Leonardo Anselmi nació en 1978 en Rosario, Argentina, pero se hizo mundialmente conocido en Cataluña en 2008, cuando se convirtió en el principal portavoz del movimiento social que convenció al parlamento de la provincia de abolir las corridas de toros. A partir de ese éxito, se transformó en un referente internacional del activismo contra la explotación animal, distinción que lo llevó a comenzar a recorrer varios países de Latinoamérica y crear en 2010 la campaña Basta de TAS (Tracción a Sangre).
En el marco de esa campaña, surgida en Argentina pero presente en Uruguay y otros países del continente, Anselmi vistió Montevideo para presentar un proyecto que apunta a eliminar la circulación de carros tirados por caballos en la capital. Tras reunirse con la Junta Departamental de Montevideo y otros representantes políticos uruguayos, el activista conversó con Montevideo Portal sobre su propuesta y el momento que vive el activismo a nivel mundial.
¿Por qué plantear la eliminación de la tracción a sangre?
Primero hay que recordar que acá la situación de los caballos no es más que la consecuencia de un problema social. La marginación y la exclusión laboral llevó a muchas personas a usar un herramienta del siglo XIX en pleno siglo XXI, una herramienta para la que nuestras ciudades no están preparadas y el caballo tampoco está preparado. Muchas veces se estigmatiza al trabajador como un maltratador, yo rechazo esa teoría porque si bien puede haber un índice de crueldad, la mayoría los trata como una máquina a la que hay que ponerle combustible.
Esta situación se crea por marginalidad pero continuar con los caballos profundiza esa marginalidad, porque cada vez van a tener más rechazo social. Quienes defienden, con buenas intenciones, el derecho de esta gente a vivir de esta manera están defendiendo su condena a vivir en la marginalidad. Si ellos fueran conscientes del tipo de vida que tendrían detrás de nuestra propuesta no habría ningún tipo de escepticismo previo, que existe porque siempre se les prometió mucho y se les dio poco.
¿Cuál es la propuesta de Basta de TAS?
Lo que proponemos es reemplazar las herramientas. Nosotros identificamos dos tipos de trabajadores que clasifican residuos: los que hacen distancias más largas y utilizan caballos y los que van a pie recogiendo hasta el último papelito. A los que van a caballo les proponemos cambiarlo por un "motocarro", que puede cargar entre 400 y 450 kilos, es decir, más o menos lo mismo que carga un caballo. Para los que van a pie estamos diseñando un carro con un motor eléctrico que se lleva a mano. Va a velocidad humana pero ahorra el esfuerzo de tirar del carro, que además genera problemas de saluda a estas personas.
El uso de los carros se complementaría con la creación de "centros de acopio" donde los clasificadores podrán ir a vender todo lo que van recolectando. Además se incentivará que se nucleen en una cooperativa y que se integren a la formalización para que puedan tener una jubilación y contención social para sus hijos.
Los motocarros, que son entre el 80 y 90% del costo de nuestra propuesta, estarían financiados con publicidad estatal que podría colocarse en los carros, ya que deberían estar panelados para que la basura no se vea. En esos paneles se puede colocar publicidad oficial que sale del presupuesto que ya está asignado, tanto del gobierno departamental como del nacional. Es un pequeñísimo porcentaje que colaboraría para pagar las cuotas de los carros.
¿Cómo planea Basta de TAS implementar el programa?
Tiene que ser un proceso no inquisitorio sino de seducción. Queremos mostrarle a los clasificadores que lo que proponemos realmente sirve. Ellos tienen miedo porque no saben si los carros les van a servir y es por eso que planteamos encontrar personas dispuestas en participar de un plan piloto. Vamos a poner 10 motocarros y hacerles todo un monitoreo. Van a tener seis meses de formación, que se los vamos a pagar, y seis meses de implementación, durante el que se les hará un seguimiento.
En forma paralela haríamos un registro muy exhaustivo de los recolectores, para saber cuánto recoge, dónde lo recoge y dónde lo vende. Qué hace con su caballo, la edad del recolector, qué estudios tiene, si tiene hijos, etc. Una vez que se acabe este registro se prohibiría la circulación de no registrados porque sino el registro se queda desactualizado enseguida.
¿Cuando culmine ese plan piloto se comenzaría a implementar el sistema?
Cuando culmine tendremos información cuantitativa y cualitativa y una prueba piloto. Si funcionó bien es evidente que podemos comenzar la sustitución y si no sirve se buscarán otra alternativas. De todas maneras, estoy convencido de que tras la prueba piloto nadie va a querer volver al caballo, porque lo he visto en otras ciudades.
Esta es una propuesta general para toda Latinoamérica. ¿Qué contactos hubo con autoridades uruguayas para aplicarla en Montevideo?
Ya mantuvimos reuniones con los diferentes partidos y con la Subcomisión de Carros tirados por caballos de la Junta Departamental de Montevideo, donde hicimos el planteo formal. Además, nos reunimos con varios ediles y con la intendenta interina María Sara Ribero. A nivel municipal la recepción ha sido bastante buena, a nivel nacional nos reunimos con algunos diputados para proponer una ley nacional de incentivo a los municipios, con la articulación de brazos políticos para impulsar estos cambios.
Creo que la interacción no fue mala aunque nos hubiera gustado poder tener más contacto con el Frente Amplio. Creo que quizás hay un poco de temor sobre el tipo de discurso que podemos tener.
¿Por qué crees que existe ese miedo desde la izquierda?
Estamos pagando el precio de un histórico conflicto entre las clases bajas y los defensores de los animales. Evidentemente ese conflicto siempre dio miedo a las posturas más progresistas. Nosotros les decimos que no tienen nada que temer porque nuestra propuesta es integral y abarca a todos.
¿Qué potencialidades tiene Montevideo para llevar adelante esta propuesta?
Seguramente de todas las capitales que he visitado Montevideo sea una de las más posibilidades tiene de hacer esto con mayor nivel de éxito. Al ser más pequeña en cantidad de habitantes y de cantidad de residuos que se generan la situación es más controlable. Montevideo como ninguna capital de Latinoamérica tiene la posibilidad de dar este paso adelante, con razones de todo tipo. Estoy gratamente sorprendido con la situación de Uruguay, creo que es muy buena, acá la reducción de la pobreza ha sido significativa y por eso la actitud de la gente es positivista.
¿La abolición de las corridas de toros en Cataluña y el proceso por el cual se logró sirvió de ejemplo para otros países?
Justamente, una de las cosas más interesantes de lo que pasó en Cataluña fue lo que vino después. Me hubiera entristecido un poco si hubiera sido un hecho épico y no el principio de una tendencia. A dos años de la abolición de las corridas de toros puedo garantizar que fue el principio de una tendencia. Lo confirman Bogotá, lo confirma Ecuador con el referéndum que hizo el año pasado y el año pasado el municipio de Teocelo, en México.
Realmente hemos roto una coraza, una estructura mental que hacía creer que eso no era posible. Yo creo que lo de Cataluña fue la derrota del escepticismo y la falta de ánimo del activismo.
¿Ese logro cambió en algo al activismo?
El activismo aparece como una nueva fuerza sobre la faz de la tierra que tiene la capacidad de cambiar las cosas. Creo que los gobiernos tienen que estar cada vez más abiertos a eso porque es una nueva forma de legislar y de tomar decisiones. Actualmente entramos en ese modelo, la gente no tiene que tener dudas de que organizándose puede generar los cambios que quiere ver en el mundo. Hace poco me preguntaban si los políticos me tenían miedo. Yo le dije que "a mí no", le tienen miedo a la sociedad civil organizada. Ellos prefieren a 5 mil tipos tirando piedras que 5 sentados en una mesa, organizándose y haciendo las cosas bien.
Estamos entonces en una nueva etapa del activismo
Creo que hoy por hoy el activismo visceral está un poco trasnochado. Hoy toca un activismo más racional, más inteligente y llevado al plano de la organización, de la activación de sectores sociales que significan algo. Puedo activar al colegio de abogados, el de psicólogos o la academia, puedo activar a las celebridades o a los periodistas, que tienen un rol social activo, o incluso al sector político como un sector social más.
Los activistas contra la explotación animal muchas veces hacen activismo por obligación pero está descreído de que el activismo pueda llevar a algo. Creo que eso es un error porque la proyección de una organización se hace realidad en la medida de que hay una credibilidad en ese camino que se propone. Creo que lo que sucede es que los activistas contra la explotación animal no somos un movimiento acostumbrado a victorias, de hecho lo de Cataluña se festejó en todo el mundo por eso, porque no estamos acostumbrados a festejar nada sino a llorar por las formas de maltratar a los animales. Todos los días tenemos miles y miles de derrotas.