Leo las noticias sobre la hospitalización desde el miércoles de la semana pasada de Luisa Cuesta, sobre la vigilia del sábado por su salud en la Plaza Libertad, y tengo presente su expresión serena. Hace algo más de un año, me recibió en su casa y en ese encuentro, en abril del año pasado, Luisa hablaba de su hijo, Nebio, mezclando los recuerdos de su niñez y sus travesuras de pequeño, con el dolor de su desaparición durante la dictadura.
"Mi hijo había ido allí con todas sus cosas y perdió todo, porque lo borraron, lo mataron", dijo, sin especificar a qué se refiere con ese "allí". "Lo hicieron desaparecer, yo no lo encontré para nada".
Luisa agrega frases que cada tanto, es difícil interpretar. "Yo quiero seguirlo al menos una vez, quiero seguirlo para poder decir: No, hay que hacerlo, aunque uno no pueda, hay que ir y hay que hacerlo. Voy a intentar hacerlo", dice. Tratamos de precisar... "Luisa... ¿se refiere a que tratará de encontrarlo?". "Sí", responde de inmediato. "¿Y usted diría que todavía tiene fuerza para seguir buscando?". Luisa no duda: "Yo digo que sí, y voy a seguir buscando".
Preguntamos cómo se sigue buscando. Luisa habla de "la misma forma", de "un papel que no tenía nada" y agrega: "Después seguiré, pero después de seguir tengo que esperar a alguien más que mueva, porque sola no me puedo mover tampoco. Estoy muy viejita".
Al plantear temas del pasado, de la niñez y la desaparición, se mezclan un tanto los tiempos. Pero vuelve la claridad absoluta, cuando comentamos el esfuerzo que ella hizo para hallarlo. "Sigo haciéndolo ahora, a ver si puedo llegar en algún momento a encontrarlo", asegura.
Dudamos un tanto y decidimos finalmente preguntarle si estaría más tranquila si pudiera dar digna sepultura a su hijo. "Realmente no lo sé", responde. "Realmente no lo sé, porque en ningún momento pensé en llevar la muerte a él".
Por Ana Jerozolimski
¿Usted se siente una luchadora?
No, qué voy a ser luchadora yo.
¿Pero entiende que no es común tener esas fuerzas?
Pero sucede, uno ve las cosas y... tiene que ser así, uno empieza a buscar a ver en qué forma puede ser así.
¿Hay momentos en esa lucha en los que uno dice: "No puedo más, no busco más"?
No es buscar sino que es encontrar y recibir. Seguimos hasta que podemos.
¿Usted sabía que él estaba en temas políticos que podían ser peligrosos?
Si, sabía sí.
¿Y no tuvo miedo nunca, de que eso le causara problemas?
No.
Uno nunca piensa en lo peor, ¿no?
No, claro que no. Para mí estaba bien.
Tiene esperanzas todavía.
Y sí, yo sí, pienso que sí...
¿Lo extraña mucho a Nebio?
Sí, lo extraño sí. Sí... ya habíamos estado mucho tiempo juntos.
Usted dice que está viejita y yo digo que tiene muchos años, pero no es viejita de espíritu..Eso es otra cosa. ¿Le gustaría seguir viviendo mucho más?
No, yo estoy cansada. Ahora salgo y digo: Estoy cansada, no joroben más, no me digan más nada, ya estoy cansada. Y todos me miran como diciéndome: "¡Qué vas a estar cansada!".