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Internacionales

Por The New York Times

Pequeñas, ocultas y mortales: las minas dificultan la contraofensiva ucraniana

El ejército ucraniano se ve entorpecido por la falta de apoyo aéreo y la profunda red de estructuras de defensa que los rusos construyeron.

17.07.2023 12:19

Lectura: 8'

2023-07-17T12:19:00-03:00
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Por The New York Times | Andrew E. Kramer

ORÍJIV, Ucrania — La escena era espeluznante: había extremidades ensangrentadas y vehículos aplastados porque una tanda de minas rusas había explotado en un campo del sur de Ucrania.

Un soldado ucraniano pisó una mina y se desplomó sobre el suelo en la zona de protección entre los dos ejércitos. Según algunos videos publicados en internet y los relatos de varios soldados involucrados, cerca de ahí había otros soldados ucranianos con torniquetes en las piernas esperando a que los médicos los evacuaran.

Pronto llegó un vehículo blindado para rescatarlos. Un paramédico bajó para atender a los heridos y se arrodilló sobre una zona que consideró segura… pero activó otra mina con su rodilla.

A cinco semanas de una contraofensiva que incluso las autoridades ucranianas dicen que está en un comienzo pausado, las entrevistas con los comandantes y los soldados que combaten a lo largo del frente de batalla señalan que el lento avance se debe a un grave problema: las minas terrestres.

Los campos que deben cruzar las fuerzas ucranianas están sembrados con decenas de diferentes tipos de minas, hechas de plástico y metal con forma de latas de tabaco para mascar o de latas de refrescos y con nombres pintorescos como “la bruja” y “la hoja”.

El ejército ucraniano también se ve entorpecido por la falta de apoyo aéreo y la profunda red de estructuras de defensa que los rusos han construido. Pero es el enorme conjunto de minas, de cables de detonación, de trampas y de artefactos explosivos improvisados lo que tiene empantanadas a las fuerzas ucranianas a solo unos cuantos kilómetros de donde comenzaron.

“No podía imaginarme algo así”, dijo un soldado raso ucraniano llamado Sehiy, que forma parte de una unidad que rescató a los soldados heridos por las explosiones. “Pensé que las minas estarían ubicadas en líneas. Pero hay campos enteros llenos de minas, están por todas partes”.

Desde hace mucho tiempo, las minas han sido imprescindibles en las guerras de los rusos y han sido usadas ampliamente en Afganistán y Chechenia y en las primeras etapas del combate en Ucrania, que se remonta a 2014. Pero los campos minados en el sur de Ucrania son enormes y complejos; según los soldados que han ingresado en ellos, rebasan todo lo que se había visto con anterioridad.

“Para quitar las minas hay que tener mucha motivación y la cabeza bien fría”, afirmó Maksym Prysyazhnyuk, un experto ucraniano en eliminación de minas que se desliza por los campos en la noche antes de que avance la infantería. “Es un trabajo sumamente delicado, como el de un cirujano, pero al mismo tiempo hay explosiones por todo tu alrededor”, procedentes de la artillería durante el combate.

Los especialistas en eliminación de minas se adentran con detectores de metal y sondas largas y delgadas atadas a bastones para tantear el suelo con cautela e intentar hallar minas enterradas sin activarlas. “Estas son nuestras herramientas… además de un ícono en el bolsillo”, comentó Prysyazhnyuk, refiriéndose a las imágenes religiosas ortodoxas. Él se encontraba en un puesto de estabilización donde llegaban de manera constante los soldados heridos por las minas.

Los campos minados están llenos de trampas explosivas y los llamados artefactos anti manipulación que hacen que las minas detonen si se levantan con el fin de detener a los equipos de eliminación. Una táctica común es lo que Prysyazhnyuk denominó la “trampa para idiotas”: enterrar minas antipersonales frente a un cable de detonación, para dirigir a un soldado que intente deshabilitar el cable de detonación.

Algunos explosivos más sofisticados incluyen las llamadas minas de salto, mismas que cuando se pisan emergen y rocían una metralla que les da a otros soldados que estén cerca. Rusia también usa minas activadas por cables de detonación delgados de color amarillo que se extienden a más o menos una decena de metros y cuando se altera cualquiera de ellos puede detonar una explosión y un rocío de metralla.

Los equipos de eliminación de minas trabajan limpiando un camino de aproximadamente medio metro de ancho, lo cual permite que la infantería siga adelante. Luego, los trabajadores se regresan por la misma ruta para ampliarla unos 30 centímetros más a fin de permitir que dos soldados caminen hombro con hombro mientras llevan en camilla a los soldados heridos en combate. El mes pasado, un camillero que llevaba a un compañero herido activó una mina porque no pudieron ampliar el camino con la suficiente rapidez.

Hay peligro incluso después de que se despejan los caminos. Las fuerzas rusas a menudo disparan cohetes que esparcen pequeñas minas “hojas” de plástico verde difíciles de detectar, también llamadas minas mariposa, sobre el área ya despejada, comentó Prysyazhnyuk.

Volodymyr, quien trabaja como paramédico militar en el puesto de estabilización, practica amputaciones a los soldados cuyos pies o parte inferior de las piernas han sido afectadas por explosiones de minas.

Volodymyr explicó que las minas han superado a la artillería como la causa principal de heridas. También agregó que, debido a que algunas minas son de plástico para evitar ser detectadas por los equipos de eliminación de minas, la metralla que rocían a los soldados puede ser invisible para los médicos en las estaciones de primeros auxilios cerca de la línea de combate, donde los equipos médicos usan detectores de metal para encontrar y retirar los fragmentos.

Al igual que otros soldados entrevistados, Volodymyr habló con la condición de que, por cuestiones de seguridad, solo se le identificara con su nombre de pila.

Los soldados son atendidos y luego enviados a hospitales lejanos. Volodymyr señaló que la semana pasada le amputó ambas manos a un experto en eliminación de minas que resultó herido mientras trataba de desactivar un artefacto con trampas explosivas. En el sur, los soldados ucranianos están atacando en al menos tres localidades, pero no han traspasado las principales líneas de defensa de Rusia. Las minas no son la única dificultad que enfrentan. A medida que avanzan, los soldados ucranianos se salen del límite de alcance de algunos de sus sistemas de defensa aérea y se vuelven vulnerables a los helicópteros de ataque rusos.

Para esta semana que pasó, en su punto máximo de avance, en el sur de la aldea Velika Novosilka, el ejército ucraniano había avanzado en gran cantidad a unos 8 kilómetros dentro de las líneas rusas. En el punto en el que los soldados quedaron varados en un campo minado, al sur del pueblo de Oríjiv, Ucrania ha avanzado cerca de un kilómetro y medio. Con el fin de llegar al mar de Azov y cortar las líneas de suministro hacia la Crimea ocupada por Rusia, un objetivo de la contraofensiva, Ucrania debe avanzar cerca de 96,5 kilómetros.

Según los soldados ucranianos, algo muy positivo cuando pelean a través de los campos minados es la protección que ofrecen los vehículos blindados de Occidente.

Donde han sido usados, estos vehículos no han permitido que el ejército ucraniano cruce los campos minados, sino que han salvado las vidas con un buen blindaje que protege de las explosiones.

Los vehículos de combate de infantería Bradley de fabricación estadounidense, con un blindaje de capas de aluminio y acero, pasan por las minas antipersonales sin sufrir daños. Son inmovilizados por las minas antitanque rusas, que son artefactos circulares pesados con una carga de aproximadamente siete kilos de dinamita que casi nunca provocan daños importantes a los soldados que se encuentran dentro.

Denys, un cirujano militar en otro puesto de estabilización cerca de la línea de combate, comentó que los soldados que resultan heridos por explosiones de minas mientras van dentro de los vehículos Bradley salían mucho mejor que los de los vehículos blindados de herencia soviética y que la principal consecuencia era una conmoción cerebral y no la pérdida de alguna extremidad.

“Los estadounidenses hicieron este artefacto para salvar las vidas de la tripulación”, señaló Serihy, el soldado raso del equipo de rescate que ahora está trabajando en su tercer vehículo Bradley después de que dos vehículos anteriores golpearon minas antitanques. La segunda vez ocurrió cuando él y otros soldados fueron enviados a evacuar a los soldados de infantería heridos que quedaron varados en un campo minado. Soldados ucranianos de la unidad de detonación de minas de la Brigada 102 de Defensa Territorial llevan minas antitanque inactivas durante ejercicios de entrenamiento cerca de la ciudad de Juliaipole, en la región de Zaporiyia de Ucrania, el sábado 24 de junio de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times). Soldados ucranianos que sufrieron conmoción cerebral son atendidos en el puesto de estabilización en la región de Zaporiyia, Ucrania, el 10 de julio de 2023, donde el personal médico atiende a los soldados heridos por la artillería, los tiroteos y las minas terrestres. (David Guttenfelder/The New York Times).