Integra el Honorable Directorio del Partido Nacional hace 25 años y fue elegido presidente de forma unánime.
Milita en filas nacionalistas hace más de 40 años y nació en Melo (Cerro Largo), "cuna del nacionalismo y el blanquismo profundo".
Pablo Iturralde sube día a día las escaleras del directorio del Partido Nacional, que preside desde mayo de este año, y donde trabaja puertas adentro de cara a las elecciones departamentales.
El exdiputado blanco cree que el manejo de la pandemia del gobierno nacional "posiciona bien de cara a setiembre" a su partido.
"El presidente viene siendo un gran gobernante y por suerte no cobró al grito de la tribuna. Se basó en la libertad que es muy importante para nosotros", dijo sobre la gestión de Luis Lacalle Pou con respecto a la emergencia sanitaria.
Entrevistado por Montevideo Portal, el presidente del directorio nacionalista habló de su rol en el cargo, la gestión del gobierno, su relación con el presidente Luis Lacalle Pou y la importancia de las elecciones departamentales, entre otros temas.
¿Cuáles son las funciones del presidente del directorio del Partido Nacional mientras se ejerce el gobierno?
En este momento mi función principal es mantener activo el partido con vísperas a las elecciones departamentales de setiembre. Estamos recorriendo el interior, reuniéndonos con los candidatos a la intendencia, alcaldes o concejales, para ayudar y dar formación. Queremos mover la temática que por la pandemia no parece esté en agenda todavía.
¿Qué expectativas hay para las elecciones departamentales?
Las expectativas son las más altas. Nosotros tenemos que salir a pelear las 19 intendencias, en algunos lugares con alianzas con otros partidos. En algunos lugares no ganaremos, pero ganar no significa solamente obtener la intendencia, si aumentás los ediles y la cantidad de concejales, eso es un gran triunfo también.
Creo que vamos a andar bastante arriba de las 12 intendencias, que es lo que tenemos hoy.
¿Es posible ganar la elección departamental en Montevideo? ¿Por qué?
Se ha abierto una oportunidad muy interesante. Yo creo que estamos en carrera y estamos muy cerca. Si mirás octubre y ves los distintos partidos que forman la coalición no estamos nada lejos. En noviembre quizás no tuvimos un resultado tan esperado. Suceden dos cosas. Se ha roto el relato de la izquierda, de que ellos eran los sensibles socialmente y nosotros los ogros de derecha neoliberales que veníamos a hambrear a la gente y quitarles las políticas sociales. Estos cuatro meses que han pasado han mostrado que hay una sensibilidad social que había tenido de la boca para afuera la izquierda, pero no había hecho una política social seria de ningún tipo. Eran pocas, insuficientes, mal administradas y gestionadas. El partido se ha metido y las ha gestionado mucho mejor. A los 15 días de estar en el gobierno nos cae la pandemia y eso es especial. Lo que ha pasado con la destrucción del relato de la izquierda sobre la sensibilidad a la gente la hace recapacitar y ver con más cariño a la coalición, al Partido Nacional o a otros partidos de la coalición. Creo que es muy buena cosa que haya candidata única, porque la batalla tiene que estar en continuidad o alternancia. Lo nacional ha demostrado que la alternancia ha sido positiva. En el caso de los candidatos del Frente Amplio no son llamativos. El desgaste que ha tenido (Daniel) Martínez es fuerte y eso no lo posiciona bien.
¿De qué trata el "Consejo de intendentes blancos", que se reunió días atrás?
Viene a ser la bancada de intendentes blancos del país. El nuestro ha sido un partido muy de Montevideo-interior, de caudillos y doctores, donde había mucho enfrentamiento. Se vota muy bien en el interior y no tan bien en Montevideo, nos hemos preocupado más por lo local que lo nacional, eso nos costó perder lo nacional al no enfocarlo bien. Ahora que ganamos en lo nacional hacemos foco en lo local y lo que tratamos es que esa relación de descentralización sea de ida y vuelta. Hoy tenemos mucho más clave de partido que nunca.
Te has reunido con miembros del Poder Ejecutivo, entre ellos el presidente Lacalle. ¿Qué intercambios has tenido con Lacalle y otros jerarcas?
Él (Lacalle Pou) ha ratificado en todo momento que quiere que el partido esté permanentemente arriba a la búsqueda de errores que puede haber o sugerencias. Somos el engranaje que conecta a la gente con el gobierno. Es nuestro deber trasladar los temas que plantean los ciudadanos al partido.
¿Cómo ves la gestión del gobierno pasados los 100 días y en el marco de una pandemia?
Una de las cosas que posiciona muy bien al partido rumbo a setiembre es el manejo de la pandemia. Durante toda la campaña mucha gente nos preguntaba si valdría la pena ganar ahora cuando el déficit era del 5% y pasó el tiempo de bonanza económica y el bajo precio de los commodities. Yo creo que en momento de crisis era necesario que ganáramos la elección. Cuando el país pasa por momentos de economía activa ahí más o o menos gobierna cualquiera. Cuando hay momentos difíciles tenés que poner una fuerza seria y responsable, eso es para lo que nos habíamos organizado para ordenar la economía. Los momentos no se eligen. La situación con la que encontramos el país fue complicadísima y la pandemia lo agravó. Hubo determinadas decisiones que quisieron plantearlas como que al grito se reclamaba, por ejemplo con la cuarentena obligatoria. El presidente viene siendo un gran gobernante y por suerte no cobró al grito de la tribuna. Se basó en la libertad que es muy importante para nosotros. Decirle a la gente que se encierre no parecía ser lo correcto y se apeló al esquema de la responsabilidad de la gente. Con esa libertad se pidió un esfuerzo para no salir a la calle y no alarmar los efectos de la pandemia con el confinamiento voluntario y eso salió bien. Ese fue un gran acierto del gobierno en este tema y lo vemos hoy, cuatro meses después. Con seriedad, responsabilidad y la solidez de nuestro sector científico las decisiones se tomaron muy bien. Además, el manejo de la pandemia ha reseteado la cabeza a mucha gente que podía tener muchos prejuicios sobre nuestro partido, la coalición y el relato que había armado la izquierda y no nos votaban con miedo. Claramente se ve que tenemos otra cosa, que tenemos sensibilidad social en serio y no de palabra.
¿Cómo es el diálogo con los otros líderes de la coalición?
La coalición fue algo que se fue dando de a poco y no hay protocolos de mecanismos o relacionamiento. La idea es formar ese dialogo entre los distintos partidos, hacerlo en forma cotidiana. Que no sea algo raro y tenga puntos de vista. La idea es sentarnos a conversar. Esto es para el relacionamiento partidario que permite tener una relación de gobierno y parlamentaria. El presidente pide que nosotros controlemos las cosas y seamos el oído del partido en la gente para llevar lo que sabemos que eventualmente puede estar mal.
¿Y con dirigentes del Frente Amplio?
Tengo la suerte de conocer a Javier Miranda, somos muy amigos desde chicos. Tenemos una muy buena relación, siempre la hemos mantenido más allá de las diferencias políticas. Podemos hablar con confianza, algo que no es poca cosa, hablar con confianza con alguien de otro partido. Hicimos mucho énfasis de que no queríamos cambiar una mitad por la otra e intentamos llevarlo a cabo. En muchas cosas debemos lograr políticas de Estado y políticas públicas a largo plazo que se logran conversando mucho. Vamos a tener reuniones más formales, por ahora hemos tenido conversaciones de manera informal.
¿Qué esperas del FA como oposición?
Creo que nadie quiere que al país le vaya mal. Hay distintos estilos, algunos más aguerridos y que pegan más. Hay limites que nosotros nunca hemos querido pasar y creo que hasta ahora venimos llevándola. Ha venido funcionando bien y hubo un buen entendimiento con la distribución de los cargos en los entes, eso es algo bueno. Creo que hay que seguir con ese estilo de diálogo y el presidente ha recibido al FA cuando se ha precisado.
El PN ha afrontado distintos temas en menos de un año, como el caso de los intendentes Agustín Bascou y Carlos Moreira ¿Cómo está la interna hoy con episodios que en algunos casos se investigan?
Alegría no han causado. El caso de Bascou está más frío, ya que renunció al partido de entrada. Para hacerlo renunciar a la intendencia no tenemos los mecanismos. En el caso Moreira fue más complejo porque fue cercano a la elección nacional. Antes que el partido tome posición Moreira renunció. A él no lo eligió la Convención del partido sino el Órgano Deliberativo Departamental que no está jerarquizado por el partido. El Partido Nacional no tiene jerarquía sobre él porque fue elegido por la gente de Colonia. Nosotros hicimos un pedido de informes que nos dio un profesor de derecho electoral, señalando que no podíamos inferir en el tema. Como partido no podemos impedir que sea candidato. Estos problemas generaron problemas en la interna, pero están encaminados y hay un buen clima de diálogo en el partido. No tenemos grandes problemas que siempre se generan cuando hay más de una candidatura de cara a las elecciones departamentales.
¿Cómo ves a la juventud del Partido Nacional y su militancia?
Es una gran militancia. Empezamos a hacer elecciones de la juventud en el año 2008, donde votaron 50 mil jóvenes, luego casi 60 mil y después casi 70 mil. Hay más de 100 mil personas que en algún momento votaron y se acercaron al partido. La gente siente cierta identidad con el partido, eso ha sido muy importante para la militancia y la cercanía con el partido.
Somos un partido de militancia pero también de servicio, nos gusta decirnos servidores. Antes los servidores eran los que habían peleado en las guerras. El partido tiene eso de liturgia y religiosidad en relación al pasado. Somos uno de los partidos más viejos del mundo y veneramos el pasado de forma histórica, a veces veneramos más el pasado que el presente, capaz eso en alguna época fue un problema. Hoy creemos que tenemos mucho más equilibrio, hay mucho presente y futuro. Vamos a cumplir 184 años de vida del 10 de agosto, pero tenemos mucho más futuro y porvenir que pasado. Hay otra cosa que atrae a la militancia, en otra época éramos medio místicos. Tenemos esa cosa de reivindicar el pasado, pero hay un componente distinto.
Hemos logrado romper relatos de que no nos quedamos en lo místico del partido, hoy hemos mejorado mucho y avanzando en la comunicación. Importa comunicar bien los posicionamientos, que pueden ser correctos, la militancia se siente cercana a esas cosas. La militancia siente que el gobierno se preocupa en las decisiones y hay mucho sentimiento de pertenencia por el partido. Eso tenemos que seguir incentivándolo nosotros.
Hoy hay un espacio donde los jóvenes vienen a decir lo que tienen ganas de decir, no lo que los viejos les dijimos que dijeran. Hubo un trabajo social importante, reivindico la militancia en otros ámbitos. Antes era lo gremial o estudiantil, creo hoy tiene que trasladarse a las políticas de territorio y en organizaciones sociales, por ejemplo. Los jóvenes se mueven mucho más con la solidaridad o la reivindicación de los más pobres, haciendo acciones concretas en distintas zonas del territorio nacional. Hay que buscar cómo hacemos para que esas personas que aportan en esos ámbitos colaboren en el partido. El discurso social al partido lo tienen que traer los dirigentes, hay que tener un ámbito para que esa militancia sea incluyente e inclusiva.