Como cada 25 de agosto, el pasado domingo el Frente Amplio celebró el Día del Comité de Base. En esta oportunidad, el expresidente José Mujica no pudo participar de las actividades, ausencia que fue provocada por su situación de salud.
Tal como informáramos, el exmandatario finalizó recientemente el ciclo de aplicaciones de radioterapia que se le indicara por su cáncer de esófago. Los resultados del tratamiento fueron auspiciosos, pero también impactaron sobre el físico del veterano político.
“Según los médicos, anduvo bien, pero yo estoy deshecho”, resumió la semana pasada en declaraciones al periódico estadounidense The New York Times.
Esta mañana, el noticiero radial Informativo Sarandí citó fuentes cercanas a Mujica para actualizar los datos sobre su estado de salud. De acuerdo con dicho reporte, Mujica continúa en su casa, pero “no muy bien”, razón por la que no se movilizó el domingo.
La preocupación de los allegados a Mujica es por el riesgo de una eventual complicación renal. Sucede que el expresidente solo tiene un riñón, y la inflamación en el esófago le dificulta beber. Además, en caso de fallo orgánico, no podría recurrirse a diálisis.
Por esa razón, Mujica está recibiendo hidratación con suero, y la buena noticia es que en la jornada de ayer bebió un litro de agua. De momento, el riñón funciona y el líder frenteamplista orina normalmente. De mantenerse así, podría continuar controlado en forma domiciliaria y sin temor a un problema mayor.
Mensaje grabado
Pese a no participar de la ya mencionada celebración partidaria, Mujica estuvo presente a través de un mensaje grabado que fue difundido en las redes sociales del Movimiento de Participación Popular (MPP).
“Simbólicamente, queridos compañeros, quiero darles un abrazo amigo”, expresaba en la grabación, en la que recuerda el valor de los “queridos comités de base, que en horas de triunfo o derrota han mantenido prendida la velita de la esperanza”.
Además, llamó a buscar a “los que faltan”, que pueden “estar en cualquier partido”. Por ello, enfatizó que “no hay que odiar”, sino “educar con la paciencia de la gota de agua” y con “coherencia entre el decir y el hacer”.