Fiscalía informó que este martes una nueva paciente radicó una denuncia en contra del ginecólogo que fue sancionado y suspendido por seis meses por el Ministerio de Salud Pública (MSP), luego de que una mujer había denunciado abuso por parte del profesional durante la prueba de Papanicolaou (PAP).
Según informó el diario El Observador y confirmó Montevideo Portal, la fiscal de Ciudad de la Costa de 3° Turno, Cristina Falcomer, lleva adelante la investigación y solicitó se realicen una serie de pericias, además de pedir los antecedentes administrativos del caso.
Según informó Fiscalía, la denunciante decidió radicar la denuncia luego de ver los detalles del caso en la televisión.
A fines de agosto, el MSP resolvió inhabilitar por seis meses en el ejercicio de la profesión al ginecólogo denunciado, luego de que el Tribunal de Ética del Colegio Médico determinó que el profesional había incurrido en una falta ética en la atención a la paciente que radicó la denuncia en 2020.
En la investigación, el Colegio Médico constató que el ginecólogo había recibido “varias denuncias o quejas” en su contra.
La Sociedad Ginecológica del Uruguay (SGU) emitió un comunicado a raíz del caso en el que repudiaron “toda conducta que se aparte de la ética del respeto del paciente y todo acto de abuso sexual o abuso de poder”.
“El comportamiento ‘sexual inadecuado’ por parte del personal de salud se entiende cuando se utilizan gestos o expresiones seductoras, sexualmente sugestivas, irrespetuosas de la privacidad del paciente o sexualmente degradantes para un paciente, o el contacto sexual físico entre un médico y un paciente, ya sea iniciado o consentido por el paciente, y participar en cualquier conducta con un paciente que sea sexual o que pueda interpretarse razonablemente como sexual”, señalaron en un comunicado.
La denuncia inicial
El 10 de diciembre de 2020 una paciente fue a la clínica Premed para realizarse una prueba de Papanicolau (PAP) y conseguir una orden para una ecografía transvaginal.
En ese entonces, fue atendida por el profesional, quien se presentó, porque era la primera vez que la veía, y comenzó a interrogarla para completar la historia clínica sin la presencia de otra persona en el consultorio.
La víctima relató que al interrogarla sobre su edad y lugar de trabajo lo hizo de forma simpática, pero que, en determinado momento, el interrogatorio se volvió “más personal que profesional”, e insistió bastante en cuál era la fecha en que había tenido relaciones últimamente y la cantidad de flujo, sin mencionar si tenía ciclos irregulares, nódulos o HPV.
La víctima contó que, luego de esas preguntas, la invitó a pasar a la camilla para realizar el examen; sin embargo, en vez de introducir el espéculo, introdujo su dedo pulgar en reiteradas oportunidades, “acariciando los labios inferiores”, relató la mujer.
“Ante un movimiento evasivo de mi parte, me explica que debe hacer eso porque estoy muy seca y no quiere lastimarme con el espéculo, y continuó haciéndolo más de 10 veces mientras mantenía una conversación cordial. Ante tal abuso, quedé paralizada, no podía creer lo que me estaba pasando, no pude reaccionar, él me pedía que me relajara y yo solo quería irme”, contó.
En otro fragmento del relató que fue divulgado en la web del Colegio Médico, la víctima señaló que, alegando que “no veía suficiente”, tomó su celular y usó la linterna para alumbrar, desconociendo si utilizó guantes, si tomó una foto o grabó un video.
“Lo único que quería era que terminara para poder irme. Sin embargo, el doctor comenzó a elogiar mis piernas, mi estado físico para mi edad. Encontrándome en total estado de nervios, al querer bajarme de la camilla, se me traba mi taco derecho en el estribo, toma con una de sus manos mi pierna y, con la otra, mi tobillo derecho, le pido que me deje a mí sola y se retira al escritorio para realizar la orden del PAP y de ecografía transvaginal, momento en que se lleva su dedo pulgar a la nariz. No daba crédito de lo ocurrido, al llegar a la seguridad de mi casa estallé en llanto”, agregó la mujer que se sintió violentada por el profesional.
El caso fue analizado por el Tribunal de Ética del Colegio Médico y también por un Tribunal de Alzada, que entendieron que el profesional excedió los límites del correcto relacionamiento médico-paciente y que es “relevante el estado de angustia producido en la paciente” tras vivenciar un episodio “traumático”.
“Lejos de abonar en sentido exculpatorio, merecen ser rechazadas las pretendidas defensas esgrimidas por el denunciado en cuanto a que, de ser cierta la denuncia, la paciente hubiera reaccionado de forma diversa, y en cuanto a que lo que ‘posiblemente haya motivado la denuncia fuera su inestabilidad emocional causada por su infertilidad’. Por lo primero, no corresponde al denunciado indicar cuál debería ser la reacción correcta de la persona que sufre una situación de estas características. Por lo segundo, si no bastara que tal afirmación carece de un mínimo fundamento, habría que señalar que las otras dos pacientes que declararon en audiencia haber padecido tratamiento inadecuado, no tenían ningún problema de infertilidad”, afirmó uno de los tribunales del Colegio Médico.