Con la llegada de la pandemia, las tempranas medidas de aislamiento y protección de la salud adoptadas por el gobierno se revelaron exitosas: la propagación del virus fue contenida a tiempo, y Uruguay se libró de sufrir una marejada de casos de COVID-19, fenómeno que sí han padecido otras naciones.
Sin embargo, estas mismas medidas tuvieron como efecto secundario un fuerte impacto en la economía y el empleo, llevando a miles de uruguayos al seguro de paro o al despido -quienes gozan de un empleo formal- o lisa y llanamente a la falta de ingresos.
Ante tal situación, la sociedad demostró rapidez de reflejos y rápidamente se organizaron acciones, como campañas de donación de alimentos y distribución de canastas. Asimismo, las ollas populares surgieron y se multiplicaron por todas partes. Sostenidas por vecinos, estas "soluciones de emergencia" llevan ya tres meses funcionando contra viento marea, procurando garantizar un plato de comida a quienes más lo necesitan.
En las últimas horas, referentes de algunas de las 500 ollas populares montevideanas que brindan alimento a entre 120 y 200 personas cada una ante la crisis por el covid-19 se reunieron a convocatoria del Pit Cnt y la Intersocial Feminista.
"Algunas ollas van decayendo y otras se van sosteniendo con un esfuerzo muy grande", expresó Viviana Núñez, integrante de la zonal Aguada del PIT-CNT, en declaraciones al noticiero Informe Nacional, de Radio Uruguay.
Núñez recordó que la Central Sindical presentó a principios de mes una plataforma para la recolección de firmas en pro de la creación de una renta básica, algo que consideran que constituiría una solución más adecuada para el problema de empleo causado por la pandemia.
"Estimamos que hoy hay en Montevideo unas 500 ollas populares", expresó, cifra que también incluye a los merenderos. "En un merendero en la Aguada atendés a 250 personas. Hay ollas que atienden entre 150 y 200 personas, o más o más", enumeró.
En la actualidad, el PIT-CNT recibe y distribuye las donaciones a las ollas y merenderos, pero se insiste en que lo fundamental es "impulsar y acompañar la renta básica".
"No queremos que la gente coma en la olla, que esté alrededor. Estamos en una pandemia", señaló Núñez. En ese mismo sentido se habían expresado en marzo las autoridades del Mides. En aquel momento se pidió "no fomentar" las ollas populares porque ello "iría en contra de las medidas sanitarias".
"Hay una situación social que no la arreglamos sosteniendo una olla. Creo que acá tiene que haber una responsabilidad del Estado que, obviamente, no lo está haciendo", aseguró.
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