En los últimos días, el Poder Judicial recibió una solicitud para que Horacio Perini Simonetta, quien se encuentra preso en Uruguay, sea enviado a prisión domiciliaria producto de su estado de salud. 

Perini es señalado en Bolivia como uno de los socios del narco uruguayo Sebastián Marset y catalogado como uno de los responsables de que el delincuente construyera una fortuna en base a la venta ilegal de estupefacientes. 

En el pedido de la Justicia —firmado por los abogados del delincuente, Marcos Pacheco y Juan Carlos Fernández Lecchini— se argumenta que Perini padece una enfermedad cardíaca crónica. El delincuente fue deportado desde Bolivia y cuando llegó a tierras uruguayas no se tenía conocimiento de su historia clínica, de acuerdo con el documento al que accedió Montevideo Portal

“No está recibiendo un tratamiento adecuado ya que la medicación que está siendo suministrada no es la más efectiva. Existe por parte de la defensa, así como también de la familia, una gran preocupación por constantes mareos, sudoraciones, arritmias y fuertes dolores en las articulaciones”, agrega el texto. Se alega, además, que Perini no cuenta con los servicios adecuados para su enfermedad y esto hace que su compañero de celda lo tenga que ayudar, por ejemplo, para ir al inodoro. 

En cuanto a la medicación que se le debe suministrar a Perini, sus abogados aseguran en el pedido judicial que el preso no está recibiendo la droga correspondiente porque “el establecimiento muchas veces no cuenta con esa medicación”. 

El informe del ITF 

El Instituto Técnico Forense (ITF) elevó un informe luego del pedido de los abogados y allí los técnicos aseguraron que Perini “no recibe la medicación crónica que le fue indicada” desde noviembre del año pasado “hasta la fecha actual”. “No ha sido valorado por los especialistas correspondientes a pesar de haberlo solicitado en varias ocasiones”, añade el documento. 

El informe del ITF resolvió que Perini puede permanecer preso, pero es necesario que los especialistas lo valoren a la brevedad dado que esto no ha sucedido desde que ingresó a la cárcel, es decir, en noviembre de 2023. “A su vez, consideramos necesaria una valoración por un equipo de salud mental, dados episodios de angustia reiterados”, indica el texto. 

Sobre el final, los médicos reiteran y concluyen: “El señor Perini se encuentra en condiciones de continuar en un centro de reclusión, siempre y cuando se cumpla todo lo referido en párrafo anterior: se le pueda brindar tratamiento higiénico, dietético y medicamentoso indicado, la coordinación y el traslado a los controles en policlínica, así como también que se le garantice ser asistido por un equipo asistencial de urgencia cuando su estado de salud lo requiera”. 

Desde la defensa del recluso indican que coinciden con lo resuelto por el ITF, pero hicieron hincapié en que la cárcel no tiene los servicios médicos correspondientes para que Perini permanezca allí. “Es un tema de vida o muerte”, resumió el penalista Pacheco, y agregó que la situación se agrava conforme pasa el tiempo. 

“Es una persona de 61 años que tiene tres estents y una enfermedad crónica que si no se trata en tiempo y forma solo va a empeorar”, añadió el abogado. 

Según explicó Pacheco, en el expediente que se investiga en Uruguay el nombre de Marset no aparece ni está vinculado con la actividad delictiva de Perini. Además, Pacheco aclaró que el proceso por el que se condenó a su cliente es parte del viejo Código del Proceso Penal. 

Quién es Perini 

El delincuente Perini es oriundo de Nueva Palmira y estuvo vinculado al delito buena parte de su vida. En tierras uruguayas fue señalado por ser parte de organizaciones criminales que se dedicaban a robos agravados, pero también tiene antecedentes en Bolivia, en donde comenzaron a relacionarlo con Marset hace ya algunos años. De acuerdo con las autoridades de ese país, Perini fue investigado por suministrar droga al grupo criminal del narcotraficante. 

Perini vivió 16 años en Bolivia y el último tiempo lo pasó en Santa Cruz, en donde Marset fue visto por última vez. El delincuente uruguayo, ahora preso, tuvo una hija en tierras bolivianas y su esposa falleció allí, según dejó constancia en sus redes sociales. 

El uruguayo solía estar activo en Facebook y mostraba fotos con autos lujosos, salidas a restaurantes caros y joyas. También contaba detalles de sus problemas de salud, por ejemplo, las veces que fue intervenido quirúrgicamente y se le colocaron dos estents. 

Sus publicaciones tampoco escapaban al cariño que le tiene a Nueva Palmira, y solía dedicar largos párrafos a los ciudadanos que viven allí. Se definía hincha de Peñarol y aseguraba que heredó el gusto político por el Partido Nacional, por lo que en varias publicaciones se catalogaba como “blanco como hueso de bagual”.