Los domingos en Pintado eran de imaginar. Escuchaba por la radio los partidos de fútbol y, en su cabeza, recreaba los estadios llenos, a los jugadores, a los jueces y a los periodistas. Imaginaba cosas que no sabía que existían ni cómo eran, porque nunca había salido del pueblo de Florida en el que creció. Su infancia fue así, en campaña.
Eso lo hacía todo el tiempo, eso de relatar partidos de fútbol. En su cabeza y en sus palabras había otro mundo, un mundo fuera de esa localidad pequeña donde Ruben Mario Del Castillo se formó hasta los 9 años.
Un día, sentado en una de las veredas de ese pueblo donde pasaba poca cosa, escuchó una sirena. Enseguida pasó una cantidad de gente en bicicleta y fue, en el lugar correcto y en el momento indicado, la primera carrera de ciclismo que vio. Terminaría imitándolos, corriendo él algunas veces, y relatando por lo menos catorce Vueltas Ciclistas.
Con el fútbol le pasó también, supo estar enamorado.
Después de irse a la ciudad capital de Florida, a los 9, seguía relatando. En el fondo de su casa de ciudad había una quinta, como en casi todas las casas del Interior de Uruguay, donde estaban los canteros separados por caminitos. Esa era la pista donde las bolitas de Ruben Mario encarnaban ciclistas y jugadores de fútbol para que él relatara.
De a ratos iban cuarenta bolitas, de acá para allá, andando en bicicleta y, de a ratos, aparecían once y once jugando al fútbol. Siempre estaba relatando Ruben Mario, al parecer era el mejor de aquel mundo de ficción y bolitas. Y a esos partidos les iba muy bien. Había, incluso, tandas publicitarias y avisos comerciales.
El sueño de trabajar de lo que adoró toda su vida pudo cumplirlo. Aunque había hecho unos preparatorios de medicina, cuando terminó el bachillerato se le ofreció un lugar como relator en CW33, hoy la radio líder en Florida con la que con Montevideo Portal compartimos una hermosa alianza que busca acercar el interior a la capital. Y viceversa.
Estuvo en Radio Montecarlo, en Montevideo, y en Piedra Alta FM, otra radio de Florida. Hace ya unos años, conduce Exitorama, el programa con más audiencia en el departamento y uno de los más escuchados del interior del país. Hoy, los partidos que relata son de jugadores en carne y hueso.
¿Cómo fue la primera vez que relataste un partido al aire?
Fue acá, en la CW33, en la radio de Florida. Fue el relato de futbol de partido de un campeonato policial que había. Jugaba la Policía de Florida contra la Escuela Nacional de Policía de Montevideo. Fue el 13 de agosto de 1977, eso fue lo primero.
Tenía muchos nervios porque relatar futbol lo había hecho desde que nací, pero relataba ficción, no con una cancha que se te aparece, eran todos partidos inventados. Me encontré ahí sentado al costado de una cancha, porque en esa cancha no había una cabina. No era lo mismo, pero anduve bien. Me felicitaron, me dijeron que anduve muy bien y que había errado muy poco los nombres de los jugadores, y que tenía futuro. De ahí, seguí para adelante.
Ese día, faltaba una semana para que la radio cumpliera un año. Ese 20 de agosto, al dueño de la radio le preguntaron quién iba a relatar el domingo, porque la radio tenía otros relatores. Se jugaba un clásico de Florida, Atlético Florida y Quilmes, y dijo que lo relataba Del Castillo y ahí quedé yo como relator.
Después de que entré a la radio, era relator de futbol y hacía algo de informativo, también. Hasta que me fui a Montevideo, donde aprendí lo que era hacer informativo realmente. Con la experiencia de allá, vine acá y armamos un departamento de prensa como se merecía la radio. Ahí fuimos avanzando con el tiempo. Fui relatando futbol y ciclismo varia. Hicimos de las primeras transmisiones internacionales cuando Peñarol jugó en Porto Alegre, seguimos a la Selección, hemos hecho de todo.
Hoy estás en la misma radio donde empezaste, ¿cómo era la radio de ese primer partido comparada con la de ahora?
Aquella radio era toda artesanal. Fue una radio hecha a mano por el propio dueño. Él hizo la torre, él hizo el transmisor. Eran un montón de latas de sardina, todo bien artesanal. La torre la hizo en frente a donde son los estudios ahora, en la calle, con hierros de cama comprados en los remates, porque tenía muy poco poder adquisitivo. Se dudaba mucho que pudiera llegar en tiempo para salir al aire, pero llegó en tiempo y salió muy bien. Se hablaba de que iba a durar menos de un año, pero, por suerte, con el paso del tiempo se ha transformado en una de las radios más importantes del Interior.
Sobre todo de Florida, ¿no?
Sí. Acá en Florida en impresionante la audiencia. Las mediciones son cada vez más altas. La gente nos cree mucho, ese es el tema. Yo a veces hablo con los muchachos y les digo, "ojo con lo que dicen porque si dicen que va a llover la gente va con paraguas". Mi hijo que trabaja en la Junta Departamental de Florida me dijo que la cocinera se mojó toda porque yo dije que no iba a llover. No llevó paraguas.
La radio del interior, y esta radio especialmente, tiene una credibilidad muy grande en la gente.
CW33 también es muy famosa por las encuestas políticas, han tenido aciertos que son asombrosos, realmente. La primera que se hizo, se hizo casa por casa en todo el departamento. Fue como a 5000 personas y era la primera que se hacía después de la vuelta a la democracia. No le embocamos a la intendencia por 6 votos. En la proyección le erró por 6 votos. En esta última elección, se dijo que el Partido Nacional iba a ganar por 17 puntos, en Florida, y faltaron 3 votos para que ganara por 17 puntos. Eso nos da una credibilidad total y tremenda.
¿En el interior se respeta más al periodismo que en Montevideo?
Acá la gente te respeta y no te miente. Las encuestas salen bien porque la gente a esta radio no le miente. Si vos entrevistas a 560 personas, me animo a decir que 400 de esas están escuchando la radio. Al 90% le decís "hola, buenos días" y te responden "hola, Ruben Mario". La gente te conoce y no te miente, y solo se da en el interior eso.
La gente tiene un problema con la Intendencia y llama a la radio, la gente tiene un problema con el hospital y llama a la radio. Quieren encontrar a la madre y llaman a la radio. La gente lo tiene como algo suyo y lo utiliza. Eso te da una gran responsabilidad.
Y no pueden poner esa confianza en riesgo.
Por supuesto que no. Por eso digo que, acá, la gente cree lo que se le dice. Hay que tener mucho cuidado con lo que se informa, tiene que estar muy chequeado porque el interior es muy distinto a Montevideo.
Hiciste radio en Montevideo, Radio Montecarlo, por el año 1980. Relatabas informativo y un poco de deportes. ¿Qué aprendiste allá?
Eso para mí fue la universidad de la radio. Ahí estaban todos los grandes. Estando ahí, si no aprendías era porque no tenías condiciones porque realmente los granes de la radio estaban ahí, en la parte de prensa e informativo.
Empezaste como periodista deportivo y, ahora, incluso hacés periodismo político.
En CW33 hacía toda la parte de informativos y el relato deportivo en el programa de la mañana, Exitorama, que es el más importante de todos.
Después de volver de Montevideo, yo estaba en una FM, Piedra Alta, y había arrancado un programa similar a Exitorama. En 2005 quedó vacante ese lugar y me llamaron para que volviera. Desde ahí que estoy conduciendo el programa y, aparte, soy socio de la empresa. En ese programa había política. Se le hacían, y se le hacen, notas a los candidatos que vienen de Montevideo. Ahí arranqué y anduvimos muy bien, por suerte.
En materia política, me fui haciendo con el tiempo. En un programa con mucha opinión, le agarré la onda. El periodismo político no es fácil. Había un tipo al que yo tenía terror de hacerle notas que es Jorge Batlle. Te contestaba con otra pregunta, era un tipo difícil. Hay otros que dan gusto y hay gente que es muy corta de respuesta, que te dice tres palabras.
Ahí hay que remar...
Sí. Creo que en materia política anduve muy bien porque cuando Jorge Batlle le recomendó a Ernesto todo lo que tenía que hacer para ser un buen político. Le recomendó dónde tenía que comprar milanesas y un montón de otras cosas. Una de las recomendaciones que le dice "... y cómo hacer una nota con Ruben Mario en Florida".
¿Cuál fue el momento más triste de tu vida?
Los momentos más tristes son las partidas de los seres queridos: el fallecimiento de mis viejos, de mi madre.
¿Y el más feliz?
El nacimiento de los hijos, por lejos. Tengo tres y sí, ni que hablar.
¿Qué te ha enseñado la vida a golpes?
A no creer en ciertas personas: gente que te pasa la mano, que te golpea la puerta y después van por atrás. Me paso con gente que te aplaude, me pasó con promesas.
¿A no ser tan inocente, quizá?
Yo soy muy crédulo. También soy una persona de dar mucha oportunidad a los muchachos, soy de ayudar y enseñar a los jóvenes.
¿Cuál es tu objeto físico más valioso?
La familia no cuenta, ¿no? Será la empresa, la radio. O la casa de la playa, que es un sueño cumplido. La vivienda propia ni que hablar, por supuesto, es lo que más costó siempre, al principio. Iría por ahí porque son sueños de toda la vida que, cuando los cumplís, debe ser de lo más valioso, eso de tener la casa propia, por la que tantos luchamos todos.
¿Qué es felicidad para ti?
La familia y la salud, por sobre todas las cosas. Cuando uno está cerca de perderla la valora. La salud es fundamental pero también la familia. Vivir con la familia, pasear. No hay cosa que me guste más que pasear, y a mi señora también, y lo aprovechamos lo más que podemos. Después, un trabajo que te guste. A mí me preguntan cuándo me voy a jubilar y yo no tengo apuro ni interés en jubilarme, mientras no me digan que estoy quedando ridículo con la edad que tengo.
Si murieras hoy, ¿irías al cielo o al infierno?
Al infierno creo que no. Me parece que no he hecho nada tan malo como para que yo vaya ahí. No sé si el cielo me lo habré ganado o no, yo que sé, yo trato de ser buena gente todos los días, de ayudar en lo más que pueda a todo aquel que lo necesite. Pienso que por ahí en el medio voy a estar.