El tribunal militar de la región de Lipetsk condenó a 20 años de cárcel a un profesor de escuela por supuestamente transferir dinero al batallón ucraniano Azov, considerado un grupo terrorista en Rusia.

El profesor, de 27 años, defiende su inocencia y asegura que únicamente envió dinero a un hermano que vive en la región ucraniana de Lugansk, según informa este jueves el portal Meduza.

Con todo, el maestro Danil Kliuka fue sentenciado en virtud de los artículos 275 del código penal (alta traición) y 205.1 (colaboración con organización terrorista).

La acusación asegura que el condenado envió 20.000 rublos (unos 230 dólares) en criptomoneda a Azov en octubre de 2022, dinero que se habría gastado en la compra de armas, drones y otros equipos militares.

Kliuka argumenta que el auténtico motivo de su procesamiento judicial y condena son las caricaturas que dibujó en las revistas propagandísticas que recibía la escuela en la que trabajaba.

Dichas caricaturas le costaron el despido cuando fueron descubiertas por sus jefes y la posterior denuncia de la dirección de la escuela al Servicio Federal de Seguridad (FSB), departamento de inteligencia sucesor de la KGB soviética. 

“Pensé que todo quedaría en mi despido, pero incluso llamaron al FSB, les dieron las revistas y dijeron que estoy interesado en artefactos explosivos”, dijo.

El condenado denunció que el FSB “pidió insistentemente que reconociera” que el dinero no era para un hermano sino para Azov.

Crece alarma por crímenes de convictos rusos indultados por Putin para combatir en Ucrania

El aumento de los crímenes cometidos por convictos indultados para combatir en Ucrania por el presidente ruso, Vladímir Putin, ha disparado la alarma social entre los rusos.

“El asesinato de una niña de 12 años en la región de Kémerovo ha develado una terrible amenaza (...) Un hombre juzgado en varias ocasiones, convicto por homicidio, salió de la cárcel para participar en la guerra y de vuelta a la vida civil cometió un nuevo crimen brutal”, denunció en Telegram la diputada rusa Nina Ostánina. El crimen, que ha impactado a la sociedad rusa, salió a la luz el miércoles, cuando se halló el cuerpo sin vida de la menor con indicios de una muerte violenta.

Las autoridades lo atribuyeron a un excombatiente de la guerra que había sido reclutado en la cárcel, donde cumplía una condena de 13 años y medio por el asesinato de una mujer, tras haber sido juzgado al menos en seis ocasiones por diversos delitos.

La legisladora, responsable del comité de protección a la familia y la niñez de la Duma o cámara de diputados rusa, alertó de que “habrá más crímenes como este”.

“Al retornar del frente estas personas resultaron no estar listas para su reinserción social y representan una amenaza para la sociedad”, aseveró.

Por ello, llamó a las autoridades rusas a “asumir la responsabilidad de proteger a los ciudadanos de criminales como estos” por medio de un “control constante” y ayuda a su reintegración laboral.

Además, adelantó los preparativos de un proyecto de ley que reglamentaría este asunto.

“Debemos actuar sin demoras. No se puede permitir que se repitan pesadillas como esta. Nuestros hijos merecen una vida segura y protección ante criminales despiadados”, zanjó.

Tras el comienzo de la guerra en Ucrania y el llamado a filas de reclusos, una práctica que promovió la compañía de mercenarios rusos Wagner, Rusia se ha visto afectada por una oleada de delitos y crímenes cometidos por estas personas a su retorno del campo de batalla.

Este mismo jueves el medio digital Gazeta.ru informó del caso de una joven embarazada que perdió a su criatura a consecuencia de una paliza propinada por un miembro de Wagner que también había sido reclutado entre rejas.

Los médicos constataron que la mujer sufrió heridas en la cabeza, fractura de costillas y de las falanges de las manos, así como múltiples moratones y cardenales, sin embargo, pese a que el culpable fue detenido, logró evitar el juicio al volver al frente.

En abril de este año, otro wagnerita mató a una mujer en la región de Leningrado y la descuartizó; y en marzo, otro exconvicto y miembro de Wagner asestó al menos 15 puñaladas a la mujer con la que vivía y posteriormente le cortó la oreja, apenas dos ejemplos de una larga lista.

Según el medio digital independiente Viorstka, en los dos últimos años cerca de medio centenar de personas ha muerto a manos de veteranos de la guerra en Ucrania reclutados en cárceles rusas. La mayor parte de las víctimas resultan ser los propios familiares o vecinos de estas personas por motivos domésticos y suelen ser delitos vinculados al consumo de bebidas alcohólicas.

EFE