Rusia volvió a su modo amenazante y esta vez las víctimas serían los satélites de Starlink de la empresa SpaceX. La bronca tendría como principal motivo el notorio vínculo de la empresa espacial de Elon Musk con el ejército ucraniano.

En marzo de este año, el empresario había anunciado a todo vapor, las facilidades que su empresa estaba dispuesta a brindarle a la población de Ucrania, a la hora de conectarse a internet.

La semana pasada, el representante ruso, Konstantin Vorontsov, le avisó a las Naciones Unidas que había que cortar con las amenazas en el espacio.

Vorontsov, que alguna vez se desempeñó como subdirector interino del Departamento del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, no nombró específicamente a Space X ni a Starlink. Pero sí dijo: “Nos gustaría subrayar una tendencia extremadamente peligrosa que va más allá del uso inofensivo de las tecnologías del espacio exterior y se ha hecho evidente durante los acontecimientos en Ucrania. A saber, el uso por parte de Estados Unidos y sus aliados de los elementos de la infraestructura civil, incluida la comercial, en el espacio ultraterrestre con fines militares”, según quedó expresado en el texto de una traducción no oficial. 

El ex ministro, y hombre de confianza de Putin, luego emitió su amenaza velada: “Parece que nuestros colegas no se dan cuenta de que tales acciones constituyen una participación indirecta en conflictos militares. La infraestructura casi civil puede convertirse en un objetivo legítimo para las represalias”.

No contento con la fuerte advertencia agregó: “Como mínimo, este uso provocador de satélites civiles es cuestionable según el Tratado del Espacio Exterior que establece el uso exclusivamente pacífico del espacio exterior, y debe ser condenado enérgicamente por la comunidad internacional”, afirmó.

Por su parte, el magnate estadounidense y CEO de SpaceX, Elon Musk, fue lacónico y por lo visto, no se le movió un pelo ante la amenaza del gigante europeo. Solo tuiteó: “Starlink está destinado al uso pacífico”.