El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y el de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, anunciaron la semana pasada en conferencia de prensa que finalmente se mantendrá la obligatoriedad de que los productos alimenticios informen con un etiquetado octogonal si tienen exceso de alguna sustancia nociva para el cuerpo.
La obligatoriedad de etiquetar alimentos con exceso de grasa, grasas saturadas, azúcares o sodio nació con un decreto de agosto de 2018. En ese momento se dio un plazo de 18 meses a la industria para adaptarse a las nuevas exigencias. Sin embargo, el actual gobierno emitió un decreto en marzo que postergó durante 120 días la obligatoriedad del etiquetado de alimentos.
En diálogo con Montevideo Portal, el asesor regional en Nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Fabio da Silva Gómes, sostuvo que "la aplicación del etiquetado frontal es una herramienta fundamental que los países han utilizado para fortalecer la información al consumidor e informar de forma clara, directa y veraz".
Da Silva Gómes señaló que el etiquetado permite saber qué alimentos "contienen cantidades excesivas en los nutrientes críticos asociados a enfermedades que más matan y quitan años de vida en la población de Uruguay y las Américas".
"Estamos hablando del azúcar, las grasas saturadas y la grasa total y el sodio. Asociados a hipertensión, obesidad y glucosa elevada, que son tres factores de riesgo asociados al mayor número de muertos y años de vida con calidad", agregó.
El nutricionista de la OPS dijo que "los consumidores no dedican mucho tiempo y esfuerzo cognitivo para tomar sus decisiones. Con la información actual la persona debe tomar el producto, girar el producto, leer la tabla nutricional y tener conocimiento de nutrición para interpretar y hacer cálculos. Eso imposibilita usar la información al momento de la compra".
"El consumidor no dispone de ese tiempo para elegir cada producto y no tiene el conocimiento para poder traducir eso. El etiquetado frontal traduce datos a la información real que el consumidor tendrá sobre los productos asociados al desequilibrio de la dieta", añadió.
Por otro lado, da Silva Gómes cree que "la evidencia es que los alimentos ultra procesados y productos con excesivas cantidades en esos nutrientes generan una peor dieta".
"El etiquetado frontal de advertencia como lo plantea Uruguay en su decreto es efectivo para ayudar a cambiar la decisión de compra de los consumidores y para promover un cambio en su dieta en los patrones que van a apoyar un mejor efecto de la dieta en la salud en general", añadió.
Cambio de palabras
En conferencia de prensa, Salinas y Paganini informaron que habrá "ajustes" en el etiquetado frontal y que seguramente se cambie la palabra "exceso" por "alto".
El nutricionista de la OPS dijo a Montevideo Portal que "los estudios que han comparado en idioma español el efecto en la diferencia de la comprensión indican que el ‘exceso' sería la mejor opción entre las dos".
"En Chile, donde se adoptó el ‘alto', se hizo por la presión de la industria en ese país. Los estudios indicaban que debía usarse ‘exceso' y no ‘alto'", explicó.
Sin embargo, dijo que "en los estudios que se hicieron en Uruguay corroboraron el resultado en Chile, donde la palabra ‘exceso'" es más comprensible que "alto".
"En México se aprobó en diciembre una modificación de la norma que adopta el ‘exceso' en el mensaje, con base a los estudios hechos en Uruguay y Chile. Se comunica mejor y así ha sido demostrado los estudios, tanto fuera y dentro de Uruguay", añadió.
En ese sentido, da Silva Gómes cree que "los gobiernos cuando están preparando sus normas y regulaciones siempre buscan evidencia sólida para solventar la propuesta".
"No solo la decisión de la palabra ha sido estudiada. Es un lujo que pocos países tienen la posibilidad de hacer tantos estudios refinados, reconocidos internacionalmente", aseguró sobre el etiquetado frontal de alimentos en nuestro país.
"Uruguay tiene a la mano la evidencia de más alto nivel, muchos de los países no tienen la posibilidad de hacer este tipo de evidencia. Uruguay ha avanzado en una decisión que está estudiada en cada detalle y analizada para brindar el mejor beneficio de la población", agregó.
Resultados esperados
El asesor regional en Nutrición de la Organización Panamericana de la Salud explicó que Uruguay tiene una ventaja, que es que "ya se hizo un estudio de los efectos inmediatos, ya que en diez días estuvo en vigencia el decreto y mostró que los consumidores cambian su decisión para ir a un producto sin sello o deja de comprar uno con sello a otro que puede ser fruta, arroz o frijoles".
"Es un resultado que ya se ha identificado, como también la intención y decisión de compra. Se hizo con consumidores reales en situaciones de compra reales capturando las necesidades de estos", agregó.
Además, Fabio da Silva Gómes dijo que hay "una serie de estudios en distintos países del mundo sobre qué pasa con la alimentación de la población cuando deja de consumir productos excesivos en nutrientes, de acuerdo al perfil de nutrientes de la OPS".
"Estamos estudiando las personas que no consumen productos excesivos y pasan a cumplir las recomendaciones de la OMS con respecto a grasas trans, grasas saturadas y sodio", agregó.
Este estudio lo están haciendo en Chile, Brasil, Argentina, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Australia "y lo vamos a hacer en Uruguay también", señaló.
Montevideo Portal