La vida política del colorado Adrián Peña, que murió este miércoles a sus 48 años a causa de un siniestro de tránsito, se desarrolló a alta velocidad. En 2014 ganó la banca en Diputados; en 2017 conoció al excanciller Ernesto Talvi; y en 2020 llegó al Senado en alianza con él, para luego asumir la titularidad del novel Ministerio de Ambiente, que dejó en 2023.
Si bien Peña solía tener todo planificado, hubo algunos eventos que trastocaron sus planes, como la salida de Talvi de la política. También su renuncia antes de lo previsto del Ministerio de Ambiente, luego de que el semanario Búsqueda publicara que se presentó algunas veces como licenciado en Administración de Empresas cuando, en realidad, no tenía ese título.
Sin embargo, semanas después se comprobó, gracias a un profesor de la Universidad Católica del Uruguay que se comunicó con Peña, que sí había terminado de cursar todas las materias y podía solicitar la expedición del diploma.
En abril de 2023, cuando Peña dejó Ambiente y volvió al Parlamento, Montevideo Portal dialogó con el entonces senador sobre su salida del Poder Ejecutivo, su vínculo con el presidente Luis Lacalle Pou y el sector que lideró durante el último tiempo, Ciudadanos.
El exministro dijo que su salida de la cartera de Ambiente no fue la “deseada”, aunque consideró que “las cosas estaban lo suficientemente encaminadas para no lamentar”. En materia ambiental, Peña aseguró que su gestión había “planteado grandes líneas”, que abarcaron el agua, el saneamiento y residuos, así como conciencia sobre el entorno.
Sobre cómo lo tomó a nivel personal, respondió: “Me hubiese gustado cerrar ese ciclo de un modo más planificado. A mí me gusta planificar, tengo todo planificado por etapas y por tiempo, entonces esto claramente no era lo que tenía pensado. Tampoco iba a estar tanto tiempo en el ministerio, porque parte de la barra de Ciudadanos quería que volviera al Senado a ocupar este rol más político. Ellos decían necesitar esa coordinación, ese vínculo más cercano; afirmaban que el sector lo precisaba, y también el partido. Mi tiempo en el ministerio tenía fecha de vencimiento; no estaba definida, pero seguramente no iba a ser hasta 2025. Esto adelantó un poco los planes”.
En aquel entonces, Peña calificó su renuncia como “genuina”, a pesar de que luego de supo que sí tenía el título por el que en teoría había renunciado. De todos modos, el legislador aseguró que no tuvo “ninguna duda de que tenía que dar un paso al costado, porque los símbolos importan en la política”.
“Yo no soy creyente, pero es como cuando hacen promesas los creyentes: tiene que ser algo que te duela, que te pese, porque si no, no tiene sentido. Yo ese día, después de la conferencia [en la que anunció su renuncia], llegué aliviado a mi casa. Pasé muy mal los días previos; no dormía, fueron de los peores días, pero ese día dormí tranquilamente. El error estuvo y había que pagarlo de algún modo”, expresó.
Además, contó cuál fue el diálogo con Lacalle Pou: “Me dijo: ‘Esto vuelve todo atrás; la razón desencadenante de tu renuncia fue la falta del curso y el curso está. El cargo es tuyo’”.
Pero Peña no aceptó la oferta del presidente, porque consideró que “la falta moral y ética existía”. “No era relevante para él, yo lo valoré, pero el error existió”, agregó.
Para el exministro, el error “fue haber permitido” que lo “nombraran como licenciado cuando todavía no tenía el título”.
“Si bien no me faltaba ni siquiera la tesis, sino la defensa, debía haberlo aclarado y corregido. Esto lo hice muchas veces; hay periodistas que me dicen que me conocen hace 15 años y nunca me presenté como licenciado. De hecho, en el ministerio lo corregí, en Wikipedia también, pero eso llevó a muchos errores. En un momento, como se repetía muchas veces, sacamos una circular en la que advertimos a todas las reparticiones del ministerio que se me debía nombrar como Adrián Peña Robaina. O sea, tomamos acciones sobre ese error que había pasado en algún momento”, concluyó.