Sara Méndez de alguna manera representa a una generación de luchadores sociales en los años previos a la dictadura, en la clandestinidad, de la amnistía, de la democracia, siempre se mantuvo en pie, con un coraje único.
A Sara le secuestraron su hijo en Buenos Aires, en julio del 76´, Simón Riquelo. Nino Gavazzo, encabezó el operativo como muchos otros que se registraron en Argentina.
Sara es una mujer chiquita, muy amable, conversadora, preguntona, de charla abierta, de ojos que buscan los otros ojos, sin intimidar, sino acercándose sinceramente. Una voz tibia y suave, gestos medidos, sensible, muy tranquila.
La semilla
Sara fue una de las semillas que comienzan a germinar en la efervescencia de los años sesenta. ``Se vivía la rapidez del momento como lo vive el joven, sin duda. Y en un momento que América estaba convulsionada... la Revolución Cubana, Vietnamita, el Che en Bolivia, en Argentina varias veces derrotada la guerrilla, pero varias veces re armada.
``En medio de ese panorama, las soluciones y las visiones de los jóvenes se hacen rápido´´, recordó Méndez.
Sara se convierte en militante por sus creencias religiosas, fue un proceso pero su preocupación por una sociedad justa nace por sus inclinaciones católicas.
Su padre llegó a Montevideo en busca de trabajo, desde Salto. Al tiempo su madre y hermana más grande vienen a la capital uruguaya. El papá de Sara estuvo a punto de convertirse en sacerdote pero problemas familiares lo hicieron hacerse cargo del hogar materno y en el litoral conoció a la madre de Sara.
La entrevistada explicó que se confesaba diariamente, en su hogar alojaban a grupos de catequesis, e incluso el sacerdote accedía a escuchar las confesiones.
Así Sara y su hermana, comienzan a militar en los grupos de acción católicos. Paralelamente Sara ingresa en Magisterio, donde termina de darle forma a su militancia.
Germinando en sociedad
Ella participó de ´´lo que fue la Iglesia del compromiso social``, en el marco del ´´Concilio ecuménico que empieza a marcar la función del cristiano, de su compromiso con los problemas sociales. Participamos de alguna medida con la gente que empieza a cuestionar a la propia iglesia, una iglesia que no se compromete con los pobres``.
Yo recuerdo que la mayor parte de los compañeros que conformábamos la catequesis y los grupos de reflexión cristiana empezamos a militar y empezamos a militar en los gremios y en los partidos de izquierda``.
Sara volcó desde y hacia Magisterio sus ganas. Allí, ´´es cuando empiezo a militar en el gremio, en las misiones socio pedagógicas, de acercamiento del maestro al medio rural. Y en las misiones la gente venía a militar, se veía la realidad del medio rural, la pobreza extrema, y bueno esa preocupación del cambio a través del magisterio, que era algo que tenía su fuerza, se empezaba a cuestionar. Si bien se continuaba en esa carrera se veía la necesidad del cambio político``. Ese cambio político, Sara lo quiso canalizar mediante la Federación Anarquista del Uruguay (FAU), allí comenzó a militar pero desde Magisterio.
El fruto rojinegro
´´En la FAU se va generando un embrión de lo que sería una Organización Político Revolucionaria (OPR), y dentro de la OPR había un sector de trabajo en las masas, estaban los gremios estudiantiles, los sindicatos, el trabajo a nivel de los barrios, de organizaciones social, lo que vendría a ser el embrión de un pequeño grupo. Yo creo que allí pesaba mucho lo que era la existencia de grupos que suscitaban mucha tensión y mucho interés en el país en la medida que realmente las condiciones económicas y sociales se habían agudizado en Uruguay, entonces aparece el embrión de la formación de un aparato militar que fue la OPR 33, que va a estar siempre medido por una cabeza política. Justamente las críticas que se le hacían en ese momento al MLN, era que el aparato militar podía dominar a la fuerza política y entonces que todo vaya en función de la generación de hechos de guerrilla. Por lo tanto había una preocupación porque hubiera una cabeza que fue política ideológica y que desde allí se dirigiese la condición real de lo que eran las dos patas de la acción de masas y el aparato militar .
Sol y agua
La FAU, fue ilegalizada por el famoso pachecato, en el gobierno de Jorge Pacheco Areco, pero antes de esto Sara conoce a Mauricio Gatti, el padre de Simón, integrante de la organización anarquista.
La pareja se conoció en un acto en el Paraninfo de la Universidad, mientras la madre de Camilo Torres, un sacerdote colombiano que luchó y murió en una de las guerrillas del país norteño, visitó Uruguay.
Cuando el golpe de estado uruguayo, Sara y Mauricio, se fueron a Buenos Aires. En aquella ciudad, en aquel entonces había muchos exiliados de varios países, de varios países. Sara explicó que una de las experiencias que la enriqueció fue una parte del peronismo. ´´Conocí gente del peronismo de base, con una experiencia muy linda, con trabajo social, con un trabajo teórico también. A mi me fue muy interesante conocer algo del peronismo porque nosotros desde acá tenemos un gran desprecio por el peronismo, no sólo por Perón sino por toda esa corriente que veíamos muy reflejada en los sindicatos que terminaban arreglando siempre con las patronales, la burocracia sindical``, señaló Sara.
Cuando Perón vuelve por segunda vez a Argentina, desde la España franquista en 1974, se produce una enorme peregrinación hacia el aeropuerto para apoyar la llegada de una de las últimas esperanzas del pueblo argentino. ´´Nunca había visto millones de personas, caminando hacia Ezeiza con todo un clima que parecía pre revolucionario, por la solidaridad que se veía, por el trato. (...) En Ezeiza se estaban masacrando, había montada una guerra sin igual. Al punto que al día de hoy no se pudo saber las víctimas que hubo, quiénes eran. (...) Lo primero es que me entró una curiosidad enorme por saber, por conocer .
Pero la escalada violentista, comenzó a operar, muchas veces en el marco de la tristísima Operación Cóndor, otras bajo las sombras de grupos paramilitares o fascistas como la Triple A.
Sombra y sed
Sin duda que para los uruguayos exiliados el asesinato de Michelini y Gutiérrez Ruiz fue un duro golpe ´´Fue muy tremendo (...) era decir: hay mucha impunidad ``, resumió Sara. Antes era la Argentina el campo de difusión de lo que pasaba en Uruguay, pero ahora se convertía Argentina un lugar para cuidarse y tomar precauciones porque estaba pasando en Argentina también y había que sacarlo para afuera. Y me acuerdo que sacábamos las fotos de los niños (del matrimonio Schroeder Barredo), (...) desaparecen los niños también, los secuestran, era la primera vez que sentíamos que secuestraban a los niños, los cuerpos de ellos aparecen pero no los de sus hijos. La palabra desaparición no era un término usado, entendible, no era usado pero se estaba inaugurando un nuevo método represivo que era la desaparición forzada. (...) Yo estaba por tener familia en ese momento y lo hablábamos con Mauricio: se llevan a los niños para qué, para usarlos en la tortura de sus padres, con qué fines´´.
Y aunque no lo sospecharon, aunque Sara dio a luz con otro nombre, el 13 de julio de 1976, el mayor uruguayo José Nino Gavazzo ingresó, junto a militares argentinos y uruguayos para llevarse a Sara y a su amiga Acilú Marceiro. Mauricio ya había sido secuestrado.
Cuando recuperó el conocimiento, luego de los golpes recibidos por los militares, se despertó en lo que luego se supo que era Automotores Orletti, un centro de tortura, pero no supo dónde estaba Simón hasta el 15 de marzo del 2002.
Sara contó que la impresión que tenía, no sólo ella, sino sus compañeros es que de esos secuestros no volvía nadie. ´´Yo tenía claro lo que había dicho Gerardo, que estaba en Orletti y que había mandado decir, cuando se pedía el canje de él por el dinero, él dice: estos son unos asesinos, corten las negociaciones, no sigan, no van a cumplir con nada, van a terminar cayendo todos, a mi también me pesaba conocer esa parte y Orletti era eso, un campo de tortura y exterminio``.
Vuelta a la tierra
Tiempo después, los secuestrados, confinados en Orletti son trasladados a cárceles del Uruguay, donde años más tarde serían amnistiados junto a todos los presos políticos con la reconstrucción democrática en 1985.
Pero la nueva estructura, encabezada por Julio María Sanguinetti, prontamente se encargó que los delitos cometidos en el régimen dictatorial fueran silenciados.
´´La ley de caducidad fue un gran mazazo, creo que nos dejó, no sólo a Familiares sino a la sociedad, (...) sin saber qué hacer. (...) Son cuestiones demasiado medulares para resolverlas así``. El artículo cuarto de la Ley de Caducidad, permite al Poder Ejecutivo investigar el destino final de los desaparecidos. Pero Sanguinetti dio esa facultad a doctores en leyes militares, nada pasó.
Pero lo peor no fue eso, sino la renuncia del pueblo a investigar las violaciones a los derechos humanos. ´´Mientras que en Argentina, en Chile, esas leyes de impunidad fueron impuestas, por lo tanto había rechazo y movilización en contra, nosotros al plebiscitar esa ley, quedamos sumidos en la incapacidad de acción. Ese fue el período más difícil´´, decía Sara a El Portal.
Asomando la cabeza
´´No se aguantaba más la situación, el estilo Sanguinetti estaba agotado, ese estilo de: esto no se habla, no quería ni siquiera que los políticos, sus políticos, le mencionaran el tema. Yo creo que Batlle vio que lo que se estaba dando a nivel regional iba a repercutir necesariamente, iba a repercutir acá. Entonces le ganó a esa situación, entre otras cosas ganó dos años y medio donde prácticamente no se hizo nada en el país porque había que esperar los resultados de esa Comisión (de la Paz) y junto con el decreto presidencial que declaraba a los desaparecidos muertos, asumieron la situación. Pero estos temas no se terminan sin una solución de fondo``.
La solución de fondo, explicó Sara, no será rápida. ´´ Es mentira que nosotros nos podemos conformar con la historia, con asesinatos sin responsables, con crímenes donde no aparece el nombre de quien lo ejecutó``.
Nuevas primaveras progres
Por último ante la pregunta: ¿Cómo ves la primavera progresista? Sara respondió rápidamente con una sonrisa: ´´ Tímida, una primavera como esas que no se anima, creo que es el pueblo necesitaba algunos gestos que mostrasen compromisos más profundos. Los movimientos han sido sumamente medidos, moderados, venimos de muchos años de opresión (...) Hasta ahora no hubo ninguna medida que muestre a este gobierno, como lo que había dicho el propio Vázquez en su momento: Remover hasta las raíces. Algo que nos conmueva y que nos haga sentir parte de ese cambio, que nos incorpore a una acción de cambios. (...) creo en que el pueblo se organice, sobre todo en organizaciones sociales, en este país salvo los sindicatos, Fucvam, las organizaciones son débiles. (...) creo que por ahí va el cambio, por la participación. La esperanza de cambio es la reacción que pueda haber en esos sectores, que ojalá no sea a partir de que la lentitud nos preocupe demasiado(...)´´.
Por Guillermo Garat // Montevideo Comm // Portal