Daniel Placeres no pisa el Palacio Legislativo desde 2019. La última vez que salió de allí lo hizo entre aplausos, luego de renunciar a sus fueros parlamentarios como diputado por el Frente Amplio (FA). En aquel momento pensó que ese era su fin político.

Lo que vino luego fue un proceso judicial, que implicó su procesamiento sin prisión por un delito de conjunción de interés personal y público. En otras palabras, a Placeres se lo acusó de haber intercedido a favor de Envidrio cuando era parlamentario y estaba vinculado a la empresa.

En entrevista con Montevideo Portal, tres años después, el exdiputado dice en más de una ocasión que por “votar una minuta de comunicación y un seguro de paro” le cayeron “misiles”. Sin embargo, no les guarda rencor a los que tiraron esos proyectiles y considera que la Justicia estaba “encubriendo” otros temas.

También afirma que él no perdió “nada”, y que “el que perdió fue Uruguay” porque la fábrica sigue parada.

Placeres admite que hace mucho tiempo tenía ganas de hablar y cuenta que el expresidente José Mujica le dijo: “Es simple, sencillo, te caes y te volvés a levantar”.

Ahora, que siente que se está levantando, habla.

¿Cómo han transcurrido estos años desde el caso Envidrio?

Me sirvió para hacer un parate y pensar. Pensar en el país y en temas personales también. Creo que estamos en un país que está medio trancado, en un momento que no avanzamos. Unos creen que el mercado manda y otros pensamos que tiene que haber más participación del Estado porque no hay mercado en Uruguay. Tenemos que ir a algo intermedio, que la participación gane más con lo privado. Eso es lo que está pasando en muchos países: trabajan en un Estado coparticipativo.

¿Envidrio dejó una deuda con organismos por los préstamos que pidió y no se pagaron?

En realidad no es una deuda, porque el Estado tendría que decir que en los ocho años que estuvimos aportamos US$ 44 millones en salarios, aportes patronales, aportes de trabajadores, IRPF, consumo de gas, energía, agua. Eso nunca se trató de hablar y caímos todos en una visión muy ideológica. En Envidrio, que fue una fábrica a la que el Estado le prestó US$ 11 millones, fue tanta la discusión ideológica que nos impidió sentarnos y conversar por fuera de lo partidario.

Usted estuvo al frente de la gestión de Envidrio. ¿Considera que actuó bien?

Mi autocrítica es que nos faltó... profundizar la conciencia.

En Envidrio, que fue una fábrica a la que el Estado le prestó US$ 11 millones, fue tanta la discusión ideológica que nos impidió sentarnos y conversar por fuera de lo partidario.

¿Qué quiere decir eso?

Y, en lo cultural. La sociedad está impregnada mucho en el salario y a veces, cuando tenés la posibilidad de tener los medios de producción en tus manos, no es solo el salario. Es parte de la ecuación, pero no es todo. Eso pasó en su momento, pero después fue quedando que era solo el salario. Y no le echo la culpa a la gente que entró a laburar ahí, sino a mí por no haber logrado transferir la conciencia esa.

¿Ese fue el máximo error?

Sí, ese que te estoy diciendo.

Uno de los aspectos que se juzgó fue que usted había renunciado, pero seguía vinculado.

(Se ríe) Es como, no sé... ¿cuánto hace que está Montevideo Portal? Ponele 30 años. La persona que la fundó lo hizo con un concepto, pero él se va. E igual sigue siendo un factor de consulta. Cuando vos estuviste tanto tiempo vinculado a un proyecto, vos lo que hacés es ser un factor de consulta. A mí me dijeron ‘tenés que ir para la Justicia’ y bueno, fui para ahí. Renuncié a los fueros y al subsidio. Al final de cuentas me crucificaron por haber votado un seguro de paro y una minuta de comunicación para reactivar una fuente de trabajo. Entonces eso nos tiene que hacer pensar, porque después de que yo me fui pasaron cosas y cosas horribles. Me cayeron misiles de todos lados.

Fotos:  Javier Noceti - Montevideo Portal

Fotos: Javier Noceti - Montevideo Portal

Santo y Seña difundió que hubo algunos episodios de violencia desde su parte hacia algunos trabajadores.

Yo tengo la suspicacia de que éramos 100 y había un porcentaje que salió a hablar de cosas que eran medias locas. Esa caja me la guardo para mí. He encontrado a algunos compañeros en la ruta y me han dicho que quizá se equivocaron. Pero sin rencor, hay que quemar etapas. Ellos eran muy jóvenes.

Al final de cuentas me crucificaron por haber votado un seguro de paro y una minuta de comunicación para reactivar una fuente de trabajo. Entonces eso nos tiene que hacer pensar, porque después de que yo me fui pasaron cosas y cosas horribles. Me cayeron misiles de todos lados.

¿Pero esos maltratos no son ciertos?

No… no es cierto. Pasa que cuando vos tenés a los medios todos perfilados para un lado, es difícil poder contar las cosas como son. Hoy cualquier compañero jubilado anda en una base de unos US$ 1.000 de jubilación. Entonces, eso que se dijo también de trabajo en negro y todo... medio complejo justificarlo porque, si no, no podrían cobrar ese monto.

¿Entonces por qué dijeron eso?

Se aprovechó a una instancia coyuntural que permitió pegar fuertemente en el tema de lo ideológico, a tal extremo que hoy en día vienen grandes empresas a ver las instalaciones. Entonces todo ese ruido que se armó era parte de la campaña electoral. Unos juegan para un lado y otros para otro.

¿Todo lo que se dijo es mentira o hay algo de verdad?

Yo creo que lo que se dijo... algunos dirán su verdad. Mi verdad es que volvimos a rescatar una industria en Uruguay que de otra manera no existía. Uruguay está perdiendo la capacidad de los oficios, si no fijate en las curtiembres o los zapateros. Se peleó por una fuente de trabajo, los trabajadores tuvieron la capacidad de armar un proyecto, se instaló la planta, se generaron 100 puestos de trabajo directos. Y después, cuando se planteó la necesidad de montar otra empresa de otro porte, bueno, es difícil de bancar cuando te pegan de todos lados.

¿Pero en la Justicia también influyó la campaña?

El proceso de Envidrio sirvió para tapar otros temas a nivel de la Justicia, no tengo dudas. Había un tema de los derechos humanos, no voy a decir nombre. Pero estaba un tema vinculado a un opresor, a un dictador. Y había otros temas. Yo no entendía por qué me pegaban tan fuertemente cuando la sociedad necesitaba otra respuesta de otros temas. Es como hoy: la sociedad necesita trabajo y estabilidad, y no las respuestas del lío del clásico del domingo. Eso es puntual, pero hay otros problemas. A ver, me pegaron, se sacaron la calentura y ahora Uruguay tiene una empresa de vidrio parada con alto nivel tecnológico. Si la tiene un privado o la tiene un colectivo, no importa. El problema no es ese. El problema es arrancar. Si pensamos que nos vamos a salvar importando todo, estamos errados.

La fábrica sigue sin rumbo.

Cuando el gobierno anunció que iba a crear el Ministerio de Ambiente, me llamó la atención porque tuvo una mirada larga. Pero después vi que se estancó y eso pasa; el Estado tiene que empujar un poco. Se está demorando mucho y yo creo que no podemos permitir el desmantelamiento de la fábrica. Yo creo que alguien va a agarrar la empresa. ¿Hubo inversión? Sí. Porque lo primero que tenemos que bajar a tierra es que los trabajadores no se llevaron nada.

Entonces, ¿el análisis que usted hace es que la política se metió en el tema y por eso pasó lo que pasó?

Sí, todo el mundo opinó. Y se transformó en vez de una oportunidad, en una pelea ideológica.

¿Y hoy en día?

Hoy bajaron un cambio porque el ministro de Ambiente requiere esto; no sabe qué pasa con el producto importado. Ahora todos dicen que la fábrica tiene tecnología de punta, y entonces, ¿dónde quedó aquello que me dijiste? Y cero rencor, pero lo dijiste y en algún momento me tienen que pedir perdón porque todo está ahí para verse.

¿Por qué renunció a los fueros?

Porque yo fui representando a un sector y bueno, me acusaron de algo y fui a discutir a la Justicia. Ojalá todos lo hicieran, porque algunos dicen que lo van a hacer y siguen ahí, complicados por unos campos con un instituto que ha sido claro…

Ahora todos dicen que la fábrica tiene tecnología de punta, y entonces, ¿dónde quedó aquello que me dijiste? Y cero rencor, pero lo dijiste y en algún momento me tienen que pedir perdón porque todo está ahí para verse.

¿Habla de Manini Ríos?

(Piensa) Sí, y como él hay otros tantos. Yo tenía la libertad condicionada para salir del país y tras el juicio no se aplicó condena [de prisión]. Ahora estoy en la libertad plena. Entonces, ¿qué es lo que yo perdí? Yo no perdí nada, el que perdió fue Uruguay. Uruguay perdió bastante.

¿Cómo es su relación con José Mujica?

Y, de vecino.

Algunos dijeron que usted es como un hijo para él.

No, no. Yo tengo madre y tengo padre. Yo soy compañero con Pepe desde el 85, cuando empezamos a conocernos.

¿Qué le dijo luego de que pasó lo de Envidrio?

Pepe es muy sencillo; me dijo: “Es simple, sencillo: te caés y te volvés a levantar”. En los procesos uno aprende, es un aprendizaje. Envidrio es un mojón de análisis para ver que los trabajadores concretaron una industria y en vez de reconocerlos, les tiran misiles. Y aprovecharon la baja conciencia de algunos compañeros en una instancia electoral. Pasó eso; Placeres ya recibió todos los golpes. Ahora tenemos una fábrica, un país que necesita esa industria, un ministro que necesita eso [Adrián Peña] y una barra de trabajadores esperando. ¿No es momento de preguntarse qué hacemos?

¿Qué consideraciones tiene sobre las agresiones a Robert Silva?

Nos llenamos la boca de republicanismo y democracia, pero hay mucha agresividad con las condiciones que está pasando la gente. La inseguridad, la falta de trabajo, 60.000 pobres más. No comparto las agresiones, pero no tengo claro cómo se creó esa situación. Condeno esa agresión, pero no tengo toda la información.

Pepe es muy sencillo; me dijo: “Es simple, sencillo: te caés y te volvés a levantar”.

El senador Alejandro Sánchez dijo que no fue afortunado que Silva fuera al Cerro. ¿Qué opina?

El político iba siempre al Cerro, de todos los sectores. Por mí que vayan todos los que quieran ir. El tema es que la acción concreta está con la gente, no en las redes o en los medios. El político tiene que ir y tomar mates con la gente. Tiene que compartir.

Envidrio es un mojón de análisis para ver que los trabajadores concretaron una industria y en vez de reconocerlos, les tiran misiles. Y aprovecharon la baja conciencia de algunos compañeros en una instancia electoral. Pasó eso; Placeres ya recibió todos los golpes. 

¿Orsi, Cosse, Lima? ¿Por qué potencial candidato va?

Yo voy con Orsi, pero es la ciudadanía frenteamplista la que decide.

¿Va a militar?

Sí, yo estoy con Orsi.