La madre de un adolescente de 14 años que el pasado 26 de octubre iba a bordo del ómnibus de la línea 121 de Cutcsa que terminó en la playa Pocitos denunció ante la Prefectura Nacional que su hijo tenía “moretones”, por lo que fue derivado a un centro de salud para ser sometido a estudios médicos.
Tras constatar la información con la seccional 10°, la Prefectura confirmó que el menor era uno de los 15 pasajeros del ómnibus. En una primera instancia, el adolescente “no había reportado problemas”, pero su madre constató las heridas días después. El menor está bajo estudios médicos.
Tal como informáramos, dos personas continúan internadas tras el siniestro: el chofer y Sandro Méndez, el pasajero que se sometió el pasado sábado a una “operación de riesgo” y tendrá hasta cuatro meses de recuperación, según el abogado Gumer Pérez.
En tanto, el pasado sábado falleció Dafonte, una mujer de 55 años que había tomado el transporte público para ir a trabajar. Su esposo, Miguel Tejera, presentó una denuncia penal contra el chofer.
La incógnita sobre qué pasó el sábado 26 de octubre cuando el ómnibus de la línea 121 de Cutcsa desvió por avenida Brasil y terminó en las aguas del Río de la Plata aún sigue sin resolverse. El chofer, que está internado en la Asociación Española, declaró que no recuerda lo sucedido. Los pasajeros dicen que a pesar de pedir al conductor que hiciera algo, él no les respondió.
El abogado de ocho de las víctimas, Rafael Silva, explicó a Desayunos informales (Teledoce) por qué esta investigación podría “tardar meses”. A pesar de que él y su equipo de trabajo manejan “tres teorías” sobre qué podría haber pasado, el defensor sostuvo que la información que se obtiene mediante las imágenes difundidas “son apenas miguitas que no se deben analizar de forma aislada, sino que dan un aspecto como evidencia, por lo que hay que analizarlas en conjunto con el resto”.
“Para poder profundizar cuál de esas eventuales teorías del caso obtiene mayor fuerza, van a pasar meses”, expresó el abogado. Según Silva, los pasos a seguir por parte de la Fiscalía General de la Nación implican la extracción de la información por parte de la Policía Científica, un trabajo de discusión técnica entre el equipo de investigación, plasmar los datos a un documento y elevar el informe al organismo público.
En esta línea, explicó cuáles son los tres lineamientos que manejan como posibles hipótesis. Así, se baraja la posibilidad de que el accidente sea “una acción deliberada”, que el “conductor haya tenido algún padecimiento” o que esté vinculado “a algún eventual desperfecto mecánico”.
De todos modos, el abogado señaló que “no habría ningún accionar de manejo defensivo” por parte del conductor. En tanto, dijo que dos de sus representados, Eloísa y Enzo —que dialogaron con el chofer en el momento previo a chocar contra el muro de la playa Pocitos—, no obtuvieron “una respuesta válida ante un pedido de socorro, de auxilio y/o exigencia de detención del ómnibus”.
“Alguna cosa decía, pero en el estado de conmoción, en una situación de la vida límite, tampoco es que ellos hayan podido tener un registro exacto de lo que quiso decir, de lo que dijo. Porque mientras se venía dando este reclamo por parte de ellos, en paralelo el ómnibus iba ‘en caída libre’ a la rambla”, expresó.
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