"No me abraces, que acabo de matar a un hombre". Esta frase se ha repetido a lo largo de casi cien años, bajo la tesis que habrían sido las primeras palabras que expresó José Batlle y Ordoñez luego de batirse a duelo a pistola con Washington Beltrán, un joven diputado del Partido Nacional y fundador del diario El País, que murió a manos del expresidente colorado en la lluviosa mañana del 2 de abril de 1920.
En el libro "Qué Tupé: Batlle-Beltrán, ¿duelo o asesinato?" el periodista Diego Fischer relata que después que Beltrán cayó al piso, "Batlle observó todo a la distancia".
"Le entregó el arma a Jorge Cazot (el armero) y enfiló hacia la salida. Lo acompañaban Mérola (médico), (Francisco) Ghigliani y (Ovidio) Fernández Ríos -padrinos del duelo-. Nadie pronunció una sola palabra. Cuando iba a subir al auto, su hijo César llegó corriendo e intentó abrazarlo", señala Fischer, en el intento de reconstruir los momentos previos a las primeras palabras que dijo Batlle y Ordoñez tras el enfrentamiento.
El primer disparo de cada uno de los duelistas, que se pararon a 25 metros de distancia, no tuvo consecuencias, pero al segundo intento el tiro de Batlle atravesó el cuerpo de Beltrán.
El duelo en el que el expresidente mató de un tiro a uno de los directores del diario El País fue un Viernes Santo (o de Turismo), en la cancha del Gran Parque Central, con pistolas propiedad del presidente de la República de ese entonces, el abogado Baltasar Brum, que serán rematadas este viernes por Zorrilla Subastas.
Se trata de pistolas calibre 9 milímetros, fabricadas en Bèlgica y adquiridas por Brum en una armería de la calle Rivadavia nº20 (Buenos Aires), que han permanecido en el entorno familiar hasta el presente.
Horas antes del duelo, Beltrán había escrito una editorial -sin firma- en El País que tituló: "¡Qué Toupet!, el campeón del fraude acusa al Partido Nacional".
En el artículo Beltrán acusaba a Batlle de fraguar elecciones, de haber desterrado a José Enrique Rodó y de diversas prácticas arbitrarias y de corrupción. Las disputas retóricas entre el diario El Día y el diario El País por esa época eran cuestión casi cotidiana.
De hecho, el duelo con Beltrán era el tercero que mantenía el expresidente colorado (1903-1907 y 1911-1915) con dirigentes del Partido Nacional desde junio de 1919. Batlle y Ordoñez se había enfrentado a Juan Andrés Ramírez (con pistola y sin consecuencias) y a Leonel Aguirre (también fundador de El País), quien lo había herido con un sable en un brazo meses antes.
En esta línea, el historiador y profesor de historia Carlos Demasi dijo a Montevideo Portal que "la historia de los duelos era muy frecuente y habitual en esa época".
"Se entendía que era la manera de cómo los caballeros resolvían ese tipo de problemas; se manejaba en determinadas jerarquías sociales", apuntó.
Demasi agregó que formaba "parte de la formación política" de ese entonces, y cuenta que cuando renuncia (Lorenzo) Latorre a la presidencia, el padre de José Batlle y Ordoñez, Lorenzo Batlle, le cuenta a través de una carta que no solo empezó a "haber mayor actividad política" en el país, sino que también "sus amigos ya habían empezado a practicar tiro".
"Batlle era un político muy guerrero, pero no era un asesino. De todos los enfrentamientos a duelo que hubo era rarísimo que se produjera una muerte, un final trágico. Había mucho duelo, aunque la mayoría eran de esgrima. La política venía de la práctica de la guerra civil. La manera natural de cómo los partidos políticos redimían sus conflictos era mediante la guerra. Entonces, en buena medida la política era la continuación de la guerra por otros medios. Se daban con un caño en el debate y en el conflicto físico", resumió Demasi.
El historiador agregó que después del trágico episodio Batlle decidió que no quería tirar más por lo afectado que quedó luego del desenlace del duelo con Beltrán. Muchos políticos por ese tiempo iban a la casa de Batlle en Piedras Blancas a practicar tiro. El caudillo colorado también practicaba de forma frecuente y era un buen tirador.
La historia de las pistolas
Una vez que Batlle y Ordoñez resolvió retar a duelo a Beltrán, envió a los que serían sus padrinos, Francisco Ghigliani y Ovidio Fernández Ríos, a la redacción del diario El País. En el caso de Beltrán, los padrinos serían Leonel Aguirre y Eduardo Rodríguez Larreta, también directores del medio.
Ghigliani y Fernández Ríos se presentaron en las instalaciones de El País el 1º de abril de 1920 y en ese lugar, luego de una charla con Beltrán, mantuvieron una reunión con Aguirre y Rodríguez Larreta en la que se arreglaron las condiciones del enfrentamiento.
Por ser el ofendido, Batlle, que tenía lesionada la mano izquierda, era quien debía elegir las armas, pero aunque los padrinos del expresidente propusieron las pistolas de Baltasar Brum, los de Beltrán las rechazaron y tenían que conseguir otras en menos de 24 horas.
Sin embargo, la clase de pistolas utilizadas para ese tipo de duelos no eran fáciles de conseguir por aquella época, por lo que los padrinos de Beltrán aceptaron finalmente que se hiciera con las de Brum.
El par de pistolas que serán rematadas este viernes -a un precio base de US$ 2.500- son belgas de retrocarga, calibre 9 milímetros Flobert Pavonadas, con decoración en plata "arabescos" y tienen la inscripción: E. París Calle Rivadavia 20. Buenos-Ayres, en alusión a la Armería de Ernesto París fundada en 1857.
Según el catálogo, fueron realizadas por el armero Guilles Mariette y tienen un largo de 36 centímetros. Además, se encuentran en su caja original en madera de roble con inferior forrado en pana verde, acompañada de cinco balas de la época.
Para Fischer, no hay dudas que las dos pistolas de salón que se rematarán el próximo viernes son las del duelo entre Batlle y Beltrán.
El periodista dijo a Montevideo Portal que hay dos fuentes que se lo confirman. Por un lado, al contactar a familiares directos de Baltasar Brum, Fischer llegó a la casa del abogado Conrado Hughes Delgado, el último propietario de las armas, que era sobrino nieto de Brum y falleció en enero de este año.
A su vez, allegados a la familia confirmaron a Montevideo Portal que Hughes Delgado era hijo de Hilda Delgado Brum, quien era hija de una hermana del expresidente de nombre Lira Brum Rodríguez, a quien encargaron la custodia de las pistolas una vez que el político y abogado murió en marzo de 1933.
Otro indicio planteado por Fischer que confirmaría que las pistolas son las del duelo es que en el informe médico forense sobre el cuerpo de Beltrán "llama la atención la forma de la herida que es como la de una estrella".
El informe señala que la herida de Beltrán se ubicó en "la axila derecha, a la altura de la tercera costilla y entre las líneas media y axilar anterior".
"Un orificio de entrada de bala, alargado transversalmente, de dos centímetros de largo por uno de ancho. En la línea axilar posterior izquierda se ve un orificio de salida de bala de un centímetro de diámetro, a la altura del octavo espacio intercostal", expresaron los autores de la autopsia José May y Julio Moreau.
En esta línea, el escritor sostiene que el orificio de la salida de las balas del arma -que es un hexágono- coincide con la forma "estrellada" que se encontró en la pared de la aorta del cuerpo de Beltrán, y por esta razón, Fischer asegura que es "absolutamente cierto" que son las armas que se utilizaron en el duelo entre Batlle y Beltrán.
En otro orden, entre otros artículos históricos interesantes que se rematarán este viernes en Zorrilla Subastas, también se destacan un anillo perteneciente a Juan Antonio Lavalleja, con sello para lacre y con las iniciales del caudillo, y retratos de los padres de Máximo Santos pintados por Juan Manuel Blanes.