El líder ruso, Vladímir Putin, tomó hoy posesión como presidente para un quinto mandato de seis años durante una ceremonia oficial celebrada en el Gran Palacio del Kremlin.

Putin, de 71 años, juró el cargo con la mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución, que reformó en 2020 para eliminar el obstáculo legal que le impedía seguir en el Kremlin.

"En el ejercicio de las facultades de presidente de la Federación de Rusia, juro respetar y proteger los derechos y libertades del hombre y del ciudadano, cumplir y defender la Constitución de la Federación de Rusia, proteger la soberanía y la independencia, la seguridad y la integridad del Estado, servir fielmente al pueblo", dijo.

Putin, en el poder desde el 31 de diciembre de 1999, juró el cargo escoltado por los jefes de la Duma o cámara de diputados y el Consejo de la Federación o Senado.

De esta forma, Putin, quien fue reelegido el 17 de marzo pasado con un histórico resultado de más del 87% de los votos, podrá permanecer frente al Kremlin hasta 2030, con lo que sumaría 30 años en el poder.

Seguidamente, el jefe del Estado pronunciará un discurso ante unos 2.600 de invitados en la Sala de San Andrés, construida a mediados del siglo XIX como sala del trono del zar Nicolás I.

Al término de la ceremonia, que recordó la pompa de los emperadores rusos, el jefe del Tribunal Constitucional, Valeri Zorkin, entregará a Putin una cruz de oro con el escudo de Rusia, el símbolo presidencial.

El estandarte presidencial será izado sobre el Kremlin al son del himno ruso, tras lo que Putin será bendecido como presidente ruso durante una breve ceremonia en la Catedral de la Anunciación del Kremlin oficiada por el patriarca ortodoxo, Kiril.

Al acto asisten los principales altos cargos del país y los dirigentes de las cuatro regiones ucranianas anexionadas por Moscú (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia).

Contra todo pronóstico, el Kremlin invitó a la ceremonia a los embajadores de los países inamistosos, aunque Estados Unidos y la gran mayoría de países de la Unión Europea (UE) rechazaron la invitación.

EE.UU. y la UE cuestionaron la victoria electoral de Putin, pero no llegaron a reconocerlo como presidente ilegítimo como les pidió encarecidamente la oposición en el exilio.

La victoria electoral de Putin se vio mancillada por la repentina muerte en una prisión ártica un mes antes de los comicios del líder opositor, Alexéi Navalni, quien había lanzado una campaña contra la reelección del líder ruso.

Además, cinco días después de la votación, Rusia fue escenario del mayor atentado terrorista en veinte años con la muerte de 145 personas en un ataque yihadista contra una sala de conciertos a las afueras de Moscú, del que Putin responsabilizó a Ucrania, aunque éste fue reivindicado por el Estado Islámico.

Los desafíos de Putin para los próximos seis años

El quinto mandato del presidente ruso al frente del Kremlin promete ser el más turbulento desde su llegada al poder hace casi 25 años. Estos son los principales retos que a los que se enfrentará Putin en el próximo sexenio:

-        El desgaste en Ucrania

Tras el fracaso de la operación relámpago lanzada en febrero de 2022, la guerra en Ucrania se alarga más de dos años y tampoco hay visos de arreglo pacífico.

El ingente gasto en armamento y su cooperación militar con regímenes como Corea del Norte o Irán le permiten prolongar casi indefinidamente la actual guerra de desgaste, pero la sociedad necesita resultados y las familias de los movilizados reclaman su rotación.

Precisamente, la posibilidad de una nueva movilización para sustituir las bajas en el frente sin provocar un estallido de descontento popular es uno de los principales desafíos de Putin a corto y medio plazo.

Se trata de una medida muy impopular entre la población - tal y como demostró la llamada a filas de septiembre de 2022 - que provocó un éxodo masivo de Rusia de hombres en edad militar.

-        Maltrechas relaciones con Occidente

Durante el nuevo mandato de Putin, otra de sus tareas será gestionar la maltrecha relación con Occidente.

En el discurso de investidura para el quinto mandato, el jefe del Kremlin aseguró que Moscú no se cierra al diálogo, pero no permitirá que las potencias occidentales contengan el desarrollo de Rusia.

En este sentido, volvió a defender la creación de un nuevo orden mundial para acabar con la hegemonía de EE.UU., país con el que las relaciones de Rusia pasan por el peor momento de la historia, según reconocen los funcionarios de ambos países.

También los vínculos con la Unión Europea, otrora el principal socio comercial de Moscú, se encuentran en el punto más bajo, algo que Rusia trata de compensar profundizando sus lazos con Asia, África y América Latina.

-        Mantener a flote la economía

Rusia ha logrado mantener un buen ritmo de crecimiento pese a las sanciones occidentales. Así, en 2023 el Producto Interior Bruto del país creció en un 3,6 %.

 El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que la economía rusa se ha fortalecido porque los volúmenes de exportación petrolera se han mantenido estables debido al comercio con los países no alineados con las sanciones.

Sin embargo, la inflación en 2023 se situó en más del 7 % y el crecimiento de los precios de los alimentos se hace cada vez más notable no solo para los habitantes de ciudades pequeñas sino también para los residentes de la capital y otras grandes urbes.

Mantener a flote la economía y no permitir el desplome del rublo -como ya ocurriera en 2022, tras el inicio de la guerra- será uno de los retos que esperan a Putin durante los próximos seis años.

Otra asignatura pendiente será reducir progresivamente la dependencia de la industria militar, que se ha convertido peligrosamente en una de las locomotoras de la economía nacional.

-        Acallar la disidencia interna

Tras la muerte en prisión del líder opositor, Alexéi Navalni, considerado el enemigo número uno del jefe del Kremlin, Putin no tiene rivales dentro del país capaces de hacerle sombra o poner en entredicho su liderazgo.

Figuras destacadas de la disidencia rusa se vieron obligadas a exiliarse en el extranjero tras la aprobación en el país de una serie de leyes represoras que les amenazaban con largas penas de cárcel por criticar al poder o las acciones del Ejército ruso en Ucrania.

También los medios independientes se vieron obligados a trasladar sus redacciones al extranjero para poder informar sobre la realidad rusa y contrarrestar la propaganda.

Putin se propone seguir apretando las tuercas con el fin de impedir el resurgimiento de una oposición interna -él la llama quinta columna- que saque provecho del hartazgo con la guerra.

-        Putin, 2036

Tras reformar la Constitución rusa en 2020, Putin eliminó los obstáculos legales para perpetuarse en el Kremlin casi de forma ilimitada.

Tras las elecciones de este marzo, el líder ruso, de 71 años, podrá seguir gobernando hasta 2030 y, entonces, presentarse a una nueva reelección para otro mandato de seis años.

Sin embargo, en caso de que decida retirarse en 2030, Putin deberá comenzar a preparar a su delfín ya durante este mandato, algo que por el momento parece muy lejano en el tiempo.EFE

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