El pasado lunes 30 de mayo, se llevó a cabo en Torre Ejecutiva la presentación de una investigación sin precedentes en Uruguay sobre la incidencia de los medicamentos en los conductores. Asimismo, se adelantó un nuevo impulso a nivel parlamentario del proyecto de ley que sanciona el consumo de cocaína en conductores de vehículos.
Del evento participaron el ministro interino de Salud Pública José Luis Satdjián, el titular de la Cátedra de Medicina Comunitaria de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) Julio Vignolo, el presidente de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) Alejandro Draper y el referente del Área Salud de Unasev Norberto Borba, entre otras autoridades.
Satdjián celebró el lanzamiento de esta investigación y dijo que es una apuesta a “mirar a más” porque es un tema que “sin duda” es de salud pública ya que “impacta en ella”. A su vez, reconoció el trabajo “incansable” de la Unasev.
“No tenemos medición de consumo de sustancias psicotrópicas en conductores, y a partir de los resultados que se obtengan, podremos confirmar hipótesis que presuponemos, o podremos alinear estrategias en prevención, o penas de siniestros, o cuestiones que tengan que ver con la mejora y tiendan a disminuir los accidentes de tránsito”, señaló el jerarca.
“Eso es lo más importante: actuar en prevención de las distintas patologías”, aseveró. “Y quizás sea conveniente, para las personas que consumen ese tipo de medicamentos, la información más acabada, más certera sobre la peligrosidad del consumo y el manejo”, agregó.
La propuesta se denomina “Caracterización del uso de fármacos que afectan el estado de vigilia en personas que conducen vehículos motorizados” y estará a cargo de investigadores del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de la Facultad de Medicina de la Udelar.
“El mantenimiento de la vigilia necesaria para el buen desempeño de conductores puede estar afectada por la fatiga y la extensión de la jornada laboral, por patologías o por consumo de sustancias legales o ilegales”, reza el fundamento en el proyecto de investigación.
Para las diferentes instituciones involucradas, los estudios sobre el uso de fármacos en conductores y su asociación con una alta tasa de siniestralidad vial y con persistente morbimortalidad elevadas, son insuficientes. Por esto, se vuelve necesario profundizar en el conocimiento de este problema.
El trabajo se realizará en función de una doble fuente de información: por un lado, con conductores que han protagonizado siniestros graves, y por otro, a partir de personas que tramitan la obtención o renovación de la licencia de conducir. En ambos grupos de conductores se explorarán prácticas, conocimientos y creencias en relación al uso de ciertos fármacos.
Los presentes expusieron sobre los inicios del trabajo de investigación en relación a la incidencia de medicamentos en los conductores de vehículos.
Vignolo citó trabajos similares realizados en España que indicaron que un 40 % de conductores que protagonizaron siniestros graves “consumía alguna cosa”. “Se constató que cerca del 70 % consumió alcohol, algo más de un 30 % drogas ilegales, y un 33 % psicofármacos”, señaló.
El objetivo es estudiar todos aquellos medicamentos que tienen que ver con el trastorno de la vigilia; “que pueden ir desde las benzodiacepinas, los ansiolíticos o simplemente antialérgicos que tengan efecto sedativo pero que puedan perturbar al conductor en el desarrollo de sus acciones”, explicó.
La investigación se va a focalizar en dos poblaciones: conductores que sufrieron heridas graves (internación de más de 24 horas) o leves (asistencia sin necesidad de internación), conductores en general que vayan a renovar su permiso de conducir o lo vayan a sacar por primera vez.
Se trata de una muestra representativa sobre una población de 50.000 conductores, que arrojará resultados cuantitativos sobre cuál es el consumo, en qué cantidad y qué medidas.
Se estima en 250.000 los conductores en general que padecen heridas leves, y 50.000 los que las padecen de manera grave. “Vean la importancia en magnitud. En función de los resultados podremos asesorar a Unasev sobre el diagnóstico, de lo que hay a nivel internacional y las medidas que se puedan tomar”, estableció.
“Estamos frente a un tema mayor de salud pública, con una tasa de mortalidad de 12/100.000 habitantes, ubicada en los menores de 39 años”, enfatizó el especialista. Esta población tiene dos causas fundamentales de muerte: accidentes y suicidios. “Es un tema que hay que abordar desde la salud pública”, subrayó.
Los investigadores auguraron que durante este año o comienzos del año que viene, esté pronto el trabajo y el informe final, para que Unasev pueda tomar las medidas que entienda.
Por otro lado, Satdjian anunció un nuevo impulso a un proyecto de ley para el control de drogas en el tránsito, el cual ya había sido presentado en 2016. La iniciativa no prosperó porque las autoridades de Unasev y las autoridades sanitarias “entendieron que no era el momento”.
“Estamos convencidos que es el camino a seguir, porque, así como está el correcto control de consumo al alcohol, así tiene que ser con el consumo de cocaína. Penado y controlado de la misma forma que el consumo del alcohol”, opinó el jerarca.
Sobre este punto, volvió a destacar el trabajo de Unasev, junto a las Intendencias y la Comisión que trabaja en conjunto con el Ministerio del Interior para alcanzar ese objetivo.