Se trata del Proyecto Shala, una iniciativa impulsada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), que propone la construcción de una escuela de reeducación de hábitos dentro del centro penitenciario de Punta Rieles, a las afueras de Montevideo.

La representante del IIDH para Suramérica, Soledad García, destacó a Efe la importancia de esta iniciativa "única en la región", que busca replicarse tanto dentro del territorio uruguayo como fuera de sus fronteras.

"Desde nuestras oficinas encontramos que esta es una iniciativa bastante novedosa y necesaria para pensar la educación en derechos humanos, que es la misión principal de nuestra institución", expresó.

Además, añadió que "el deseo" de la institución es que este se convierta en un "proyecto testigo" para la región y el mundo.

"Creemos que es el único centro Shala que va a existir, por ahora, en una cárcel de la región y a nivel internacional es muy novedoso y vanguardista, lo que esperamos es ayudar a extender este modelo de intervención y a trabajar desde el yoga temas de educación en derechos humanos", aseguró.

García valoró que "harán una fuerte apuesta" a trabajar, además del yoga, las artes escénicas, la música y otras áreas del arte, en las que, aparte de los reclusos, puedan participar los policías, jueces, directores y comunidad en general.

Detalló que el IIDH desarrolla un diagnóstico de evaluación del impacto de la práctica del yoga con hombres y mujeres privados de libertad, aunque adelantó que los primeros datos "que son vivenciales" son "muy positivos".

"Esto no es la panacea obviamente, pero estamos recogiendo muy buenos indicadores y estamos muy orgullosos de acompañar este proyecto y subrayar la importancia que tiene el trabajo del equipo de voluntarias y las autoridades del la cárcel", aseveró.

Este proyecto, que es ejecutado por la escuela de yoga Espacio OmBijam y que se desarrolla en distintos penales del país desde 2014, está diseñado con una mirada basada en los derechos humanos y busca crear un espacio de convivencia, tolerancia, compromiso y respeto del que participa todo el personal penitenciario.

La directora de esta escuela, Pamela Martínez, explicó a Efe que dentro de las actividades que desarrollan en las cárceles con los internos se encuentran la relajación, meditación, silencio y herramientas para la transformación de la conciencia.

"Nosotros no buscamos buenos presos, buscamos buenas personas, cultivar la calidad humana que cada una de estas personas tiene y que por diferentes motivos a lo largo de su vida no ha podido cultivar o germinar", sentenció.

El Proyecto Shala, laico y sin ánimo de lucro, busca facilitar la práctica de yoga como herramienta de crecimiento personal y tiene como objetivos principales colaborar con la prevención, la rehabilitación y la reinserción social de las poblaciones privadas de libertad trabajando la paz, salud y la seguridad pública.

EFE