Contenido creado por Paula Barquet
Entrevistas

Algo viejo, algo nuevo

Ojeda: “Representamos la renovación de la coalición; el PN, la continuidad pura y dura”

Se define como “nativo coalicionista”, no debatiría con Delgado y evita comparar su liderazgo con el de Bordaberry, a quien quiere “ayudar”.

25.08.2024 10:04

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2024-08-25T10:04:00-03:00
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Por Federico Pereira

La sede de Andrés Ojeda da la bienvenida al que entra con una gigantografía del candidato pegada a la puerta. Por encima de la figura, un cartel iluminado le dice a Bulevar España que él busca ser “el nuevo presidente”.

En su oficina, el colorado que ganó la interna de su partido se sienta delante de una copia idéntica de esa pieza publicitaria con letras azules y rojas, para explicar por qué quiere liderar el próximo gobierno y porque revindica su condición de “nativo coalicionista”.

En entrevista con Montevideo Portal, Ojeda se ampara en su ideología del “pragmatismo” del que considera exponente a Luis Lacalle Pou para decir que “si hoy tuviera la oportunidad de firmar como un hecho que gana la coalición de gobierno” pero sin ganar él en octubre, no dudaría en hacerlo”.

Unos días después de que Pedro Bordaberry anunciara su retorno a la política para buscar un lugar al Senado con la lista 10, Ojeda señala que él está para ayudarlo a que logre esa banca, al igual que a todos los que encabecen listas coloradas, como él, que liderará la 25. El candidato ofreció ese apoyo a Gustavo Zubía y a Robert Silva, hoy socios electorales en el sublema “Unir para Crecer”, al igual que a quien liderará el otro sublema colorado de cara a octubre, “Vamos Uruguay”.

“Si no me has visto en ninguna actividad de Pedro Bordaberry es porque no me invitó; pero mi disponibilidad y mi disposición están intactas, y yo se lo dije personalmente para que lo tuviera claro, que yo estaba para ayudar”, señaló el candidato al rememorar las conversaciones que tuvo con el exsenador.

Desde el escritorio donde se reúne con sus asesores técnicos, habló de lo necesario de ahondar las políticas en salud mental, de volver a tener un Ministerio de Justicia y de por qué no quiere debatir hoy con Álvaro Delgado u otros socios de su coalición. “Tenemos que apelar a la unidad, nuestra discusión es con el Frente Amplio”, afirmó, al agregar que la gente quiere “ver juntos” a los integrantes del oficialismo.

Sanguinetti dijo que no es una utopía que el Partido Colorado gane lo que usted y otros empezaron a llamar “la interna de la coalición” y vaya a un balotaje. ¿Ve a su partido en condiciones de sacar más votos que el Partido Nacional en octubre? ¿Qué se necesita para eso?

Mirá, yo creo que las chances están y lo muestra la tendencia de los sondeos de opinión pública. Yo creo que la pregunta hoy es si nos da el tiempo. La tendencia es clara, el tema es si nos da el tiempo. Ahí está nuestra responsabilidad en hacer que el tiempo alcance.

¿Cuál sería el tiempo ideal?

Bueno, eso depende de cómo se muevan las tendencias. Que la nuestra ha sido de crecimiento ininterrumpido, desde antes de la interna, es un dato de la realidad. Hay que ver si las dos líneas llegan a cruzarse. Yo tengo toda la esperanza de que eso ocurra, estamos trabajando para eso. Lo que antes de la interna parecía una utopía imposible, que nosotros ganáramos la interna, ocurrió. La primera encuesta postinterna nos da a siete puntos de los blancos con tres puntos de margen de error. ¿Es una utopía pensar que se puede cruzar la línea? No tanto como antes. 

¿Eso les respondería a los que señalan las encuestas y apuntan a que han sacado entre 9% y 15%?

Nosotros estamos creciendo. Somos los únicos que crecemos, porque los partidos que tienen menos no crecen y los que tienen más, algunos bajan y otros se mantienen estables; pero en crecimiento, solo nosotros. Eso es muy esperanzador y muy alentador.

¿A qué asocia ese crecimiento?

Yo que sé, es multifactorial. A mí no me gusta decir “es por tal cosa”. Creo, profundamente, que la gente sigue reclamando renovación y si llegamos a cruzar esa línea, es producto de la potencia de la renovación. La que necesitaba y necesita el Partido Colorado; la que precisa la coalición y la política. Similar a la que en algún momento supo traer Luis Lacalle Pou.

¿En qué necesita renovarse la coalición?

Si me pedís una frase, yo creo que es momento de pisar el acelerador, agilitar los cambios. Creo que el gobierno arrancó con mucha potencia; se comió una pandemia, que es como agarrar una inundación en el auto y chocar contra el agua a velocidad. Después de la pandemia volvió a retomar, pero siempre luchando contra el peso de la propia burocracia y la dificultad de hacer cambios. Creo que este segundo gobierno es de pisar el acelerador. [Para] todo lo que quedó pendiente, por muchas razones, muchas ajenas al gobierno, el segundo gobierno tiene que pisar el acelerador y para eso precisa un liderazgo cargado de energía, potencia, dinamismo y capacidad de adaptación, como características principales. Las que tuvo cuando entró Lacalle Pou.

Varios funcionarios de este gobierno han señalado muchas veces la pandemia, la sequía, las “10 plagas de Egipto”, y cómo impidieron algunos cambios o acotaron los márgenes de tiempo. Teniendo en cuenta eso, ¿qué faltó en este período de gobierno?

Creo que hoy tiene unos debes. Tiene un debe en seguridad pública y en inserción internacional, para nombrarte dos. Puede ser que tenga un debe también en temas fundamentales no tradicionales. Nombro tres, a modo de ejemplo. Nosotros tenemos foco central en salud mental —principal y primordial—, bienestar y medioambiente. Temas que creo que son importantes para la gente. Así como te digo, por supuesto, seguridad y empleo. La nueva política mira temas que la vieja política nunca miró, como por ejemplo esto que pongo sobre la mesa.

Puntualmente en esos tres temas, ¿qué es lo que plantea?

El más potente claramente es salud mental, que es en el que más fuerza hemos hecho; eso es bien importante. Ahí tenemos varias propuestas: [los] 25 centros o unidades de salud mental, que tienen por objeto universalizar el acceso. O sea que todas las personas, de abajo para arriba en materia del lugar socioeconómico en la sociedad, puedan acceder a terapia de psicólogo y psiquiatra. No necesariamente adictos o gente que está en el presuicidio; estoy hablando de gente que no tiene de repente una urgencia, pero puede ver un beneficio en su vida y entenderlo a través de tener herramientas de salud mental para su vida diaria. Y empezar a generar acceso universal a terapia de psicólogo y psiquiatra, que hoy es muy difícil. Hoy, para ir a un psicólogo, pedís número en la mutualista y [te dan para] tres meses. Vas privado, 2000 pesos por semana, por sesión. Prohibitivo.

Eso tiene que venir de la mano de una campaña potente del estado para concientizar en lo útil que es la salud mental. Yo me imagino, no sé, a Luis Suárez o a un jugador de fútbol o músico importante explicando en la tele qué es la depresión y cómo se identifica. Y contándole a la gente que esto es un tema. Y capaz no sé, cinco spots con cinco superpersonalidades de Uruguay. Que todo el mundo prenda la tele y que nos diga que la salud mental es importante. Cómo identifico síntomas de estrés, ansiedad, depresión, como me doy cuenta de que mi hijo puede estar con algún síntoma, que si yo lo prevengo rápido puedo evitar una adicción, puedo evitar un suicidio. Entonces, meter el tema de salud mental en la agenda del living de la casa de la gente.

En bienestar animal hay una cantidad de cosas. Prohibir la cirugía estética de animales, de mascotas, que se acaben los perros doberman que tienen las orejas operadas. Que se acabe la pirotecnia sonora. Empezar a entender al animal, sobre todo al animal de compañía, que es parte de la familia de la gente. Cuestiones vinculadas a las adopciones de animales, de promoverlas. Y empezar a darles un lugar primordial a estas ideas.

¿Un hospital veterinario?

Ni hablar, el hospital veterinario es uno de los debes más grandes endémicos, que está siempre en la discusión y nunca se hace. Bueno, es momento de entrarle. Normativa unificada, el tema de la caza ilegal, de tenencia responsable que no es nada menor, parques para perro. Es largo esto, hay mil cosas [en el programa]. Nos gustaría que fuera más profundo también. Hemos sumado más gente, después de la interna, a trabajar en esto.

¿El programa está pronto?

Lo presentaremos el 29 de agosto, está en los ajustes finales. Estuvimos charlando con nuestros referentes en economía, un poco unificando criterios y demás. Ahí yo aprovecho cada oportunidad para agradecerle el laburo global de supervisión a Luis Mosca [exministro de Economía y coordinador general del equipo del programa colorado], que lo sacamos del afuera de la política y lo metemos. La verdad que yo tengo que agradecer que ponga toda su experticia, sus credenciales y su prestigio al servicio de la renovación.

Estas elecciones en el Partido Colorado han significado el retorno de mucha gente que no estaba participando activamente en política, que volvieron como asesores o dirigentes.

A mí me alegra que lo que estamos haciendo haya logrado entusiasmar a la gente a volver. Me alegra que gente importante hoy esté trabajando para mi candidatura. Para mí es un acto de generosidad encomiable. 

Como Mosca o [el expresidente del Banco Central Miguel] Vieytes.

Y Bordaberry, que lo pongo como ejemplo a la par de todos ellos.

Andrés Ojeda. Foto: Diego Lafalche / FocoUy

Andrés Ojeda. Foto: Diego Lafalche / FocoUy

José Mujica, Lucía Topolansky y otros cuestionaron en su momento su precandidatura y luego como candidato colorado. Lo llamaron “rabanito” y dijeron que estaba “alejado de Batlle y Ordóñez”. ¿Qué responde a los que cuestionan su pertenencia al Partido Colorado?

Lo hacen los que están buscando una grieta con el Partido Nacional; una grieta dentro de la coalición. Están buscando romper una clara unidad. Pero no lo van a lograr. Que esperen sentados si buscan que yo, para responderles a ellos, salga a buscar un cruce con cualquier compañero de la coalición, ni siquiera del Partido Nacional. Hoy yo reivindico más que nunca mi condición de nativo coalicionista, mi identidad de coalición, que creo que es la de muchos uruguayos. Creo que hoy no hay nada más colorado que trabajar a muerte por un segundo gobierno de coalición. Porque aparte es la única forma real de que el Partido Colorado esté en el gobierno. Aunque lo lidere, si no entendemos a la coalición como un equipo, ya perdimos. 

El año pasado, en una entrevista con Montevideo Portal, Sanguinetti dijo que aún no sabe si la coalición puede terminar en una unión similar a la que tuvo décadas atrás el Frente Amplio. ¿Usted qué piensa?

El tiempo dirá. Hoy no es un tema, no está en mi cabeza, no está en la discusión. Será una discusión para otro momento, si es. No está en la mesa hoy, tenemos 10.000 problemas para resolver. Este no es uno de ellos.

Vuelvo a lo de Topolansky y Mujica, y sus frases sobre el alejamiento de Batlle y Ordóñez. ¿En qué se siente batllista?

Yo creo que el Uruguay es netamente batllista. Es la esencia del Uruguay. Trasciende al partido, en el sentido de que creo que la construcción del país, del siglo XX, es puro batllismo. Al punto tal que el presidente actual va a Buenos Aires, a una cena con [el presidente argentino, Javier] Milei y dice que la libertad la concibe como un valor clave, solamente garantizada si hacemos “piecito” los demás abajo para que tenga las mismas oportunidades que el resto a través de la vivienda pública, la salud pública y la educación pública. Eso se lo escuché en la cena del CED y se lo escuché en la apertura del centro de políticas de Casavalle. Si será batllista el Uruguay, que el presidente Lacalle Pou está impregnado de batllismo. Si yo te hubiera puesto esa frase por escrito y no te digo quién la dijo y te pido la opinión, ¿de quién me hubieras dicho que era? Que es uno nuestro. Entonces, esto no es una mojada de oreja, ni mucho menos: esto es decir que la idiosincrasia central del Uruguay es el batllismo.

Usted inició su militancia en 2002. ¿Qué lo llamó en aquel entonces del Partido Colorado?

En aquel momento yo estaba en la militancia gremial universitaria; estábamos batallando una ocupación completamente injusta, porque pocos estudiantes dejaban a muchos sin estudiar; eso me hizo recalar en una agrupación que tenía vínculos con el Partido Colorado. Fui a una reunión con Sanguinetti en la sede del Foro [Batllista]; me pareció interesante, seguí por ahí y me copé con estas cuestiones.

¿Antes o después de la crisis?

Plena crisis, cuando esto empezó a explotar.

Cuando el Partido Colorado se vio en el ojo de la tormenta, ¿en algún momento tambaleó su idea de militar en él?

No, yo creo que el hecho de haber entrado en un lugar que estaba en un momento de crisis partidaria y electoral, hizo que generara una suerte de abroquelamiento entre los que estábamos. O sea, a mí me pasa que mis 20 años y pico de actividad tienen como signo común el invierno más largo del partido. Yo siento que pasé por las más duras. La gente que estuvo en ese momento nos conocemos de memoria, en todo el país. Yo armaba los carteles y los colgaba. Vestido a veces de corbata porque venía de laburar. O sea, tengo militancia territorial; ese examen lo tengo aprobado.

Voy al programa, que se está terminando de armar. Bordaberry lanzó su candidatura al Senado luego de que se armara el equipo que define el programa. ¿Él va a tener alguna participación en el armado?

Para empezar, [es un] programa abierto a todo el que quiere laburar. Esto es un elemento unificador. De hecho, desde el primer momento después de la interna están trabajando todos los equipos técnicos de todos los precandidatos, de los cuales muchos hoy respaldan a Pedro Bordaberry. Así que partimos de esa base. A eso le sumo que naturalmente Matías Bordaberry [coordinador técnico del equipo de programa, e hijo de Pedro Bordaberry] tiene la directiva mía de convocar a todos a participar. Con lo cual el mandato central es que las opiniones de todos estén recogidas, justamente para tener un solo programa y evitar los programas paralelos.

Que todo esté acá y que el partido tenga un programa único del que todos nos sintamos parte, porque aparte si esto algo ha sido es abierto e inclusivo. Este ha sido el postinterna más inclusivo del siglo XXI seguro, con una mirada de crecimiento partidario como norte, pero signada por un norte más importante, que es el de hacer ganar a la coalición de gobierno. 

¿Cómo compara el estado del Partido Colorado hoy con el que hubo antes y después de las elecciones internas del 2019? ¿Ve más tranquila la interna del Partido?

Yo vine para unir, lo ves acá en las paredes. La clave del crecimiento está en la unidad. Nosotros tenemos dos conceptos claves que nos llevaron a la interna a poder estar acá hoy y son los mismos conceptos claves que nos van a llevar a octubre y a noviembre. La renovación y la unidad. Nosotros somos la renovación en clave de unidad. Sin pelear. La gente no nos quiere ver pelearnos entre nosotros, nos quiere ver juntos para ganarle al Frente. Eso no ha cambiado. Por más que me busquen, no me van hacer pelear.

¿Hay algo que pueda hacer tambalear la sociedad que se formó entre los integrantes de la coalición?

No, la coalición es un hecho. Hoy nosotros tenemos una unidad mayor que la del Frente Amplio. En cuatro años y medio nosotros ya estamos de acuerdo en un rumbo macroeconómico para el Uruguay; no tenemos duda entre [Gabriel] Oddone y [Daniel] Olesker [referentes económicos del Frente Amplio], estamos claritos en ese sentido. Sabemos qué pensamos sobre el plebiscito del Pit-Cnt y lo decimos con claridad. A ver, habrá matices, y los podrá haber en muchos sentidos, pero hoy está claro que nosotros somos un equipo, como en el fútbol moderno; un equipo corto, compacto, que está para pasar al ataque. Y del otro lado, que tienen 50 años juntos, los vemos discutiendo cuestiones básicas de funcionamiento. Que aparte terminan complicando las salidas del propio candidato: como no hay acuerdos internos, no puede decir lo que quiere decir, porque la barra no lo deja.

La lista 9007 del diputado Gustavo Zubía fue la más votada del partido, ¿lo sorprendió?

No me sorprendió para nada. Gustavo ha hecho un gran laburo y ha sido un gran socio. Así que, más allá del acuerdo electoral, descubrí en Gustavo un tipo con el que me gustaría seguir caminando juntos. Eso en primer lugar, y segundo, es la lista más votada también porque va en un esquema de lista única. Nosotros tenemos grupos que fueron en multiplicidad de listas. Grupos que tienen votaciones iguales o mayores pero bueno, están dentro del mismo paraguas. Están divididos en más listas porque a veces el esquema es mejor a la hora de moverse electoralmente.

¿Qué rol está ocupando Zubía en su equipo?

Gustavo hoy encabeza una lista al Senado. Esto es muy importante, el partido tiene hoy seguramente cuatro listas al Senado, Gustavo encabeza una de ellas. Yo voy a trabajar para que todos los que estén en las listas puedan tener reales oportunidades y yo voy a trabajar también para que Gustavo sea senador.

Entonces, ¿usted no irá primero en la lista de la 9007?

En esa no, yo voy solamente primero en la mía. Yo voy a integrar una sola lista al Senado que es la lista 25. En las demás —por lo que tengo entendido hasta ahora, salvo cambios en el futuro, porque yo no gobierno eso—, Gustavo va a encabezar su lista 9007, Robert [Silva] va a encabezar su lista 600 y Pedro va a encabezar su lista 10.

¿Y la 15?

La 15 va a ir en todo el país integrada a nuestras listas 25 y en Montevideo tendremos una 15 con el Senado nuestro.

¿Cómo fue ese acuerdo electoral con la 15? ¿Vinieron ellos o fue usted que los invitó?

Nada, conversamos. No me acuerdo francamente quién fue a dónde. Fue hace rato esto, pero como todo, siempre hay movimientos después de la interna, naturales. Surgió la posibilidad de acordar. Es un grupo emblemático y mi objetivo hoy es que todos laburen cómodos, contentos y con ganas. Y con chances de algo. Por esa razón, por ejemplo, yo le ofrecí a todas las listas al Senado la posibilidad de que yo esté en las actividades que hagan. Es más, me viste con Robert el otro día recibiendo a [el dirigente colorado salteño Marcelo] Malaquina; él se suma a la lista de Robert. O sea, va a acumular para el Senado de Robert, que compite con el mío. Lo mismo le ofrecí a Gustavo Zubía: voy a estar en las actividades que pretenda que yo esté. Lo mismo le ofrecí a Pedro Bordaberry, y si no me has visto en ninguna actividad de Pedro Bordaberry es porque no me invitó; pero mi disponibilidad y mi disposición, intactas y yo se lo dije personalmente para que lo tuviera claro, que yo estaba para ayudar.

Cuando Zubía bajó su precandidatura y anunció que se unía a su campaña dijo que era porque buscaba evitar que ganara Silva y la “centroizquierda” que él representaba. Incluso en esa época había algún cruce por las propuestas de Diego Sanjurjo, asesor de Silva en materia de seguridad. Hoy los dos están trabajando juntos en el diagramado de las propuestas en ese tema. ¿Lo ve cómodo hoy con la centroizquierda que encarna, según él, quien hoy es su compañero de fórmula?

Primero, ese comentario de Gustavo sobre Robert Silva, después del acuerdo no estuvo más. Esto es muy importante, porque fue parte del acuerdo también, que era para sumar y que no era contra nadie. Y Gustavo enseguida lo asimiló, lo entendió también así y no hubo ningún problema. Lo otro, Diego y Gustavo claramente no tienen ningún problema personal. Estuvieron sentados acá los dos. Charlamos una hora y media o dos, no pasó nada. Contrapusimos algunas ideas los tres, porque yo también tengo las mías, imagínate.

Usted justamente dijo “yo laudo”, al respecto de las diferencias que puedan tener ellos en materia de propuestas.

Quiere decir que las garantías de funcionamiento de todo esto las pongo yo. Yo los conozco a ambos y les tengo gran aprecio, y yo me ocupo de que ambos tengan espacio para trabajar. Tienen perfiles muy complementarios. Gustavo tiene 40 años de fiscal, claramente trabaja en la represión y persecución del delito, es su métier especial; y Diego tiene un doctorado en Europa en políticas públicas de seguridad y lideró un proceso de un plan de prevención. Son las dos piernas que se precisan, simétricas. 

La llegada de Bordaberry, con su lista 10, implicó que se fueran con él dirigentes como Gabriel Gurméndez, Tabaré Viera, e incluso de legisladores varios legisladores de Ciudadanos. ¿Significó un cimbronazo?

Cimbronazo siempre hay. Es propio que haya reacomodos después de una interna. Es lo más natural. De hecho, como van de Ciudadanos para ahí, Malaquina va con Robert. Y Malaquina probablemente en número de votos total de la interna esté parecido a los votos de todos [los de] Ciudadanos que van para ahí. Los reacomodos van y vienen, eso a mí no me ocupa. Sí creo que nosotros tenemos que estar de brazos abiertos con toda la gente que viene a poner el hombro. Y, para ser claro, cómo no me voy a sentir orgulloso de que Pedro Bordaberry venga a trabajar por mi candidatura, que es en el fondo lo que viene a hacer.

¿Le gusta la idea de que él vuelva al Senado?

Desde ya, creo que todos los que encabezan Senado pueden ser buenos senadores, son gente con diferentes perfiles. Aparte, en el caso de Pedro, yo agradezco que tenga la generosidad de poner su experiencia al servicio de la renovación. Porque hoy nuestra campaña está signada por la renovación. Nosotros somos la renovación acompañada de la experiencia, y creo que es el mejor complemento. Nuestro eje central es la renovación, porque claramente dentro del espectro de la coalición la experiencia de gobierno la aporta Álvaro Delgado. Evidentemente, ni él es la renovación ni yo soy la experiencia directa de gobierno. Como no era la experiencia de gobierno Luis Lacalle Pou. Cada vez que yo siento una crítica interna de que me falta experiencia, digo “mire que Lacalle Pou no tenía experiencia de gestión, y mal no le fue; entonces, la viva prueba de que si usted no nos quiere acompañar porque nos falta experiencia, quizá tampoco hubiera acompañado a Lacalle Pou”.

¿Qué responde a quienes dicen que Bordaberry llegó a disputarle el liderazgo del Partido Colorado?

Yo no entro en esas discusiones. Conversé con Pedro, le dije que yo estaba para ayudarlo, como estoy para ayudar a todos. Él me dijo: “Yo estoy para ayudarte a ti, vengo a trabajar por tu candidatura”. Y así como te decía hoy, yo estoy orgulloso de que Pedro Bordaberry trabaje por mi candidatura. Y para mí es una gran responsabilidad, valga la redundancia, responderle a la confianza que hoy se deposita en mí. Mi trabajo es estar por encima de las discusiones entre las listas al Senado. Yo tengo que ponerme al servicio de todos. Y después, que todos compitan lealmente y que todos puedan crecer. Porque el crecimiento de todos ellos es el crecimiento mío y al revés la misma cosa. Tengo que estar por encima de estos líos menores de listas.

¿Qué puede aportar, electoralmente, el lanzamiento al Senado de Bordaberry?

Lo decía el senador Germán Coutinho: a todo un grupo de personas que de repente tuvo un revés electoral en la interna, le devolvió las ganas de trabajar. Eso es muy valioso. Porque gente que de repente había quedado desganada del trabajo, hoy trabaja con ganas. O sea que tenemos nuevos tractores para empujar y eso es muy importante cuando uno está haciendo todo el esfuerzo para meterse en balotaje, para llegar a la final.

¿Han hablado de propuestas con él?

El otro día charlamos largo de algunas cosas; hablamos de algunos temas de seguridad en particular. Puertas abiertas para la participación en el programa, y desde ya canal directo obvio con quien hoy está coordinando ejecutivamente el programa.

En la conferencia con Malaquina usted dijo que a “todas las listas que lo reclamen y promuevan, sin perjuicio” de que lo lleven o no al Senado, iba a acompañar su incorporación, y que eso “es un cambio de paradigma” en el Partido Colorado de este siglo. ¿Por qué?

No ha sido lo común en las otras candidaturas, en la elección pasada y las anteriores. Después de la interna, el que ganó por lo general trabajó con los candidatos de su lista. Yo eso lo acepto, no digo que esté mal. Simplemente digo que ese paradigma tiene que cambiar.

En estos últimos 20 años de caída del Partido Colorado al tercer puesto en materia de votos, ¿en qué cometió errores?

Yo no sé si es un tema de errores. Yo creo que el partido paga costos, grandes, por la crisis del 2002. Ahí se produjo la caída más dura y no hemos logrado salir de ese curso; pero ni siquiera un tema de errores. Ha habido mejores campañas y peores, pero siempre en guarismos electorales muy por debajo de lo que este partido estaba acostumbrado a ver previo al 2002.

¿No lo asocia, por ejemplo, a candidaturas pasadas?

En principio, no me consta que el problema sea una candidatura o no. Aparte siempre los resultados son multifactoriales, nunca es una cosa u otra. A ver, esta es la primera vez en todo el siglo XXI que la formula se compone del primero y el segundo. O sea, a veces cosas que son bastante naturales terminan siendo rupturistas. Hoy yo estoy siendo rupturista por armar el primero y el segundo, que en realidad debería ser la opción más normal y natural.

¿Cómo fue la discusión interna previo a esa definición?

No fue una discusión, fue muy consensual. Todos los precandidatos se habían pronunciado expresando que preferían que fuera el primero y el segundo. Yo entendí que una prioridad, como te dije hasta hoy, era la unidad. Dos instrumentos unificadores importantísimos: uno era el vice, que fuera el segundo fuera quien fuera; y el otro es el programa, bien inclusivo, que es lo que estamos haciendo ahora: invitando a todo el mundo a que opine y aplique, para que después todos se sientan representados por el programa del partido.

Javier Noceti / Montevideo Portal

Javier Noceti / Montevideo Portal

¿Qué le diría al que quiere votar a la coalición pero que no se decide entre los candidatos?

Yo tengo un mensaje único para todos. No va a ser un tema de Frente Amplio o coalición. Yo creo que hoy, más que nunca, enfrentamos lo nuevo contra lo viejo. Y creo que la nueva política llegó para quedarse en toda la región y Uruguay no es la excepción. En ese sentido, creo que la discusión de la gente ya no está entre la izquierda y la derecha; está entre el futuro y el pasado.

Usted usa la palabra “pragmático” para definirse ideológicamente y ha citado como ejemplos de esa postura a Gabriel Boric, a Santiago Peña, a Nayib Bukele…

Y a Daniel Noboa, a Javier Milei y al propio Lacalle Pou.

¿En qué ve el pragmatismo en Lacalle?

Bueno, Lacalle creo que es el más pragmático de todos. De todos no sé, pero es muy pragmático. De hecho, cuando tuvo que apelar al batllismo apeló, cuando tuvo que apelar a la libertad responsable apeló, y cuando tuvo que tomar otras ideas que de repente son de procedencias distintas a su cuna ideológica, no tuvo ningún problema en hacerlo. Creo que ahí el estilo de política es de futuro. Por eso creo que este gobierno tiene que continuar con un talante de liderazgo de esas características, de futuro. Por eso necesitamos un candidato de renovación.

Si ustedes ganan esa interna de la coalición…

Te interrumpo, ese concepto de interna de la coalición yo lo dije esa noche y se acuñó absolutamente: hoy lo manejan todos los candidatos, incluido el propio candidato del Frente Amplio. Que es el argumento que usa para no venir a los lugares.

Si usted gana esa “interna” en octubre, ¿ve que el Partido Nacional pueda tener algún resquemor en pasar a ser un socio minoritario en votos del futuro gobierno?

Yo estoy plenamente convencido de que la unidad de la coalición hoy hace que gane quien gane, el resto de la coalición se va a abroquelar atrás cual ejército espartano, que va a trabajar incansablemente para que gane [el balotaje] el que ganó la interna de la coalición. Yo estoy seguro de que si nosotros pasamos de fase, le ganamos al FA. Seguro.

¿Cómo es su relación con Yamandú Orsi?

¿La personal? Bárbara, perfecta. Yo no tengo ningún problema personal con Orsi. Es más, te digo, le tengo simpatía personal. Todas las discusiones son políticas.

¿Y su visión política sobre él?

No, yo no tengo una visión política sobre Orsi, de juzgarlo.

El otro día, por ejemplo, apuntó a su “tartamudeo” al hablar de allanamientos nocturnos.

Bueno, me cuesta contraponer. Me preocupa que hable poco para justamente evitar exposición a eventuales errores, pero cuando habla de un tema clave como los allanamientos nocturnos, balbucea. Entonces, no termina de dar una definición. Estoy dispuesto a discutirlo, pero los argumentos que da son para perder un examen de derecho penal. Yo no le pido que él sea experto en derecho penal, por supuesto que no, pero los argumentos que da son una liviandad. Porque yo puedo estar de acuerdo o en desacuerdo, pero no puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con la nada. Entonces, si él no da argumentos que pueda desarrollar y balbucea y se nota... ¿Viste cuando alguien va a dar un examen y no sabe la pregunta? Bueno, eso es lo que yo siento cada vez que habla Orsi: “Vine a dar un examen y en realidad no estudié”. Yo hace muchos años que estoy vinculado a cursos de derecho penal, he tomado o he participado en mesas de examen infinidad de años. Creeme que vos te das cuenta cuando alguien viene a dar un examen sin haber estudiado absolutamente nada.

¿Tendría un debate con Álvaro Delgado?

No, no lo tendría hoy. Creo que nosotros tenemos que apelar a la unidad, creo que nuestra discusión es con el Frente Amplio. Y hoy nosotros, en los hechos, contraponemos ideas en todos los eventos que vamos. Pasamos juntos la mayoría del tiempo, los cuatro. Yo siempre digo que estamos a nada de pegar la combi juntos, porque vamos a los mismos lugares. Por ejemplo, en una semana fuimos a los operadores turísticos en Maldonado, al Centro de Navegación, a la Unión de Exportadores, al Congreso de la Granja, a la Cámara de Turismo, en todos esos lugares contrapusimos ideas de país sobre el tema del día que los convocaba y sobre otros. O sea que, en los hechos, debatimos todo el tiempo, pero de forma amigable y de socios. Yo no voy a tener un solo intercambio negativo con mis socios de la coalición y si llego a tener que obligatoriamente tenerlo, lo voy a tratar de evitar y lo voy a lamentar mucho. Porque la gente nos quiere ver juntos, no nos quiere ver peleados entre nosotros. Nos quiere ver discutir con el FA.

Repito la pregunta que le hice hoy: ¿cómo conquistará al ciudadano que le gusta la coalición, pero que no está seguro si votarlo a usted o al Partido Nacional?

Bueno, claramente somos muy distintos, como te decía recién. Nosotros representamos la renovación de la coalición y ellos, creo yo, a mi humilde opinión, representan la continuidad pura y dura. Bueno, nosotros queremos una coalición renovada. Te repito, queremos pisar el acelerador. Creo que esa es la clave de la cosa: pisar el acelerador.

Ustedes cuentan con exintegrantes los equipos económicos de distintos gobiernos trabajando en el programa. ¿Cómo ven desde el Partido Colorado el devenir económico en este periodo?

Bueno, ahí la pregunta es más para ellos que para mí. Justo hoy charlamos bastante de ese tema, yo prefiero no hablar por ellos. Pero sí destaco, por ejemplo, algunas acciones particulares de OPP [Oficina de Planeamiento y Presupuesto] que me gustaría replicar hacia adelante. Por ejemplo, un ahorro inteligente de OPP, grande, hecho sin tocar salario, pasividades ni políticas sociales. Ahorro directo en cuestiones de funcionamiento, poniendo la mirada fina en lo que sobra. Aparte sin tocarle el laburo, el salario, ni la pasividad, ni nada de eso a nadie, ni los beneficios sociales; simplemente decir: “che, en qué estamos gastando de más”. Ahí hay una mirada fina muy profesional de la OPP, que la quiero destacar, y creo que hay un talante de trabajo bueno. Aparte el garante de no tocar ni trabajos, ni puestos de trabajos ni salarios ni pasividades, ni políticas sociales de ningún tipo, soy yo.

Si ganara la elección, ¿cuál sería su primera medida como presidente?

Yo creo que es algo a consensuar con el equipo de la coalición el día de mañana. Si me apurás, me gustaría que fuera algo vinculado a la salud mental. Me gustaría lanzar una gran campaña de concientización en materia de salud mental. Ese es un sueño mío. Y lo pienso porque me estás dando un changüí enorme y lo digo.

Lacalle, antes de asumir, había dicho que el 2 de marzo iba a reunirse con los jefes de policía y lo hizo. ¿Cómo imagina su primer día?

No sé, la verdad que hoy lo único que tengo en mi cabeza es el 27 de octubre. Y no ha sido mala la experiencia de pensar solamente en el objetivo siguiente. Después que hablemos de octubre, ojalá hablemos del 30 de noviembre. Y después del 30 de noviembre, ojalá hablemos del 15 de febrero y del 1° de marzo. Pasos firmes y humildes. Yo si algo no he hecho en este tiempo es perder la humildad, porque es lo único que te mantiene con los pies en la tierra. Yo digo una cosa importante, mi objetivo principal hoy, indiscutido, es que gane la coalición de gobierno. Y si yo hoy, tuviera la oportunidad de firmar como un hecho que gana la coalición de gobierno pero capaz no gano yo, lo firmo. Porque es más importante.

Si no ganara, ¿iría contento al Senado?

Adonde sea. Obviamente lo quiero liderar yo [el gobierno], no estoy entregando nada. Lo que estoy diciendo es que no me olvido de cuál es el objetivo mayor que me trasciende, que es el rumbo del país.

En otra entrevista con Montevideo Portal, en marzo, dijo: “Que un colorado ponga presidente en el cartel no es creíble; capaz después de la interna comienza a serlo”. ¿Qué cambió en el partido y en usted después de la interna para que figure el término en su cartelería desde esa misma noche de elecciones?

Yo creo que la interna legitimó un proceso de renovación. Legitimó un espacio de renovación dentro del sistema político. Somos la candidatura más nueva del sistema, no solo el candidato más joven, sino el más disruptivo, y asumo ese lugar. Por eso ponemos también “el nuevo presidente”, y no solamente en el cartel. Es la definición de lo que intentamos ser. Si yo te preguntaba, antes de la interna, el candidato que gana la interna del Partido Colorado, ¿tiene chance de meterse en balotaje? Me hubieras dado un porcentaje; si te lo pregunto hoy, seguro el porcentaje es otro. A ver, sigue siendo difícil, sin duda, pero mucho más probable, y eso ameritó que nosotros cambiáramos esa estrategia de comunicación. 

¿Se ve respaldado en ese crecimiento del que hablaba?

Me respaldo en el crecimiento y me respaldo en la ilusión que veo en los nuestros, de la gente que se arrima. Creo que esta identidad coalicionista de la que te empecé hablando tiene una potencia enorme, a la hora de que los socios puedan crecer.

Eso que me decía ahora de firmar para que gane la coalición, aún si no la lidera.

Lo que te quiero decir con eso es: es más importante para mí que la coalición gane, a cómo vote yo.

Gabriela Fossati dejó el Partido Nacional para integrar su equipo. Está trabajando con ustedes en materia de seguridad y justicia, aunque no podrá integrar ninguna lista por haber formado parte de la 2004 nacionalista en las internas. ¿Tiene pensado un rol para ella en caso de llegar al Ejecutivo?

No tengo pensado un rol concreto, pero sí me gustaría que esté en un futuro gobierno. Creo que tiene mucho para aportar. Ella me dijo que estaba a la orden, pero no me pidió nunca nada. Ella desde que dejó la Fiscalía ha trabajado por lo que ha creído y sentido. De forma muy principista. Lo has visto siempre, cuando no se sintió cómoda. Ella no habló conmigo antes de irse del Partido Nacional. Ella se fue, tomó una decisión y después me llamó. Y si no cuadraba, se iba para su casa. O sea, ella está haciendo lo que siente y cree, y yo se lo súper valoro. Le agradezco, como al resto, la generosidad de poner toda su trayectoria al servicio de este proyecto y la verdad que se ha convertido en un buen puntal de ese grupo.

Bordaberry dijo la semana pasada en entrevista con Primera Mañana (El Espectador) que no estaba de acuerdo con un Ministerio de Justicia, una propuesta que forma parte de sus planteos.

Bueno, pero de hecho esa discrepancia la he tenido con otros dentro del partido. Entiendo que no todos vamos a estar de acuerdo en todo.

¿Por qué es necesario un Ministerio de Justicia?

Convengamos que el Uruguay siempre lo tuvo, históricamente. Lo dejó de tener a la vuelta de la democracia en virtud de su mala utilización para intervenir el Poder Judicial. Pero la herramienta no intervino el Poder Judicial; fue el uso de la herramienta. Es como que yo diga, “voy a prescindir de las Fuerzas Armadas porque dieron un golpe de Estado”, o “voy a tirar abajo Rincón del Bonete porque lo hizo la dictadura”.  Yo con un kilo de uranio puedo darle energía a una ciudad o hacer una bomba, pero el kilo de uranio no es más que eso.

Lo mismo pasa con el Ministerio de Justicia. Es una herramienta que siempre fue válida. De hecho, no en vano la tienen todos los países civilizados de Occidente. Digo, la Justicia es un rol clave del Estado, que merece una mirada autónoma y de hecho todo lo que estaba bajo la égida del Ministerio de Justicia no se eliminó del Estado; se redirigió. Vos mirás el Ministerio de Educación y Cultura [y ahí está] la cooperación internacional, o sea, extradiciones, exhortos y demás. Registros, en el MEC. Asuntos Constitucionales, MEC. Solamente acá. Ejemplos de otros tantos que puede haber. Los Defensores de Oficio dependen del Poder Judicial, con el que batallan todos los días. Deberían ser un servicio descentralizado, anclado en un Ministerio de Justicia. La Fiscalía hoy está anclada al MEC; en ningún lugar pasa eso, debería estar anclada a un Ministerio de Justicia.

Lo mismo que el Instituto Nacional de Rehabilitación, con las cárceles. El día de mañana debería ser un servicio descentralizado anclado al Ministerio de Justicia. Ya esto nos pasó. Eduardo Bonomi antes de irse intentó convertir al INR en un servicio descentralizado, cosa que yo creo que fue de las mejores que intentó. ¿Por qué no logra sacarlo? Porque no se lo aceptó ningún ministerio, le dijeron que no, que no era de su experticia. Falta el ministerio específico. Y como verás, las reparticiones ya existen en el Estado, con presupuesto asignado. No voy a gastar más, voy a ponerle todo lo que ya tiene plata asignada debajo de una estructura. La Institución Nacional de Derechos Humanos puede estar anclada al Ministerio de Justicia. 

¿Qué genera esto? Que cada vez que el Parlamento se enfurezca con cualquiera de las partes que dependan de ese ministerio, interpela al ministro. Porque el que tiene que hablar con la Fiscalía, es el ministro. Y si mañana el Poder Judicial tiene que pelear plata, su primer socio es el Ministro de Justicia. Y si hay que hacer una reforma del Código del Proceso Penal, la redacta el Ministerio de Justicia, no la Fiscalía. Porque si la Fiscalía hace la reforma, se la hace para la Fiscalía, y por eso tenemos los líos que tenemos hoy.

En aquella entrevista de marzo usted dijo que se ve dedicado a la política en los próximos 30 años. ¿Cómo ve su futuro político?

Es así. Va a depender de lo que ocurra ahora y lo que ocurra después. Esto es paso a paso.

¿No hay resultado que lo haga claudicar?

No, esta es mi vocación de vida. He estado siempre vinculado a esto sin nunca vivir de esto. O sea, creo que a veces el universo es sabio al ponerte en el lugar que tenés que estar, en el momento que tenés que estar.

Por Federico Pereira


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