Este jueves se conoció la feliz noticia de la aparición con vida de Leiri Gabriela Acosta, una menor de 17 años residente en Tacuarembó que estaba desaparecida desde la noche del 26 de mayo. El caso presenta analogías con el de su coterránea Valentina Ferraz. En este caso, y por fortuna, no hubo que lamentar una muerte.
La adolescente, que ya se había ausentado en al menos una ocasión anterior, padece consumo problemático de drogas. Carmen, su madre, tenía información que indicaba que su hija estaría en Rivera, y posiblemente en manos de traficantes de drogas.
Esa tarde, y poco después de recobrar a su hija, fue entrevistada por el periodista Marcos Pereira, de Radio Tacuarembó, quien -al igual que en el caso de Ferraz- había seguido de cerca la situación.
Notoriamente conmovida, la mujer contó cómo fue su odisea.
“Recorrí todo Rivera y Livramento, con informes que no eran ciertos. A cada persona que veía en la calle le mostraba en el teléfono la foto de mi hija y le pedía por favor”, contó. A pesar de tales súplicas, la información no llegaba.
Sin embargo, la insistencia llegó a dar sus frutos. Leiri estaba efectivamente en una boca de drogas en la ciudad. Ante la tenaz búsqueda de Carmen y la difusión mediática de la desaparición de la joven, los traficantes decidieron deshacerse de ella. Afortunadamente, no lo hicieron mediante el asesinato.
En la mañana del jueves, Carmen caminaba por las vías férreas y se topó con su hija. “Venía corriendo desnuda, sólo con una campera y en pantuflas, desesperada porque decía que la iban a matar”, contó Carmen, quien agregó que la menor estaba “físicamente bien, pero emocionalmente devastada”.
La mujer contó que Leiri había estado en una boca de venta en el barrio riverense Sacrificio de Sonia, conocido como Villa Sonia, una zona difícil de la ciudad. “Es un barrio tremendo, peligroso”, describió, convencida de que la menor quedó libre porque “se percataran de que yo andaba en busca de ella”.
Tras encontrar a su hija, ambas fuern a la casa de una tía que reside en Rivera. Carmen puntualizó el hecho porque circularon versiones que decían que la había encontrado en casa de esa familiar, pero no fue así. Finalmente, la policía de Tacuarembó fue en busca de ambas y las regresó a casa.
Durante la entrevista, Carmen conto que su hija le dijo que ambas corren peligro. “Me la tienen jurada. Por ir a buscarla a las bocas de droga, por dar la cara por mi hija, estamos amenazadas de muerte las dos”, dijo.
Al borde de las lágrimas, contó que la policía le dijo que su hija bien pudo correr la triste suerte de Valentina Ferraz. “Encontré a mi hija, abracé a mi hija”, dijo ya sin poder contener el llanto.
La madre reconoce que la adicción de Leiri es un problema difícil de controlar, porque el síndrome de abstinencia podría llevar a la adolescente a una nueva fuga, con el consiguiente peligro. Por ello, está haciendo los tramites para obtener una internación temporal en el INAU, así como tratamientos de desintoxicación.
Si bien Carmen halló a su hija en una cruzada solitaria, agradeció a la policía de Tacuarembó por hacer lo que pudo, así como al apoyo ciudadano en la difusión del caso.