El canciller uruguayo, Omar Paganini, consideró que la “acción democrática decidida e inmediata” de “las naciones hermanas” que condenaron el intento de golpe de Estado que tuvo lugar este miércoles 26 de junio en Bolivia, “seguramente”, incidió en que este no se consumara.

“Nos preocupan todos los desvíos del orden democrático y, en particular, el intento de golpe de Estado de ayer [miércoles] en la hermana República de Bolivia. Tuvimos una condena enérgica, como todas las naciones hermanas lo hicieron de manera ejemplar y en un tiempo que francamente ha sido un ejemplo”, expresó Paganini este jueves en el marco de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), que está teniendo lugar en Asunción de Paraguay hasta el 28 de junio.

“La acción democrática decidida e inmediata seguramente fue una importante parte para frenar el proceso de ruptura del orden democrático que se intentó allí”, agregó el canciller.

Acompañado por el embajador de Uruguay ante la OEA, Washington Abdala, en su alocución, Paganini también subrayó “la necesidad de redoblar esfuerzos para fortalecer la democracia y consolidar el Estado de derecho” del hemisferio sur, “mediante la plena vigencia del orden democrático los Estados” de la región.

Para el titular de la cartera de Relaciones Internacionales, es necesario “lograr una mayor promoción de la cohesión social, alentar el desarrollo económico, y garantizar las libertades fundamentales y el ejercicio de los derechos de los ciudadanos”.

Además, Paganini se refirió a Venezuela y expresó que al gobierno uruguayo le “preocupa especialmente el próximo evento electoral del 28 de julio”.

Dijo que, tras los acuerdos de Barbados firmados entre el gobierno y la oposición venezolana en 2023, Uruguay entendía que “se podía impulsar” un “proceso de democratización”, pero que “lamentablemente” el gobierno de Nicolás Maduro “se viene apartando de lo que puede considerarse un proceso transparente y competitivo”.

En este marco, habló de la restricción a candidatos a presentarse a la elección, el “amedrentamiento” y la “persecución política de las personas”.

De todas maneras, deseó que “resulte en un proceso de avance hacia la democratización y no en una manipulación desde el poder para meramente legitimar un régimen autoritario”.

Asimismo, advirtió “sobre la situación en Nicaragua”, y llamó a su gobierno “régimen autoritario que persigue disidentes” y que “no respeta el Estado de derecho”. “Al haberse apartado de esta organización, su pueblo cuenta con menos apoyos para presionar al régimen hacia un proceso de democratización”, lamentó.