Naciones Unidas realizará “un acto de reconocimiento” al expresidente José Mujica “por su contribución a la construcción de paz en Colombia” este jueves en el Paraninfo de la Universidad de la República (Udelar).
El reconocimiento fue propuesto por la Misión de Verificación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Colombia por su contribución al proceso de paz en ese país. “Este reconocimiento refiere a su rol como uno de los notables del Mecanismo de Verificación de la implementación del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera”.
El acuerdo fue firmado el 12 de noviembre de 2016 en La Habana, Cuba, entre el Gobierno de Colombia, que presidía entonces Juan Manuel Santos, y delegados y delegadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), “con la decisión mutua de poner fin al conflicto armado nacional”.
En los últimos años, Mujica se ha referido reiteradas veces al proceso de paz de Colombia y sus vaivenes. En mayo de 2020, cuando las FARC acusaban al Gobierno de Iván Duque de demoras injustificadas para implementar el acuerdo de paz y también le reclamaban mayor protección para los exguerrilleros desmovilizados, el expresidente de Uruguay planteó que “la tragedia de Colombia es un ejemplo del fracaso de la política” y “no es un fracaso de Colombia, es un fracaso de la humanidad entera”.
En aquella intervención, en el quinto encuentro del Grupo de Puebla, Mujica dijo: “Si no hemos podido influir en quienes dirigen Colombia para cerrar una página histórica de un conflicto interminable, si Colombia por segunda vez en su historia no cumple con lo acordado, las consecuencias hacia el futuro son francamente imprevisibles”.
Casi tres años después, el exmandatario será reconocido en su país por su colaboración en el proceso de paz. El evento, que comienza a la hora 10 de este jueves, será abierto por el vicerrector de la Udelar, Álvaro Mombrú. Luego, María Alejandra Villamizar, analista de paz y periodista colombiana, hablará sobre “La construcción de la paz en Colombia y el rol de la comunidad internacional”.
Del evento también participará Enrique Iglesias, quien fuera presidente del Banco Central del Uruguay (1967-1968), secretario ejecutivo de la Cepal (1972-1985), ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay (1985-1988) y presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (1988-2005).
Sobre la hora 10:40 está prevista la intervención de Alessandro Preti, jefe de reincorporación de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia. Tras la entrega del reconocimiento, Mujica hablará durante 15 minutos.
La historia reciente de las FARC-EP revela que en agosto de 2017 exintegrantes de la guerrilla fundaron el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, el que conservaba las iniciales de las FARC. Sus candidatos se presentaron a las Elecciones del Congreso de 2018, donde obtuvieron un poco más de 85.000 votos, entre Senado y Cámara de Representantes. De todas maneras, en cada corporación tienen cinco bancas gracias a los Acuerdos de paz que les garantizan, de manera fija durante ocho años, estas bancas en el Congreso de la República. En enero de 2021, el partido pasó a denominarse Comunes.
La paz lejana
Este lunes, en la misma jornada en que ONU Uruguay anunció el reconocimiento a Mujica (quien fue guerrillero en Uruguay y estuvo preso antes y durante la última dictadura militar), el Gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) reanudaron en Ciudad de México las negociaciones que buscan sentar las bases de un eventual cese al fuego bilateral después de recientes tensiones entre las partes.
Las partes iniciaron el segundo ciclo de esta mesa de diálogo con un evento público encabezado por el canciller mexicano Marcelo Ebrard y los jefes de delegación del Gobierno colombiano y de esa guerrilla.
“Nos corresponde […] reinterpretar al cese al fuego y no verlo solamente como una disminución de las confrontaciones armadas sino fundamentalmente como una disminución de las hostilidades hacia la población civil y de las actividades ilegales generadores de daño y de violencia”, dijo Otty Patiño, cabeza de la delegación del Gobierno de Gustavo Petro.
Patiño subrayó la necesidad de “producir hechos” que demuestren que es posible alcanzar una paz con transformaciones sociales que “derroten el escepticismo y la desesperanza de un conflicto armado de tan larga duración”.
De su lado, Pablo Beltrán, de la delegación del ELN, detalló que en esta segunda ronda de diálogo se buscará acordar una agenda definitiva de negociaciones y se ocupará de las condiciones para “un cese del fuego bilateral, temporal y nacional”.
Las conversaciones continúan “con la determinación de lograr una paz integral y duradera”. Sin embargo, la mesa “no va a producir una revolución por contrato ni va a decretar una desmovilización automática de las rebeldías”, subrayó.
Reencuentro
Después de casi cuatro años de suspensión, las partes reanudaron las negociaciones en noviembre pasado en Caracas en la búsqueda de acuerdos que permitan poner fin al conflicto con la última guerrilla reconocida en Colombia tras el desarme de las FARC en 2017.
En esta segunda ronda de conversaciones, Chile, Venezuela y Noruega, México y Brasil participan como garantes.
La primera ronda, que duró 21 días, cerró con anuncios de liberación de rehenes y acciones humanitarias, pero sin acordarse un alto al fuego.
En su comunicado del domingo, el Gobierno destacó el “cumplimiento de los acuerdos del primer ciclo”, por ejemplo “el alivio humanitario para los presos” del ELN, o el envío de una “caravana humanitaria” en zonas como Bajo Calima y Medio San Juan.
Pero las partes han tenido desencuentros recientes.
El 1º de enero, el propio presidente Petro, un exguerrillero del Movimiento 19 de Abril (M-19), anunció que su Gobierno había acordado un cese al fuego de seis meses con cinco grupos armados, entre ellos el ELN.
Sin embargo, tres días después, el ELN negó haber acordado una tregua con el Gobierno.
Finalmente, el Gobierno de Colombia suspendió el alto al fuego que había declarado, y el 30 de enero, el Ejército colombiano abatió en una “operación ofensiva” a nueve presuntos rebeldes del ELN, en el golpe más duro contra esa guerrilla desde que se instaló la mesa de diálogos de paz con el Gobierno de Petro.
El 7 de febrero pasado, Patiño, aseguró que el ELN “no ha entendido” la política de “paz total”.
Surgido en 1964 al calor de la Revolución cubana, el ELN se opone a recibir el mismo trato que los demás actores armados. “Si el ELN sigue siendo considerado GAO [grupo armado organizado] quiere decir que seguimos en el mismo punto que lo dejó [el expresidente] Duque, o sea no despegamos como debería ser”, aseveró el jefe guerrillero Antonio García el 6 de febrero en la red Twitter.
Con unos 3.500 combatientes, la guerrilla del ELN tiene una estructura federada, con relativa independencia entre sus frentes, lo que dificulta un eventual acuerdo, según expertos.
Con información de AFP
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