Una nota periodística publicada este martes 25 de junio analiza, en base a estudios recientes, por qué Uruguay es el país más caro de América Latina y uno de los más costosos del mundo.
El periodista Felipe Llambías (de nacionalidad uruguaya) se basa para realizar dicha afirmación a partir de los estudios encargados por Banco Central del Uruguay (BCU) al Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) y a CPA Ferrrere, que fueron divulgados en febrero de este año.
Según consigna la nota con un ejemplo típico de los altos precios en el país se señala que la diferencia de precio entre un tubo de pasta dientes en Brasil de igual marca tiene un costo de US$ 6,20 ($243) en Uruguay, mientras que en ciudades fronterizas del país norteño el valor es de US$ 1,28 (6,99 reales).
“El importador la ingresa al país a un valor, pero cuando llega al público su precio promedio casi se triplica”, destaca la BBC en base al análisis realizado por el CED.
“Con base en datos recopilados por el Banco Mundial, el CED comparó los precios de unos 600 productos en Uruguay y otros 43 países a lo largo del tiempo, y encontró que en promedio eran 27% más caros en el país sudamericano. Más aún, países desarrollados europeos como Francia, Alemania o Reino Unido mostraron precios menores que los que se pagan en Rivera o Montevideo. Solo nueve -Japón, Finlandia, Israel, Irlanda, Suecia, Dinamarca, Suiza, Noruega e Islandia- eran más caros”, señala la nota del medio de origen británico.
A su vez, agrega: “Comparado con América Latina, los productos en Uruguay costaban más del doble que en Bolivia, 80% más que en México y 20% más que sus vecinos Brasil y Argentina, socios en el Mercosur y desde donde llega sin aranceles buena parte de las importaciones. En productos de higiene y limpieza, Uruguay es 58% más caro que el promedio de países, según el estudio. En alimentos y bebidas no alcohólicas, 55%. Y en artículos de informática y electrónica, 43%”.
Para la nota, el investigador del CED Ignacio Umpierrez declaró que este fenómeno de precios altos en Uruguay se da por la falta de producción nacional, “con una lista de artículos que es muy larga”.
“Es un hecho que ha perdurado en el tiempo. Es algo que responde a un efecto país. "En mercados concentrados, el poder de fijación de precios de las empresas es mayor", respondió el economista, en referencia a que el mercado uruguayo es “pequeño” y está concentrado por pocas empresas vinculadas a la importación de productos de higiene personal, por ejemplo.
Por su parte, el economista experto en temas de competencia y mercados Sebastián Fleitas remarcó que Uruguay “es un país que está lejos del mundo y por eso tiene costos de transporte y logística mayores” cuando los productos importados no provienen de países vecinos.
Fleitas, que se ha especializado en regulación de mercados y actualmente se desempeña como profesor de economía de la Universidad Católica de Chile, resumió que Uruguay es caro por dos problemas centrales: la falta de competencia y los sectores regulados por el Estado, "donde la regulación tiene serios problemas".
"Es un país chiquito, donde nos conocemos todos y donde hay muchísima interacción entre regulados y reguladores, que no es ilegítimo pero que pone algunos desafíos adicionales para la defensa de la competencia, en legislaciones de control de lobby y ese tipo de cosas que hacen que desarmar esto del país caro sea un conjunto de batallas chicas, pero que cada una demanda un montón de capital político", valoró Fleitas.
n esta línea, apuntó que hay algunas barreras burocráticas a corregir como los registros sanitarios de alimentos, bebidas, productos de higiene y otros productos.
"Para poder ingresar un producto a Uruguay, tiene que estar registrado sanitariamente ante el Ministerio de Salud Pública", explicó Umpierrez. Pero las grandes empresas "básicamente son dueñas de su ficha técnica por temas de exclusividad o por acuerdos comerciales", agregó.
"Para poder ingresar un producto a Uruguay, tiene que estar registrado sanitariamente ante el Ministerio de Salud Pública. Pero las grandes empresas básicamente son dueñas de su ficha técnica por temas de exclusividad o por acuerdos comerciales", complementó Umpierrez.
“Eso implica que, por ejemplo, si una empresa uruguaya cualquiera quisiera importar esa pasta de dientes comprándola a US$1,28 a un supermercado o almacén mayorista brasileño, el Estado uruguayo no se lo permitiría porque la empresa no tiene la ficha técnica del producto. Y no importa que sea exactamente la misma pasta de dientes que ingresa la filial de la multinacional”, ejemplifica la nota del medio de Reino Unido.
En la misma línea, el socio de CPA Ferrere Alfonso Capurro agregó que hay regulaciones que "buscan genuinamente proteger al consumidor", pero que existe “inercia y hay un conjunto de acumulaciones de distintas regulaciones que se han ido construyendo en el tiempo en forma de sedimento”.
"Ese conjunto de regulaciones solapadas impiden que el mercado funcione mejor", añadió Capurro.
Sistema tributario y costos energéticos
Otros de los aspectos sobre los que apunta la nota periodística apunta a los altos costos tributarios existentes en Uruguay, con productos que además de ser gravados por el Impuesto al Valor Agregado (IVA), también se gravan con adicionales que encarecen el producto para el consumidor final, como por ejemplo el caso del combustible (casi el 50% del precio que pagan los uruguayos por la nafta es por impuestos y tasas).
"Nuestro sistema tributario es un poco antiguo, está muy basado en impuestos directos al consumo y no tanto en impuestos a las personas. Se paga menos en impuestos como el de la renta, pero se pagan directamente en los bienes que se consumen", reflexionó Capurro.
Finalmente, la nota destaca como otro punto a valorar que Uruguay es el país de América Latina con mayor Producto Interno Bruto per cápita (US$ 22.000), lo que lo coloca como un país de ingresos altos, según la clasificación del Banco Mundial.
Esta condicionante ha generado, por ejemplo, que Uruguay pierda algunas preferencias arancelarias para países de ingresos bajos a la hora de exportar productos.
Umpierrez señaló también que un problema adicional, a diferencia de países más desarrollados, es que en Uruguay se tienen salarios bajos para el nivel del costo de vida, pero “altos para los niveles de productividad” como consecuencia de cierta “rigidez” en comparación a otros estados.
En líneas generales, los tres economistas coincidieron que “el Estado de bienestar que provee Uruguay a sus ciudadanos tiene sus costos y eso es traslado a precios”, concluye la nota.