Por Nicolás Delgado
NicoDelgadoSan
Yamandú Orsi nació en una familia católica y fue monaguillo durante su infancia. Aunque se distanció de la Iglesia en los años posteriores, su gestión en la comuna canaria, primero como secretario general (entre 2005 y 2015) y luego como intendente (2015 hasta hoy), lo acercaron otra vez al culto católico y a otras religiones. Ese camino lo llevó este lunes por primera vez a la Ciudad del Vaticano, donde gobernantes de diversos países se han reunido para reflexionar sobre variadas temáticas, como la emergencia climática y su vínculo con las migraciones. Este jueves, conocerán al papa Francisco.
La visita de Orsi a la Santa Sede se enmarca en el trabajo conjunto que está realizando la Intendencia de Canelones con la Fundación Scholas Ocurrentes, creada por Francisco en 2013 con el propósito de promover una nueva educación y de crear una cultura del encuentro acercando a los jóvenes a una educación significativa.
El proyecto está presente en 190 países y desembarcó en Uruguay en setiembre del año pasado, cuando durante seis días adolescentes de entre 13 y 15 años se encontraron en Atlántida, Canelones, para aprender, intercambiar y debatir sobre temas sociales. Orsi destaca que “este programa se aplicó en Palestina e Israel, articulando con jóvenes árabes y judíos, por poner un ejemplo” y que “se estableció una alianza de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina con el Vaticano para poder aplicar en toda América el programa”. El jerarca explicó que, tras la experiencia del año pasado, la fundación y el banco “quieren establecer contacto con el INJU [Instituto Nacional de la Juventud] y aplicarlo a nivel nacional” en Uruguay.
“En Canelones se hizo una intervención con el área de juventud de la Intendencia, se trabajó con colegios privados y con gurises que van a los Centros Educativos de Capacitación, Arte y Producción (Cecap) del Ministerio de Educación y Cultura. Se trabajó con gente de contexto crítico, que usa el Cecap, en Atlántida. Los gurises aprenden a conocer otras realidades. Es un programa del Vaticano que ni toca el tema religión. En el 90% de los casos a nivel mundial, los temas que salen son el suicidio, las adicciones; se conversan esas cosas. Lo que logran ellos a nivel mundial es integración de gurises”, explicó Orsi a Montevideo Portal.
Por su parte, el director mundial de Scholas Ocurrentes, José María del Corral, informó tras el encuentro de 2022 en Atlántida que “participaron unos 50 representantes de centros educativos, incluso chicos que están fuera del sistema educativo formal, provenientes de centros laicos y religiosos, con distintas realidades”.
El primer Congreso Mundial de “Ecociudades Educativas”, organizado por CAF y Scholas Ocurrentes, reúne a 50 alcaldes en el Vaticano. Previo a la reunión de las autoridades de gobiernos subnacionales con el papa, Orsi participará este martes y miércoles, junto a los demás jerarcas invitados, de sesiones de información e intercambio.
El intendente, que conoció el programa en un viaje que realizó a Argentina, habló con Montevideo Portal sobre su vínculo personal e institucional con el catolicismo y otras religiones, además de responder sobre la relación de la izquierda con la libertad de cultos y sus símbolos urbanos.
¿Qué expectativas tiene con respecto al encuentro con el papa, personales o institucionales?
Es un poco una mezcla. Para mí no es poca cosa que sea un latinoamericano y un rioplatense quien está allá. Lo que pasa que a veces no vemos la dimensión que eso tiene. Toda una vida viendo cómo Europa tenía ese privilegio a nivel de la Iglesia, y hoy tenemos una realidad que hay que saber aprovechar y que tiene mucha cercanía con nosotros. Nunca nos imaginamos un papa que tomara mate. Alguien que tiene una visión tan global, más allá de su peso religioso, tiene una preponderancia a nivel mundial. Ningún papa pasa desapercibido, pero este en particular, para nosotros, creo que tiene una importancia extraordinaria, porque conoce la realidad nuestra, conoce mucho Uruguay. Quiero aprovechar a hacerle un par de preguntas sobre cómo está viendo algunas realidades.
¿De qué temas en concreto piensa hablar?
En el encuentro aprovechás a conversar cosas que nos interesen a los dos. El encuentro con el papa es un acontecimiento más que extraordinario. Tener esta oportunidad es increíble, y poder hablar en el mismo idioma. Voy a tener que aprovechar a intercambiar con él algunos puntos de vista. El mundo tiene mil temas.
El papa siempre está con la paz en el mundo, pero además es muy sensible a temas globales, desde el cambio climático hasta la tolerancia en este mundo tan diverso. Él tuvo gestos por el tema de la diversidad que nos sorprendieron a todos; algunos diálogos que ha tenido con gente que es militante de los derechos de las personas a nivel de la diversidad sexual. Eso trascendió. Creo que hay que aprovechar a conversar con alguien que tiene tanto peso en occidente para ver cómo se imagina el futuro.
Para cualquiera que ocupa una responsabilidad de gobierno es una oportunidad maravillosa. Y todavía tener a alguien que habla tu idioma, que comparte tu cultura y todavía que ha dado estas señales, creo que es para aprovechar, más allá de la creencia o no creencia de cada uno. Eso es otro tema. Es una persona muy influyente.
¿Cómo ha sido tu relación con la fe desde niño hasta hoy?
Vengo de una familia creyente, católica. Cuando era chico fui hasta monaguillo. No solo fui a catequesis, sino que acompañé a mi madre y después seguí yendo solo a la Iglesia; después me distancié. Como que no seguí practicando. Mi relación con el dogma o con la religión como institución medio que se diluyó. Se dio un proceso más de procesión individual, por decirlo de alguna forma, y si yo me tuviera que definir son más las dudas que las certezas. Estoy en una búsqueda permanente de ese mundo tan distinto que tiene que ver con la fe. Sí reconozco que el ser humano es un animal de fe. Eso lo tengo clarísimo, y es una de las características o del ser humano que quizá pueda ser una salida. Lo que ocurre con las adicciones, gente que logra salir a veces de situaciones complicadas, lo hacen a través de la fe, y eso es indiscutido e innegable a esta altura.
No profeso ni milito en las religiones, pero reconozco que tienen mucho para hacer y hoy lo están haciendo.
¿Te definirías como agnóstico?
Sí, creo que sí. Es el cuadro en el que más encajo. Reconozco que es una búsqueda constante, y encuentro a veces respuestas concretas, prácticas, en instituciones religiosas que en otro tipo de instituciones. Evidentemente, hay ahí una realidad que rompe los ojos, que es el papel que cumplen las religiones en ciertas áreas, o en ciertos aspectos de la vida que son insustituibles, y que tiene mucho que ver con la esperanza, con la construcción de un nosotros que supera la mayor parte de las veces a otro tipo de organización como el Estado mismo.
La Intendencia ha adoptado una serie de medidas en los últimos años que atienden reclamos de una variedad amplia de religiones. Hay un interés manifiesto de la comuna de vincularse con las religiones. ¿Ha tenido encuentros con comunidades y pastores evangélicos?
Sí, fundamentalmente a partir de las acciones sociales y fundamentalmente en pandemia: merenderos, ollas. Incluso apoyo a algunas acciones nuestras, las encontrás en los barrios con las religiones, y por supuesto, la religión evangélica, y la católica ni que hablar. El trabajo que se hace a nivel social es indiscutido.
El mundo afroumbandista también tiene un trabajo social de ese apoyo que te decía recién, cuando viene la mala. Eso lo sé porque lo hemos hablado. Por algo pasa eso, por algo se sostienen en el tiempo y hay una sensibilidad ahí que no solo se merece nuestro respeto, sino que yo estoy seguro de que tenemos mucho para aprender de ellos.
¿Siente que hubo un divorcio de la izquierda durante muchos años de las religiones?
Creo que hubo un distanciamiento con el mundo de la fe que no sé cuál es la razón, pero hay puntos de encuentro fundamentalmente a nivel de trabajo social y en el tema adicciones que tiene que ver con una misma sensibilidad que a veces es necesario juntarlas. Yo no puedo olvidarme, porque tengo mis años, del rol que jugó la Iglesia católica a la salida de la dictadura, donde en las parroquias los jóvenes se juntaban a conversar, y eso habla de una oportunidad que, como hombre de izquierda, no debo, no solo desconocer, sino desaprovechar, que tiene que ver con el entender que desde ahí, desde la fe, también se puede hacer trabajo muy solidario y de repente son los puntos de conexión entre algunas comunidades con acciones nuestras desde el gobierno.
Ha habido una historia de relacionamiento a veces un poco conflictuado o conflictivo con lo religioso, que va más allá de si tú crees o no crees. Cuando las acciones son bien hechas hay que apoyarlas, hay que darles para adelante.
Hace poco dijo que las religiones han hecho más que el Estado en el tratamiento de adicciones.
Muchas veces hacen más que el Estado. Conozco varias experiencias religiosas, católicas, evangélicas, sobre gurisada que tiene problemas de adicciones que son exitosas. Yo discrepo con algunos métodos, sin dudas. Yo no soy técnico tampoco. Pero la Iglesia Católica tiene sus centros, la Iglesia Evangélica tiene sus centros, y evangélicos hay varios.
En el caso de Beraca…
No conozco tanto Beraca, conozco algo, ha hablado con algunos de ellos. Sí conozco Bethania: es lo que más me ha conformado hasta ahora. Ahí está Fernando Frontán [pastor de la protestante Iglesia de la Comunidad Metropoliana]. El trabajo que él hace me parece muy bueno. Claro, tiene sus costos; no es gratis, porque tienen muchos técnicos, hay mucho trabajo científico. Y también tienen el componte de la fe. Ante el vacío espiritual que quizá sea el detonante en algunas personas, creo que pasa a ocupar un lugar importante creer en algo y tener una esperanza en la vida.
La discusión sobre laicismo y laicidad vuelve recurrentemente.
Sí, y a veces descuidamos la necesidad humana que parte de la fe y queremos hacer como que eso no existe y de aquello del respeto de todas las creencias se transforma en una especie de negación de ese mundo espiritual, y ahí es donde nos equivocamos. No todo es violentar la laicidad. Permitir que se practique, que haya espacios de comunión, es saludable. Yo lo vi en la cárcel de Canelones, una cárcel que está muy complicada, hay un espacio que se utiliza para impartir fe y ahí no excluye a ninguna religión. Cuando abrís la cancha estás también generando espacios de diversidad o de amplitud, que son saludables. A veces cometemos el error de confundir laicidad con negación.
Con laicismo.
Con negación. Decir “esta realidad no existe”, entonces es como tapar el sol con un dedo.
¿Habría que ir a un modelo de mayor comunión entre el culto de la fe y el Estado?
No, no. No es entreverar la baraja. Que el Estado promueva que las religiones, y hablo en plural, puedan coexistir y no negar todo. Es una línea muy fina; lo tengo claro. Una de las características más saludable del Uruguay es la separación de la Iglesia del Estado, no tengo dudas. Y los ejemplos a nivel mundial de Iglesia con Estado son tenebrosos, salvo excepciones. El integrismo, que es el otro extremo, para mí es lo más antirrepública que te puedas imaginar. Por eso no estoy hablando de contaminar el Estado con… Lo que sí digo es que a veces nosotros, y desde mi filosofía y forma de ver las cosas, llamale de izquierda o progresista, nos negamos a ver que esa realidad existe. Y lo mejor es dar espacios para que la realidad se pueda llevar adelante, para practicar.
El Estado uruguayo erigió una cruz en medio de bulevar Artigas, hay un monumento a Iemanjá en la rambla [de Montevideo]. Son cosas que creo que no nos han violentado tanto, en la medida que vos permitís a varios. El tema es si te ponés flechado para un lado solo; ahí ya es distinto. En la cárcel de Canelones tenés a católicos, evangelistas y de otras religiones compartiendo el espacio. Eso es parte de esta forma de entender al país.
El cardenal Daniel Sturla ha planteado la posibilidad de instalar la imagen de la Virgen María en la rambla de Montevideo, lo que genera resistencia fundamentalmente de ediles del Frente Amplio.
Yo nunca entendí cuáles son las razones. Me acuerdo que hablé con Daniel Martínez que estaba convencido de que era buena cosa, porque los fieles van a rezar el rosario ahí. El acontecimiento ocurre: son miles de personas que se encuentran en un lugar. Históricamente ha habido en espacios públicos imágenes de carácter religioso que han sido acordadas. Esta nunca entendí cuáles son las razones [para no instalarla]. Deberá haber razones por supuesto a nivel de la Junta Departamental [de Montevideo] que por algo no ha salido, pero me parece que es saludable cuando estas cosas salen bien y cuando las distintas religiones o cultos tienen un lugar para practicar ahí. Pongo otros ejemplos que sí existen y no estoy pensando en flechar para una religión ni para otra, sino que es una realidad que conviene saberla manejar y creo que a veces no hemos sido del todo claros. No sé cuáles son las razones por las que no se habilitó eso. Sé que la iniciativa surgió del intendente de ese momento, Daniel Martínez, y estuve y estoy de acuerdo, hablé con gente de la Junta Departamental. De hecho el culto existe: se reza el rosario ahí. Los que creen, bien; los que no creen, es lo mismo. Me parece que a veces son ruidos que no sé si atentan contra la laicidad. Tengo mis dudas. Me parece que cuanto más abiertos seamos como Estado… Pero si te inclinás para un lado solo, no está bueno.
En la medida que uno acepta y entiende la libertad de cultos, yo creo que hay que promover que los cultos puedan desarrollarse en igualdad de condiciones.
El asunto es que llegarán otros pedidos: un buda en la rambla…
Y habrá que analizarlos, cuántos son. Nosotros por ejemplo el tema del cementerio israelí o judío está desde principios del siglo XX [en la ciudad de La Paz, Canelones] y se nos planteó ahora el tema de un cementerio musulmán y está bueno tener espacios para eso.
¿En qué está proyecto del cementerio musulmán?
Fue cedido [un predio municipal en la ciudad de Soca, Canelones]. Tienen algunos temas para poder concretarlo. El espacio está concedido, y veremos cómo avanza y se termina de materializar. Sé que han tenido alguna dificultad material para hacerlo.
¿En un proyecto de tratamiento de adicciones público, estatal, convocarías a las religiones para diseñarlo en conjunto o hay que separar los tantos?
Hay que separar los tantos, pero hay que aprender de las buenas experiencias. Porque aparte no tiene mucho misterio. A lo que voy es que no solo se utiliza la fe o la devoción para atender estos temas, sino que también hay trabajo social y sanitario que acompaña este proceso. Por lo menos lo que yo conozco. No lo resolvés solo con la fe. Ahí hay un soporte técnico que tenés que aprovecharlo.
Por Nicolás Delgado
NicoDelgadoSan
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]