El fiscal de Corte, Juan Gómez, está internado por un quebranto de salud que lo mantendrá alejado de la actividad por al menos un mes. Ante esto, la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero lo subrogará, dado que es la funcionaria del Ministerio Público con mayor antigüedad.
Ferrero ya se integró a la Fiscalía de Corte desde el pasado miércoles, mientras que las investigaciones que tenía su dependencia seguirán a cargo de su equipo, según informó el organismo.
Es la primera vez en dos años que Gómez se toma un tiempo prolongado de descanso desde que asumió el rol que era de Jorge Díaz. El pasaje del abogado penalista por el Ministerio Público y también la reforma del Código de Proceso Penal (CPP) que llevó adelante dividió aguas en el organismo, por lo que hay algunos que son detractores de la gestión de Díaz como fiscal de Corte, mientras que otros la defienden.
La llegada de Ferrero a la Fiscalía de Corte, aunque sea temporal, entusiasmó a algunos fiscales que desde hace un tiempo la ven como la mejor opción para suplir a Gómez y volver a tener un titular en el cargo.
Ferrero es conocida en el ámbito penal uruguayo por ser “tenaz y dura” con el narcotráfico, según dijo un abogado a Montevideo Portal. Algunos penalistas que han defendido a delincuentes investigados por la fiscal destacaron su labor al frente de las investigaciones.
Otro defensor reconoció la “dureza” con la que acusa Ferrero, pero recalcó que “es una fiscal que tiene códigos”. “Es una persona con la que se puede dialogar y, en caso de querer hacer un acuerdo abreviado, suele tener disposición a la negociación”, agregó.
La labor de la fiscal le valió algunos tragos amargos, por ejemplo cuando fue abordada por dos delincuentes en moto que intentaron robarle sus pertenencias. Durante el asalto, la funcionaria de Fiscalía cayó al piso y fue arrastrada por varios metros.
Días antes del hecho, Ferrero había logrado imputar a cuatro delincuentes que cumplían órdenes de la poderosa banda criminal brasileña Primer Comando de la Capital. Meses después, la fiscal también fue amenazada a través de WhatsApp y una de las hipótesis —que no se logró comprobar— era que el narco uruguayo Sebastián Marset estaba detrás de esos amedrentamientos.
Uno de los abogados consideró que pese a estas amenazas, Ferrero siguió adelante con su trabajo y sorteó algunos obstáculos que el propio sistema de justicia le interpuso.
A modo de ejemplo, la Fiscalía de Ferrero fue la que investigó al narcotraficante Juan Antonio González Bica, que fue enviado a prisión domiciliaria y luego se escapó. El cambio de la modalidad fue determinado por la jueza María Helena Mainard, luego de que la defensa del delincuente presentara documentos falsos para acreditar una supuesta patología renal.
Durante la audiencia, el equipo de la fiscal insistió en que no era ajustado a la realidad enviar a González Bica a prisión e incluso argumentó que había un riesgo de fuga. El caso devino en la imputación de la abogada del narco y de Matías Campero, un falso defensor que se encargaba de falsificar los documentos.
“Los delincuentes no quieren mucho a Ferrero, pero es de esas personas que aunque la tengas en contra, sabés que va a actuar con lealtad. Eso es importante en nuestro mundo”, finalizó uno de los penalistas.