además de los fallecimientos.
"Tenemos que vacunarnos. ¿Por qué? Porque tenemos la amenaza de Brasil, que es un problema que se puede convertir en un problema mundial. (...) ¿Cuándo muta menos el virus? Cuando no está, por eso es importante vacunar", añadió.