Aumentando la presión al primer ministro Boris Johnson, cuyo puesto pende de un hilo, la policía londinense anunció el martes una investigación sobre las varias fiestas celebradas en sus oficinas durante los confinamientos. El mandatario prometió "cooperar plenamente".
Tras la humillación de tener que disculparse hace diez días con la reina Isabel II por celebrar dos fiestas con música y mucho alcohol en la víspera del limitadísimo entierro de su esposo Felipe en pleno confinamiento el pasado abril, Boris debe someterse ahora a una investigación de Scotland Yard, como se le llama la Policía Metropolitana de Londres.
Johnson "y todo al que se le requiera cooperarán plenamente en todo lo que soliciten", prometió un portavoz después de que la jefa de policía, Cressida Dick, anunciara la apertura de pesquisas sobre "posibles infracciones de la normativa sobre el covid-19" en las dependencias del ejecutivo.
"Creo que esto dará a la opinión pública la claridad que necesita y ayudará a trazar una línea en el asunto", dijo después el primer ministro durante una comparecencia parlamentaria sobre otro asunto.
Desde la oposición laborista, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, subrayó que "los ciudadanos esperan, con razón, que la policía defienda la ley sin miedo ni favoritismos, independientemente de a quién afecte".
Scotland Yard había sido muy criticado por no investigar retroactivamente presuntas infracciones de las leyes anticovid. Y acusado de cerrar los ojos a la evidencia de las varias fiestas celebradas en Downing Street, donde se encuentran las oficinas y la residencia oficial de Johnson, pese a la permanente presencia de agentes a su entrada.
¿Inminente informe Gray?
Cernido por los escándalos, el controvertido primer ministro, de 57 años, lucha desde hace semanas por su supervivencia política ante la amenaza de una moción de censura interna en su Partido Conservador.
Intentando calmar a los numerosos diputados conservadores que se unieron a la oposición para exigir su dimisión, Johnson pidió disculpas ante el parlamento hace dos semanas por haber participado el 20 de mayo de 2020, durante el primer confinamiento, en una fiesta en los jardines de Downing Street. Pero aseguró creer que se trataba de un "evento laboral", lo que solo provocó sorna y más indignación.
También encargó una investigación interna a una alta funcionaria, Sue Gray, cuyas conclusiones pueden ser determinantes.
Tras anunciarse la investigación de Scotland Yard un portavoz de Donwning Street afirmó el martes que Gray dejaría de indagar ciertos asuntos para no interferir con la policía.
Sin embargo, dando un giro radical, esa misma tarde algunos medios afirmaban que su informe podría publicarse el miércoles por la mañana, a tiempo para que el primer ministro se defienda en la sesión semanal de preguntas en la Cámara de los Comunes.
"Otras historias perjudiciales"
En el último episodio de un goteo de filtraciones a la prensa que no cesa desde diciembre y provocó la peor crisis política que haya vivido el líder conservador desde su gloriosa llegada al poder en 2019, el lunes por la noche ITV afirmó que celebró su cumpleaños con varios colaboradores en pleno confinamiento.
Según ese canal privado, Johnson participó en una fiesta organizada por su futura esposa, Carrie, en la sala del consejo de ministros el 19 de junio de 2020, cuando ese tipo de reuniones estaban prohibidas.
A ella habrían asistido hasta 30 personas, incluida la decoradora Lulu Lytle, que llevó a cabo la costosa reforma de su apartamento oficial, cuya financiación causó otra de las numerosas controversias y escándalos de corrupción y amiguismo que salpican desde hace meses al primer ministro, agotando la paciencia de la opinión pública y sus aliados políticos.
Una portavoz aseguró que Johnson permaneció "menos de diez minutos" en esa reunión y negó que se celebrase otra esa misma noche en su residencia.
Alimentando las acusaciones de hipocresía, se volvió viral en Twitter una carta escrita en marzo de 2020 por el primer ministro a una niña de siete años, congratulándola por haber cancelado su fiesta de cumpleaños debido a la pandemia.
Por su parte, el influyente exasesor del primer ministro, Dominic Cummings, que multiplica los ataques contra su exjefe desde que dejó el cargo a finales de 2020 en un contexto de luchas intestinas, advirtió que podrían salir a la luz "otras historias perjudiciales" si Johnson no dimite.
Anna Cuenca para AFP