Por Cecilia Presa y Gonzalo Charquero

Las metáforas futboleras suelen rendir mucho en Uruguay. En ese terreno, al que suele ingresar con frecuencia el presidente Luis Lacalle Pou, el excandidato colorado Andrés Ojeda (40) comparó la elección del pasado 27 de octubre y el vínculo entre los candidatos de la coalición con lo que sucede en un partido de fútbol cinco.

En la interna de la coalición, no ganó. Salió segundo. El partido terminó y ahora juega lo más cerca posible, retórica y físicamente, de quien capitanea a su bloque político: el candidato presidencial blanco Álvaro Delgado.

El abogado cree ahora que la “fuga” de votos desde quienes eligieron a partidos de coalición hacia el Frente Amplio es “más relato que realidad”, según dijo en entrevista con Montevideo Portal. También evalúa que Delgado es el favorito de cara al 24 de noviembre. En adición, afirma que la coalición conformó un “equipo corto”, bien abroquelado, que llega “maduro” y “espalda con espalda” para ganarle a Yamandú Orsi.

Sobre su campaña hacia octubre, no habla de una “autocrítica”. Más bien alude a que logró “aprendizajes”.

Acerca del estilo de los spots, lejos de arrepentirse, dice que fue su mayor acierto. En relación a la denuncia por una “campaña sucia” en su contra vinculada con una saliente cazadora de la que ya no reniega tanto, Ojeda asegura “francamente” que no lo “afectó en nada”.

Y en la reflexión en cuanto a lo que pasó en la elección nacional vuelve al paralelismo con la actividad física: dice que le faltó “músculo territorial”, algo que hoy considera que los uruguayos siguen ponderando a la hora del voto, aunque piensa que cada vez lo harán menos.

Ojeda hace una advertencia sobre no titular la entrevista con la “micro internilla” del Partido Colorado y acusa a la pregunta de si aspira a ser candidato presidencial en 2029 contra Luis Lacalle Pou de ser formulada con intención de generar “morbo” y “clics”. De todas maneras, al final, algo responde.

A continuación, un resumen de la charla que mantuvo Ojeda con Montevideo Portal esta semana.


Estos días fueron publicadas las primeras encuestas de cara al balotaje, que dan una ventaja para Yamandú Orsi. ¿Qué evaluación hace de esas estimaciones? ¿Hay margen para un cambio de estrategia?

Las encuestas, lo digo con todo respeto, tuvieron alguna diferencia importante en octubre, en lo que tiene que ver con la diferencia entre lo que le daban a la coalición con el Frente Amplio. O sea, fijate que la diferencia hoy es cercana al margen de error. Hoy esto está parejo. Por lo que sabemos está casi en un empate técnico y se va a definir por pocos votos. Lo que sí es real es que la coalición está 1 a 0. La coalición le ganó al Frente Amplio 48% a 43% el 27 de octubre. O sea, la coalición en la realidad, que es la urna, va 1 a 0. Después, a las encuestas las respeto y créanme que siempre las he respetado. Más allá de la cantidad de legisladores que eso signifique, en los hechos la coalición tiene casi 100.000 votos más que el Frente.

¿Percibe que la coalición es favorita en el balotaje?

A la luz de los números, sí. Creo que Álvaro [Delgado] es favorito, en virtud de que es el candidato de la coalición. O sea, la fortaleza potente de la coalición está en la unidad, que está demostrada. Creo que nos subestimaron. 

¿Quién los subestimó, el Frente Amplio?

Claro. Subestimaron todo lo que podíamos madurar en cinco años y vienen con un discurso muy parecido al que hicieron en 2019, cuando todo esto era muy distinto.

En realidad, los partidos de coalición sumados votaron mejor en 2019 que en 2024.

Más allá de eso, armar la coalición costó porque veníamos de otro momento. Costó como 10 o 15 días lograr la foto todos juntos y el programa. Y era impensado que hubiese una gira país de cinco días en todos los departamentos con candidatos de coalición todos juntos y espalda con espalda. Y otra cosa importante: todos, y en particular yo que soy al que más le sindican la posible fuga de votos, desde el día menos uno le dijimos a la gente que antes que colorados, blancos, independientes o cabildantes, éramos coalicionistas. Y que el voto que nos ponían terminaba en la coalición en noviembre. O sea, honestidad brutal desde el primer día. Creo que eso es lo que hace que hoy tengamos un equipo corto mucho más abroquelado que el que teníamos hace cinco años. Y que este concepto de la fuga de votos es más relato que realidad; esa es mi impresión.

Después de la interna, ¿fue necesaria una conversación con Álvaro Delgado para limar posibles asperezas?

No quedan asperezas. Me pasó lo mismo después de ganar la interna: esto es así, es una competencia leal. Nadie se pasó de rosca. 

Pero sobre el final usted se puso un poco más picante...

Es normal que uno quiera ganar la competencia siempre. Vos vas a jugar al futbol cinco un domingo y vas a jugar fuerte, vas a trancar la pelota. Pero timbró la campana, nos sentamos y decimos: “Che, ¿a qué hora nos vemos el domingo que viene?”. El tema es que nadie se pase de rosca y le quiebre la rodilla a un compañero: eso no pasó. Aparte, siempre dijimos, hasta en el momento más fuerte de competencia: espalda con espalda atrás del que gane. 

Con lo pegada que está la cosa creo que vamos a tener un rol importante en tratar de que eso ocurra. Por eso es por lo que estoy también tan presente en la campaña.

Andrés Ojeda. Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Ha dicho que es “muy coalicionista”. ¿Qué opina de los dichos de Guido Manini Ríos sobre que, si la coalición republicana no gana el gobierno, no le ve sentido a que siga en pie?

Es una discusión para tener si no ganamos. O sea, es contrafáctica. Soy de la idea de que la coalición llegó para quedarse. Creo que a todos los que la integramos nos fortalece ser parte de una fuerza política importante. Entonces creo que en la coalición existen todos los escenarios y creo que la coalición de gobierno es el futuro del Uruguay. Por eso tiene sentido siempre. Creo también que no vamos a tener que discutir si funcionamos en la oposición porque no vamos a ser oposición. 

Por ejemplo, ¿tiene un grupo de WhatsApp con los que fueron candidatos por los partidos que integran la coalición?

Sí, tenemos hace rato.

Y en ese grupo, ¿nadie le cuestiona sus dichos a Manini?

A ver, él lo dejó de repetir también, lo habrán visto. De un tiempo a esta parte ya lo dejó de repetir. 

Lo dijo la semana pasada...

Bueno, pero lo dejó de repetir, de la semana pasada hasta acá hay un tramo. En una semana no lo ha dicho, desde que nos fuimos de gira.

¿Lo llamaron a silencio?

No. Digo que no lo dijo más. Yo no lo llamé a ningún lado. Imaginate que somos todos grandes como para que nos llamen a silencio. No sé si alguien habrá hablado con él. Eso es una pregunta para Álvaro [Delgado]; él es un poco el que está liderando esto. 

Lo que sí puedo decir es que para nosotros la coalición es un hecho de la realidad, es una fuerza política consolidada que llegó para quedarse. Y la coalición tiene sentido en todos los esquemas.

Orsi está intentando capitalizar votos del batllismo. Ante esto, su excompañero de fórmula, Robert Silva, afirmó que “solo hay batllismo y lugar para los batllistas si triunfa Delgado”. A su entender, ¿qué hay de batllista en la coalición?

Han llamado [en referencia a miembros del FA] a todo lo que respira y estuvo afiliado a cualquier partido que hoy sea de la coalición, eso seguro. 

Hoy creo que logramos hasta impregnar de batllismo al gobierno que termina. Lo logramos para atrás y lo vamos a lograr para adelante. El primer discurso que yo le escuché dar al presidente [Luis] Lacalle Pou en el que dije “esta coalición ha servido para algo de verdad”, fue en la conferencia del CED [Centro de Estudios para el Desarrollo] en 2023. Y después dijo lo mismo en el Centro de Referencia de Política Sociales de Casavalle y también lo repitió casi textual en la cena con [el presidente argentino Javier] Milei en Buenos Aires. Él dijo: “Yo creo en la libertad, pero no hay libertad sin igualdad de oportunidades y no hay igualdad de oportunidades si el Estado no les hace piecito a los de más abajo. Eso es a través de la educación pública, la vivienda y la salud públicas”.

O sea, fijate que hasta hemos impregnado de batllismo al propio Lacalle Pou. Si te paso ese discurso escrito, no le pongo firma y te pregunto de quién es, vos, probablemente, se lo sindiques a alguno de los nuestros. Así que estoy bien contento con lo que hemos logrado.

¿Y en el programa?

Estoy bien contento con las políticas de educación. Ahí nos llevaron prácticamente todo. Estoy bien contento con las propuestas a nivel de políticas sociales. Por ejemplo, en materia de seguridad tenemos un proyecto específico de saturación en políticas sociales. Para el hijo de un papá que está preso por narcotráfico y de una mamá que trabaja vinculada al narcotráfico para sobrevivir, las posibilidades de salir de eso son casi cero. En Uruguay tenés como ventaja que, como es un país chico, podés identificar a todo el mundo. Entonces, así como saturás a un barrio de policías, yo podría saturar de políticas sociales a ese niño y a esa familia que queda detrás de una situación, por ejemplo, de delito o de banda. Le puedo poner una asesoría social importante, al Mides, al INAU, a la Junta de Drogas. Le puedo poner mucha cosa junta. Es un ejemplo para ver cómo la mirada social del batllismo puede entrar en lugares que no son tradicionalmente batllistas como la seguridad pública. Y eso nos lo llevaron todo.

Yo estuve en la participación del armado del Compromiso País del año 2019, por ejemplo, en el área de seguridad. Fue un calvario armar eso, fue difícil en aquel momento porque implicó muchas concesiones recíprocas llegar a un documento común. Ahora, en una semana estaba pronto porque, claro, al venir de un gobierno conjunto, muchas cosas caminaron muy bien.

Andrés Ojeda. Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Recién decía que hay muchas propuestas del Partido Colorado en el programa de la coalición, pero en el programa del PC había un capítulo dedicado al “género”, en el que, entre otras cosas, se hablaba de mejorar la participación política de las mujeres. ¿Por qué evalúa que estas ideas no se tomaron?

No hubo una decisión deliberada de que eso ocurriera. Se tomó de base, creo yo, el programa del Partido Nacional y después se le agregó todo lo demás. Ahora, las cosas que estaban con respecto a género, muchas de ellas están igual. No necesariamente en un capítulo, pero están. De hecho, el fortalecimiento de las unidades de violencia de género y eso creo que sigue estando ahí. Por lo pronto vamos a seguir impulsando que en el Ministerio del Interior haya mayor cantidad de unidades específicas especializadas en violencia de género, que son las que procesan las denuncias. Eso para poner un ejemplo puntual. Capaz que lo que podría haber habido es un capítulo específico donde uno estructure en una columna común las propuestas de género. Nosotros lo teníamos, no terminó así acá pero no quiere decir que no estemos detrás de eso.

En una conferencia de prensa en el interior fue consultado sobre el pasaje de la exprecandidata colorada Zaida González y respondió que “cuando el FA sume a alguien que no haya que googlear para saber quién es”, lo tomaría como una incorporación, pero usted sí conoce a González...

Yo no dije que no la conocía. Que yo sepa quién es, porque está dentro de mi partido político y se reunió conmigo, no quiere decir que el 99% de la población no tenga que googlearla para saber quién es. 

¿Pero no es ningunearla un poco?

Yo no ninguneo a nadie. Respeto los votos de todo el mundo. Lo que sí es real, y lo que está feo de todo, es que el Frente Amplio está utilizando personas. No sé qué le han ofrecido o no ofrecido para ir, eso es de resorte privado de su conversación, pero siento que usan a la gente y que les sobredimensión en las expectativas con tal de poder generar un hecho político. Después también sobredimensionan la incorporación. En ese sentido, jamás voy a ningunear la cantidad de votos que tiene alguien. Todos los esfuerzos electorales son valiosos, pero también vale por su ponderación electoral. Sea quien sea el que se va, no es lo mismo. Si el que se estuviera yendo fuera alguien con muchos votos, la charla sería otra. Eso no es ninguneo, es la realidad.

El senador electo y líder del sector colorado Vamos Uruguay, Pedro Bordaberry, dijo a fines de octubre que iba a “pedir” que el PC estuviera al frente del tema seguridad en un eventual gobierno de Delgado, ¿ratifica esa intención? ¿Ha dado algún paso en ese sentido?

Cada legislador y dirigente del partido es libre de hacer las declaraciones que quiera hacer. El Partido Colorado no ha pedido ningún ministerio: ni ese, ni ninguno. De hecho, la conversación que tuvimos con Álvaro [Delgado] es deliberadamente en sentido contrario. No vamos a tener ninguna conversación vinculada a ningún cargo hasta después de la elección, porque hoy la prioridad no son los cargos. La prioridad es que la coalición siga gobernando. Y nuestro apoyo no depende de los cargos que nos dan o no nos dan. O sea, está claro que la coalición va a cogobernar con todos los partidos que están involucrados en su ponderación electoral. Esas son palabras de Álvaro [Delgado], no mías.

Y puedo decir que ni yo ni el partido hemos pedido ningún ministerio, ni hemos tenido ninguna conversación vinculada a los ministerios. Porque, aparte, bastardearía el momento que estamos viviendo de cara a enfrentar el balotaje.

Su sector (la lista 25) obtuvo dos senadores, si se cuenta el sublema Unir para Crecer (que integra a la 25 con la 600 de Robert Silva y la 9007 de Gustavo Zubía), obtuvo tres senadores y en Diputados obtuvo cuatro bancas; frente al total de 15 legisladores de Vamos Uruguay. ¿Cómo ve esa minoría que le queda en la bancada colorada?

Yo estoy bien conforme con el resultado, más allá de cómo se distribuyan. Es lo mismo que le pasa a la coalición de gobierno. Saca más votos, pero puede tener alguna diferencia en legisladores. Tiene una realidad en el Senado y otra realidad en Diputados, propia de cómo se definen electoralmente las bancas. La cuestión es que en Diputados no hay sublemas, esa es básicamente la respuesta a la pregunta. Porque Unir para Crecer gana en todos los departamentos del país menos en Rivera.

Pero igual, esa ingeniería electoral pasa en la interna de todos los sectores.

El resultado de octubre es igual al de junio. Si sumás lo que votamos nosotros con lo que votó Robert [Silva] en junio, llegamos básicamente al 60 y pico por ciento. Y si sumás lo que votaron Tabaré [Viera] y Gabriel [Gurméndez] en junio básicamente votan 38%, por ahí. Ese es básicamente el resultado de los sublemas.

¿O sea que la vuelta a la política de Pedro Bordaberry no hizo la diferencia en la correlación de fuerzas?

No hice ningún comentario respecto a eso. Lo que te digo es que más o menos se respetó lo que ocurrió en la interna. La diferencia es que acá fuimos en tres listas y del otro lado fueron en una sola, lo que genera que a la hora de los diputados hace mucho la diferencia. Es la regla del juego y está bien que ocurra así. Igual, de acá al 24 estoy dedicado a la elección y si yo de esta entrevista me llevo un título de la micro interna, es una entrevista que estoy desperdiciando. 

Pero el PC es el partido que gobernó más en la historia de este país y, por tanto, su interna es importante...

No digo que no sea importante. Pero estamos a días de elegir al presidente de la República, que me parece más importante que la micro internilla nuestra. Sé que, de repente, genera un clic más o un clic menos si yo digo con un ojo cerrado que Pedro [Bordaberry] es mi amigo. Prefiero no entrar en esos líos. 

Nosotros le tenemos que preguntar.

No digo que no tengan que preguntar. Por eso yo digo, y quiero ser claro, que la relación es buena, súper buena, que los cinco senadores estamos en línea y que tenemos que hacer que la coalición gane en noviembre. Y mi aspiración, aparte, es que la bancada colorada pueda siempre votar junta con la bancada coalición. Me parece que eso sería el paso siguiente de maduración.

Andrés Ojeda. Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Cambiando de tema, ¿cuánto dinero aproximadamente gastó en su campaña desde la interna?

No tengo un número fino y prefiero hacerlo cuando tengamos la declaración [jurada obligatoria que los partidos deben entregar a la Corte Electoral], porque seguramente si yo digo ahora un número aproximado al barrer alguno me lo use en contra. Así que el día que hagamos la declaración final estarán todos los números a la vista.

Ya lo han cuestionado desde el Frente Amplio por eso.

La gente puede cuestionar lo que tenga ganas de cuestionar.

¿Cuáles son las fuentes de financiamiento que ha usado?

Las mismas que han tenido todos los demás. He puesto yo al principio algo. La interna se terminó y después salimos a tratar de buscar financiamiento con colaboraciones como hace todo el mundo. La misma que han tenido todos los demás y la van a ver en la rendición: la misma de todo. 

A nivel de empresas privadas, ¿hubo algún rubro que haya estado más asociado con su campaña?

No recuerdo especialmente que haya algo en particular, pero se me puede escapar, son varios meses, muchas reuniones y la verdad que puede ser como no. Lo que sí digo es que la respuesta la vamos a dar formalmente como corresponde y cumpliendo la ley igual que todos los demás.

Yendo, por ejemplo, a la campaña pasada, por lo menos de lo que se declaró, el Frente Amplio con Daniel Martínez como candidato había gastado alrededor de US$ 8 millones de dólares; Lacalle 4 millones y medio, ¿tu campaña va a andar por ahí? 

Es la misma respuesta que acabo de dar: prefiero no aventurar. No quiero aventurar un número por un tema de que creo que el tema tiene que ser tratado con seriedad cuando hagamos la rendición en la Corte Electoral. Será el número exacto, no una aproximación mía hecha acá al barrer. 

De todos modos, ya hubo una declaración de la estimación de gastos presentada a la Corte Electoral antes de la elección nacional [en la que el PC declaró que proyectaba tener egresos por unos US$ 862.000].

La estimación se ajusta, pero la estimación es una estimación. 

Algún número debe tener en la cabeza en base a esa estimación inicial...

No, porque no me quiero atar a la estimación. Evidentemente la posibilidad de ajustar la estimación es lo que te da la posibilidad después de decir: “Bueno, este es el número final que damos”.

¿Fueron más arriba que la estimación? 

Cuando hagamos la rendición lo vas a ver con claridad. No quiero aventurar un número ahora porque básicamente no me va a generar ningún beneficio y lo único que me va a generar es un aluvión de cuestionamientos innecesarios, cuando vamos a dar una cifra final. ¿Por qué yo debería aproximar algo ahora? No tiene ningún sentido.

¿Pero usted considera que hicieron una campaña cara en relación con los votos?

No, de ninguna manera. Nuestra campaña hacia octubre claramente no fue la más cara ni cerca. Lo habrán visto en los minutos de televisión del mes final. Ahí se notó con claridad que los favoritos a ganar hicieron pesar su favoritismo.

En particular sobre la publicidad en redes sociales Meta permite medir algunas de estas cuestiones y en Facebook marcaba que en la última semana de campaña usted fue el que puso más dinero en anuncios allí.

Invertimos algo final ahí. Igual, francamente, los números que salen en prensa de Meta y no Meta yo no sé de dónde salen.

Los hace Meta.

Sí, sí. A mí no me consta igual que la inversión sea o no sea la que dicen los demás. Si veo diferencia a favor o en contra de la mía, lo sabré en su caso. Pero no me constan de dónde salen esos números ni cómo se generan. Yo lo veo en la prensa y lo respeto, pero no me consta que lo haya confirmado ninguno de los partidos.

Si piensa en la expectativa que usted generó, por lo menos sobre el final de la campaña para competir en la “interna de la coalición”, ¿qué evaluación hace del resultado final?

La verdad yo siento que hicimos un campañón. Hoy la intención de voto del Partido Colorado no llega al 10%, sin embargo, nosotros votamos el 16%. Fíjate que en la interna de la coalición competíamos con un músculo territorial del Partido Nacional que demostró estar fuerte. Si votamos 16% fue a base de una conexión pura de opinión pública. Generamos un resultado bien interesante tomando en cuenta que la polarización más grande se estaba dando entre el Frente Amplio y el Partido Nacional. Así y todo, nos metimos en la discusión y hoy somos más o menos el 40% de la coalición de gobierno. Entonces la verdad yo creo que hicimos una campaña muy buena y, aparte, es lo que recibo de la gente todo el tiempo: nos felicitan por la campaña que hicimos. Si la coalición le ganó el 27 de octubre al Frente Amplio 48% a 43% es porque también nosotros pusimos buena parte de esa diferencia.

Andrés Ojeda. Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Yendo un poco para atrás, luego del resultado electoral, el politólogo Daniel Chasquetti dijo que comió “del táper” con lo que “armó Ojeda”, en referencia al relevamiento de Grupo Radar que usted usó para propaganda. Lo calificó de “publicidad engañosa” y dijo que “si fuera un producto comercial iría a la Comisión de Defensa al Consumidor. ¿Qué le puede responder? ¿Fue publicidad engañosa?

Yo no le voy a responder a Daniel Chasquetti, te imaginarás. Y si contesto a esa pregunta le contesto a Chasquetti y es lo que no voy a hacer.

A título personal le pregunto: ¿fue publicidad engañosa?

Lamentablemente me lo preguntaste en base a Chasquetti. Si me lo hubieras preguntado tú, te lo hubiera respondido.

Le hago otra pregunta, por fuera de Chasquetti, ¿piensa que fue jugado dar por válida esa encuesta, cuando el resto de los sondeos previos a la elección lo colocaban a entre siete y 10 puntos porcentuales de Delgado, y al final el resultado estuvo más cerca de esto?

Ojo al gol ahí, porque había proyectados. A nosotros la última de [Ignacio] Zuasnabar [es decir, Equipos Consultores], sin proyectar indeciso de ningún tipo, nos daba 20% [PN] a 16% [PC], con un margen de error de tres puntos porcentuales. 

Sin embargo, usted pautaba con una que lo daba a un punto...

Todos hacemos pie en las que mejor nos dan. Eso lo hacen todos, no es nada raro. Igual no le pienso responder a Chasquetti, ni ahora ni nunca, creo.

Cuando hablaba de que en la coalición “nadie cruzó una raya”, haber dado o haber planteado esa encuesta cuando después los resultados fueron otros, ¿no puede haber herido alguna susceptibilidad en la interna blanca?

A la viva prueba está que no. Hoy estoy espalda con espalda con Álvaro [Delgado], no hay nadie más parado atrás de él que yo. Esta es la lealtad que define las cosas. Esto lo vivió el FA de cara a la interna, después no, porque lo resolvió. Pero estuvo dura la interna del FA, como estuvo dura la interna del PN cuando terminó la interna y ex post empezaron los armados y la definición de la vice, donde también tuvieron sus ruidos propios de la actividad política. 

Acá lo que define la unidad no es no tener una competencia seria, lo que define la unidad es lo que hacés el día después de la elección: ahí está la verdad de las cosas. El que ganó, ganó. Y todos dijimos desde el primer día que vamos atrás del que gana pase lo que pase y lo estamos cumpliendo. Eso es lo que le da cuerpo al proyecto: que está por encima de las personas. Yo soy la viva prueba de que eso es así. De hecho, si mirás la gira país que hicimos, estuve parado atrás de Álvaro [Delgado] en todas las conferencias. 

¿Tiene alguna autocrítica de lo que fue su campaña?

A ver, aprendizajes, más que autocrítica. Creo que vamos a tener que naturalmente trabajar nuestro músculo territorial. Obviamente en un año iba a ser imposible crecer territorialmente para competir seriamente en una interna así. Lo hicimos de la mejor manera dentro de nuestras capacidades y dentro de nuestras posibilidades. Creo que reposicionamos a un candidato por sobre el propio partido político. Si vos mirás estamos casi un 60% arriba de la intención de voto partidaria, cuando los demás candidatos votan por debajo de su intención de voto partidaria.

Ahí te das cuenta de que nosotros teníamos que remar a contracorriente de una situación de arranque bastante difícil. Si esto hubiera sido un partido único de todos: de Orsi, Álvaro y yo, capaz que el resultado hubiera sido otro, ¿me explico? Digo de todos para que se entienda que los partidos también juegan un rol importante. Entonces creo que de cara a la que viene tendremos que hacer un esfuerzo de agrandar el músculo territorial.

¿Y tiene autocrítica del estilo de la campaña, por ejemplo, de los spots vinculados con las encuestas o el “muy de capricornio”?

Yo creo que ese fue el mayor acierto. Creo que buena parte del crecimiento por sobre el voto partidario está en haber hecho cosas distintas. Y ahí creo que tuve buena parte de la llegada a un público lejano a la política tradicional. A ver, haciendo más de lo mismo no conseguís resultados distintos. Eso es un dato de la realidad, lo dice Einstein. Creo que está claro. Y creo que buena parte de lo que logramos tiene que ver con habernos animado a salir de la caja en un país tan conservador como el Uruguay. La gente termina diciéndote que también quiere cosas distintas y quiere cosas nuevas, y que está un poco aburrida de buena parte de la política tradicional, así que yo ese mensaje lo tomo a bien.

Volviendo al concepto de “músculo territorial”, entrevistado en Buenos Aires, cuando lo compararon con el presidente argentino Javier Milei, usted destacaba que Milei no había salido de gira al interior de Argentina y, sin embargo, ganó en provincias que nunca había pisado. Y lo destacaba como una posibilidad de que le sucediera lo mismo. Sin embargo, no pasó. ¿A qué lo atribuye?

Creo que el Uruguay tiene procesos. Creo que, llegado el caso, vamos a llegar a un punto donde la opinión pese más que el territorio. Quizás estamos en ese proceso y estamos en un punto diferente que en el que está Argentina. Así todo, si no hubiera un peso de la opinión más grande que el que había antes, nosotros nunca hubiéramos votado lo que votamos. O sea que hay un crecimiento en virtud de la opinión. Quizás no ha llegado aún al punto de ganarle al músculo territorial. Creo que en algún momento eso sí va a ocurrir porque ha ocurrido en todo el mundo. O sea, el Uruguay en eso va dando sus pasos. Igual creo que a nosotros nos vendría muy bien aprovechar el crecimiento para potenciar ese músculo territorial. Pero, obviamente, nuestro mayor activo sigue estando en la opinión pública.

¿En qué está la denuncia que hizo en Mendoza, Argentina, por una campaña sucia en su contra que implicaba a “dos personas y una empresa”?

Es muy nueva. Avances sustantivos para mostrar no tenemos porque los tiempos de la Justicia en Argentina no son tanto más que los de Uruguay. Me gustaría tener el resultado antes del 24 de noviembre, pero eso dependerá más de allá que de acá. Creo que he dado bastantes explicaciones al respecto ya.

Con el diario del lunes, ¿considera que estuvo bien apuntar públicamente contra Yamandú Orsi como quien estaba detrás de esa campaña? ¿Por qué lo hizo?

Bueno, sigo convencido de que todos los indicios apuntan al Frente Amplio con claridad y cada vez más. Pero bueno, veremos si esto se decanta en una investigación o no.

¿Cree que puedo haber afectado su campaña salir con una chica que era cazadora de animales?

No me afectó en nada, francamente. Creo que fue comidilla para el micro mundo intelectual, digamos. A nivel de encuestas, por ejemplo, en el tracking diario no movió nada: ni para arriba, ni para abajo. Nada de nada. De hecho, si te fijás, no hay una sola encuesta en ningún momento que no nos haya dado crecimiento. O sea que por lo menos no tengo ningún dato objetivo para entender que nada eso ya hemos movido la aguja.

En su momento hizo mucho ahínco en cuestionar que se esté hablando de temas de su vida privada. Sin embargo, siempre ha expuesto su vida de cierto modo, hasta ciertos límites, pero ese crecimiento de su figura pública también naturalmente lo ha ayudado a posicionarse, ¿no hay una contradicción en eso?

No, ninguna contradicción. Diría que todo lo contrario. El que toma la decisión de lo que hace público, lo que no hace público y cuándo, soy yo; no terceros. Si en algún momento decidí hacer algo público, lo hice y, si decidí no hacerlo, no lo hice. Entonces decirme que, porque alguna vez yo hice público algo, ahora básicamente estoy condenado a una suerte de publicidad eterna de mis cuestiones privadas me parece forzado, para empezar, y te diría hasta algo malicioso. Entonces, en ese sentido, no veo que a ninguno de los demás candidatos le digan nada de su vida privada ni mucho menos, y me parece bien que ellos hagan público lo que quieran hacer público. En ese sentido he tomado mis decisiones cuando sentí que tenía que hacerlo y así pienso seguir. 

Creo que he dado bastantes explicaciones al respecto ya.

¿Se ve postulándose a presidente en 2029?

Uy, otra vez. No te puede ni responder lo que va a pasar después del 24 de noviembre. En Uruguay cuando vos te casás, te preguntan para cuándo el primer hijo. Y, cuando tenés el primer hijo, te preguntan: “Che, ¿y el hermanito para cuándo?”. Abrazá a este que lo tenés adelante ahora, después hablamos del otro. 

Bueno, pero uno puede proyectar.

Pero ¡pará! No estoy en condiciones de decirte qué vamos a hacer el 1° de marzo con el gabinete.

No le pregunto qué va a hacer, ¿pero quisiera ser candidato a presidente?

Falta mucho y hay muchas cosas en el medio que condicionan lo que viene después. O sea, es un contrafáctico de contrafáctico. Me parecería irresponsable decirte algo así cuando estamos a días de tomar una decisión de rumbo país.

Ahora, ¿competiría contra quien ha dicho que es su principal referente en la política: el presidente Luis Lacalle Pou?

No voy a alimentar el morbo hoy. No es el día para eso, con franqueza. Yo entiendo que alimentar el morbo genera una locura de clics y lo acepto. Y espero que lo escriban de esta manera, pero no, no me van a sacar una respuesta alimentadora de morbo. 

Presidente usted quería ser.

Yo recién empiezo. A dónde me lleve el destino dependerá de muchas cosas, muchas dependen de mí y otras no tanto. Así que, qué pase de aquí al 2029, quién sabe. Pero sí puedo responderte que estoy bien comprometido con el camino que emprendí en cuanto a la actividad política. Estoy bien comprometido con la responsabilidad que la gente nos dio y con un montón de votos que obtuvimos en esta elección. Estoy de ida y recién empiezo y, para recién empezar, tan mal no me fue.