La Red de apoyo a ollas y merenderos solidarios del Cerro por autonomía y vida digna, opera como coordinadora y espacio de intercambio de inquietudes en el Cerro. Es también un ámbito natural donde se comparte la solidaridad.
Allí se gestionan las donaciones de alimentos para el barrio y se procura optimizar los recursos y apuntalar a todas las ollas, para que todas puedan cumplir su labor. En ese barrio montevideano hay unas treinta ollas populares, pero esa cifra varía cada mes en función las posibilidades materiales. Los organizadores dicen que, pese a las dificultades, se sienten acompañados.
En ocasiones reciben la visita de pequeños comerciantes, vecinos, integrantes del municipio o de la Intendencia y de la Universidad de la República. Siempre hay alguien que aparece por primera vez y trata de sumar. Además, desde que la pandemia hizo surgir nuevamente las ollas en el barrio, el movimiento sindical en su conjunto participa y colabora con la red a través del zonal oeste del PIT-CNT.
La ayuda de la población llega, pero no es constante. Parece funcionar a empujes, impulsada por la ocasional visibilidad mediática.
"Un día viene la televisión a una olla y la solidaridad explota. Nos llega de todo de gente que quiere colaborar. Pero a cuatro cuadras hay otra olla que no tiene ni carne, ni gallinas ni casi nada", explica Hugo Leivas, militante social del barrio y referente de la olla Faustino ‘Chimango»'Rodríguez que está ubicada en la esquina de Bulgaria y Carlos María Ramírez .
"Por eso nos juntamos y creemos que tenemos que actuar como coordinadora, pa' que naides quede atrás", agrega Leivas en declaraciones al portal institucional del PIT-CNT.
"Duele cuando ves llegar a gente con vergüenza. Hay vecinos o vecinas que llegan mirando el suelo, con vergüenza porque recién se quedaron sin trabajo y les duele tener que ir a pedir comida a la olla y retirar la vianda. Eso es tremendo", relata.
Si bie las ollas populares del Cerro redoblan esfuerzos para asistir a las familias que lo necesitan, Leivas tiene claro esa es una tarea de emergencia que no debería prolongarse si se solucionan los problemas de fondo.
"Nosotros aspiramos a que las ollas no existan. Que nadie en esta tierra tenga que ir a una olla a comer, pero lamentablemente vemos que esto lejos de terminarse, va a continuar, está empeorando. Y cuando se nos venga el invierno la cosa va a estar muy difícil hermano, muy difícil", lamenta.
En la red de ollas del Cerro, se escucha a quien quiera hablar. Si alguien tiene algo para decir, pide la palabra y plantea su inquietud. En general, se va al punto, sin mucha vuelta. Pero de todos modos, por las dudas y para evitar que los intercambios se vayan por las ramas, un vecino planteó este martes en el primer plenario luego del receso de las fiestas, una moción para que cada orador tenga solo cinco minutos. "Que hable el que quiera, diga su planteo y votamos. Y listo".
Camilo Clavijo, otro vecino del Cerro que trabaja en la gestión de las ollas, nació y se crió en el barrio. "El Cerro es mi vida", dice. Y pese a que él tiene trabajo, lamenta ver la situación que traviesan lo que no lo tienen, o trabajan de manera precaria.
Al igual Leivas, Clavijo sabe que las ollas populares pueden ser vistas en todo el país a través de la "vidriera" de la televisión, pero lamenta que algunos lo vean como algo "pintoresco".
"Si los medios o los gobernantes romantizan la pobreza y las ollas es porque no vienen acá a vivirlo, no ven a los gurises descalzos y que sus padres no tienen pa' darles de comer. Que se dejen de cuentos. Y al que no le duela eso que le está pasando a miles de compatriotas es porque no tiene sangre en las venas, no tiene nada. Tendrá cargos, tendrá poder, pero no tiene alma", expresa.
Clavijo propone a sus compañeros de la red de ollas del Cerro gestionar la visita de ministros y del propio presidente de la República.
"Que bajen acá, a ver la pura y cruda realidad que ellos están abonando con las políticas de ajuste. Que vengan a ver la realidad con sus propios ojos y no a través de la televisión con una escenografía montada como en los ámbitos que se mueven. Acá está la realidad del que vive y lucha", asevera.