Shigeru Ishiba se impuso este viernes en las elecciones primarias del partido gobernante de Japón y se convertirá en el nuevo primer ministro del país una vez sea ratificado por la Dieta Nacional (Parlamento).

Ishiba (nacido en Yazu, prefectura de Tottori, en 1957) es exministro de Defensa y de Agricultura y Pesca. Fue el candidato que sumó más apoyos en la segunda ronda de votos de los comicios internos del Partido Liberal Democrático (PLD) celebrados en la sede de esta fuerza en Tokio, y sucederá a Fumio Kishida al frente de la formación conservadora y del Gobierno.

"Pondré todo lo posible de mi alma y mi cuerpo para que Japón sea un país de sonrisas y de seguridad, y apoyaré a la ciudadanía con sinceridad y valentía", pronunció el nuevo líder del PLD tras resultar elegido.

Ishiba deberá asumir sus funciones de jefe de gobierno el próximo martes 1º de octubre.

La victoria del político de 67 años sorprendió a muchos analistas, que esperaban el triunfo de uno de los otros dos principales favoritos en estas primarias: Sanae Takaichi, heredera ideológica del histórico ex primer ministro Shinzo Abe, y el mediático Shinjiro Koizumi, hijo del popular exmandatario Junichiro Koizumi.

De haber ganado, Takaichi se habría convertido en la primera mujer en liderar Japón, mientras que Koizumi, de 43 años, habría sido el más joven en ocupar el cargo.

Ishiba representa un perfil más rupturista con el ala conservadora del partido que ambos aspirantes, y un distanciamiento con la omnipresente figura de Abe. El exmandatario, asesinado en 2022, fue uno de los principales rivales políticos de Ishiba durante toda su trayectoria.

Mayor cooperación

Considerado un experto en asuntos de defensa y exteriores, Ishiba es autor de varios libros en esta materia y coleccionista de miniaturas de aviones y barcos de guerra.

Durante los debates de campaña para estas primarias, situó a la cabeza de sus prioridades hacer frente a la compleja situación de seguridad de Japón ante el auge militar de China, la guerra de Ucrania o los desarrollos armamentísticos de Corea del Norte.

Ishiba ha presentado algunas de las propuestas más llamativas en este sentido, entre ellas revisar el acuerdo de seguridad con Estados Unidos para hacerlo más equitativo y "mejorar la situación de seguridad regional", o impulsar una “OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] asiática”. "Nos urge crear un mecanismo de defensa colectiva", afirmó durante una de sus intervenciones, en la que además dijo que, si se produce "una emergencia en Taiwán", también supondrá "una emergencia para Japón".

En cuanto a Estados Unidos, ha defendido un mando conjunto para las tropas estadounidenses estacionadas en Japón y las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) niponas, y al mismo tiempo ha reafirmado la importancia de la colaboración con Washington y de mejorar la cooperación a tres bandas con Corea del Sur.

Apoyo al Japón vacío

En materia económica, apuesta por revitalizar las zonas más despobladas de Japón y más castigadas por el acelerado envejecimiento demográfico, entre ellas Tottori (al oeste).

En el mismo sentido, ha destacado la necesidad de dar un nuevo impulso a industrias tradicionales de las zonas rurales de Japón como la agricultura, la pesca, la explotación forestal o los servicios.

También se ha mostrado favorable a potenciar más las energías renovables y a reducir el peso de las nucleares en la combinación de fuentes de energía del país, aunque sin dejar de contar con las plantas atómicas que se han ido reactivando tras el apagón nuclear posterior al accidente de Fukushima en 2011.

¿Un líder de futuro?

El exjerarca es hijo de un exgobernador de Tottori y exministro de Interior, y en 1986 se convirtió, con 29 años, en el diputado más joven de la Cámara de los Representantes de la Dieta.

Su carácter cercano y abierto le hace caer bien entre la ciudadanía, al compartir a través de actos públicos o de las redes sociales aficiones como las antes citadas o como su gusto por el ramen, los gatos, los trenes o el curry japonés.

Además, según consigna The Economist, el primer ministro electo es un “otaku autoproclamado”; es decir, un fanático de la cultura popular japonesa como el manga y animé (como se le llama a los cómics y dibujos animados —respectivamente— en el país asiático).

Una vez llegó a disfrazarse como Majin Buu, un personaje de la popular franquicia Dragon Ball, para la ceremonia de apertura de un museo de figuras.

Está por ver si este talante, unido a su promesa de reformar la normativa de financiación política tras los escándalos que han sacudido a su partido y hundido al Gobierno de Kishida, le bastará para recuperar la confianza de los ciudadanos en el PLD de cara a los próximos comicios generales que Ishiba convocará una vez sea ratificado como primer ministro.

Con información de AFP y EFE