Si bien se ha dicho que en Uruguay la campaña electoral es permanente y comienza en cuanto finalizan los comicios anteriores, cierto es que el año previo a unas elecciones presidenciales suele estar cargado de información política, y este 2024 no fue la excepción.

Junto con las elecciones nacionales —tema que se abordará más adelante— se llevaron adelante plebiscitos acerca de dos asuntos que habían generado controversia en los meses anteriores. Una de las consultas, impulsada por el oficialismo, proponía reformar la Constitución para habilitar los allanamientos nocturnos en hogares, herramienta que ya había formado parte del proyecto de reforma denominado “Vivir sin miedo” que el fallecido dirigente nacionalista Jorge Larrañaga defendiera sin éxito en los comicios de 2019.

El segundo plebiscito preconizaba una profunda reforma del régimen de la seguridad social, y enarbolaba dos banderas muy visibles: la derogación del sistema de ahorro jubilatorio privado (las AFAP) y dejar sin efecto el incremento en la edad mínima jubilatoria impuesto por el actual gobierno. Esta propuesta dividió aguas dentro del Frente Amplio, ya que fue apoyada por algunos sectores y rechazada por otros.

A pesar de que a lo largo de 2024 algunas encuestas mostraron una alta aprobación popular hacia ambas iniciativas, a la hora de la verdad, los plebiscitos de reforma de la seguridad social y de la habilitación de los allanamientos nocturnos corrieron similar suerte: ambos recogieron votos por aproximadamente un 40% del padrón y pasaron a engrosar la lista de las numerosas propuestas de reforma constitucional fallidas en el Uruguay.

El calendario electoral comenzó en junio con unas elecciones internas cuya relevancia fue diversa de acuerdo con la situación dentro de cada partido.

En el caso del Partido Nacional, por ejemplo, el precandidato Álvaro Delgado mostró un notorio favoritismo desde las primeras encuestas, situación que no hizo más que acrecentarse con el paso de los meses y lo llevaron a una cómoda victoria con el 74,4% de votos de su fuerza política. Laura Raffo quedo en el segundo lugar con 19,2%.

En la misma noche de las elecciones internas Delgado anunció quién lo acompañaría en la fórmula presidencial, y sorprendió a propios y extraños al escoger a Valeria Ripoll, una exdirigente sindical y antigua militante comunista, cuyo ingreso a filas nacionalistas era reciente. La decisión generó algunos abucheos entre la militancia durante el anuncio y más tarde ciertas rispideces dentro del partido, incluyendo la salida de la exfiscal Gabriela Fossati, que se pasó al Partido Colorado.

En el frente Amplio la interna tampoco deparó sorpresas: Yamandú Orsi se impuso por amplio margen a Carolina Cosse a pesar de que en las últimas semanas antes de la votación las encuestas mostraban un crecimiento de la exintendenta de Montevideo.

La elección más reñida y de resultado más incierto fue la del Partido Colorado, que se dirimió entre media docena de candidatos —llegaron a ser más, pero algunos de ellos, como Gustavo Zubia y Guzmán Acosta y Lara, se retiraron antes de la contienda— y arrojó como ganador a Andrés Ojeda, debutante en lides electorales, quien se quedó con el 39,5% de los votos de su fuerza política.

Las elecciones de octubre de 2024 presentaban a primera vista un panorama similar al de las acaecidas en el año 2019: la voluntad popular parecía dividida en dos bloques, pero las encuestas apuntaban ciertas diferencias. En primer lugar un caudal de votos que prometía ser algo mayor dentro del Frente Amplio,  y en segundo término un candidato colorado que aseguraba tener probabilidades ciertas de derrotar al Partido Nacional y encabezar la denominada coalición republicana en un eventual balotaje.

Finalmente, en la jornada electoral del 27 de octubre el Frente Amplio se impuso con el 43.94%, de los votos, muy por encima del 26,82 obtenido por su oponente más cercano, el Partido Nacional. Pese a ello, a la hora de medir la votación entre bloques, la coalición gobernante totalizaba un 47,45% de los sufragios, lo que permitió a Delgado abrigar cierto optimismo con respecto al resultado de la segunda vuelta.

En el Parlamento, el Frente Amplio obtuvo de forma ajustada una mayoría propia en la Cámara de Senadores, pero la incertidumbre se instaló en el ámbito de Diputados, donde ninguno de los bloques se impuso. En esa situación, el nuevo partido político Identidad Soberana, que obtuvo dos escaños, podría convertirse en el fiel de la balanza.

A despecho de los argumentos coalicionistas, el balotaje de noviembre consagró a Yamandú Orsi como presidente para la próxima administración, y significó un duro varapalo para la futura oposición, debido a que la victoria del candidato frenteamplista fue por un margen de cerca de 93.000 votos, una diferencia mucho más amplia que en el balotaje de 2019.

De hecho, la derrota electoral puso sobre la mesa un debate acerca de la continuidad misma de la coalición formada en 2019. Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto y gran derrotado en las elecciones de octubre, consideró que no tenía sentido mantener la coalición desde un rol opositor. En contrapartida, el resto de los integrantes de esa unión partidaria parecen estar contestes en la conveniencia de mantener y fortalecer la alianza.

Al igual que su colega Julio María Sanguinetti, José Mujica es uno de esos veteranos referentes políticos que parecen estar “desde siempre”, y que así permanecerán. Quizá por esa razón, cuando el 29 de abril convocó de manera repentina a una conferencia de prensa, nadie esperó que fuera para hacer un anuncio ajeno a la política. Ese día, los periodistas que acudieron a la convocatoria se enteraron, por boca del propio Mujica, de que el principal referente del MPP padecía cáncer de esófago.

En mayo el exmandatario comenzó un tratamiento de radioterapia que resultó exitoso. Aun así, la dolencia y la terapia dejaron secuelas que obligaron a Mujica a alimentarse ocasionalmente por sonda y a someterse a algunas hospitalizaciones. Pese a ello, el político participó de la campaña electoral en la medida en que sus fuerzas se lo permitieron. Votó en junio,  en octubre y en noviembre, e incluso adelantó lo que desea que se haga con sus restos una vez que fallezca.

En abril de 2017, el entonces senador colorado Pedro Bordaberry anunció su retiro de la política. En esa ocasión aseguró que no se presentaría como candidato a ningún cargo en las siguientes elecciones, decisión que ratificó en 2019.

El referente colorado mantuvo su ostracismo político hasta después de las internas de junio del corriente año.  El 6 de agosto, Bordaberry anunció en conferencia de prensa el relanzamiento de la Lista 10, con la que buscaría un lugar en el Senado. La noticia fue recibida con beneplácito por sus correligionarios.

En octubre, la Lista 10 fue la más votada al Senado dentro del Partido Colorado con 148.148 votos, un 38,4% del total de los 385.685 apoyos que obtuvo la colectividad.

A comienzos de mayo, el fiscal Especializado en Delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, hizo pública la identidad de los restos humanos hallados el 6 de junio de 2023 en el predio del Batallón 14. Dichos restos pertenecían a Amelia Sanjurjo Casal, una militante comunista que fue secuestrada y desaparecida el 2 de noviembre de 1977, cuando tenía 41 años y estaba embarazada.

En julio, las tareas de búsqueda en el mismo batallón dieron nuevo fruto. Se encontraron más restos humanos, esta vez correspondientes a un hombre de edad adulta. El 24 de setiembre, y luego del cotejo con muestras de ADN de familiares de desaparecidos, Perciballe anunció que se trataba de Luis Eduardo Arigón. Al igual que Sanjurjo, Arigón era militante comunista.  Fue detenido en su propia casa en el barrio La Blanqueada el 14 de junio de 1977. Esa fue su tercera y última detención. Sus captores lo llevaron a La Tablada, donde fue interrogado, torturado y muerto.

Los hallazgos de este año confirmaron el uso del Batallón 14  como cementerio clandestino, y que la denominada “operación Zanahoria”, que habría consistido en la exhumación y destrucción de los cuerpos antes de la llegada de la democracia, no existió o fue incompleta.

Un fantasma recorre Europa y el Cono Sur: la concreción de un siempre postergado tratado comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. La breva pareció caer en junio de 2019, cuando se firmaron los términos del futuro acuerdo,  pero la falta de unanimidad en el bloque europeo impidió un  mayor avance. Los principales obstáculos fueron la falta de acuerdo con Brasil en políticas ambientales y la férrea oposición de los sectores granjeros de algunos países del Viejo Mundo, especialmente de Francia.

El 6 de diciembre de 2024, y con la presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se celebró en Montevideo una nueva Cumbre del Mercosur, ocasión en la que se anunciaron nuevos y al parecer decisivos progresos hacia un tratado de libre comercio.

El 6 de enero de 2021, cuando en el Capitolio de Estados Unidos se certificaba la victoria del demócrata Joe Biden, una turba de simpatizantes del saliente mandatario Donald Trump tomó el edificio. El episodio fue grave por sí mismo y dejó algunas postales ridículas.

Tras semejantes desmanes, en los que Trump no habría sido un mero espectador, no faltaron analistas que vaticinaran el fin de la carrera política del controvertido empresario. Sin embargo, el pasado 6 de diciembre Trump celebraba una nueva victoria en las elecciones de su país.

El regreso de Trump a la Casa Blanca generó controversias. Y si bien todavía no asumió el cargo, algunos de sus anuncios ya han sacudido los mercados y la escena política interna e internacional. De puertas adentro de EE. UU., una de sus resoluciones más polémicas es la designación en Robert F. Kennedy como secretario de Salud. Conocido como seguidor de teorías de conspiración y antivacunas, Kennedy ya afronta la resistencia del sector académico.

Además, Trump adelantó que dotaría de nuevos bríos a la construcción de un muro en la frontera con México —iniciada en su administración anterior, y amenazó con pesados aranceles a los productos importados, especialmente a los provenientes de China, Canadá y México.

Alguna vez, un cronista foráneo que el olvido ha acogido en su seno ponderó el interés de los uruguayos por el fútbol, y subrayó la calidad de su inagotable cantera. Eso —según el narrador— se debía a que nuestro país es una especie de acumulación de campos de juego con alguna que otra estructura diferente colada por ahí.

Esa pasión futbolera se desata durante los torneos internacionales, y este año la hinchada celeste alquiló balcones —o sillones frente a la TV— con la esperanza justificada de que el combinado nacional se quedara con la Copa América disputada en Estados Unidos.

Lamentablemente los dirigidos por Marcelo Bielsa no pudieron levantar la copa, pero cumplieron un digno papel con una victoria por penales ante Brasil en juego por cuartos de final. Luego llegó la derrota frente a Colombia en semis, en un partido en el que lo extrafutbolístico predominó al final de cuentas, y que quedará en la historia por las bochornosas agresiones que sufrieron los hinchas uruguayos y la reacción de los jugadores.

Luego los charrúas triunfaron también por penales en un disputadísimo cotejo con Canadá, encuentro en el que Luis Suárez anotó sus últimos goles con la camiseta celeste.

El domingo 1º de setiembre, la AUF anunció que al día siguiente Luis Suárez brindaría una conferencia en el Estadio Centenario. Si bien el motivo de la convocatoria no se reveló, el país entero supo de inmediato que el histórico ariete anunciaría su retiro de la Selección.

Y así fue: entre lágrimas, el goleador de 37 años anunció que daría un paso al costado en el elenco nacional, pero que continuaría jugando en el equipo estadounidense Inter Miami. Se informó asimismo que la despedida del delantero sería en el partido que Uruguay y Paraguay disputarían el viernes siguiente en Montevideo por las eliminatorias mundialistas. El cotejo fue pobre en materia deportiva y culminó sin goles, lo que no impidió que tras el pitazo final se iniciara una emotiva ceremonia en homenaje al artillero salteño.

No obstante, la última palabra de Suárez sobre la selección no estaba dicha todavía. De hecho, restaba aún un epílogo incendiario que acapararía los titulares durante semanas.

El tsunami sobrevino durante la noche del 3 de octubre, cuando el futbolista concedió una entrevista a DSports y en ella se refirió en términos muy poco amables al comportamiento del entrenador Marcelo Bielsa, y reveló algunos lamentables entretelones de la interna de la Selección.

Los dichos de Suárez provocaron una polémica en la que pareció que todo el mundo necesitaba tomar partido, por lo que durante días y semanas se sucedieron las declaraciones al respecto.

Figuras del deporte tan diversas como Sergio Rochet, Diego Godín, Walter Pandiani, Álvaro Recoba o el chileno Mauricio Pinilla, se pronunciaron acerca de la controversia.

En la noche del 22 de agosto, Nacional enfrentaba a San Pablo en el Estadio Morumbí en partido revancha por los octavos de final de la Copa Libertadores. En el minuto 83, el zaguero tricolor Juan Izquierdo cayó desmayado sobre el césped y fue retirado del campo de juego por los equipos de asistencia. Lo que en un principio pareció una descompensación de las que suceden ocasionalmente en el deporte, derivó en una tragedia: Izquierdo fue hospitalizado en grave condición y falleció el 27 de agosto, diez días después del nacimiento de su segundo hijo, al que apenas llegó a ver.

El deceso del deportista paralizó durante días el fútbol local y desencadenó manifestaciones de pesar en todo el mundo. El velorio del infortunado futbolista se llevó a  cabo el 29 de agosto, con presencia de varios representantes del equipo paulista ante el que jugó su último partido.

El 2024 dejó un sabor dulce en el paladar de los aurinegros, que tuvieron la oportunidad de ilusionarse con logros internacionales y se consagraron como los mejores en el panorama local.

La pasión aurinegra se desbordó el 19 de setiembre, cuando los dirigidos por Diego Aguirre obtuvieron una inesperada pero merecida victoria como visitantes ante el poderoso equipo carioca de Flamengo. En el partido de vuelta, Peñarol supo contener las arremetidas del elenco brasileño y sostener un empate en cero que le dio el pasaje a las semifinales de la Copa Libertadores.

Por desgracia para la parcialidad carbonera, el equipo entró con el pie izquierdo en las semis y fue apabullado en Río de Janeiro por el Botafogo, equipo que lo superó en todos los aspectos de juego y se impuso por un categórico 5 – 0.

Así las cosas, Peñarol afrontó la revancha virtualmente eliminado. Incluso en tal circunstancia, el equipo mostró pundonor y resiliencia, y consiguió una victoria por 3-1, insuficiente para acceder a la final, pero que sirvió para dejar una imagen más positiva que la mostrada en el match anterior.

De ese modo, Peñarol selló su mejor actuación internacional desde 2011, un desempeño encomiable si se tiene en cuenta la realidad del fútbol local, y el hecho de que desde 1988 ningún equipo uruguayo gana una Copa Libertadores.

En cuanto a la escena local, el manya se consagró campeón uruguayo, y lo hizo en gran forma: ganó por primera vez Apertura y Clausura, y rompió un récord histórico en la Anual. Y para redondear un gran año, fue campeón de fútbol sala por sexta vez consecutiva, y obtuvo el título de tercera división luego de 24 años sin conseguirlo.

Si bien la película La Sociedad de la nieve se lanzó en 2023, su paseo por las alfombras rojas se produjo en 2024. El filme de Juan Antonio Bayona fue candidato en los premios Oscar y también en los Bafta, pero lamentablemente no obtuvo ninguna estatuilla en esas galas.

Pese a ello, la obra que describe con crudeza la Tragedia de los Andes no se quedó vacía de distinciones, y corrió con mejor suerte en los eventos iberoamericanos: ganó en seis categorías en los Premios Platino y obtuvo la friolera de doce galardones en los Goya.

En materia de recitales, el año 2024 resultó muy movido, y una relación detallada de la actividad musical excedería las dimensiones y el propósito de este artículo.

Por ello, solo se destacarán tres eventos. Uno de ellos es la visita del estadounidense Lenny Kravitz, quien el 1º de diciembre brindó su primer recital en Uruguay e hizo bailar al estadio Centenario.

Un mes antes, el ex-Beatle Paul McCartney llegó por tercera vez a Montevideo y copó el principal estadio deportivo del país. Con un repertorio que alternaba clásicos y canciones nuevas, el británico sedujo a los beatleros de siempre y también a las nuevas generaciones.

En la escena vernácula, el inmarcesible Jaime Roos se tomó revancha definitiva de las postergaciones que el covid-19 le impuso en el arranque de la década, y se despachó con una seguidilla de diez recitales en once días, un verdadero ametrallamiento musical en el que el cantautor recorrió buena parte de su discografía.