Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Juan Manuel López
La semana pasada desfiló por los medios de comunicación cual vedette argentina en programas de chimentos, pero la situación vaya si lo ameritaba. Richard Read, sindicalista histórico y ampliamente respetado, dejó el pasado viernes 30 la conducción de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (Foeb) cumpliendo su promesa de ir dejando paso a las generaciones más jóvenes e impetuosas, pero sabiendo que pasaría la posta a trabajadores que continuarán su legado. Esto es: conseguir aumentos salariales y mejores condiciones laborales para los suyos, claro, pero también acordarse de los más necesitados, devolverle a la sociedad parte de lo que le dio, cumplir un rol social allí donde el Estado parece no llegar.
A los 65 años. este hombre con nombre de actor estadounidense pero más uruguayo que el agujero del mate, se apronta a prestarle más atención a una escuela de oficios en el interior y a un instituto que capacitará y formará a los nuevos sindicalistas, porque si de algo está convencido -justo él, que terminó la escuela y debió ponerse a trabajar- es que la educación es imprescindible y ya no basta con tener un título de grado, en el siglo XXI no alcanza. Si será importante el estudio, para él, que firma sus tuits con la sigla ALQLyE (Arriba los que Luchan y Estudian), en una licencia que es marca registrada.
Orador fundamental del 1° de Mayo de 1983 y el 85, su discurso más emblemático, quizás, fue el de 2013, viralizado extrañamente este año en ambas márgenes del Plata. Fue un discurso que apeló a la ética, donde pedía -clamaba, alertaba- que no diera igual el "laburante" que el que "hace que labura". En esta entrevista tampoco dejó pasar la oportunidad de advertir que una sociedad a la que empieza a darle lo mismo una estafa o una desviación ética, es una sociedad camino a enfermarse, o como dice Read, a "lumpenizarse".
Crítico con el régimen de Venezuela y Nicaragua, pero también de un Frente Amplio que no lo representa (aunque se diga frenteamplista). Respecto al manejo del caso Sendic, dijo que, desde el inicio, se supo que su conducta no fue ética pero el oficialismo se "abroqueló" detrás de él, y ahora quieren "rajarlo" porque es "pianta votos". Read afirma, además, que el Pit-Cnt ha perdido independencia de clase, y ahí también, en el sindicalismo, se ha perdido tolerancia y fraternidad en la discrepancia. Por eso, en parte, también se va.
-¿Por qué se va de la conducción sindical de la Foeb? ¿Cansado de qué?
-De nada. Me voy cumpliendo con mi promesa del año 2015. Ese año, en la asamblea de cierre multitudinaria de los consejos de salarios, al final de la asamblea, cuando se votó por unanimidad la plataforma, yo anuncié que comenzaba mi retiro gradual. Empecé a capacitar compañeros y 40 de ellos pasaron por el proceso de capacitación, junto con Fernando Ferreira, que pasó a ser presidente de la Federación de la Bebida hace un año. Me iba a ir en estos meses, me pidieron que me quedara para estos últimos consejos de salarios, los acompañé, nos fue muy bien, y además cumplí 65 años. Me parece que es un buen momento, es el momento justo. Pero no cuelgo los dos botines, cuelgo uno. Los dirigentes sindicales son como los albañiles, se jubilan, pero vas a la casa de un albañil y una cuchara y un fretacho siempre tienen. El dirigente sindical tampoco se va del todo. Me voy contento, porque había 280 compañeros en el congreso, y al 80% no lo conozco. Triste me hubiera ido si el congreso hubiera estado vacío o eran los mismos viejos de siempre.
"La pelea nuestra es contra la esquina, contra el ocio, contra el dejar a los guachos en banda. Son botijas de contexto crítico, que no tienen ningún cabito por ningún lado, ¿y cómo terminan? Terminan de caño o de mandaderos de un narco"
-No se retira del todo, ya está pensando en liderar una escuela de oficios para adolescentes en Paysandú y un instituto de formación sindical. ¿Cuál es la finalidad de esta escuela y este instituto, que sí lo tendrán trabajando?
-Yo soy coordinador general de los centros educativos. Esto es parte de la política que empezamos hace años con la Federación, que era devolver a la sociedad parte de lo que la sociedad nos había dado a nosotros, y eso define parte de la concepción sindical de este gremio. Este gremio, desde hace 10 años, está volcando a la sociedad gestos para que la sociedad lo interprete. Empezamos con aquel niño Cero Falta, Marito. Nosotros hasta el día de hoy estamos asistiendo a esa escuela, la 94. Y asistimos a 78 escuelas rurales en todo el país. Lo que mencionaste es parte de eso. Lo hicimos con el Plan Juntos, lo hicimos con el Inau. Donamos 7 millones de pesos a cada uno en construcción, hicimos viviendas y las entregamos. Somos un gremio que ha conquistado todo: tenemos los niveles más altos de salarios, estamos por arriba de la canasta familiar (un chofer de camión está en 122.000 mangos), en mi última asamblea logramos cinco días más de asueto pago para la gente de la fábrica, que se suma a que el día del cumpleaños el trabajador no va a trabajar y cobra el día, tenemos 8 días de asueto pago, y las mujeres 11 más, tenemos la reducción de jornada laboral, ahora viene fin de año y las bebidas y una canasta para cada afiliado, en marzo hay una mochila con todos los útiles escolares para cada uno... Es un gremio que ha tocado el cielo con las manos. Pero si vos te crees que sos el ombligo, perdiste.
Hay que trabajar para la sociedad. Entonces, hace unos años decidimos trabajar con los gurises de más bajos recursos. Nos vinculamos a la escuela 141 de Casavalle, y hace dos años empezamos con un centro educativo acá mismo donde estamos (en el Club Cervecero), trayendo a todos los chiquilines de la 141 todos los días en ómnibus. Tenemos otro en Minas, y otro en Pan de Azúcar. Y este 2018 abrimos dos más: uno en Paysandú y otro en Casavalle, en Instrucciones y Mendoza. Acá vienen 300 chiquilines en contrahorario. Tienen que ir a la escuela y después los agarramos nosotros. La pelea es contra la esquina, contra la calle, contra el ocio, contra el dejar a los guachos en banda. Son botijas de contexto crítico, que no tienen ningún cabito por ningún lado, ¿y cómo terminan? Terminan de caño, o de mandaderos de un narco, y no llegan a los 20 años porque terminan en cana o les metieron cuatro cuetazos. Hay que mostrarles que hay otro camino: el camino del estudio, el camino del laburo. Entonces nosotros le damos avance en matemáticas, avance en comprensión lectora, inglés y ajedrez, huerta, música, manualidades, y este año -con el apoyo de Juan Pedro Mir, que vino de forma honoraria- sumamos robótica e informática. Les damos túnica, útiles escolares, desayuno, merienda, los paseos, todo gratis para ellos. Sólo tienen que ir a la escuela. Y este año nos fijamos tres objetivos: que el botija no falte, que no repita y la inclusión social. Hemos visto maravillas... gurises que nunca habían visto un tablero de ajedrez y ahora vuelan en ajedrez, una niña que nunca había visto un destornillador, a las cinco semanas la metimos en una competencia de robótica y ahora la vamos a becar. Nos dimos cuenta que ese es el camino.
-Usted sólo terminó la Primaria, y ya los 12 años empezó a trabajar repartiendo leche casa por casa. ¿Qué importancia le da al estudio?
-Muchísima, no sólo desde el punto de vista filosófico o conceptual, he tratado de desarrollarme en la vida con mi sentido común. No solamente hay que estar más instruido por lo que todo el mundo sabe, sino que el mundo de hoy está generando una burbuja de empleo de aquí a tres años, donde va a haber trabajo genuino, pero con una alta calificación. Van a tener que formarse. Se acabó el que se recibía, chapa de bronce en la puerta, título debajo del brazo, y a ejercer. Ahora te recibiste, festejá dos días y después seguí estudiando, porque tenés que actualizarte. Ya no va a haber el delivery, porque el propio dron va a sustituir al delivery. El dron te va a llevar la pizza a tu casa, eso ya sucede en algunos estados de Estados Unidos. Y lo mismo con la seguridad: suena la alarma en tu casa, viene el dron por arriba, filma todo y cualquier cosa, te llaman, como las pantallas que sustituyen a los porteros a los edificios y los tipos están en La Plata. Hoy si no estudiás y no tenés capacitación, perdiste. ¿A dónde van a ir a parar los que queden por fuera? Antiguamente ibas a cargar bolsas, a hacer changas, pero ahora se terminó el peón común, está siendo sustituido por las grandes máquinas. Entonces va a haber un bolsón de gente que no va a tener laburo, que va a la baja del salario, y sólo se mantendrán los que tienen estudios.
-Le van a saltar algunos puristas a decir que lo suyo fue explotación laboral a un menor de edad, y ni siquiera era en el campo...
-Me cago de risa... Yo viví hasta los 9 años con mi vieja, mi viejo y un hermano, donde cabíamos juntitos los cuatro y en invierno había una mesa con un primus que le poníamos un ladrillo para calentar. Había que salir o salir. Mi viejo hacía 38 jornales por mes, hacía los 30 más siete u ocho días de doblete, 16 horas. Yo arranqué para el laburo, y no tengo ningún trauma ni fui al psicólogo por eso. Y si me hacía el loco, me daban dos boleos en el orto, o un cascarazo de mi viejo, y no me hacía problema por eso. Hoy creo que ese gurí tendría que salir a trabajar, pero me consta que hay situaciones que son complicadas y no se puede andar eligiendo. No era mi situación: yo el morfi lo tenía, la ropa zurcida pero la tenía, y tenía lo principal, el contexto familiar: tenía mucho cariño, mucho amor. Hoy en algunos lugares hay morfi, hay ropa, pero no hay afecto. Ese niño está solo con el play, hay otra realidad...
-Fue orador en el acto del 1° de Mayo del 83, todavía en dictadura. Le dijo a Leonel García del portal Ecos que tiró los papeles, no siguió ningún guión y se fue caminando muy tranquilo después de haber hablado. Pero todavía eran años duros... ¿Cómo recuerda ese día?
-Muchos de nosotros teníamos algo de desfachatados. Los que no teníamos estructura partidaria clandestina -yo no la tenía-, éramos un poco a voluntad... a huevo. Yo paraba en el Cerrito de la Victoria, en el club El Faro, ahí estaban el Oscar y el William, los hermanos del técnico Tabárez, y toda una barra. Fueron al acto, y de ahí nos volvimos por General Flores hasta el Cerrito, paramos en uh mediotanque y estuvo todo bien. Lo viví con esa desfachatez. Estábamos generando un hecho político que marcó la historia, que marcó un antes y un después, y si bien le dimos importancia, tampoco medimos la magnitud que tenía. Eso lo vimos con el tiempo. Esa noche hablé del tema de los jubilados, del tema de los estudiantes, porque recuerdo que entró un pasacalle por Yatay -entre ellos el que iba con ese pasacalle era el "Pepe" (José) Bayardi que estaba en la FEUU clandestina- que decía "Obreros y estudiantes, unidos y adelante".
"Los que piensan que mi discurso de 2013 fue propatronal son unos pelotudos. No se dan cuenta que no es negocio un sindicato abierto con fábricas cerradas. Ese lumpen piensa: 'Pah, me identificaron, se dieron cuenta'"
-En 1985, ya en democracia, fue el único orador, en un acto multitudinario, mucho más convocante que el del 83.
-Ese acto fue en Libertador y Colonia, el texto lo hicimos con Ruben Villaverde. Había pasado la Concertación, hablamos del Uruguay, fue un discurso obrerista. Me marcó, fue un discurso muy bueno. Ese mismo año hubo una ruptura en el PIT, con el retiro de 500 delegados del congreso.
-Y hace no tanto, el 1° de mayo de 2013 dio un discurso llamando a la autocrítica, a no estar de acuerdo con el ausentismo laboral o a que "la gente no vaya a laburar", apeló al orgullo del conocimiento del obrero frente a la máquina, y dijo que no quería al atorrante, al vago, al lumpen, que quería un sindicato de laburantes...
- Ese discurso ya estaba en conocimiento del secretariado ejecutivo, en la fábrica aburrió porque es el discurso mío que tengo hace años, era una realidad que ya golpeaba en 2013 la del ausentismo y la pérdida de códigos en las relaciones de laburo. Ese contenido -al cual reivindico y me parece propio de la clase obrera, del verdadero sindicato al que yo apuesto- no tuvo eco. No tuvo eco. Quedó ahí. En el momento, en lo inmediato, me aplaudieron mucho, pero después empezaron a especular: "esto no suma, resta votos". A los dos años el gobierno identifica el problema y desde el Ministerio de Trabajo alertan de que hay una pérdida de valores, advierten que la cultura del trabajo se estaba perdiendo. Pensé: "La pucha, es como el parto del dinosaurio, que dicen que estaba dos años en el vientre". Supuse que ahí por fin había parido el dinosaurio, pero no parió. Fue un chasqui-boom...
-O sea que no cambió nada... ¿El ausentismo laboral sigue vigente con trabajadores que se escudan tras un sindicato?
-No solamente sigue estando, sino que se agudizó. Empeoró... Hay lugares de servicio -en la salud, por ejemplo- donde el ausentismo trepa el 25%, en la industria puede andar entre un 12 y un 16%, o en la educación, donde el docente falta a la educación privada pero no a la pública. Nosotros en la Foeb tenemos un plus de productividad si bajamos los índices de ausentismo. En realidad, nuestro sindicato es atípico porque al que falta le descontamos la productividad, hasta 35.000 mangos, es el único sindicato que multa al que falta. No existe otro sindicato en Uruguay que lo haga, y eso lo tenemos hace nueve años, votado por asamblea.
-¿Cómo toma que algunos le hayan endilgado que fue un discurso tribunero y propatronal?
-¡Unos pelotudos! No se dan cuenta que no es negocio un sindicato abierto con fábricas cerradas. Peleala, arañale tus derechos (tenés derechos y obligaciones), pero tenés que saber que el bote tiene que flotar. El que piensa que el mío es un discurso tribunero y propatronal tiene una cabeza lumpen. Quien piensa eso dice: "Pah, me identificaron, se dieron cuenta". Y lo primero que hace es descalificar.
-Este año se viralizó un extracto de ese discurso en Argentina. ¿Por qué cree que pasó eso, cuatro años después, y tuvo tanto éxito en el país vecino?
-Primero se viralizó en Montevideo, y el primer día tuvo 96.000 reproducciones. La subió @MiltonRamirez en un tuit, ni siquiera me arrobó a mí. Alguien me lo pasó este año y le dije que eso era viejo. Había editado todo en un 1'20", era un extracto de mi discurso. Eso picó para Buenos Aires y allá explotó. Ahí Nelson Fernández me hizo una entrevista para La Nación, (Alfredo) Leuco me hizo una nota para TN, (Nelson) Castro y salieron 30 y pico de radios argentinas hablando del tema. Hoy tiene 3 millones y pico de visitas en la web de La Nación. Mi reacción fue: "La pucha, hay un montón de gente que sigue pidiendo un discurso ético, un discurso de valores". Están podridos que le hablen de corrupción, de robos, de choreo, en Argentina de todo el malandraje que anda en la vuelta. La inmensa mayoría de la gente que se acercó a mí son laburantes. El laburante que se rompe el culo y no le alcanza, pero sabe que no puede faltar a laburar porque tiene una responsabilidad atrás. Es la inmensa mayoría de los uruguayos. El lumpenaje es la minoría. Lo que pasa que el lumpen es como el pasto: si no lo tenés carpido, te gana, te va comiendo todo. Y el lumpen es un tipo muy arrastrado, porque al lumpen no lo conformás con nada, es para él nada más.
"Cuando la sociedad no sanciona las desviaciones es una sociedad que empezó a enfermarse, a lumpenizarse. Cuando a la sociedad le da lo mismo la ruptura de paradigmas éticos, bueno, esa sociedad se descompuso"
-Cuando habla de lumpen, ¿a quién se refiere? ¿Dónde están los lúmpenes?
-En la sociedad están desparramados los lúmpenes. El lumpen no sólo se nutre de una cabeza intelectualmente chata, porque conozco gente sin estudios que tiene una amplitud de valores impresionante.. El lumpen es muy individualista, le importa un huevo lo que le pasa al otro, es maquiavélico, y hay lúmpenes en todas las clases sociales. El problema es cuando la sociedad se lumpeniza, cuando la sociedad empieza a dejar de lado una escala de valores, y no sanciona. Cuando la sociedad no sanciona las desviaciones es una sociedad que empezó a enfermarse, a lumpenizarse, y le da lo mismo si aquel cagó en 850 millones de dólares a una petrolera, le da lo mismo un pobre loco que con una tarjeta corporativa compró un calzoncillo... Le da lo mismo. Entonces, cuando a la sociedad le da lo mismo la ruptura de paradigmas éticos, bueno, esa sociedad se descompuso. O cuando da lo mismo el tipo que falta todos los lunes que el tipo que no falta nunca, hay un problema.
-Estamos de acuerdo en que los consejos de salarios son buena cosa y llegaron para quedarse. Pero, ¿qué tiene que cambiar en la negociación colectiva? ¿Es lo suficientemente transparente?
-No es un tema de transparencia. Yo creo que esta ronda de los consejos de salarios es la peor del 85 para acá. Yo estuve en todas, y soy el último que queda del 85, por lo tanto puedo hablar. Esta ronda es la más numerosa, públicos y privados se juntaron. En los privados andamos en 1.170.000 los que estábamos afectados en la discusión, de 170 y pico de grupos. En cinco meses de negociación, solo el 40% laudó. De ese 40% que laudó (unos 70 u 80 grupos), sólo cinco grupos lograron salario arriba de la inflación. De los cinco grupos que lograron salario arriba de la inflación, o sea que no pierden poder adquisitivo, tres son de la bebida. Los demás laudaron por debajo de la inflación, por lo tanto, van a perder salario real. Pero hay un 60% que todavía no laudó, y va a laudar por debajo. ¿Qué expectativa puede tener un trabajador en la ronda de consejos de salarios del 2020? La gente dice: "soy diezmilpesista, quincemilpesista o veintemilpesista, pero siempre voy a ser pesista". Eso significa, lo más bajo en el salario. Y esos nunca van a crecer por los consejos de salarios. ¿Hay que tirar el balde con el bebé adentro? No, no, no. La tripartita del consejo de salarios es válida. Como envase es válido, lo que hay que resolver es el contenido. El contenido caducó. Sirvió del 2005 al 2010, 2010 al 2015 se acható, y de 2015 para acá ha sido terrible. Yo lo viví en carne propia, logré consejos de salarios altísimos y el gobierno me quiso voltear.
-¿Y qué tiene que cambiar?
-Los consejos de salarios tienen que reunirse todos los años. No una vez cada tanto, y no sólo tiene que discutir salarios, tiene que tener una agenda mayor. Tiene que discutir la productividad, tiene que discutir la distribución de tareas... Se siguen pagando salarios por categorías que no existen más... Hay categorías del año 71, otras del 87, que no existen más. Y si vos pensás que de acá a cinco años habrá un 50% más de empleos nuevos que no sabemos cuáles son, ¡si habrá que discutir evaluación de tareas! Hay que discutir el tema seguridad laboral, hay un tema serio ahí. La productividad hay que discutirla, y en eso el sector empleador tiene que blanquear los números, porque si no, no podés discutir productividad. El empleador tiene que blanquear los números y el sindicato tiene que darle garantías de discreción, y el gobierno moderar, suministrar insumos para el debate. Si no hay un aumento de productividad, no competimos en este país.
Hay que dejar el discurso facilongo, para la tribuna, del "Uruguay industrial". ¿Industrial? ¿Seguimos hablando del Uruguay de las chimeneas? ¡Hoy es el Uruguay del software, de la robótica, de la logística! ¡De la agroindustria desde el punto de vista de la tecnología! 1.600 millones de dólares se invirtieron en el campo en tecnología. Es ahí donde hay que meter inversión y estudio. Los consejos de salarios tienen que tomar todo ese paquete.
-¿Está bien que las ocupaciones en fábricas se tomen como una extensión del derecho de huelga?
-Sí, está bien. Lo que está mal, desde el punto de vista práctico, es que vos la primera medida que tomes sea una ocupación. "Tengo 50 trabajadores, 10 afiliados (al gremio), la única forma de trancar es metiéndome adentro". No, así no. Es una herramienta que hay que cuidarla mucho, hoy se usa al boleo. Han cambiado los tiempos, para nosotros llegar a una huelga o a una situación de ocupación era el extremo, el último recurso.
-El Pit-Cnt, ¿ha perdido independencia de clase?
-Sí, creo que sí. No toda, pero ha perdido parte. Y lo vemos en dos o tres cosas bien claras. Lo sucedido con Bonomi y parte del gabinete en Artigas yo lo traspongo al 93 o al 97, con gobiernos blancos y colorados. ¿Qué hubiera pasado? Le caminábamos por el lomo. Y ahora si bien hubo alguna crítica, fue muy débil. Y el tema internacional: seguir sosteniendo Venezuela y Nicaragua sin una dura declaración de rechazo es mantener una dependencia a la cual nosotros como gremio no adherimos.
-El analista político argentino Claudio Fantini me dijo para revista Noticias que Uruguay está empezando a perder algo que siempre lo caracterizó: los adversarios políticos eran eso, adversarios, no enemigos, y ahora se ven como enemigos, donde el agravio y el insulto al que piensa distinto se está imponiendo de a poco. ¿Comparte?
-Sí, totalmente. Yo también lo he dicho. Hoy hay dos tribunas: o sos de la Colombes o sos de la Amsterdam, se acabó la Olímpica. ¿Qué es la Olímpica? El matiz, el matiz que siempre caracterizó a los uruguayos en los grandes debates. Acercar posturas para lograr una síntesis. Y eso nos dio a nosotros que por algo en el 71 se logró conformar un nucleamiento de todos los sectores de izquierda y progresistas, buscando síntesis. Si cada uno hubiera hecho primar su postura (los demócrata-cristianos, los blancos, los colorados, los comunistas) no hubiera habido nunca herramienta. ¿Cómo el movimiento sindical después de 60 años sigue estando en una sola organización? Porque tenía esa tolerancia en la disidencia.
-¿Y ya no? ¿Ve que se da esta polarización también a nivel sindical?
-Sí, claro, por supuesto. Hoy el descalificativo está a flor de labios. A ver, si dicen que el discurso que di en el 2013 es propatronal eso es un descalificativo. No hay un debate abierto. Yo lo he vivido, y me entristece que se haya perdido ese acervo de construcción de ideas. Se perdieron los grandes debates del Ateneo, los grandes debates del (bar) Sorocabana, yo he sido parte de esa generación del 83 donde viví debates con gente intelectualmente muy avanzada. La ausencia de la academia, también, en el debate ideológico también ayuda a una merma a las discusiones y la agenda.
-¿Cómo se entiende que por los destrozos en la marcha contra el G20 no hayan habido detenidos, y por manifestar pacíficamente en Artigas con una pancarta sí?
-Yo creo que hay una parte del gabinete que está enojada con la sociedad y se pregunta: "¿Cómo la sociedad no valora todo lo que hemos hecho?" No, no valora, han perdido credibilidad. Hay cosas que no pasan en vano, por suerte. Algunos hechos marcaron esta sociedad muy fuerte. En Artigas no les gustó que protestaran, pero además, como no tuvieron autocrítica, se empeoró todo. Las cosas con autocrítica se resuelven en 15 minutos: "Muchachos, la verdad que el título de licenciado no lo tenía, pero no lo usé, no cobré, no cagué a nadie" y dura 20 minutos, porque queda ahí. Pero si no reconocés, y tapás todo con un balde de bosta, queda una cosa enorme, hasta el día de hoy. Y con lo de Artigas es lo mismo: "me empujaron, le pisé los cordones", ¡y terminaron escrachando al tipo! Ta, el argumento es que tenía prontuario. Y cuando los que te aplauden tienen prontuario, ¿también se lo publicás? ¿O solo a los que te critican o reclaman algo? Creo que hay una dicotomía entre lo que la sociedad observa y una cúpula de dirigentes que viven en una burbuja.
-El Congreso del FA aprobó su programa para un eventual cuarto gobierno que, en grandes líneas, supone la derogación de la ley que supone la obligación de la prisión preventiva para delitos graves y gravísimos que cometan menores, la eliminación del registro de antecedentes penales para adolescentes condenados, y se propone analizar un aumento del importe tributario al capital. Es decir, un aumento del IRPF y el IRAE. ¿Cómo toma estas decisiones?
-Respecto a los impuestos, hay un debate que no se ha dado, en solitario lo he planteado algunas veces. No es discutir impuestos sí-impuestos no. Hay una discusión previa. ¿A dónde van los impuestos que pagamos? ¿Cómo retorna mi impuesto a la sociedad? Me hablan de Finlandia y los países nórdicos, pagan impuestos, pero le retorna en salud, en seguridad, en vivienda. ¿Acá dónde retorna? Mis impuestos fueron para el Antel Arena, que está precioso, ¡los Chicago Bulls! ¡Fantástico! Ahora, ¿le resolviste la vida a cuántos? Con la mitad de esa guita vos le resolvés la vida a 20.000 personas si la ponés en un barrio como Casavalle. Como izquierda, ¿estás para resolverle la vida al más necesitado o estás para jugar a la gallerie (sic)? Entonces, ¿los impuestos para qué? ¿Cómo retornan a la sociedad? ¿Retornan? ¿Está mejor la salud? ¿La educación? ¿La seguridad? Nada de eso está mejor. Por lo tanto, vamos a discutir primero, cómo retornan los impuestos y cómo hacemos eficiente ese dinero.
"Mis impuestos fueron para el Antel Arena, que está precioso, ¡los Chicago Bulls! ¡Fantástico! Ahora, ¿le resolviste la vida a cuántos? Con la mitad de esa guita vos le resolvés la vida a 20.000 personas en Casavalle"
Y respecto a que se borren los antecedentes de los menores cuando cumplen la mayoría de edad, no estoy de acuerdo. Para algunas cosas pedimos la baja de la edad de imputabilidad, para otra cosa no. Un botija de 16 o 17 años que te mete un cuetazo y te limpia, en el mundo de hoy, ese gurí no es como en los años 50... Y puede ser una víctima del sistema, pero es más víctima la víctima. Tendrán espalda ancha para bancar el debate político que se va a dar en torno a eso. Yo creo que hay un problema en la inseguridad que es grande, y que mientras tengamos este sistema de cárceles, no lo resuelve ni Mandrake el tema de la seguridad. Yo me identifico con el discurso y la propuesta de Gustavo Leal. No sólo tiene sentido común, tiene una suerte de realidad plasmada en el debate que te está contando lo que está viendo in situ. Yo me identifico con él, ahora... no es lo que te dice la cúpula ministerial ni la fuerza política. Claro que hay botijas recuperables, como hay otros que no tienen recuperación. Este loco que mató al abuelo porque el abuelo le había dicho que no había que chorear en el barrio, y lo resolvió matando al abuelo. ¿Ese loco se puede recuperar? Hay guachos que no son recuperables. Fenómeno con la destrucción de Los Palomares, ahora, papá, hace 15 años que estaban ocupados esos pasajes...¿Y si ocupaban dos cuadras por Benito Blanco? Esa ocupación dura 15 minutos, porque ocuparon Pocitos. Hay un doble discurso, eh. Si queremos resolver el tema de la inseguridad hay que inyectar mucha guita y muchos profesionales de primer nivel en esa zona, y los mejores educadores tienen que ir para ahí.
"La resolución ahora es producto de que se entra en un año electoral y lo ven como un pianta votos, no es que estuvo bien o estuvo mal, si es ético o no ético, porque no fue ético desde un primer momento y lo ampararon"
-¿Cómo se siente cuando ve trabajadores sindicales de primera línea apoyando a Maduro, o al menos, no condenando su gobierno claramente?
-Es parte del movimiento sindical plural. No todos pensamos igual. En esto pensamos distinto, como en otras coincidimos. Cuando sucedió que algún dirigente sindical apoyó a Maduro, fui uno de los primeros en decir: "No hablen en mi nombre". Yo me desligo de esa cuestión. Esos compañeros deben pensar que el régimen de Maduro en Venezuela es un régimen ideal, bueno, yo no lo quisiera para el Uruguay. Estoy en la vereda de enfrente.
-¿Usted se sigue definiendo frenteamplista?
-Sí, sí, me sigo sintiendo frenteamplista, pero no me siento identificado con este Frente Amplio. Las cuestiones por las cuales nació el Frente en el 71, reactualizado en el 85, y de ahí para acá, siguen estando vigentes. Explotación sigue habiendo, desigualdad sigue habiendo, inequidad sigue habiendo, hay 450.000 tipos que ganan menos de 20.000 lucas, sigue habiendo una educación jodida, en lo sanitario colapsaron muchísimos sanatorios.
-Precisamente, y el Frente Amplio está en el gobierno desde 2005...
-Está la estructura, el aparato, yo te hablo de la concepción frenteamplista. Yo me siento identificado con la concepción frenteamplista. Yo soy un frenteamplista al que reclutaron en la década del 80 con un proyecto país. Ese proyecto país sigue vigente. Lo que creo es que este modelo político frenteamplista no me representa.
-¿Cómo cree que el partido ha procesado los casos de Raúl Sendic y Leonardo De León?
-Creo que el FA ha procesado mal todos los temas de autocrítica. Dejó pasar el tiempo. Hay cosas que se hacen en el momento. Las cosas que se hacen sobre el pucho de la escupida ayudan a mejorar la credibilidad. Que se esté por tomar una definición respecto a (Víctor) Semproni, cuando el compañero ya falleció hace dos años, o del diputado Gonzalo Mujica, que ya se retiró hace un año del FA... Creo que hay una suerte de descuido importante en lo que significa el respeto y la autoestima de cualquier frenteamplista. En el caso de De León, concretamente, aquí no se está tratando de si es un delito penal o no, eso lo ve la Justicia; acá es un tema de ética y sobre la ética creo que es contundente la definición del Tribunal de Conducta Política del Frente. Pero se les fue el tiempo. Resuelvan lo que resuelvan la mancha está allí, la duda, el descreimiento, el haber encubierto cosas abroquelándose detrás de cuestiones que el tiempo demostró que eran todas mentiras, genera un descreimiento importante, y alguien lo tiene que asumir políticamente. El caso Sendic fue una bola de nieve. Arranca con lo del título, que se resolvía pidiendo disculpas en el momento, le darían palo un día o dos, pero el Frente lo blindó, se abroqueló detrás de él, llegó a tener el voto unánime del Plenario respaldándolo, se dijo que era un complot de la prensa... y la historia demostró que el hombre había mentido, y detrás de esa mentira arrastró a todo el Frente. Ahora pueden hacer lo que quieran, que el daño ya está hecho. La resolución ahora es producto de que se entra en un año electoral y lo ven como un pianta votos, no es que estuvo bien o estuvo mal, si es ético o no ético, porque no fue ético desde un primer momento y lo ampararon. Piensan rajar a Sendic porque es pianta votos, no porque no sea ético. Es peor el remedio que la enfermedad.
-¿No lo voy a ver sumándose a Mieres, Amado y Valenti como desencantados, en otra agrupación?
-No, no, no. No me vas a ver haciendo política, seguramente. Al día de hoy, al menos. Capaz que dentro de cinco meses cambié. Pero al día de hoy para meterse en política hay que tener ganas y entusiasmo. No tengo entusiasmo ni ganas. Estoy muy apaleado. Lo que vi de política en los últimos años me decepcionó. Hoy no está en mi agenda.
-Ahora le va a poder dedicar más tiempo a sus nietos. ¿Cuántos tiene?
-Hasta anoche tenía cinco. Cinco que son seis, porque hay uno en la vuelta, que es hijo de mi nuera, y es como mi nieto también. Tengo seis hijos. Yo les dedico tiempo. Nos juntamos en mi casa los sábados y los domingos, va todo el mundo, se arman buenos debates, estoy orgulloso de mis hijos. Tratan de tener cabezas pensantes, ser librepensadores.
-¿Dónde va a poner sus energía a partir de ahora?
-Seguiré vinculado a la fábrica un tiempo más. Estoy muy entusiasmado con los cursos de capacitación sindical que se van a inaugurar en marzo del año que viene. Se harán cuatro o cinco en el año. Ya tengo gente que se ofreció, en la parte de economía está Gabriel Oddone, Bruno Gilli y algunos economistas más se pusieron a la orden, porque se dan cursos de formación de militantes sindicales con una cabeza abierta. También se hablará de historia, inculcarle el tema de ser buen laburante, que hay derechos y obligaciones. Esos cursos son para el gremio de la bebida, pero estará abierto, van a haber talleres para gente de otros gremios. Y hay más de cien y pico anotados para participar.
-¿Es feliz?
-Sí, sí, siempre fui feliz, desde chico. Viviendo en el garage... Mirá, el año pasado había chiquilines acá que no conocían la playa. Les dije: "Vamos a conocer la playa". Eran gurises de 10, 11 años, los metí en un camión, les armamos viandas con meriendas y a la playa de Carrasco. Tenías que verlos en las olas y jugando en la arena. Y me dice un viejo: "Si habrá pobreza Chueco, que los gurises no conocían la playa". Le dije: "Estás equivocado, no es por pobre que no conocen la playa. No tenían adultos que los llevaran". Bueno, a mí eso no me faltó. Nosotros íbamos a la playa dos veces por semana viviendo en el Cerrito. Algún vecino arrancaba y allá íbamos todos. Guay con no hacer caso y ponerte a bobear, te cagaban a patadas en el culo. Y encima comíamos puchero, guiso y de postre arroz con leche. No había milanesas ni minutas. Y éramos re felices. Y del mismo modo que el barrio te daba un boleo en el orto si te hacía el loco, también te protegía si andabas mal. Estaba todo el barrio protegiéndote. Eso te generaba felicidad. Para ser feliz no pasa por lo material. Hoy veo un montón de chiquilines que tienen todo lo que quieren, y también tienen una tristeza enorme.
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