Máximo Thomsen, uno de los ocho rugbiers condenados el año pasado por el asesinato a golpes del joven Fernando Báez Sosa ocurrido en las afueras de un boliche ubicado en el balneario bonaerense de Villa Gesell a mediados de enero de 2020, brindó una entrevista exclusiva al programa argentino Telenoche (Eltrece) que se emitió este martes a las 20 horas.
Según adelantó el programa, la entrevista duró 90 minutos y el joven iba a contar con detalles los hechos ocurridos según su interpretación la noche del asesinato de Fernando Báez Sosa.
Actualmente, Thomsen, de 24 años, fue condenado en febrero de 2023 junto a Ciro Pertossi, Matías Benicelli, Luciano Pertossi y Enzo Comelli a prisión perpetua por homicidio doblemente agravado, mientras que otros tres jóvenes rugbiers, Blas Cinalli, Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz, fueron sentenciados a 15 años de prisión, al ser considerados partícipes secundarios.
En la primera parte de la entrevista, el joven declaró que hacía “cuatro años que quería contar todo”.
Consultado sobre si el rugby enseña violencia, Thomsen lo negó. “El rugby tiene muchos valores hermosos, es todo lo opuesto. Esto no tiene nada que ver con el rugby, es una cuestión social, que uno sale a la calle y hay violencia. Y la violencia siempre trae más violencia”, consideró.
Asimismo, negó que el grupo que integraba se juntara para salir a pegarle a otras personas. “Con el grupo que fuimos a Gesell era un grupo que teníamos solo para irnos de vacaciones, porque era ocasional. Tengo muchos grupos de amigos y con este grupo en particular nos íbamos de vacaciones nomás”.
Sin embargo, “en Zárate salías al boliche y era muy normal salir a afuera y dos o tres peleas había seguro. Con baldosas, botellas, cuchillos, armas… era una cuestión difícil”.
“Me he peleado, sí; no es algo de lo que estoy orgulloso. Es algo que traté con psicólogo. Salís al boliche y hay mucha pelea afuera. En ese momento o aprendés o te pasan por arriba”.
El condenando por la Justicia señaló además que nunca pensó que pudiese asesinar a nadie.
“Nunca pensé que podía matar a alguien. Uno no siente que, con las manos, con el cuerpo, puede llegar a cierto extremo. No es algo que tuve presente en algún momento. Cuando salía necesitaba tomar algo para soltarme”, justificó el joven en parte de la entrevista.