El próximo ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin, participó este lunes de la presentación del informe anual Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y otros organismos internacionales.
Lubetkin, que asumirá su cargo público el 1°de marzo con el inicio del gobierno de Yamandú Orsi, es subdirector general y representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
El informe en cuestión “ofrece cada año estadísticas y tendencias actualizadas sobre el progreso hacia la erradicación del hambre y la malnutrición”. Lubetkin señaló en su intervención que se destacan tres claves.
En primer lugar, aludió a los datos presentados en el informe El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2024, presentado en julio de 2024, que registró un “retroceso de 15 años en los avances contra el hambre”.
“No obstante, América Latina y el Caribe han logrado avances significativos en su lucha contra el hambre. Por segundo año consecutivo, la región muestra una reducción de estos indicadores, destacándose como la única con esta tendencia positiva. Este progreso se atribuye a factores como la recuperación económica tras la pandemia de covid-19, el incremento en el gasto público en protección social, el impulso al comercio internacional y las mejoras en empleo y salarios, según el Panorama Social de la Cepal [Comisión Económica para América Latina y el Caribe] 2023”, explicó.
De igual manera, Lubetkin indicó que existen “disparidades significativas”, por las que “las mujeres, las comunidades rurales y las poblaciones vulnerables siguen siendo las más afectadas”.
Como segundo punto, abordó los “efectos de la variabilidad del clima y los fenómenos extremos como determinantes clave de la inseguridad alimentaria”.
“Actualmente, el 74% de los países de la región enfrentan alta exposición a eventos climáticos extremos, y el 52% son vulnerables a impactos negativos en su seguridad alimentaria”, puntualizó.
Fenómenos como “la variabilidad del clima y los eventos extremos, como sequías, inundaciones y tormentas, son una realidad que afecta diariamente a las vidas y medios de subsistencia en la región”.
“Estos eventos reducen la productividad agrícola, desestabilizan las cadenas de suministro y elevan los precios de los alimentos”, agregó.
En tercer lugar, Lubetkin habló sobre cómo responder, en términos de políticas públicas, a esta problemática.
“Algunos ejemplos clave de políticas y acciones dirigidas a fortalecer la resiliencia climática y prevenir el avance de la inseguridad alimentaria y la malnutrición incluyen la implementación de sistemas de alerta temprana, medidas anticipatorias, y el fortalecimiento de capacidades para la producción frente a eventos climáticos extremos”, sostuvo.
“El informe pone de relieve la relevancia de medidas como la protección social, los programas de alimentación escolar, los subsidios para garantizar el acceso a dietas saludables, y las guías alimentarias basadas en sistemas alimentarios, acompañadas de etiquetado nutricional en la parte frontal de los productos”, sentenció.