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Internacionales

Por The New York Times

Rusia exige grandes concesiones mientras negocia el alto al fuego

Los expertos dijeron que las exigencias de Moscú están ralentizando el proceso.

27.03.2025 21:04

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2025-03-27T21:04:00-03:00
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Por The New York Times | Paul Sonne

Los expertos dijeron que las exigencias de Moscú están ralentizando el proceso y dándole ventaja en las conversaciones mientras Estados Unidos está a la expectativa por los acuerdos.

Ucrania pensó que había llegado a un acuerdo para suspender inmediatamente los combates en el mar Negro. Rusia dijo que primero habría que levantar las sanciones económicas. Y Estados Unidos no abordó en absoluto el plazo de tiempo, limitándose a repetir la amplia exigencia del presidente Donald Trump de que cesara la matanza.

Las declaraciones contradictorias emitidas esta semana tras las negociaciones de alto al fuego en Arabia Saudita fueron la última señal de un proceso caótico en el que, según dijeron analistas y expertos, el Kremlin parece estar ganando tiempo y ventaja.

El gobierno de Trump se ha propuesto lograr una serie de acuerdos limitados de alto al fuego, argumentando que esas medidas allanarán el camino para una tregua más amplia y, finalmente, un acuerdo de paz que finalice el conflicto. Pero, hasta ahora, estos acuerdos incrementales han sido en gran medida una forma de que Rusia obtenga concesiones de Ucrania y la buena voluntad de una Casa Blanca ansiosa por ser vista como la pacificadora.

El martes, Moscú dijo que aceptaría la tregua del mar Negro solo si se levantaban las sanciones impuestas a su banco agrícola estatal, Rosselkhozbank, y otras restricciones. Si Washington acepta esas condiciones y presiona a los aliados europeos para que hagan lo mismo, el acuerdo propuesto sobre el mar Negro beneficiaría más a Moscú que a Kiev, dijeron los expertos.

Las negociaciones sobre el mar Negro siguieron a otro acuerdo limitado negociado por Washington: la suspensión durante 30 días de los ataques de Rusia y Ucrania contra objetivos energéticos. Esa medida también beneficia a Moscú, debido al gran daño que los ataques ucranianos han infligido a las instalaciones de petróleo y gas en toda Rusia, y no incluía ningún mecanismo claro de aplicación. Ambas partes no tardaron en acusarse mutuamente de continuar esos ataques.

Y a principios de este mes, el presidente ruso, Vladimir Putin, rechazó de hecho una propuesta de alto al fuego general de 30 días negociada por Washington y Kiev. Putin estableció condiciones, incluida la congelación del reclutamiento de personal ucraniano, la formación militar y la importación de armas, que habrían hecho que Kiev quedara en una situación especialmente vulnerable en caso de reanudarse los combates.

“Parece claro que los rusos están dando largas al asunto, y eso se les da muy bien”, dijo Daniel Fried, ex alto diplomático estadounidense y miembro del Atlantic Council de Washington, quien ha negociado con los rusos en el pasado. “Los rusos lo están alargando y exigen muchas condiciones para situarnos en un escenario complejo”.

El martes, Trump reconoció la táctica rusa sin criticarla. Dijo que cree que Moscú quiere ver el final de la guerra, “pero podría ser que estén dando largas”.

Luego recordó que él mismo había adoptado ese enfoque en negociaciones comerciales en el pasado, cuando no quería firmar un contrato, pero quería “seguir en el juego”.

Para Rusia, permanecer en las conversaciones ha significado plantear una serie de exigencias, por improbable que sea el cumplimiento de algunas de ellas. Rusia enmarcó la propuesta sobre el mar Negro como una manera de revivir un acuerdo de 2022 respaldado por la ONU que le otorgaba cierto control sobre el transporte marítimo comercial a través del mar.

Ese trato permitía a Ucrania exportar su grano a través de un corredor marítimo acordado, pero también permitía que Rusia inspeccionara todos los buques comerciales para asegurarse de que no transportaban armas. Los expertos afirman que el gobierno ruso explotó esa disposición para paralizar las exportaciones marítimas ucranianas.

Tras el fracaso del acuerdo en 2023, Ucrania logró expulsar a la armada rusa del oeste del mar Negro para asegurar su propio corredor marítimo. La operación tuvo tanto éxito que las exportaciones marítimas de grano volvieron a niveles cercanos a la preguerra, por encima de los niveles alcanzados durante la época del acuerdo respaldado por la ONU.

En este contexto, Kiev no tiene ningún interés en acceder a las exigencias de Moscú, según los expertos. Fried señaló que para que un acuerdo sobre el mar Negro se considerara equilibrado, tendría que incluir un beneficio claro para Kiev, como el compromiso de los rusos de poner fin a los ataques contra el puerto meridional de Odesa o contra todas las instalaciones de exportación agrícola ucranianas.

La Casa Blanca no se refirió explícitamente a ese compromiso en sus declaraciones del martes, que solo aludían a la eliminación del “uso de la fuerza” en el mar Negro.

Las condiciones expuestas por el Kremlin el martes también introducían la posibilidad de que Estados Unidos levantara las sanciones como condición previa a la acción rusa, algo a lo que se oponen firmemente los líderes de la Unión Europea. Al presidente de Francia, Emmanuel Macron, le preguntaron el miércoles sobre las negociaciones del mar Negro y dijo que el concepto de Trump de “paz a través de la fuerza” no debería “comenzar con la eliminación de sanciones antes de haber recibido o verificado nada”.

Fried dijo que no veía ninguna concesión sustantiva por parte rusa que mereciera esa decisión.

“Los rusos han logrado incluir esto en la agenda, lo que significa que el levantamiento de las sanciones forma parte del proceso inicial de negociación”, dijo Fried. “¿Por qué nos interesa hacerlo? ¿Cuál es la medida recíproca que vamos a obtener de los rusos?”.

Trump ha amenazado a Rusia con consecuencias si no busca la paz, pero hasta ahora su gobierno no lo ha cumplido. En cambio, ha aceptado y repetido las declaraciones de Putin sobre su deseo de poner fin al conflicto y ha hablado de las posibilidades de una renovada era de cooperación con Rusia.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo el martes que las condiciones de Moscú sobre el acuerdo del Mar Negro eran una prueba más de que el Kremlin buscaba más concesiones mientras engañaba a Estados Unidos sobre sus verdaderas intenciones.

Putin ha dado pocas muestras de dar marcha atrás en su objetivo de someter a Ucrania como nación satélite bajo la influencia de Rusia. Ha dicho en repetidas oportunidades que las fuerzas rusas están en primera línea en el campo de batalla y que un alto al fuego solo beneficiaría a Kiev. Sin embargo, desea continuar el rápido acercamiento del gobierno de Trump a Moscú, señalando proyectos económicos conjuntos que Rusia y Estados Unidos podrían llevar a cabo.

Las condiciones que Moscú impuso en el acuerdo sobre el mar Negro tienen pocas posibilidades de cumplirse pronto. Incluían la exigencia de volver a conectar el banco estatal ruso de agricultura al sistema internacional de pagos conocido como Swift. Eso requeriría la cooperación de los países europeos que han quedado excluidos de las conversaciones.

Alexander Kolyandr, investigador del Centro de Análisis Político Europeo, dijo que la eliminación de las sanciones al banco sería un beneficio significativo para Moscú.

“Sin duda quieren un gran banco estatal fuera de las sanciones, porque en el momento en que tienes un banco financieramente saneado, puedes hacer lo que quieras”, dijo. “Pueden compensar transacciones; pueden mover dinero entre países; pueden pagar las importaciones en dólares, que siempre es más barato; y pueden recibir dólares por sus exportaciones”.

Incluso si Moscú, Washington y Kiev resuelven las diferencias en sus declaraciones sobre el acuerdo del Mar Negro, el alto al fuego discutido no haría más que consagrar el statu quo, dijo Andrey Sizov, director de Sovecon, una empresa de análisis de mercados agrícolas.

Sizov señaló que Ucrania ha estado exportando grano con éxito a través del mar Negro desde finales de 2023, y Rusia ha estado exportando tanto petróleo como grano, a pesar de que las restricciones han encarecido la actividad para Moscú. Considera las conversaciones actuales como una formalización del acuerdo existente.

“No es un paso adelante”, dijo. “En mi opinión, demuestra que los avances hacia una tregua total, hacia un alto el fuego total, son bastante limitados, si es que los hay”.

Constant Méheut colaboró con reportería desde Kiev, Ucrania.

Paul Sonne

es corresponsal internacional enfocado en Rusia y en las diversas repercusiones de la política interior y exterior del presidente Vladimir Putin, con especial atención a la guerra contra Ucrania. Más de Paul Sonne

Constant Méheut colaboró con reportería desde Kiev, Ucrania.