En las últimas semanas, el estadounidense Michael Murphy, de 43 años, notó que la tumba de su madre mostraba lamentables señales de vandalismo.
Linda Louise Torello murió de cáncer en 2017, cuando tenía 66 años, y fue sepultada en el cementerio de la ciudad de Orangetown, en Nueva York.
Con el consentimiento del cementerio, Murphy instaló una cámara oculta cerca de la tumba de su progenitora, y las grabaciones registraron algo sorprendente: un hombre orinaba parsimoniosamente sobre la lápida.
El sujeto no era un vagabundo con poca urbanidad, sino el exesposo de Linda, de quien se divorció en el año 1976.
Según informa el portal noticioso UOL, Michael dijo que en la tumba había encontrado también en varias ocasiones bolsas con heces. En un primer momento pensó que las había dejado algún desaprensivo que paseaba un perro. Pero tras la revelación del video, cree que las puso allí el mismo individuo.
Al analizar los registros de la cámara, Michael y su hermana descubrieron que casi a diario el sujeto llegaba al cementerio, estacionaba su camioneta cerca de la tumba de Linda —con quien no había tenido contacto alguno tras el divorcio— y orinaba con fruición sobre la lápida. Como si la escena no fuera lo suficientemente absurda, un detalle la hace más disparatada. Una mujer, la actual esposa del vándalo, lo acompañaba en cada viaje y lo observaba todo.
“Esto me rompe el corazón. Un hombre del condado de Bergen, Nueva Jersey, ha estado dejando bolsas de caca y orinando en la lápida de mi madre casi todas las mañanas como una rutina normal, a la que asiste su esposa. Tenemos pruebas de semanas y meses”, dijo Michael.
“Informamos a la policía y a los medios de comunicación que nadie de mi familia ha tenido contacto con él desde 1976, ni sabemos cómo encontró la tumba de mi madre. Todo esto se remonta a un problema de hace casi 50 años”, agregó en redes sociales.