Por The New York Times | Alan Feuer
La primera ligera escaramuza en el procedimiento contra el expresidente Donald Trump por cargos de conspiración para anular las elecciones de 2020 ocurrió en un paso correspondiente a las primeras fases de muchos casos prominentes del ámbito penal: la propuesta de imponer reglas que estipulen cómo manejar la gigantesca cantidad de pruebas exhibidas durante la investigación.
El desacuerdo comenzó el viernes, cuando los fiscales de la oficina del abogado especial le pidieron al juez encargado del caso una orden de protección para regir la divulgación de material exhibido como prueba a los abogados de Trump. Aunque la solicitud era rutinaria, al hacerla, los fiscales tomaron una medida que podría considerarse adicional.
En su moción, los fiscales le hicieron notar a la jueza Tanya Chutkan un mensaje amenazador que Trump publicó ese día en las redes sociales. Era vago, pero contenía palabras duras: “¡SI ME PERSIGUEN, YO VOY A PERSEGUIRLOS!”.
Los fiscales no le pidieron a Chutkan declarar contra Trump el secreto de las actuaciones con fundamento en la publicación. Más bien, utilizaron el mensaje para dar a entender que deben aplicarse reglas claras para evitar que el expresidente publique en línea el material que su equipo legal obtenga gracias al proceso de exhibición de pruebas, pues cuando se trata de Trump, casi nada es rutinario.
En su argumento de carácter inferencial, señalaron que una orden de protección es de “particular importancia” en este caso porque Trump tiene el hábito de atacar a las partes involucradas en cualquier caso penal en su contra. El domingo, entró en modo de guerra en las redes sociales, donde afirmó que el abogado especial estaba “trastornado” y exigió que se recusara a Chutkan del caso.
El lunes, en respuesta a la solicitud del gobierno, los abogados de Trump presentaron documentos ante el tribunal. En ellos, argumentan que la petición de los fiscales a Chutkan de impedirle al expresidente hablar en público sobre la evidencia de este caso constituye una violación de los derechos de Trump consignados en la Primera Enmienda y hace que “el tribunal asuma el papel de censor”.
Esos documentos presentan el proceso regular de establecer una orden de protección dentro del marco del principal argumento que pretenden emplear para defender a Trump de los cargos del caso: que el gobierno criminalizó acciones de Trump cuyo único objetivo era ejercitar su derecho de libre expresión.
El lunes por la noche, en un intercambio que se ha vuelto un típico ojo por ojo, los fiscales respondieron al ataque y acusaron al equipo legal de Trump de proponer su propia versión de la orden “diseñada para que este caso se juzgue en los medios en vez de en la sala del tribunal”
A continuación, lo que debemos saber sobre la orden de protección y lo que podemos esperar.
¿Cuál es el propósito de la exhibición de pruebas y qué caso tiene protegerla?
La exhibición de pruebas representa la mayor parte de la información que los investigadores recopilan durante una investigación penal. Pueden provenir de distintas fuentes: entrevistas con testigos, testimonios ante el gran jurado o datos de dispositivos de comunicación incautados, como teléfonos celulares o computadoras.
Uno de los primeros pasos en un proceso penal consiste en que el gobierno le entregue toda esa información a los abogados defensores para que puedan tener una idea clara del alcance del caso en contra de su cliente. Las pruebas proporcionadas en esta etapa de la investigación les permiten a los abogados tener una perspectiva amplia del panorama legal y empezar a planear mociones preliminares para oponerse a los cargos o incluso la defensa para el juicio. Si las pruebas que se solicita exhibir son particularmente incriminatorias, los abogados también pueden decidir recomendarle al cliente declararse culpable.
Por lo regular, se aplican órdenes que protegen el material exhibido para garantizar que el caso de desarrolle conforme a lo esperado en orden y con cierto decoro. Las órdenes, que varían mucho en cuanto a su seriedad, en general exigen que la defensa utilice las pruebas recopiladas durante la investigación solo para realizar actuaciones relacionadas con el caso mismo y no para divulgarlas ampliamente e intentar resolver el caso en el tribunal de la opinión pública antes de que llegue a juicio.
¿Qué tipo de orden de protección solicitó el gobierno en este caso?
La orden de protección propuesta por el gobierno en el caso de interferencia en las elecciones es muy común.
Su objetivo central es restringir la divulgación de pruebas exhibidas solo a las partes que tienen algún interés directo en el caso, como Trump y sus abogados, posibles testigos y sus abogados, así como una categoría amplia de otras personas “a quienes el tribunal llegue a autorizar que se les revele”.
La propuesta también crea una categoría especial de “materiales delicados” que “deben mantenerse en custodia y control del abogado de la defensa”. Estos materiales pueden incluir elementos como “información de identificación personal” sobre testigos en el caso e información surgida del gran jurado que investigó al expresidente (el gran jurado opera conforme a normas estrictas sobre el secreto).
Según la orden propuesta, el equipo legal podría mostrarle los materiales delicados a Trump, pero no darle copias. Tampoco tendría permitido escribir información personal sobre personas mencionadas en dicho material.
Es más, aunque esté autorizado utilizar las pruebas delicadas exhibidas para presentar mociones relativas al caso, tales mociones tendrían que censurarse en parte o presentarse selladas.
¿Qué han dicho los abogados de Trump sobre la propuesta?
En un documento dirigido a Chutkan presentado el lunes por la noche, John Lauro, uno de los abogados de Trump, intentó dar a entender que la orden de protección propuesta no tenía como objetivo mantener el orden del caso, sino que más bien era un ataque contra el derecho de libertad de expresión de Trump.
“En un juicio sobre derechos consignados en la Primera Enmienda”, escribió Lauro, para darle un giro al debate hacia la visión que tienen tanto él como su cliente, “la intención del gobierno es restringir los derechos otorgados por la Primera Enmienda”.
Lauro propuso un enfoque, que calificó de “más mesurado”, que le permita a Trump hablar con libertad sobre material exhibido que no sea delicado y limite el alcance de la orden del gobierno de tal forma que “solo evite que material verdaderamente delicado sea de conocimiento público”.
Lauro ya había visto algunos de estos argumentos el domingo, cuando hizo una declaración un tanto engañosa y afirmó que los fiscales querían ocultarle ciertos hechos al público.
“Lo que intenta hacer el gobierno de Biden es evitar que la prensa se entere de información (pruebas) que podría ser útil o exculpatoria y que la gente tiene derecho a conocer”, señaló en “This Week” en ABC.
Lo cierto es que la orden propuesta por el gobierno les permitiría a Lauro y sus colegas utilizar cualquier información exculpatoria que reciban durante el proceso de exhibición de pruebas para presentar mociones antes del juicio, incluso si resulta necesario censurar algunos detalles o algunas de las mociones deben presentarse selladas en un primer momento.
Los abogados de Trump también podrán utilizar cualquier “información útil” que obtengan en un juicio público, si lo hay, siempre y cuando Chutkan determine que es admisible.
Además, por supuesto, es posible que gran parte del material incluido en la orden de protección no sea exculpatoria o útil para el expresidente en absoluto, sino bastante incriminatoria y dañina.
En un documento presentado ante el tribunal el lunes por la noche, Thomas Windom, uno de los fiscales del caso, reprendió a Lauro por aparecer “en cinco programas televisivos” el domingo y hablar “con tanto detalle de este caso”.
Windom también indicó que el plan de Trump de resolver el caso en los medios va en contra de la razón por la que se divulgó la evidencia obtenida durante la investigación.
“El acusado pretende utilizar el material de la exhibición de pruebas para exponer su caso ante los medios”, escribió Windom. “Pero eso es contrario al propósito de la exhibición de pruebas en un proceso penal, que es darles a los acusados la oportunidad de prepararse y estructurar una defensa frente al tribunal, no organizar una campaña de medios”.
¿Qué hará ahora la jueza?
Después de las intervenciones del gobierno y de los abogados de Trump, Chutkan emitió el lunes una orden en la que informó que no planea sostener una audiencia para tratar el tema de la orden de protección (para lo que no ha fijado fecha).
Lo más seguro es que la jueza imponga algún tipo de orden de protección, aunque falta ver qué tipo de restricciones estipula.
Podría decidir pedirle caución a Trump debido a sus extensas diatribas en línea, aunque también podría sencillamente ignorar la situación en su consideración de este tema limitado.
Pero, incluso si le hace la advertencia a Trump, es probable que cualquier medida para emitir una orden formal que declare el secreto de las actuaciones forme parte de un proceso independiente, y solo después de que se emitan advertencias. El expresidente Donald Trump dirige unas palabras durante la gala anual Silver Elephant número 56 en Columbia, Carolina del Sur, el sábado 5 de agosto de 2023. (Doug Mills/The New York Times)
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]